sábado, 11 de julio de 2020

'El sistema’ no es indefenso. Columna Transversal de Paolo Luers

Nayib Bukele, usando el podio de la presidencia, en el meeting partidario
frente a la Asamblea antes de ocupar militarmente la sede parlamentaria. 9 Febronias 2020 

Publicado en EL DIARIO DE HOY, domingo 12 julio 2020

Si una fuerza política autoritaria (o una mafia, o una mafia disfrazada de fuerza política...) desafía al sistema político de un país, todo depende de si las demás fuerzas políticas, por más diferentes o incluso opuestas que sean en sus planteamientos ideológicos, y las instituciones constitucionales logren unirse para defender el sistema. Si cada uno solo defiende sus intereses, pero nadie al sistema, lo más probable es que el autoritarismo se impondrá.

 

Definamos que es “el sistema” que se trata de defender, en el caso concreto de El Salvador.

 

Pluralismo


Es el pluralismo político, donde todas las ideologías y tendencias políticas tienen espacio y pueden competir en elecciones libres y en el debate público; donde la mayoría decide, pero las minorías son protegidas y tomadas en cuenta.

El populismo autoritario, sea de izquierda como en Venezuela o de derecha como en Brasil o Turquía, o que sea ni chicha ni limonada como en El Salvador, trata de erigirse como fuerza dominante y reclama ser la única representante de “el pueblo”. 

 

Orden republicano

Nuestro sistema es republicano. Se basa en la división e independencia de los diferentes poderes del Estado. Es un sistema de pesos y contrapesos, donde el ejecutivo es sujeto al control del Legislativo, del Poder Judicial, de la Fiscalía (que en nuestro caso también es autónoma y no depende de ningún otro poder). 

El populismo autoritario trata de controlar, desde el Ejecutivo, todas las instituciones del Estado, abriendo el camino a un sistema dictatorial. Observen los pleitos de Bukele con la Asamblea, la Sala y la Fiscalía...


9 febrero 2020. Miltares ocupan la Asamblea Legislativa
antes de la entrada del presidente Bukele


Nayib Bukele ocupa la silla del presidente de la Asamblea Legislativa: amenazó y oraciones

Estado de Derecho

Todos los órganos del Estado tienen que estar sometidos a la Constitución y las leyes. Ninguna instancia del Estado puede estar encima de la ley y arrogarse más facultades que la ley explícitamente le otorga. 

Somos testigos como el gobierno de Bukele intenta de romper estas reglas básicas. Su campo experimental: la emergencia del Covid19.

 

Sistema de libertades

El sistema garantiza a los ciudadanos derechos y libertades intocables: libertad de expresión y de prensa, libertad de libre organización, derecho a la huelga, derecho de hacer valer frente al Estado nuestros derechos humanos, derecho de participar en la política; derecho de la libre empresa. Ojo: Todos estos derechos, con excepción de la última, no estaban garantizados antes de la firma de los Acuerdos Paz. Y la ausencia de estas garantías nos llevó al conflicto armado...

 

Uno puede decir: Pero estas son principios bien básicos. Correcto, son las bases elementales de la democracia, sobre las cuales todos, de derecha o de izquierda, liberales o conservadores, podemos tener coincidencia para unirnos y defenderlas. Muchos países, con tradición democrática mucho más larga que la nuestra, tomaron por sentadas estas cuatro dimensiones básicas de su sistema democrático - y hoy enfrentan desafíos serios de parte de movimientos populistas, autoritarios o anti-sistema (las ultraderechas que han surgido en Francia, Italia, Gran Bretaña, Alemania y ahora también en España; el populismo vestido de izquierda en España). Nosotros tenemos el agravante que por las deficiencias y abusos que hemos permitido dentro de nuestra sistema democrático, y por la falta de estrategia de las fuerzas democráticas, las fuerzas de la anti política ya están controlando el Ejecutivo – ¡y van por más!

 

Por suerte, los abusos que está cometiendo este gobierno ha logrado lo que antes parecía imposible: que las fuerzas que son parte del pluralismo democrático se acercaron y aprendieron a administrar sus contradicciones. Este es el punto de partida para desarrollar una estrategia de defensa común con el propósito compartido de defender los 4 principios de nuestra democracia arriba desarrollados. No tiene que ver con abandonar ideologías y negar diferencias, ni siquiera las sustanciales entre derecha e izquierda, entre progresistas y conservadores. En el sistema que se trata de defender hay mecanismos y espacios para administrar estas diferencias, para dirimirlas de manera pacífica, vía concertación o electoral. Pero una vez se rompe “el sistema”, estos espacios se cierran a favor de métodos de imposición.

