sábado, 15 de diciembre de 2018

Carta a los pesimistas y llorones: ¿Quién dice que este país no tiene futuro?

(Desde Amsterdam) ¿Quién dice que este país no tiene futuro?
¿Quién dice que solo somos un país de llorones, por una parte, y violentos por la otra?
¿Quién dice que los jóvenes no tienen iniciativa?

Conozco una chica, nacida en familia pobre rural, que aparte de viajar todos los días de Suchitoto a San Salvador para estudiar ya montó su propio negocio, fabricando y vendiendo carteras con diseños que podrían competir en Milano, Barcelona o New York. Acaba a ganar en su universidad un concurso de emprendedurismo. El cheque lo va a invertir en una maquina profesional de coser…

Conocí a una chava que regresó de Francia, donde se graduó en derecho y sociología. Le ofrecieron trabajo en Europa, pero decidió regresar a su país, para montar una ONG que trabaja con niños de la calle, les da acceso a comida, educación y techo…

Vi crecer en Suchitoto a un bichito que enseñó a mi hijo el arte de vender tamales. Se dedicaba a esto para apoyar a su mamá y sus hermanos menores. Luego de salir del bachillerato, en vez de ir a la U, se consiguió un chance en una productora de video, jalando cables, cargando bultos, armando luces. Hoy es camarógrafo y editor, responsable de muchas tomas que todos los días vemos en la campaña. No me gusta esta campaña, pero me encanta que el bicho reconstruyó la casa de su mamá y le paga a su hermano los estudios para convertirse en cocinero profesional…

Conozco, también en Suchitoto, a un joven que, a pesar de que se dedica a la agricultura, que sostiene a su familia, se considera actor profesional. Saca orgullo y autoestima de ambas capacidades: la agricultura y el teatro… No se parece al bicho que conocí hace 10 años, cuando entró en el primer taller de teatro. Y es un actor excelente. Pero se queda en su pueblo para formar otros.

Hace pocos días conocí a un músico quien, luego de terminar sus estudios de guitarra en Cuba, en vez de aceptar ofertas para tocar en orquestas, regresó a El Salvador y se dedica a formar maestros de música para que ellos formen a jóvenes talentos en comunidades marginadas.

En unos días voy a ir a celebrar los 80 años de una señora que armó en Suchitoto una institución que se dedica a apoyar a cientos de jóvenes que quieren abrirse caminos como los que los arriba mencionados ya están recorriendo.

Repito:
¿Quién dice que este país no tiene futuro?
¿Quién dice que solo somos un país de llorones, por una parte, y violentos por la otra?
¿Quién dice que los jóvenes no tienen iniciativa?

Las potencialidades son infinitas. Solo hay que descubrirlas, quitarles los obstáculos, y crear condiciones para que se desarrollen. Esto espero yo del próximo gobierno.

Saludos,

 


(MAS! y EL DIARIO DE HOY) 
 
 

Carta a los pesimistas y llorones: ¿Quién dice que este país no tiene futuro?

(Desde Amsterdam) ¿Quién dice que este país no tiene futuro?
¿Quién dice que solo somos un país de llorones, por una parte, y violentos por la otra?
¿Quién dice que los jóvenes no tienen iniciativa?

Conozco una chica, nacida en familia pobre rural, que aparte de viajar todos los días de Suchitoto a San Salvador para estudiar ya montó su propio negocio, fabricando y vendiendo carteras con diseños que podrían competir en Milano, Barcelona o New York. Acaba a ganar en su universidad un concurso de emprendedurismo. El cheque lo va a invertir en una maquina profesional de coser…

Conocí a una chava que regresó de Francia, donde se graduó en derecho y sociología. Le ofrecieron trabajo en Europa, pero decidió regresar a su país, para montar una ONG que trabaja con niños de la calle, les da acceso a comida, educación y techo…
Vi crecer en Suchitoto a un bichito que enseñó a mi hijo el arte de vender tamales. Se dedicaba a esto para apoyar a su mamá y sus hermanos menores. Luego de salir del bachillerato, en vez de ir a la U, se consiguió un chance en una productora de video, jalando cables, cargando bultos, armando luces. Hoy es camarógrafo y editor, responsable de muchas tomas que todos los días vemos en la campaña. No me gusta esta campaña, pero me encanta que el bicho reconstruyó la casa de su mamá y le paga a su hermano los estudios para convertirse en cocinero profesional…

Conozco, también en Suchitoto, a un joven que, a pesar de que se dedica a la agricultura, que sostiene a su familia, se considera actor profesional. Saca orgullo y autoestima de ambas capacidades: la agricultura y el teatro… No se parece al bicho que conocí hace 10 años, cuando entró en el primer taller de teatro. Y es un actor excelente. Pero se queda en su pueblo para formar otros.

