viernes, 25 de junio de 2021

Carta a los chivos: ¡A chivear! se dijo. De Paolo Luers

Nayib Bukele. La fusión de dos conceptos de engaño en un personaje.



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 26 junio 2021

Estimados amigos:

Cualquiera que aprendió el español en El Salvador, sabe que “chivo” tiene dos significados: chivo = bonito/bien, y chivo = juego de dado. Todos entendemos, sin dudar, que chivear significa apostar. No se usa para el que apuesta millones en la bolsa de Nueva York o en el casino de Monte Carlo, sino para el bolito que se sienta en la esquina para ganarse unos pesos jugando a los dados, o para los que apuestan en peleas de gallos o de lucha libre.

Parece una contradicción, porque un significado de la misma palabra chivo es sumamente positivo y el otro es negativo. Pero no en El Salvador, porque aquí apostar e incluso hacer trampa es cool. Disculpen: es chivo.

En El Salvador hay otra manera de entender la palabra chivo: es un cabrón que se deja mantener por una mujer. Nuestros vecinos en Nicaragua lo tienen aún más claro: el chivo es un proxeneta que vive de prostitutas. Y también, como en el ejemplo anterior, en el imaginario popular no hay contradicción: “poner a trabajar a la mujer es chivo/bonito/cool”.

No es contradicción, si tomamos en cuenta otras palabra muy usadas: chivata, chivatada, chivatazo. En otros países de América Latina y en España, una chivatada o un chivatazo es una traición, una delación, una puesta de dedo, y un chivato es un soplón. Pero aquí en El Salvador, si escuchamos cualquiera de estas palabras (chivato, chivatada, chivatazo) también pensamos en uno de estos tipos que se sienten superiores a todos los demás, normalmente sin tener razón o mérito para esta soberbia.

Sea como sea, soplón o tipo arrogante, siempre hay aquí quienes encuentran chivo/cool este tipo de comportamiento. Aquí respetamos a los vivos. Disculpe, a los chivos..

Entonces, estimados compatriotas de la fracción de los chivos (sea en cualquiera de estos sentido: vivos, soplones, apostadores, timadores, mantenidos o proxenetas) y de los chivos=cool, los que piensan que su presidente es cool, porque usa gorra para atrás, usa calcetines de todos los colores y se pone moco de gorila en el pelo, para todos ustedes este gobierno chivo ha creado la solución a sus problemas financieros: la App llamada “CHIVO”. Bájenla y entren en el mundo Bitcoin para chivear, gracias a su presidente con un capital inicial de $30, pagado por los ciudadanos que no son chivatos cool, sino que son los “tontos” que todos los días van al trabajo para ganarse la vida.

¡A chivear, chivatos! La inversión especulativa, el ganar del trabajo de otros (que van a pagar los 150 millones para promocionar la App “Chivo” y los otros 150 millones del fondo de la banca estatal para proteger a los apostadores de sus riegos), el lavado de dinero, el vivir de apuestas, todo esto ahora no sólo es legal, sino es política oficial del gobierno. Disculpen, del señor presidente chivo.

Saludos, 






miércoles, 23 de junio de 2021

Carta a nuestros lectores: Les están negando información. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 24 junio 2021

Estimados amigos:

Hacemos lo mejor que podemos para informarlos, pero cada día es más difícil. Tenemos un gobierno que hace todo lo posible para evitar que se puede informar de manera crítica e independiente sobre lo que está pasando en todos los ámbitos que el gobierno central controla. Quieren que ustedes sólo se enteren de lo que el presidente y sus funcionarios difunden en Twitter y mediante los medios oficialistas.


La última medida, anunciada por la ministra de Educación, fue prohibir que directores autoricen la entrada de periodistas a las escuelas públicas. Ni ellos, ni los profesores están autorizados a dar explicaciones y revelar información. 


Las mismas reglas ya existen en los hospitales, desde el inicio de la pandemia. Medios independientes no pueden informar sobre la situación en los hospitales, precisamente cuando hay un marcado interés público en el sistema de salud. Los funcionarios dan informaciones contradictorias sobre el número de camas de Cuidados Intensivos, y ningún periodista independiente ha podido constatar los números reales. Y así con el número de pacientes, el mero de muertos por COVID, el número de muertos por otras enfermedades no atendidas por la crisis de COVID. Los médicos y trabajadores de Salud no pueden hablar con periodistas sin sufrir sanciones. La construcción del Hospital El Salvador se hizo bajo estricta reserva de todo tipo de información.


