sábado, 3 de octubre de 2020

¿Cuál unidad? Columna Transversal de Paolo Luers

"Para defender la democracia, primero hay que saber respetar y defender el pluralismo, la convivencia pacífica entre conservadores y progresistas, derecha e izquierda, la búsqueda o construcción de acuerdos de nación – y al mismo tiempo aceptar que no habrá unidad posible con quienes no aceptan las reglas democráticas, sino que buscan sustituirlas por un orden autocrático"

Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 4 octubre 2020

Cuando en una democracia se rompe toda posibilidad de llegar a acuerdos nacionales, porque han surgido fuerzas populistas y anti democráticas que apuestan a la división como vía al poder o para mantenerlo, no hay que abandonar la búsqueda de unidad. Hay que redefinir el concepto de unidad y de acuerdos nacionales.

Los populistas también redefinen el concepto de unidad y acuerdos: Su concepto de unidad es la adhesión de la mayoría al movimiento, o voluntaria o mediante amenazas y acoso, al proyecto político de ellos, para luego marginar o incluso reprimir la minoría.

En El Salvador, el movimiento/gobierno/partido de los hermanos Bukele sistemáticamente ha roto todos los canales y mecanismos de entendimiento, diálogo y administración civilizada de conflictos de interés, no sólo entre fuerzas políticas opuestas, sino adentro de la misma ciudadanía y entre los órganos fundamentales del Estado cuya cooperación en bien de la armonía social el presidente está obligado por la Constitución a facilitar.

En esta situación, seguir buscando acuerdos para llegar a una unidad nacional que incluya las fuerzas de oposición y las que dan sustento al gobierno, demócratas y anti demócratas, o es ingenuo o es engaño.

Pero esto no significa que hay que abandonar la búsqueda de acuerdos y de unidad – pero la unidad entre todos los que están dispuestos a defender el Estado de Derecho, el carácter pluralista de la democracia, el sistema de contrapesos y controles al poder ejecutivo.

En Alemania, cuando surgió la Alianza por Alemania (AFD), un movimiento-partido ultraderechista, racista y abierto para los neonazis, también surgió un consenso entre los demás los partidos (centroderecha, socialdemocracia, liberales, verdes, izquierda), que no sólo incluía el compromiso de que nadie pactara alianzas o coaliciones con la AFD, sino una re-confirmación generalizada entre partidos, movimientos sociales, academia y ciudadanía de los valores democráticos compartidos. Resultado: La AFD tiene representación en todos los parlamentos de Alemania, pero cero posibilidades de acceder al poder. La democracia se fortaleció, porque hay unidad de los demócratas.

No así en España. La socialdemocracia, de manera muy oportunista, formó gobierno con dos fuerzas anti democráticas: los separatistas catalanes y los populistas de izquierda de PODEMOS. Y la centroderecha y el centro (Partido Popular y Ciudadanos) pactaron gobiernos regionales con VOX, la nueva derecha populista anti migrantes, anti integración europea. No hubo construcción de una unidad nacional basada en consensos sobre los valores democráticos compartidos. La democracia, en vez de fortalecerse, se debilitó.

La lección que hay que aprender: Para defender la democracia, primero hay que saber respetar y defender el pluralismo, la convivencia pacífica entre conservadores y progresistas, derecha e izquierda, la búsqueda o construcción de acuerdos de nación – y al mismo tiempo aceptar que no habrá unidad posible con quienes no aceptan las reglas democráticas, sino que buscan sustituirlas por un orden autocrático.

El gobierno de NI GANA sabe que lo único que en febrero 2021 (y después) podrá detenerlo en su afán de tomar el poder total es que los partidos de oposición, a pesar de sus diferencias ideológicas, lleguen a líneas estratégicas compartidas para defender la democracia, y además sepan incluir en estos acuerdos a buena parte de las fuerzas sociales vivas del país. Por esto, cualquier muestra de unidad de la oposición la tildan como “pacto de los mismos de siempre”o “pactos de corruptos”. Llegan a la tontería de aplicar esta etiqueta incluso a los Acuerdos de Paz, aquel acto de refundación de la República y de la democracia salvadoreña.