 

Los populistas siempre esperan que “el sistema” no se va a defender, una vez lo hayan tildado de corrupto, de desfasado, antipopular, pintando los grandes acuerdos democráticos como “pactos del bipartidismo ARENA-FMLN”. Esperan y promueven de manera manipulativa que cada uno de los demás sectores y fuerzas, en vez de defender el sistema, busque defender sus propios intereses, incluso pactando con el poder autoritario.

 

Nos toca mostrar que “el sistema” no es indefenso y manso, como ellos calculan; que hay reservas morales que se pueden movilizar; fuerzas sociales y políticas antes opuestas que se pueden unir; que hay claridad de que la única manera de defender “el sistema” es asumiendo sus deudas sociales – pero también volverse beligerantes. Las instituciones democráticas defienden el sistema haciendo su trabajo fiel a la Constitución y sin claudicar. Las fuerzas políticas y sociales tienen que aprender y asumir que en política la mejor defensa es la ofensiva. El tiempo es corto, porque en febrero se va definir en las urnas el futuro del sistema político salvadoreño: democrático, pluralista, republicano o autoritario.





viernes, 10 de julio de 2020

Carta a los médicos y enfermeras: No se dejen manipular. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y El Diario de Hoy, sábado 11 julio 2020

Estimados amigos:

Esta carta está dirigida a todo el personal de los hospitales que participó el jueves pasado en las marchas. Me parece absolutamente justo y necesario que ustedes reclamen del Estado el apoyo que necesitan para hacer su trabajo. Esta falta de apoyo no solo pone en peligro la vida de ustedes, por carencia de equipos adecuados de protección, sino también resta eficiencia al combate por la vida de sus pacientes contagiados de COVID-19.

Son dos razones fuertes para movilizarse como gremio y exigir cambios en la manera en que el Estado maneja la emergencia. Yo he expresado en varias cartas y columnas mi apoyo a sus reivindicaciones y mi respeto y admiración al trabajo que están haciendo en tan precarias condiciones. Repito lo que escribí en una carta anterior“Si todo el mundo les dice ‘héroes’, ¿por qué son tan mal pagados? ¿Por qué tienen condiciones de trabajo tan inhumanas? ¿Por qué no les dan todo el equipo de protección que necesitan contra el contagio?”

Tienen que entender que en la situación actual, con la crisis de la epidemia, ustedes de repente son un sector importante y protagónico. Las noticias de médicos prominentes muertos por el COVID-19 o las historias de enfermeras cayendo enfermas conmueven a la gente. De repente, ustedes se vuelven sujetos de campañas públicas de apoyo, pero lastimosamente también de intentos de manipulación. 

No creo que realmente sea en defensa de sus intereses, como enfermeras y médicos, andar exigiendo a la Asamblea que haga caso a la presión del gobierno de decretar nuevamente un Estado de Excepción, facilitando una nueva cuarentena domiciliar y los instrumentos jurídicos para otra vez paralizar la actividad económica del país. 

Lo que ustedes como trabajadores de salud y nosotros como potenciales pacientes necesitamos es una política sanitaria coherente, con claras prioridades. Y obviamente la prioridad número uno debería ser apoyar a los hospitales y su personal. Lo que más afecta a ustedes y a los pacientes es que el gobierno permitió que todos los hospitales estén ahora congestionados y contaminados, porque todos han tenido que dar prioridad a los enfermos de COVID-19. Los 3 meses de cuarentena, confinamiento y cierre de la economía tenían una sola razón: dar tiempo al gobierno de hacer las inversiones necesarias para capacitar al sistema hospitalario a recibir a los pacientes contagiados que en algún momento iban a necesitar atención. El gobierno hizo inversiones, pero no fueron inteligentes, porque no se hicieron con criterio técnico sino con criterio político y publicitario. 

Que esto ahora está haciendo crisis era previsible y muchos de ustedes lo advirtieron. En esta situación no deberían ser ustedes los que vengan a salvarle la cara al gobierno, que quiere aprovechar la credibilidad y el tremendo respeto que el país les tiene para ocultar sus fracasos detrás de la insistencia en leyes de excepción y cuarentenas. 

Si ustedes focalizan su movilización en exigir una política sanitaria coherente, más allá de las improvisaciones y trucos publicitarios, podrán tener un gran impacto y tal vez incluso romper con los empates y bloqueos políticos. De todos modos, ni las cuarentenas ni las intervenciones focalizadas que otros proponen tienen ningún sentido si no son parte de un plan coherente que abarca salud y economía, hospitales y empleo, implementos médicos y seguridad alimentaria.

Ustedes tienen todo el derecho -yo diría, la obligación- de exigir que el gobierno formule y ponga en práctica un plan coherente para sacar al país de la emergencia sanitaria y de la emergencia económica. Ambas son inseparables. Ya ahora el gobierno no logra garantizarles el pago de salarios y el suministro de máscaras y trajes de protección. 