En el sistema penitenciario es aun más drástica la falta de información: Desde tiempos del gobierno de Sánchez Cerén, la prensa no tiene acceso para informarse -e informar a ustedes- sobre las situación carcelaria. Hoy este embargo es aun más completo – sin ninguna situación de emergencia en los centros penales que lo justifique. El gobierno de vez en cuando publica fotos y videos, hechos por sus propios comunicadores– y no hay manera de saber si reflejan la realidad o si son puestas en escena. Ningún periodista independiente ha podido entrevistar a ningún reo – con la única excepción de una “visita guiada”, cuando el gobierno quería desmentir una noticia sobre el fin del experimento de las celdas compartidas por miembros de pandillas rivales. 


Los reporteros y fotógrafos no tienen acceso a escenas de crímenes, a menos que sean de los medios controlados por Casa Presidencial. Los agentes policiales tienen prohibido compartir información. Hasta el forense de la fiscalía a cargo de abrir fosas en cementerios clandestinos fue sancionado por compartir la información sobre sus hallazgos con quienes buscan a familiares desaparecidos, o con reporteros.


El Instituto de Acceso a Información Pública, en dos años del gobierno Bukele perdió su independencia. Ahora ya no es un instrumento para que los ciudadanos y periodistas puedan enterarse de información estatal, sino un instrumento del gobierno para esconder información, tapar corrupción y evitar que los periodistas la puedan documentar.


El fiscal general fue sustituido por la nueva Asamblea, ahora dominada por militantes de Nuevas Ideas, por una sólo razón: No se comprometió con Casa Presidencial a suspender y archivar las investigaciones de corrupción gubernamental y las pruebas recaudadas en allanamientos en varios ministerios. Pusieron a un fiscal general que acepta órdenes del ministro de Seguridad y del presidente – y ya no existen investigaciones de corrupción en los ministerios.


Siempre los funcionarios de gobierno tienden a negarse a dar al periodismo -y la ciudadanía- la información necesaria para evaluar su ejercicio del poder y su gestión de recursos. Por esto son tan importantes las instituciones de control y transparencia. Una vez que estos ya no existen o ya no cumplen su misión de manera independiente, surge un esquema sistemático e institucional de opacidad y desinformación.


Esto estamos enfrentando ahora en El Salvador. Nosotros, los medios independientes y sus periodistas, vamos a seguir escarbando, porque por la falta de transparencia gubernamental nuestro trabajo adquiere aun más urgencia.


Ustedes, los ciudadanos, nos pueden ayudar, si no dejan de exigir información y transparencia.

Saludos,






lunes, 21 de junio de 2021

Telegramas. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 22 junio 2021


Mario Dur
án, alcalde de San Salvador: ¿Adónde estás escondido? Ni en Twitter, el medio oficial de la N, pintas desde que ganaste la alcaldía. ¿Te dijeron que te calmaras para que nadie te vea como competidor a la presidencia, sin permiso de N?

Brock Pierce, el “embajador de Bitcoin”: Dijiste que te invitaron a Casa Presidencial para “educar al gobierno”. ¿Qué les enseñaste? ¿Cómo hacer funcionar la lavandería de pisto?


Cardenal Goyo Rosa Chávez: Bienvenido al club. No todos tienen el privilegio de figurar en la “shit list” de Walter Araujo. Sólo los que se atreven a decir verdades incómodas.


US Congress: Si en su “lista Engels” de funcionarios corruptos ya tienen a los dos Anliker, Carolina Recinos, Francisco Alabi, Ernesto Castro, Cristian Guevara, Suecy Callejas, Romeo Herrera, Rodolfo Delgado, Mauricio Arriaza, tienen que incluir a Nayib Bukele, porque nadie de ellos ha actuado sin ordenes de él.

Neto Muyshondt: Lo que te aplican no es justicia, sino linchamiento. Más allá de todas las diferencias que tenemos, deseo que no te dejés destruir. 


Francisco Díaz y Martín Martínez: Entre 30 candidatos, ustedes han sido los dos únicos que mostraron que merecen ser magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Van a elegir a los que más enfáticamente dijeron que les valen chonga las cláusulas pétreas de la Constitución.


Carla Hananía de Varela, ministra de Educación: ¿Es en serio que decretó que los periodistas ya no pueden entrar a ninguna escuela pública? Se graduó como digna miembro de un gabinete anti transparencia.


Fabio Castillo: El poquito de dignidad que recuperó cuando renunció a la Comisión Presidencial de Reforma Constitucional (aunque a usted no le gusta que la llamemos así), lo volvió a perder actuando como apoderado de Carolina “La Juana” Recinos.


Mynor Gil, presidente de La Geo: ¿Podría explicarle al presidente que su oferta de energía geotérmica para la “minería” de Bitcoin no tiene ninguna base real? Tal vez comienza con explicarle qué tipo de inversión y tiempo requiere explotar una nueva fuente de vapor. No lo va a entender ni mucho menos aceptar, pero hay que intentarlo...