No aceptan las reglas del juego consensuadas a partir de los Acuerdos de Paz y las reformas constitucionales del 1992, que permitieron poner fin a la guerra fratricida, al militarismo y a la exclusión política. Por esto hablan de un nuevo capítulo de la historia a partir de la llegada al poder de Bukele, de la necesidad de refundar nuevamente la República a medida de Nuevas Ideas, y de una nueva Constitución. Es tiempo de que quienes queremos defender lo logrado por los Acuerdos de Paz nos unamos para defender nuestro Estado de Derecho y nuestra sociedad pluralista y tolerante.



viernes, 2 de octubre de 2020

Carta a Milena Mayorga: Vas a fracasar estrepitosamente. De Paolo Luers


 

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 3 octubre 2020

Milena, ‘mi amiga’:

Las instrucciones que te da el presidente, explicándote tu misión en Washington, no las podés fanfarronear al mundo en Twitter. Para poder servir de embajadora de Nayib, aprendé a conspirar, engañar y hablar un doble discurso. Saber mentir no es suficiente.

Si el presidente te explicó que su pacto con Trump implica que El Salvador va a dejar de oponerse a la suspensión del TPS y la posible deportación de los tepesianos, vos no podés poner el día siguiente un tuit como el que pusiste el 28 de septiembre, revelando esta política muy delicada: “El corazón de la nueva agenda con Washington es explicar a nuestros compatriotas que nuestro presidente está generando las condiciones para su retorno”. 


¡Así no funciona la diplomacia, Milena! Tenías que decir que tu misión como embajadora será luchar incansablemente por la diáspora y su derecho de permanecer en Estados Unidos. Precisamente lo que hiciste, una vez que te diste cuenta de tu metida de pata, cuando la diáspora ya estaba organizando manifestaciones de repudio contra la nueva embajadora, antes de que llegara… El problema es que ahora ya nadie te cree.

La misión que te encomendó el presidente era preparar el terreno en Estados Unidos para esta nueva política, tanto con la diáspora salvadoreña como con el gobierno, el Congreso, la sociedad civil y la opinión pública. Al aceptar este papel, aceptaste ser parte de algo que muchos considerarán traición a la patria. Pero participar en un acto de engaño y traición de esta envergadura, requiere saber conspirar y mentir, pero no mentir bobamente, sino con inteligencia. Entendiste mal el ejemplo de tu presidente de gobernar vía Twitter. Lo que a ti te encomendaron no se hace en Twitter.



Luego fanfarroneaste en otro tuit, el mismo día 28 de septiembre, que “el gobierno prepara al país para que nuestros hermanos en el exterior regresen” y que “Estados Unidos es el que mejor nos ha venido acompañando en estas nuevas ideas”. Pero la cualidad que necesitás para ser embajadora de Nayib Bukele no es ser tuitera fanfarrona, sino que requiere la aptitud del doble discurso, de manejar una doble cara. Para cumplir lo que te encomendaron necesitarías decir a los salvadoreños afectados y asustados por la suspensión del TPS que los vas a defender, y al mismo tiempo convencer a los congresistas opuestos a la política anti-migrantes de Trump que ya no hay necesidad de prolongar el TPS o de inventarse cualquier otra solución que permita a los salvadoreños quedarse en Estados Unidos, porque el maravilloso gobierno de Bukele está creando las condiciones para que pueden regresar a El Salvador y convertirse en inversionistas.

No digo que vos no sabés mentir (como diputada has mostrado que sí), pero dudo que seás apta para un juego diplomático de doble cara como el que necesita tu presidente para engañar a la diáspora y al mismo tiempo al congreso y la opinión pública de Estados Unidos. Conspirar para manipular a las organizaciones de la diáspora y a los congresistas, que han luchado por décadas por los derechos de los migrantes, es otra cosa más sofisticada que tu comprobada capacidad de mentir, primero a los votantes de ARENA, y luego a los partidarios de Nuevas Ideas. 

Así que dudo si sos la indicada para implementar la nueva política de doble discurso de Bukele ante la situación de los salvadoreños en Estados Unidos. En las comunidades de la diáspora ya están pintando las pancartas para recibirte como traidora a su causa. El hecho de que el presidente te haya escogido para esta misión confirma que no entiende ni la política estadounidense ni el ánimo de aquella diáspora salvadoreña, que con tanto entusiasmo lo apoyó y que ahora se siente traicionada.

