viernes, 13 de enero de 2023

Una carta diferente: La Canción de los Nombres. De Paolo Luers

"He visto muchas películas sobre el Holocausto, pero ninguna como The Song of Names, ninguna tan sencilla, tan humana. No se ve a los asesinos nazis. No se ve a las víctimas reducidas a huesos, que siempre hemos visto. No juega con el horror. Esta película juega con el amor, la memoria y la música." 

EL AUDIO: THE SONG OF NAMES.mp3

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 14 enero 2023

Hay una película que quisiera que todos ustedes vean, por su calidad cinematográfica, poética, musical – y sobre todo humana: The Song of Names / La Canción de los Nombres.


Es la historia de Dovidi, un niño judío y genio musical, que sus padres mandan de Polonia a Londres para desarrollarse como violinista – y también para salvaguardarlo de la barbaridad de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto que se avecinan.


Es acogido por una familia inglesa relacionada con el mundo de la música clásica, que se compromete a conseguirle la mejor educación musical. Martin, el hijo de la familia, se convierte en su hermano, cómplice y luego promotor. 


Cuando ya ha estallado la guerra con la invasión alemana a Polonia y la persecución de los judíos, Dovidi pierde el contacto con su familia. En Londres Martin y su padre organizan el primer gran concierto de Dovidi. Pero la estrella de la noche nunca se presentó – se desvanece, y durante décadas nadie sabe de él. Martin nunca deja de buscarlo. Luego de la guerra, su búsqueda lo lleva a Polonia y al fin a New York, donde lo encuentra, 40 años después.


Resulta que el día del concierto, que nunca tuvo lugar, Dovidi se encontró, por pura casualidad, en un barrio de Londres con una comunidad de judíos, que se dedicaba a mantener viva la memoria de los judíos muertos en el Holocausto. Dovidi no sabe si su familia está muerta o sobrevivió. Un judío viejo le dice: “¿Quieres saber? Entonces busque.” Lo lleva a una sinagoga y en unos folios que han copilado a partir de la transmisión oral de los sobrevivientes, Dovidi encuentra entre los nombres de los muertos los de sus padres y hermanas. 


Su vida cambia. Pierde todo interés en su carrera de músico, no va a la cita en la sala de conciertos, no regresa a la casa. Decide dedicarse a mantener viva la memoria. 


Las transmisiones de los nombres de los judíos muertos en los campos de concentración en Polonia han sido orales, en una forma litúrgica. Los sobrevivientes las llevaron a sus sinagogas y a la diáspora. Los viejos judíos en Londres los copiaron en unos folios. Dovido las convierte en The Song of Names, una canción instrumental para violín, su única y última composición. Al terminar la guerra, viaja a Polonia para tocarla dos veces: En un psiquiátrico, donde encuentra a un amigo de juventud – y luego, él solito, en el campo de concentración Treblinka, donde asesinaron a su familia. Luego abandona la música y comienza una nueva vida religiosa en New York.


Martin lo convence ir a Londres y dar el concierto – 40 años después. Dovidi acepta, bajo dos condiciones: Que sea una sola presentación – y que luego se olviden de él y nunca vuelvan a buscarlo. En el concierte en Londres toca la Canción de los Nombres.


De esta historia, plasmada en una novela de Norman Lebrecht, el director canadiense François Girard compone una película poética sobre música, amistad y memoria, como no he visto otra. No tiene nada de sermón o moraleja, sólo cuenta la historia de Dovidi y Martin. He visto muchas películas sobre el Holocausto, pero ninguna como The Song of Names, ninguna tan sencilla, tan humana. No se ve a los asesinos nazis. No se ve a las víctimas reducidas a huesos, que siempre hemos visto. No juega con el horror. Esta película juega con el amor, la memoria y la música. 


Saludos, 

PD: Song of Names está en Netflix.  




 

miércoles, 11 de enero de 2023

Carta al presidente de la Asamblea: Un burro y 55 robots. De Paolo Luers

 "Le felicito. Ni siquiera los militares en los gobiernos del PCN tenían tan automatizado el trabajo legislativo."

El audio: El Burro.mp3

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 12 enero 2023

Ciudadano Ernesto Castro:

 

Usted ha renovado totalmente la forma de conducir el trabajo legislativo – o más bien la ‘bancada cian’, que otros llaman la ‘bayuncada cian’. Ha reducido a los diputados a robots que, una vez programados, cumplen sus tareas, aprietan botones, repiten todos las mismas frases. Bueno, por lo menos los de Nuevas Ideas. Los de la oposición, los ha convertido en parias, con los cuales se evita todo el contacto, como si fueran leprosos.