Hace pocos días conocí a un músico quien, luego de terminar sus estudios de guitarra en Cuba, en vez de aceptar ofertas para tocar en orquestas, regresó a El Salvador y se dedica a formar maestros de música para que ellos formen a jóvenes talentos en comunidades marginadas.

En unos días voy a ir a celebrar los 80 años de una señora que armó en Suchitoto una institución que se dedica a apoyar a cientos de jóvenes que quieren abrirse caminos como los que los arriba mencionados ya están recorriendo.

Repito:
¿Quién dice que este país no tiene futuro?
¿Quién dice que solo somos un país de llorones, por una parte, y violentos por la otra?
¿Quién dice que los jóvenes no tienen iniciativa?

Las potencialidades son infinitas. Solo hay que descubrirlas, quitarles los obstáculos, y crear condiciones para que se desarrollen. Esto espero yo del próximo gobierno.

Saludos,
( MAS! y EL DIARIO DE HOY)


jueves, 13 de diciembre de 2018

Carta a la izquierda: ¡Pónganse serios!

El ascenso del nuevo populismo celeste va a costa del FMLN. Muchos que durante toda la posguerra han votado por el Frente, hoy anuncian en encuestas su intención de votar por Nayib Bukele.
¿A qué se debe este fenómeno? No es que estos votantes hayan dejado de sentirse identificados con la izquierda. Pero se sienten frustrados con el partido que representa a la izquierda.

Hablando con ex militantes de FMLN que ahora apuestan a Bukele, uno recibe una respuesta simple: “Bukele y Nuevas Ideas representan la ‘nueva izquierda’, que va a corregir los errores del Frente. Se trata de ‘refundar’ la izquierda.” Ellos no tienen ninguna afinidad con GANA, más bien detestan la cultura de corrupción y chanchullos que representa este partido. El pacto de Bukele con GANA no lo ven como traición, sino como movida táctica, que se va a corregir luego de las elecciones. Tienen fe que Bukele y Nuevas Ideas son la solución a la crisis de la izquierda, la cual muchos de ellos viven como crisis personal.
Digo “fe”, porque apostar a Bukele y Cía. para refundar la izquierda solo puede ser un acto de fe. No está basado en una trayectoria de izquierda de los líderes de Nuevas Ideas. Mucho menos de sus operadores políticos y propagandísticos, que casi todos provienen de la derecha más mafiosa.

Entiendo la frustración con el FMLN y sus actitudes conservadoras y oportunistas.

¿Pero en qué se transforma esta frustración? Lo lógico sería luchar por la renovación del Frente, o por construir una nueva izquierda: moderna, democrática, abierta al debate.

Pero pensar que un demagogo con actitudes de playboy hijo de papi puede salvar la izquierda y convertirse en el heredero de tanta lucha y tantos sacrificios, es absurdo y ofensivo. Este hombre nunca ha sido de izquierda, se metió al Frente por oportunismo, y así salió. Obviamente tiene la habilidad de apropiarse de consignas y banderas históricas de la izquierda, pero esto no lo convierte en luchador social. También un militar golpista y corrupto como Hugo Chávez tuvo esta habilidad – y ya sabemos que el régimen que estableció no tiene nada de izquierda.

El primer requisito para alguien que proclama querer renovar la izquierda, es vocación democrática. La segunda: tener una estrategia para empoderar a la sociedad, sobre todo los sectores marginados. Cosa que es excluyente con empoderase como líder que representa a las masas y las convierte en instrumento para preservar su poder. Bukele no cumple ninguno de estos dos requisitos. Construye un partido a la medida de su líder. Se vanagloria que este partido es un movimiento sin cúpulas. Este ha sido siempre el truco de los movimientos autoritarios, incluyendo los fascistas al estilo de Mussolini, Perón y, otra vez, Hugo Chávez: No quieren gobernar con instituciones, sino mediante la conexión directa entre líder y movimiento. Terminan con un déspota que no rinde cuentas a ninguna instancia, ni del partido ni de Estado, sino directamente “al pueblo”, o sea a todos y a nadie.