Vas a fracasar, Milena. Estrepitosamente. Y luego de engañar a todos, ¿quién te va a defender?

Saludos, 





miércoles, 30 de septiembre de 2020

Carta a los periodistas: Ánimo, vienen batallas bonitas. De Paolo Luers

 


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 1 octubre 2020

Estimados colegas:

Viene una batalla mediática campal. El gobierno irá a la ofensiva con todo. No solo con sus ya acostumbrados troles y portales digitales tipo ‘Brittany’, ‘Porttada’ y ‘El Blog’, sino en el terreno de los medios tradicionales: televisión, radio y periódicos. Dijeron que eran obsoletos, que nadie les hacía caso, pero en la campaña presidencial invirtieron millones pautando anuncios y spots en los ‘medios obsoletos’. 

Se dieron cuenta que el periodismo independiente, crítico e investigativo les hacía daño, porque revelaba y exponía a diario la corrupción y la incompetencia de su gobierno. Entonces, recurren a la estrategia clásica de los gobiernos autoritarios, que tiene tres pilares: 1) atacar, debilitar y (si pueden) destruir a los medios críticos; 2) neutralizar o incluso instrumentalizar a otros medios independientes, mediante la combinación de amenazas y prebendas; y 3) crear propios medios de comunicación, controlados por el gobierno y financiados generosamente con fondos públicos.

Las tres líneas estratégicas están en pleno desarrollo. Medios como El Faro, El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica, El Mundo, y revistas digitales como Factum y Gato Encerrado están bajo ataque y acoso. Los programas noticiosos y de opinión de los canales de TCS, Megavisión y del 12 están neutralizados. Y Casa Presidencial tiene listo un ejército de comunicadores (periodistas, fotógrafos, diseñadores, camarógrafos, productores) para lanzar sus medios propios. El primer ensayo: el lanzamiento de un noticiero gubernamental en el estatal Canal 10.

Este ‘Noticiero El Salvador’, por más pisto que le metan, será un cohete soplado. No le tengan miedo, estimados colegas. Los medios estatales, cuando son voceros de los gobierno y no medios públicos autónomos y profesionales como la BBC o la Deutsche Welle, son inútiles y jamás logran competir contra los medios independientes. No tienen credibilidad.


Pero s
í hay que preocuparse porque el gobierno está usando fondos públicos millonarios para su aparato de publicidad, desinformación y ataque a la oposición y los medios independientes. Esto los periodistas lo tenemos que revelar y denunciar, no porque nos dé miedo la competencia, sino porque es ilegal. Es otra forma de corrupción desviar fondos públicos y usar medios estatales para fines de autopromoción de los gobernantes.

El siguiente paso sería el lanzamiento de un periódico oficialista, dirigido por el ‘Ministerio de la Verdad’ instalado en Casa Presidencial y en empresas como Plan B de Porfirio Chica que se enriquecen aprovechando la sed propagandística del gobierno. 

Para los profesionales quienes a pesar de amenazas, presiones y promesas financieras no abandonamos el periodismo independiente y crítico, será un placer competir contra un Granma o Prawda salvadoreña. Qué bueno que se metan en un terreno donde podemos vencer el afán del gobierno de establecer una hegemonía comunicacional y mediática. 

Más difícil será hacer fracasar la otra línea de estrategia del gobierno: domar las empresas mediáticas, mediante una política de zanahoria y garrote, convertirlas en medios dóciles. Para que esto funcione ya no depende de nosotros, los periodistas, sino de las decisiones de las empresas mediáticas. ¿Tendrán el valor de arriesgarse o apostarán a ‘portarse bien’, esperando que será la forma de sobrevivir? Y también depende de la reacción del público y de los anunciantes…

A nosotros no nos queda otro camino digno que no acobardarnos ante los ataques y acosos, apostar al valor del trabajo periodístico profesional, defendernos mutua y solidariamente. Los gobiernos van y vienen, pero el periodismo, si no lo abandonamos, ahí queda siempre.