Si no arrancamos la economía, y con ella el volumen de impuestos que recolecta el gobierno, ¿de dónde piensan que les van a pagar a ustedes, proveerles de transporte, habilitar más UCI y comprar implementos que ustedes necesitan? 

Con el respeto que siempre les he tenido, les saluda 




miércoles, 8 de julio de 2020

Carta los alcaldes y diputados: Focalizar, pero dentro de un plan sanitario nacional . De Paolo Luers

Personal sanitario de la alcaldía de Soyapango: localizando el combate a la epidemia
Foto: Menly Cortez/EDH
 
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY,  9 julio 2020

Estimados amigos:

Hay que focalizar las intervenciones sanitarias contra la epidemia. Es la conclusión lógica de la experiencia de muchos países, analizada por expertos. También es la salida lógica del entrampamiento, que actualmente está paralizando la respuesta del país a la epidemia. Está entrampado institucionalmente, por la insistencia del presidente en volver al confinamiento estricto, parando la reapertura económica y la resistencia del Legislativo de aprobar una ley de estado de excepción sin la cual el gobierno no puede imponer sus medidas coercitivas y represivas. 

Detrás de este entrampamiento institucional está el entrampamiento conceptual, provocado por el dilema falso entre salvar vidas y salvarnos de más desempleo, más hambre y pobreza, y más convulsión social.

Si lográramos focalizar y descentralizar de manera inteligente las intervenciones sanitarias del Estado, podríamos romper con este entrampamiento y con este dilema falso. Se trataría de una forma de intervenciónsanitaria (incluyendo cuarentenas o cercos sanitarios) focalizada tanto localmente (en una comunidad, un municipio, una región) como sectorialmente (en un sector de la economía, o una empresa particular). 

De esta manera, la política sanitaria, incluyendo sus medidas drásticas, se volvería compatible con la reapertura de la economía. El nuevo principio rector sería: Todo puede funcionar, a menos que existan factores que comprueban que su funcionamiento causa mayores contagios. Y para tomar las decisiones, evaluar los riesgos y decretar las medidas de prevención se necesita de instancias capacitadas que reúnen criterios científicos y el conocimiento concreto de la situación local o sectorial.

En este sentido, los experimentos de focalización comunal en algunos municipios (Soyapango, San José Villanueva) son valiosos. El impulso automático del presidente de desacreditarlos demuestra lo difícil que será este camino. Igual la manera como algunos opositores manejan el concepto de la focalización, proponiendo el absurdo de trasladar todas las responsabilidades a las alcaldías.

Hay que decirlo con claridad: El concepto de la focalización y descentralización solo funcionará si todas las actividades municipales se ejecutan como parte de un plan integral coordinado por el Ministerio de Salud. En materia de Salud, especialmente para enfrentar una epidemia, las actividades municipales no pueden ser islas autónomas que funcionan sin o incluso en contra de las autoridades nacionales. Se puede exigir que el plan nacional para enfrentar la epidemia, que a todas luces no existe, sea resultado de la cooperación de los gobiernos locales, de la academia y de los gremios profesionales de salud, pero no que cada uno tenga derecho de hacer lo que decida con su criterio.

Pero ahí se encuentra la dificultad, que puede hacer fracasar este concepto, por muy lógico que sea: necesitaríamos un Ministerio de Salud dispuesto a compartir datos y responsabilidades con la academia, la empresa privada, y los alcaldes. Necesitaríamos un presidente dispuesto a dejar que el Ministerio de Salud se rija por criterios científicos y no por los criterios propagandísticos del gobierno y el ego del mandatario. 

Mientras esto no se da, no habrá forma de que tengamos una ley que regule esta focalización, que defina las facultades y los recursos del gobierno y de las alcaldías, y que abra el camino a las empresas y sus trabajadores a retomar su labor en un ambiente de seguridad jurídica. Ahora se impone el poder de facto del Ejecutivo, sin una ley que le dé la facultad de decidir quiénes pueden trabajar y cuándo. 

Entonces, la solución parece clara, pero está bloqueada por un presidente que veta cualquier intento de la Asamblea de llenar el vacío legal, y que tampoco permite que el Ministerio de Salud trabaje con criterios profesionales y científicos. 

La verdad es que nadie sabe cómo salir de este entrampamiento. 

Saludos, 






lunes, 6 de julio de 2020

Carta a un veterano de los US Marines: Semper fi



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 7 julio 2020

My dear friend David Evans:

Tu muerte, hace 1 semana en tu querida Antigua Guatemala, conmovió a muchos aquí en El Salvador: ex dirigentes guerrilleros, combatientes lisiados y activistas humanitarios, etc. Teníamos años de no verte aquí, pero sabíamos que estabas haciendo en otros lados del mundo el mismo trabajo que te trajo a El Salvador: atender a combatientes y civiles que en las diferentes guerras habían sufrido amputaciones.