Le felicito. Ni siquiera los militares en los gobiernos del PCN tenían tan automatizado el trabajo legislativo. 


La muestra más contundente de este régimen sale todas las semanas en Twitter. Usted, como presidente de la Asamblea, tiene la tarea de convocar a los diputados a las plenarias. Usted lo hace in Twitter – así como es costumbre en la corte que rodea al presidente. 


Entonces, por lo menos una vez a la semana, en su cuenta oficial de Twitter sale la convocatoria. Y lo que pasa después es el espectáculo más absurdo de la historia del parlamentarismo. Veamos el ejemplo de esta semana:


@EcastroES: “Por un país en paz, por un país en seguridad, seguiremos firmes.” Viene un video que dice: “El presidente la de AL, Ernesto Castro, convoca a la Sesión Plenaria 90, Miércoles 11 de enero, 9:30 A.M.”, acompañado de una música gloriosa.

 

Este tuit suyo lo reproducen 43 diputados de la “bayuncada cian”. Y como la convocatoria de usted lleva una consigna, todos se esfuerzan por contestar con consignas. 

 

La primera en reaccionar es Dania González. Lo hace tan inmediato, con solo un minuto de diferencia, que hay que suponer que estaba a la par suya, cuando usted publicó su tuit. La respuesta de @DaniaGonzalz no solo fue rápida, sino contundente: “Ready”, seguido con un emoi de músculo fuerte. No sabemos que premio usted le dio por ser la primera en responder. Tampoco sabemos si usted castigó a los diputados que no respondieron debidamente...


Aquí no me caben todas las respuestas. Solo voy a poner los más absurdos:


Al mismo minuto que Dania respondió, la mujer del clima, Sandra Martínez: “Ahí estaré, presidente”. Por lo pusilánime de esta respuesta, que no es consigna, usted no le habrá dado ningún premio. Competir con Dania no es cinco de yuca.


Con un minuto más de retraso contestó un tal Herbert Rodas (que hasta ahora me doy cuenta que existe en la Asamblea): “Ahí estaré presidente, listo para votar a favor de la seguridad de nuestro pueblo.” Políticamente correcta esta frase, pero un poco aburrida. Descalificado.


Evelyn Merlos: “Mi total compromiso siempre está presente, ahí estaré.” 

Roxana López: “Lista a favor del pueblo Salvadoreño.”

Annette Mencia: “Por un entorno más seguro para nuestro país. ¡Presente!”

Walter Alemán: “Listo para seguir trabajando a favor del pueblo Salvadoreño.”

Ana Figueroa: “Seguiremos trabajando por el bienestar de los salvadoreños. Cuente conmigo, @EcastroES.”

Todos muy aburridos. No hacen gloria en un gobierno de publicistas. Todos reprobados.


Rebecca Santos: “Estaré puntual Presidente.” Ella quiere compensar la falta de creatividad mostrando que es aplicada. ¿Pero qué le pasa? Se ha tardado 22 minutos en contestar. Reprobada. Y la siguiente le está haciendo competencia en el concurso de ‘El diputado más aplicado’: 

Norma Lobo: “Ahí estaré Presidente, siempre puntual y dispuesta a trabajar por nuestro país.”


Aquí viene Noe Mendoza con una consigna que siempre funciona: “firme hacia adelante.”


Un tal Samuel Martínez quiere engraciarse con usted, Sospechoso “Presidente @EcastroES, ahí estaré para seguir apoyando todas las decisiones que vengan...” 


Sigue un alumno ejemplar, Eduardo Carias: “Seguimos firmes y con plena convicción de cambiar este país. Presidente, ni un paso atrás, cuente con mi respaldo.” No sabe qué hay que respaldar en esta sesión, pero lo hará...


¿Y qué es esta insolencia? El pastor Caleb Navarro solo puso: “Plenaria #90.” Hay que castigarlo por falta de ánimo.


La respuesta más sumisa la da Marcela Pineda. Trata de usurpar el rol de profesora y sermonea así: “Mañana se viene un día de arduo trabajo, pero siempre bajo el mismo objetivo, dar gobernabilidad a nuestro Presidente @nayibbukele a favor de los salvadoreños.” Cuidado, esta serpiente solo reconoce a una sola presidencia. No permita que ignoren el digno carga que usted ocupa...