Esto es lo contrario a izquierda, porque es contrario a los principios de libertad, democracia y emancipación. Por esto no solo el Frente se distanció (a fin) de Bukele, sino también se desmarcan de él figuras históricas de la izquierda democrática como Rubén Zamora, Salvador Samayoa, Roberto Rubio. Les da pena, igual que a mi, que un oportunista y ególatra pueda tener éxito navegando con banderas usurpadas de izquierda. Les inspira desconfianza, igual que a mi, que Bukele y Ulloa despotrican contra el sistema pluralista construido por los Acuerdos de Paz y hablan de una Constituyente para construir una “Segunda República”. El país necesita estabilidad institucional, no experimentos de anti-política que encubre nuevos autoritarismos.

Compañeros, pónganse serios. Si quieren preservar la izquierda como fuerza relevante, no abandonen al Frente en el momento que al fin comienza a renovarse. Si ya no creen en esta renovación, voten por Calleja para que medio levante el país y dedíquense a construir una nueva izquierda. Si ambas opciones les parecen imposibles, registren su protesta votando por Josué Alvarado, quien es un hombre correcto con gran compromiso social. Pero no caigan en la trampa del nuevo populismo.

Saludos, Paolo Luers  



martes, 11 de diciembre de 2018

Carta a la Asamblea: Nuestros filtros no funcionan

Estimados diputados:
El domingo vimos al diputado Jorge Schafik Handal en una entrevista tratando de explicar con qué criterio están escogiendo al próximo Fiscal General. No lo supo explicar. Handal es miembro de la subcomisión que hizo las entrevistas, y también de la Comisión Política, que de la lista de 32 candidatos tiene que escoger al ungido y proponerlo a la plenaria.

Los entrevistadores de FocosTV le hicieron la pregunta de todas las formas imaginables  y el diputado no lo supo explicar. No es que no quiso. No supo. Si le hubieran aplicado tortura de tercer grado, tampoco hubieran obtenido la respuesta. La única conclusión posible es: no hay criterio. Por lo menos ningún criterio más allá del interés que el próximo fiscal no los joda.
Y no es un problema del diputado Handal. Con cualquier otro miembro de la Comisión Política de la Asamblea (tal vez con excepción del diputado independiente Leonardo Bonilla), la entrevista hubiera terminado igual. No hay criterios establecidos para una decisión tan trascendental como nombrar al Fiscal General, del cual dependerá, en gran parte, el futuro de nuestro Estado de Derecho. Sin criterios establecidos, o por lo menos sin criterios confesables, se decidirá de qué forma se va a luchar contra la corrupción; de qué forma el Estado, persiguiendo cualquier tipo de delitos, garantizará o afectará derechos constitucionales y humanos. En esta decisión sobre el futuro fiscal también va implícito si vamos a ver un juicio (pero uno como Dios y la ley mandan) contra Mauricio Funes…

Esta es la triste verdad: no hay criterios. Tampoco hay una comisión capacitada a establecer y aplicarlos. El diputado Handal no es la excepción. Es la regla. Nuestro país y nuestro parlamento no disponen de un mecanismo adecuado para elegir a los más idóneos como funcionarios guardianes del Estado de Derecho, sean magistrados o fiscales. No disponen de una comisión calificada, ni de los procedimientos rigurosos.

Esto no significa que no pueden elegir a funcionarios correctos. Con suerte y cuando las correlaciones de fuerzas lo permiten, pueden salir electos funcionarios capaces, honorables e independientes. Pero no existe un proceso que lo garantiza. Los diputados que los partidos mandan a las subcomisiones, no son los más calificados para diseñar los perfiles adecuados y para examinar si los candidatos los cumplen. No están ahí por su capacidad, sino por su confiabilidad política-partidaria. Y la Comisión Política, que toma las decisiones, la componen los jefes de fracción, no los expertos en materia jurídica.

Luego de estas dos elecciones (de magistrados y de fiscal), la Asamblea tiene el deber de diseñar otros mecanismos para la selección de funcionarios claves. En las audiencias que el Senado de Estados Unidos celebra para confirmar nombramientos de funcionarios y magistrados, intervienen no solo los senadores, sino expertos de alto nivel, con previas investigaciones incluso del FBI. Las audiencias son rigurosas académicamente y son públicas, transmitidas por televisión. Estas pruebas difícilmente las pasa un candidato mediocre, corrupto o con antecedentes cuestionables. El ex fiscal Luis Martínez pasó todos los filtros y casi fue reelecto. Por una razón obvia: nuestros filtros no funcionan.

No se trata de copiar modelos, pero algo de estas prácticas, y sobre todo de esta rigurosidad, debemos adoptar. Si no, a veces nuestro Estado de Derecho va a funcionar, a veces no. No podemos seguir así. Demasiado depende de buenos magistrados y fiscales.

Saludos,