viernes, 24 de junio de 2022

Carta a quienes me van a odiar cuando la lean: Tendremos un campo de concentración. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 25 junio 2022

Hola:

A nuestro presidente le gustan los anuncios en superlativos: el hospital más grande de América Latina; inversiones extranjeras nunca vistas; el primer país en emitir bonos Bitcoin por miles de millones; el mejor aeropuerto de Centroamérica, más otro en La Unión; Surfcity, Bitcoin City... Casi nada de esto se vuelve realidad. Y ahora anuncia la cárcel más grande de América Latina – y esta vez sí es real: ya se está construyendo, aunque sin estudios y permisos medioambientales, sin licitaciones, con toda prisa, porque en algún lugar tienen que concentrar a los 45 mil supuestos pandilleros detenidos bajo el régimen de excepción. 


Lo que nuestro presidente no sabe, porque no entiende nada de historia, es que lo que él llama ‘Centro de Confinamiento del Terrorismo’ no será un centro penal, será un campo de concentración.



Los centros penales son instituciones regulados por la Ley Penitenciaria para el cumplimiento de las penas impuestas por los juzgados – y para la rehabilitación de los internos. Pero lo que están construyendo en Tecoluca es otra cosa: un campo de concentración. Cuando se habla de campos de concentración, automáticamente se piensa en los campos de exterminio que los nazis construyeron en Alemania y Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. Pero la verdad es que campos de concentración hubo mucho antes y siguen existiendo después de la dictadura nazi de Hitler. 


Internacionalmente se habla de un campo de concentración cuando se trata de un centro de confinamiento, donde se encierra a personas por su pertenencia a cierto colectivo, organización, religión, condición social o raza, en lugar de por sus actos individuales, sin juicio previo y sin garantías judiciales, por ejemplo acceso a defensores. Así es Guantanamo. Así son las ‘colonias de reos’ en Siberia, donde encierra Putin a los disidentes, igual como lo hizo Stalin.


Lo común de todos estos ejemplos -y de Tecoluca: Uno puede pudrirse al, independientemente de que sea juzgado culpable de un crimen o no.


Lo que funcionará en Tecoluca no corresponde a las normas de la Ley Penitenciaria. Corresponde a la decisión del gobierno de suspender -y violar- las garantías y los derechos constitucionales de decenas de miles de personas. Corresponde a la esencia del régimen de excepción que quieren que sea permanente e irreversible.


Los penales se han llenado (más bien: sobrepoblado) con 45 mil                           detenidos desde marzo, de los cuales tal vez la mitad tiene algo que ver con las pandillas, los otros sólo están presos por ser jóvenes y pobres. Son detenidos provisionales, teóricamente, que según la ley ni siquiera tendrían que estar en los centros penales, conviviendo con reos condenados. Nunca se quiso construir centros de detención provisional para los detenidos sin condena. En vez de esto, ahora se construye un inmenso campo de internamiento, exclusivamente para acusados de ser miembros o colaboradores de las pandillas. 


El presidente lo llama ‘Centro de Confinamiento del Terrorismo’, pero será un campo de concentración, por más feas que sean las asociaciones al nazismo o al estalinismo que nos genere esta palabra. 


Los penales regulares -incluyendo el de Mariona- ya están contaminados de las prácticas de violación de los derechos humanos, con las cuales el carcelario en jefe Osiris Luna aplica el régimen de excepción. Ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, El Salvador ya está acusado de prácticas de tortura... 


Tecoluca dará mucho de que hablar e investigar: las licitaciones no hechas; la manera cómo el gobierno obligó a los agricultores a venderle los terrenos; la falta de estudios medioambientales; las condiciones de internamiento y salubridad que se están creando; el régimen de internamiento irregular...


Un gobierno que en serio se propone resolver el problema de la violencia y la criminalidad encarcelando a 70 mil o más personas, sabiendo que no habrá capacidad de celebrar juicios justos a cada uno, con defensa competente para cada uno, está obligado a recurrir a redadas arbitrarias, juicios sumarios, y campos de concentración. Y para mantener el orden en estos campos, el régimen tiene que ser represivo y violento, como ya han ensayando en Izalco y Zacatecoluca. Ya vimos en estos penales las prácticas de campo de concentración, con aquellas imágenes de cientos de reos semidesnudos amontonados y vigilados por hombres con fusiles de guerra. Imaginémonos cómo será el trato en Tecoluca, donde van a concentrar a 40 mil reos o más, aunque esté concebido para 20 mil. 


Escribo esto, sabiendo que muchos no lo van a entender. Me van a acusar de “defender a criminales”. Pero sí me van a entender quienes tienen a un familiar, vecino, amigo, o colega detenido y saben que no es pandillero. Sólo ellos son miles y con razón tienen miedo de hablar. Otros se van a dar cuenta de la triste realidad, cuando algún familiar o amigo desaparezca detrás los muros del campo de concentración de Tecoluca. 


Y les diré algo que más los va a encachimbar: Ni siquiera los que realmente son pandilleros y han cometido delitos, merecen estar en un campo de concentración. 