Fuiste a Vietnam con los Marines. Perdiste en esa guerra ambas piernas y el entusiasmo que te llevó a unirte a los Marines para para defender el “mundo libre” en las junglas de ese país asiático. A tu regreso, te hiciste activista contra esa guerra, junto a muchos otros veteranos, y en especial te hiciste organizador de campañas contra el uso de minas. Y te hiciste técnico de prótesis, aprendiste a fabricar piernas postizas, adaptarlas a los lisiados y enseñarles cómo volver a vivir y trabajar. Y como esto era una tarea de Sísifo, porque las guerras continuaban produciendo más lisiados que tú y otros protecistas podían atender, comenzaste a armar talleres para enseñar a los mismos lisiados a formar talleres y producir las prótesis y atender a los pacientes.

Con esta idea andabas, cuando te conocí en Los Ángeles, en la oficina de Medical Aid for El Salvador, en 1986. Y junto con Mario Velásquez, el fundador de Medical Aid, hicimos planes de cómo atender a los lisiados de guerra en El Salvador. Con el agravante que esa guerra estaba en pleno desarrollo…

Pero para vos no había excusa para no hacer las cosas necesarias solo porque había obstáculos y riesgos. Siempre dijiste: “Los Marines no se rinden. Semper fi! (Siempre fiel)”. Te llevamos a viajes de exploración en zonas de control guerrillero, donde había campamentos de lisiados que esperaban ser evacuados del país y atendidos en el extranjero. No era tan “chiche” en medio de la guerra. Una vez fuimos a Chalatenango, el carro lleno de tu taller móvil de prótesis. Al llegar al retén en el puente del río Lempa, vos sacaste tu carnet de Marines y ellos pensaron que veníamos de la embajada en misión especial…

También fuiste a Cuba, donde había un centro de atención a lisiados salvadoreños en el Campamento Cacahual, en las afueras de La Habana. Fue en este lugar donde fundaste el primer taller de prótesis. Fundar significaba conseguir el pisto en Estados Unidos, comprar o recibir en donación las maquinarias y los materiales, llevarlos para Cuba, instalarlos, escoger a los alumnos, y capacitarlos…


David Evans adaptando una pierna a un combatiente guerrillero
Foto: Corina Dufka

Luego se replicó esta metodología en algunos campamentos guerrilleros, a menor escala, solo para dar mantenimiento a las prótesis que vos trajiste desde el exterior, hechas a la medida. Y luego de los Acuerdos de Paz, el proyecto estrella: La escuela de prótesis de la Promotora de Discapacitados de El Salvador PODES, donde docenas de excombatientes recibieron una capacitación formal e integral como protecistas y donde se adaptó prótesis a cientos de lisiados de guerra.

Pasé muchas anécdotas inolvidables con vos, Evans, el Marine cuto y loco. ¿Te acordás cuando en el Camino Real estuvimos tomando Jack Daniels (¡siempre Jack Daniels!) en la terraza a la par de la piscina? Y ante las miradas de todos, incluyendo muchas mujeres muy guapas que querías impresionar, te fuiste a la orilla de la piscina, te quitaste el pantalón, desabrochaste tus dos prótesis, y te tiraste al agua, dejando paradas las patas y luego de unos segundos de silencio, algunas mujeres comenzaron a aplaudir. 

Siempre mostraste orgullo de ser marine, orgullo de ser lisiado y orgullo de ser americano. 

Recuerdo también otra escena en el Camino Real, todavía en tiempos de guerra, cuando nos encontramos con un grupo de seguridad de la embajada: borrachos, gritando a carcajadas, como si fuera su casa. 

Vos dejaste de hablar. Vi que estabas a punto de explotar. De repente te levantaste, te pusiste al frente de tus compatriotas y dijiste, en voz de mando: “Shut up, assholes. Behave yourselves, this is not your country. Show some respect…” (Cállense, este no es su país, muestren algo de respeto). Uno de los soldados contestó: “Do you know who you’re dealing with? Nobody tells the marines to shut up…” (No sabes con quiénes estás hablando. Nadie calla a los Marines.) Vos comenzaste a subirte tu pantalón a la rodilla, en ambas piernas, revelando tus dos patas de hierro. “This is a marine! You ain’t marines, ‘motherfuckers’. You’ve never seen combat. You’re the ambassador’s bodyguards, a disgrace to the Marine Corps.” (Esto es un Marine. Ustedes son los guardaespaldas del embajador y una vergüenza para los Marines.) Los soldados pagaron su cuenta y se fueron en silencio. “See, I showed them some respect”, dijiste (Viste, les enseñé el respeto).

Enseñaste respeto a mucha gente. Respeto y dignidad. Te vamos a extrañar, Evans. See you later. 

Your old friend,