Saludos y ánimo,

Posdata: Recibí una carta del empresario Roberto Bukele, tío del presidente de la República. Se siente agraviado porque me refería, en una reciente columna, al “gobierno de los Bukele”, y manifiesta que hay ramas de la familia Bukele que nada tienen que ver con el gobierno. No se preocupe, don Roberto, voy a hablar del “Gobierno de los Hermanos Bukele”.




lunes, 28 de septiembre de 2020

Carta al Dr. Raúl Lara: Gracias por su terquedad. De Paolo Luers


 Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 29 septiembre 2020

Estimado doctor:

Gracias a su perseverancia, al fin está en la agenda nacional la dramática situación de los salvadoreños que sufren y mueren de cáncer. Gracias a usted, ahora sabemos que en lo que va del año murieron más de 5,000 salvadoreños de cáncer, muchos de ellos por la falta de políticas, liderazgo y recursos en el área de Salud. Un tema siempre eclipsado por otras prioridades, emergencias o campañas. 

Obviamente, la prioridad del año 2020 fue y sigue siendo la epidemia del COVID-19. Pero usted nos dijo con claridad: del COVID-19 han muerto unos 800 salvadoreños en los últimos 9 meses, pero del cáncer más de 5,000. Constatar esto no quiere decir que había que invertir menos en la lucha contra la epidemia, pero sí que un país, una sociedad, un gobierno y un sistema público de salud tienen que tener la capacidad de enfrentar una epidemia sin abandonar la lucha contra el flagelo permanente del cáncer.

Usted tiene años de bombardear a los gobernantes de turno y sus ministros de Salud, pero también a los medios de comunicación, con la misma advertencia: tenemos que invertir más en la detección y los tratamientos tempranos del cáncer y necesitamos más tecnología de radiología. Nadie le ha hecho caso, y trágicamente tampoco los que administran la Salud Pública.

Yo tampoco tengo pretexto por no haber alzado mi voz para hablar en mis columnas de la crítica situación de los pacientes de cáncer. Hace tal vez un año, el Dr. Díaz Bazán me buscó para invitarme a conocer su Hospital de Cáncer, situado a la par del Rosales. Me enseñó las instalaciones y me explicó, con sentido de urgencia y cierto grado de frustración, que por falta de políticas públicas definidas y de recursos en El Salvador estamos perdiendo la batalla contra el cáncer. Sin embargo, siguiendo siempre los temas calientes de la política (y de la antipolítica que está gobernando), nunca escribí sobre el tema. Tampoco propuse al Diario hacer una investigación periodística seria, como la que usted logró provocar ahora. 


Pocos saben que por la epidemia del COVID-19, en el sistema de Salud fueron suspendidas unas 6,000 operaciones, muchas de ellas de cáncer, y miles de tratamientos de quimioterapia y radiología, porque los hospitales estaban contaminados y al punto de colapsar por la cantidad de pacientes de coronavirus. 

El mismo día que en el Diario leo las declaraciones suyas (conclusiones de un estudio que le encomendó el Banco Mundial), leo en ‘Gato Encerrado’ una nota de Cecibel Romero que revela que a 15 meses del gobierno Bukele no existe una plan Nacional de Salud, y que los borradores están bajo un estricto régimen de reserva decretado por el Ministerio de Salud.  

El pretexto del Ministerio de Salud: por la emergencia del COVID-19 no se pudo avanzar en la formulación del Plan Nacional de Salud. Es un pretexto absurdo. Precisamente en tiempo de emergencias es prioritario tener un plan y una estrategia. Si no, seguirá reinando la improvisación que hasta ahora ha caracterizado este gobierno y, muy en particular, su política de Salud. Sin un Plan Nacional ampliamente discutido y consensuado es lógico que el ministerio, para atender una epidemia coyuntural, abandone la lucha contra la epidemia permanente del cáncer. Sin un Plan Nacional, siempre tendrá prioridad la medida que promete más rédito mediático, no la que es necesaria aplicando criterios académicos, profesionales y éticos.

El resultado es un elefante blanco (además carísimo) en el CIFCO, y los hospitales que atienden a los miles de pacientes de cáncer abandonados, sin presupuesto, sin personal calificado y tecnología suficiente.

Gracias por poner el dedo en la llaga, Dr. Lara. Gracias por ser tan terco en señalar el problema que todos hemos obviado. 

Le saluda