Así que, celebren el logro de tener un campo de concentración – hasta que ahí encierren a un familiar.

Saludos, 





miércoles, 22 de junio de 2022

Carta al jefe del MOP: Deje de chingar, ministro. De Paolo Luers



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 23 junio 2022

Ciudadano Romeo Rodríguez Herrera:

Siempre cuando en La Escalón se denunció la sistemática destrucción y obstrucción de las aceras por parte de negocios que las ocupaban como parqueo, el MOP dijo: es asunto de la alcaldía. Como ésta tampoco asumió la responsabilidad, las aceras se convirtieron en parqueos para los negocios colindantes. Caminando por las aceras, uno se topa con carros y otros obstáculos que le obligan a caminar por el carril asignado a vehículos.


De repente, el MOP detectó su responsabilidad con el peatón y decidió intervenir en un asunto de aceras - aunque legalmente no le toca. Y por pura casualidad, la primera y única vez que el MOP interviene en un asunto de aceras, es para afectar el proyecto del grupo Simán. Para ser más preciso: para chingarle la vida y los negocios a un hombre, a quien desde las alturas del poder gubernamental han declarado opositor y enemigo: Miguel Ángel Simán, ex presidente de FUSADES. Su otro pecado: es hermano de Javier Simán, a quien Batman Bukele teme como adversario, aunque ya no esté en la jugada política. 


El proyecto Millennium Plaza, en el Paseo Escalón, lo dirige Miguel Ángel Simán. Como hombre riguroso y cuidadoso que es, tiene en regla todos los permisos, que requiere un proyecto de construcción de este tipo. Le han costado, porque desde la llegada de Nuevas Ideas al gobierno y la alcaldía capitalina, todo se le ha complicado. Simán y sus arquitectos e ingenieros tuvieron que pelear cada detalle, perdieron mucho tiempo – y como en construcción el tiempo es dinero, perdieron millones. Ahora, cuando la Plaza está por inaugurarse y las empresas inquilinas por iniciar sus operaciones, usted manda a cerrar el proyecto y a suspender los trabajos pendientes. 


La razón que usted da: “Los Simán” se han robado la acera del Paseo Escalón. Esta decisión no tiene fundamentos legales, sino claramente políticos y propagandísticos. Ni tiene usted competencia para mandar a suspender nada, ni tampoco es cierto que “los Simán” se hayan robado la acera. La cambiaron, la desviaron unos metros, así como está en los planos aprobados por la instancia competente, que es el OPAMSS, la Oficina de Planificación del Área Metropolitana. Esta entidad depende del Consejo de Alcaldes del Gran San Salvador, pero de ninguna manera del MOP.


El MOP no tiene vela en este entierro. No aprueba, ni desaprueba, no puede multar, ni sancionar, y ciertamente no cerrar y suspender. Así sería en un Estado de Derecho. En un Estado de Hecho, como ustedes están estableciendo, un ministro puede hacer lo que le dé la gana – o lo que el presidente le ordene. Así que los trabajos en Millennium están suspendidos, por órdenes ilegales del MOP, y los propietarios pierden más tiempo y más dinero, y tal vez unos contratos ya firmados con empresas que querían operar en la plaza o la torre. De esto se trata: chingar a quienes consideran opositores, ¿verdad don Romeo?


No se trata de la acera o de los derechos de los peatones, los cuales de repente usted ha decidido proteger, aunque sea en una sola cuadra de la Escalón, donde por casualidad hay un proyecto de construcción y desarrollo comercial de “los Simán”...



De todo modos, Millennium Plaza tendrá su acera. Que la acera aún no está habilitada se debe a que no han terminado los trabajos – y con la intervención de usted se va a prolongar esta situación.


Lo que hicieron los arquitectos del proyecto -y lo que aprobaron los arquitectos de OPAMSS- es desviar la acera por unos metros, para crear espacio para una bahía de vehículos enfrente de la plaza. Si hubieran dejado la acera en su ubicación original, en la entrada y salida de esta bahía se hubieran creado cruces de peatones con vehículos. Desviando un corto tramo de la acera para adentro del terreno de Millennium (pero siempre sin entrar a la plaza), se evitan los cruces entre peatones y vehículos. El peatón camina unos metros más, pero de manera segura. Y el tráfico es fluido.


Si con esta chingadera ustedes quieren lograr que “los Simán” se rindan (sea pidiendo cacao al presidente, o sea abandonando sus negocios y su país), están soñando. Los van a atacar ferozmente, les van a causar daños económicos y tal vez obligarlos -por la fuerza, no por la ley- a modificar el diseño de la entrada a su plaza. Van a afectar a empresas y trabajadores. Mientras tanto, miles de kilómetros de aceras en toda la ciudad van a quedar obstruidas, rotas, desechas e intransitables para los peatones. 


Aunque sé que es en balde, le digo: Deje de chingar, ministro. Deje que la gente trabaje. 