Bueno, y Cristian Guevara y Carlos Hermann Bruch, que se creen al ignorar sus tuits, don Ernesto? 

 

Tremendo circo de robots que tiene usted instalado en el Salón Azul. 

Sin más que agregar, 







lunes, 9 de enero de 2023

Carta a los guerrilleros veteranos: Nosotros no nos ahuevamos. De Paolo Luers

"Son los veteranos que han puesto multitudes en las marchas de los últimos años. Son los veteranos que pueden recuperar la calle."

El audio: EL 10 DE ENERO.mp3 

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 10 enero 2023

Queridos amigos:

Me recuerdo como si hubiera sido ayer, pero fue hace exactamente 14 años, que me senté en la terraza de La Ventana para escribir mi primera carta. Había prometido a Fabricio Altamirano inventarme para en MAS! un formato novedoso de columnas de opinión, en lenguaje coloquial e irreverente, llegando al grano sin tantos rodeos. Lo que hoy hago en unas horas de la mañana para mandarlo en la tarde y verlo publicado el día siguiente, en aquel inicio lo comencé a elaborar tres días antes. Tenía que cumplir con la promesa de crear algo novedoso. Me senté el 10 de enero 2009 para escribir la primera carta, que se publicaría martes 13 de enero. Fue dirigida a Violeta Menjívar, en aquel entonces alcaldesa de San Salvador. Critiqué su gestión y con la frase “¿Y no es su alcaldía que llenó nuestras aceras de champas, basura, y caca?” quería marcar el estilo de mi nueva columna de opinión. De paso sea dicho que 12 años después me tocó exigir públicamente la libertad para Violeta Menjívar, arbitrariamente detenida. Porque criticar a una funcionaria es una cosa, y perseguir y destruir a una adversaria es otra...

Pero todo esto no es mi tema hoy. Mi tema es el 10 de enero. No es cualquier fecha para mi. Un 10 de enero, en el año 1981, llegué a El Salvador. Este mismo día estalló la guerra que iba a cambiar la vida del país – y la mía, porque me convirtió de espectador en protagonista. Me hice guerrillero.

En varios años he usado mis cartas para reivindicar el legado del 10 de enero 1981. Hoy, que un presidente salvadoreño ha decretado que el país borre de su memoria la insurrección, la guerrilla, los acuerdos de paz y la transición democrática, voy a dedicar cada enero una carta o columna a este día.

Los que escribimos la historia, no vamos a permitir que se borre.

En los recuerdos de Facebook me salió ayer la carta que publiqué para el 10 de enero del 2021. Voy a citar la parte más importante:

“Lo que realmente me motivó a quedarme en El Salvador no fue la guerra sino la manera en la que logramos hacer la paz. A una guerra uno se va, y al terminar se regresa a su casa. Pero la paz no es un punto final, es un punto de partida, una tarea inconclusa. Me quedé para concluir y defender la paz. Y esto voy a seguir haciendo, hoy que tenemos un presidente que declara que el proceso de paz fue una farsa".

Esta carta la titulé: “Divididos en la guerra, unidos por la paz”. Y esto es, para mi, un valor que durante la transición todo el país compartió – y que ahora hemos perdido. Por más ingenuo que parezca: Hay que recuperar y mantenerlo vivo, y los llamados a hacerlo son los veteranos del movimiento guerrillero, los que hicieron la guerra e hicieron la paz.

Celebremos el 10 de enero, no para celebrar la guerra, sino el proceso que nos llevó a la paz, que solamente es posible en democracia.

Celebremos la fecha gemela del 10 de enero: el 16 de enero 1992, día de la firma de la paz, inicio de una nueva República – la que ahora están tratando de desarmar y sustituir por una supuesta ‘refundación de la patria’, basada en supuestas nuevas ideas. Pero son viejas recetas de militarización, culto a la personalidad y poder concentrado en una persona – tan concentrado que necesitan que se reelija, lo que sería el clavo final al ataúd de la República.

Así, estimados amigos quienes juntos logramos derrotar al militarismo una vez, no permitamos que renazca. Ya somos viejos, así que solos no podremos enrumbar el país. Pero si nosotros dejamos de honrar el 10 de enero, ¿cómo vamos a esperar que los jóvenes, que son los únicos que pueden enfrentarse a la dictadura, comiencen a movilizarse?

Son los veteranos que han puesto multitudes en las marchas de los últimos años. Son los veteranos que pueden recuperar la calle, si se unen a todos los sectores afectados por el régimen de Bukele.

Saludos,