Nayib Bukele: ¿Aparte de la Ley de Agua, que le garantiza a usted el control absoluto sobre la política hídrica, habrá alguna iniciativa para que ANDA logre producir agua potable para todos los rincones del país? 


Oscar Ortiz, Erick Salguero, Rodolfo Parker: ¿Fueron juntos a alguna isla del Caribe para pasar la tormenta, o para diseñar la estrategia de oposición? Si es lo primero, esta tormenta no pasa. Si es lo segundo, apúrense.


Saludos a todos, 









domingo, 20 de junio de 2021

Guerra sicológica. De Paolo Luers

Fotos tomadas de un video del gobierno publicado en un sitio oscuro llamado N 503


Publicado en EL DIARIO DE HOY, lunes 21 junio 2021

Todos los días salen informaciones, fotos, videos que comprometen a políticos opositores y otros críticos del gobierno. Tomemos el caso actual: la captura de Neto Muyshondt, ex alcalde de San Salvador. Hace tres días salieron publicados en todos los medios del gobierno -los oficiales, los inoficiales y los inconfesables- las imágenes del traslado de Muyshondt a Mariona, incluyendo fotos del interior de su celda con él sentado en su cama.

Ningún periodista de un medio no gubernamental tiene acceso a este tipo de material – y tampoco lo publicaría de la forma burlona, vengativa y humillante como lo hace el coro de medios oficialistas. Uno no tiene que ser amigo o simpatizante del ex alcalde para constatar -y denunciar- que esto es guerra sicológica, fríamente planificada y orquestada para destruir a una persona. Esto se llama asesinato moral o linchamiento.

El caso Neto Muyshondt no es la excepción, sino es resultado de una maquinaria de guerra sicológica. No es obra de actores privados, sino resultado de una planificación sistemática por parte del gobierno. Siempre ha habido difamación, pero nunca a esta escala un esquema estatal de difamación que cuenta con recursos humanos presupuestarios que parecen ilimitados y son escondidos por un manto de información reservada.

Nunca hemos observado en el país una fusión tan integral de los aparatos y operaciones de seguridad, inteligencia del Estado y propaganda gubernamental. Siempre existe este tendencia antidemocrática, pero tienen su límite en mecanismos de control del Estado de Derecho. Cuando estos mecanismos de control -del parlamento y del sistema judicial- son debilitados, comprometidos o removidos, existe el peligro que los aparatos de seguridad, inteligencia y propaganda configuren una esquema integral de guerra sicológica contra supuestos ‘enemigos internos’ – o sea contra la oposición en el sentido más amplio: partidos, gremios, organizaciones ciudadanas, tanques de pensamiento, medios de comunicación independientes.

Conociendo estos riesgos, los países democráticos, en la medida que sienten necesario reforzar los aparatos de seguridad e inteligencia -por las razones que sean: amenazas interna o externas, reales o imaginadas-, también refuerzan sus medidas de control parlamentario y judicial sobre tales aparatos. Y sobre todo, tratan de nunca permitir que a los aparatos de seguridad nacional se les agregue un aparato estatal de propaganda, mucho menos uno que intervenga en políticas partidarias y electorales.

Aquí en El Salvador, estos mecanismos de control históricamente han sido débiles, y en este gobierno han sido concentrados en una sola mano: la presidencial.

Desde que el gobierno Bukele ha establecido sus propios medios de comunicación masiva (Noticiero El Salvador, Diario El Salvador), observamos una coordinación estrecha entre los órganos de seguridad (PNC, Fuerza Armada, Centros Penales, y desde el 1 de mayo también la Fiscalía General) con estos medios. En todos los operativos importantes, en capturas y allanamientos, van incrustados fotógrafos, camarógrafos y reporteros de los medios gubernamentales. No van como normalmente van los periodistas, para transparentar los procedimientos de seguridad, sino van como parte del aparato de seguridad – y van en exclusiva. Sólo ellos tienen acceso, sólo ellos tienen fotos y videos.

Segundo paso: Los materiales, que los dirigentes de este nueva orquesta de policías, fiscales, carceleros y periodistas gubernamentales consideran aptos para su estrategia propagandística inmediatamente se entregan a los canales digitales de información/desinformación y guerra sicológica. Así es que las imágenes de capturas, traslados de reos, operativos dentro de los penales inmediatamente aparecen en los canales de los youtubers como Marcelo Larín, José Valladares y Walter Araujo (y otros de “La Red”), y en las páginas Web de combate y desinformación como La Britany, Última Hora, Resistencia, Diario La Página, El Blog (y muchos más). Estos mismos sitios también están siendo nutridos diariamente de informaciones sobre investigaciones de la PNC, la Fiscalía y OIE – informaciones que ningún medio no oficialista puede independientemente verificar. En manos de manipuladores y con protección del gobierno, es materia prima para propaganda y difamaciones.