Saludos, 





lunes, 20 de junio de 2022

Carta a los jueces y fiscales: La clave son ustedes. De Paolo Luers

Falsos dilemas. En México: "abrazos versus balazos”; en El Salvador: “pacto con pandillas” versus “guerra contra pandillas". 

La alternativa verdadera será “la justicia”. Pero esta el gobierno la ha convertido en una farsa.



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 21 junio 2022

Estimados administradores de la justicia:

Yo sé que hay entre ustedes quienes no han abandonado el intento de actuar con independencia, a pesar de que sus superiores en la Corte Suprema y en el despacho del Fiscal General ya no los están respaldando. A estos jueces y fiscales va esta carta.


Me mandaron un artículo del periódico ‘El Economista’ de México sobre una fuerte controversia en ese país: el presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, había dicho que su política de Seguridad Pública la seguirá rigiendo el concepto de “abrazos, no balazos”. Nunca antes AMLO había sintetizado su concepto en esta fórmula tan gráfica, simple, clara y polémica. En la tempestuosa discusión que se armó, el presidente defendió su fórmula, contrastándola agresivamente con el baño de sangre, que la política de la “guerra al narco” del ex presidente Felipe Calderón había causado al país.


Me metí en Google para rastrear la discusión que se armó en la prensa mexicana. Unos en favor, otros en contra de la fórmula “abrazos, no balazos” de AMLO. Pero no encontré a nadie diciendo que este es un falso dilema. Dar abrazos o balas a los criminales no son las únicas opciones, entre las cuales hay que escoger, sino que hay otra, que nadie propone: la aplicación de la justicia.


El problema: para que esta opción funcione, se necesita un sistema de justicia que sea independiente, profesional, libre de corrupción – y que no permita que la persecución del delito incluya violaciones a los Derechos Humanos ni alteraciones al orden constitucional. No me compete juzgarlo, porque no tengo suficiente información, pero tengo la impresión que este es el problema en México – y ciertamente en El Salvador. A diferencia de nuestro país, México tiene un órgano judicial que tal vez no es libre de corrupción, pero mantiene su independencia frente al Ejecutivo. Pero esto no es suficiente. Para que la aplicación de justicia sea la alternativa viable frente al falso dilema de “balazos o abrazos”, aparte de jueces independientes y competentes se necesita que funcionen correctamente la fiscalía, las policías, la investigación científica. Ahí parece que reside el problema en México – y definitivamente en El Salvador.


Entonces, regresemos a El Salvador. Aquí el falso dilema es infinitamente más absurdo y maligno que el mexicano. Aquí el falso dilema que nos venden es: “Pacto con pandillas versus guerra contra pandillas” con un estado de excepción permanente, redadas arbitrarias, juicios sumarios, tortura y muertes en los penales. Una diferencia marcada con México: allá la transición de “balazos” a “abrazos”, de entender y tratar la delincuencia como un problema militar a entender y tratarlo como un problema social, no fue un cambio impulsivo de un presidente, sino la transición de un gobierno (el de Calderón), que declaró la guerra, a otro (de AMLO), que declara que va a atender y resolver las causas de la violencia, pasando por el gobierno de Peña Neto, que no hizo ni lo uno ni lo otro - ni mucho menos apostó a la tercera opción, la aplicación de la justicia. Un proceso de 15 años. 


En El Salvador, no fue un proceso histórico, sino un presidente que, siguiendo sus impulsos y los consejos de sus publicistas, primero optó por hacer pactos secretos con las pandillas, y cuando se dio cuenta que no las podía controlar del todo, cambió al otro extremo: les declaró la guerra. Con la grave complicación que lo que desató fue la guerra contra los pobres y contra toda una generación de jóvenes en los barrios. Ni con el pacto, ni mucho menos con la guerra, Bukele pensó en las causas de la delincuencia masiva, y mucho menos en cómo atenderlas. Ni en la justicia.


Si en México el dilema es falso, aquí en El Salvador es falso, mentiroso y cínico. En México, la opción mal resumida por el presidente en la palabra “abrazos” no es un sinsentido, porque apuesta a atacar las causas sociales - aunque le falta el complemento indispensable: la aplicación correcta de la justicia.


Aquí, ciertamente la verdadera opción para enfrentar el problema -la justicia- no existe, porque este gobierno está haciendo todo lo posible para cooptar -y con esto debilitar- la policía, la fiscalía y la judicatura. Con el régimen de excepción, la justicia se está convirtiendo en una farsa.


La tarea de todos nosotros, pero sobre todo de ustedes, que son parte de la fiscalía y del órgano judicial, es hacer todo lo posible para que esta pérdida de independencia no sea total ni irreversible, porque en algún momento, cuando la guerra contra las pandillas fracase, igual que fracasaron los pactos con las pandillas, necesitaremos la justicia.   


Cuiden los reductos de independencia que quedan. Mantengan vivo el concepto de la justicia como única fórmula que podrá enfrentar la delincuencia, sin corrupción, sin estados de excepción, sin excesos y arbitrariedades en la persecución del delito - y sin supeditarse a estrategias de márquetin político de un gobierno.


Saludos,