sábado, 12 de diciembre de 2020

En defensa de los Acuerdos de Paz. Columna Transversal de Paolo Luers

16 de enero del 1992. Rompiendo el protocolo:
El presidente Cristiani da la mano a los dirigentes del FMLN

Editorial de EL DIARIO DE HOY,  domingo 13 diciembre 2020

"Los mal llamados Acuerdos de Paz fueron acuerdos de dos cúpulas negociando en nombre de los que arriesgaron su vida” (Nayib Bukele, 25 de noviembre 2020)

No es la primera vez que quien ahora ejerce el cargo de presidente de la República expresa que no se siente comprometido con los resultados de las negociaciones, que pusieron fin a la guerra civil y sentaron las bases, no sólo para la paz, sino para la democracia del país. Lo significativo es adónde y a quiénes lo dijo: en la Escuela Militar Gerardo Barrios y a los futuros jefes militares, en una ceremonia de graduación de subtenientes. Descalificar los Acuerdos de Paz frente a los oficiales formados bajo su gobierno significa nada menos que deslegitimar la nueva doctrina institucional de la Fuerza Armada adoptada luego de la guerra. Significa poner en cuestión la esencia misma de los Acuerdos de Paz: la desmilitarización del país. Esto no sólo incluye la subordinación de la Fuerza Armada a la Constitución, sino además su carácter apolítico, no deliberativo, su separación de la Seguridad Pública.

Este desconocimiento de los Acuerdos de Paz de 1992, por parte del presidente de la República, es el intento de romper con el sistema político, el cual lejos de ser un pacto de cúpulas, surgió de un consenso forjado entre todos los sectores del país y toda la comunidad internacional. No podemos permitir que un presidente sediento de alcanzar el poder ilimitado e incontrolable logre producir esta ruptura. Los Acuerdos de Paz merecen defenderse entre todos. Cuando digo todos, no sólo hablo de los excombatientes de ambos lados, soldados y guerrilleros, sino de las Iglesias, de los partidos políticos de todo el espectro ideológico que juraron cumplir con la Acuerdos, de los sindicatos y organizaciones de campesinos, de los empresarios y sus gremios.

Cuando hablamos de defender los Acuerdos de Paz, ¿qué significa en concreto?

Si enumeramos todos los principales acuerdos que en su conjunto se firmaron en 1992, nos damos cuenta que son precisamente las reglas del juego que el gobierno y los partidos de Bukele están atacando y tratando de debilitar y deslegitimar:

La desmilitarización. Bajo las órdenes de Bukele, la cúpula militar instalada por él desafía sistemáticamente los mandatos de los Acuerdos de Paz y de la Constitución de no meterse en política. El corazón de la paz alcanzada fue: Los militares mantienen el privilegio de las armas, pero dejan de meterse en política; los guerrilleros entregan las armas por siempre, pero ganan el pleno derecho de participar en el sistema político. Esto nos lleva al segundo eje central de la paz:

El pluralismo político. La guerra estalló por que una de las fuerzas políticas existentes, la izquierda en todas sus expresiones, estaba excluida del sistema y sujeto a censura y represión. Los Acuerdos de Paz establecieron un sistema pluralista, en el cual mayorías y minorías, derecha e izquierda, partidos tradicionales y partidos emergentes, podían competir libremente. El sistema no fue perfecto, porque no hubo igualdad de condiciones para todos, pero le dio al país la estabilidad necesaria para poder recuperar su fuerza económica y comenzar a disminuir la pobreza. Los ataques feroces de Bukele y sus seguidores no solo a los partidos que compiten contra los suyos, sino al sistema partidario, demuestran su menosprecio al pluralismo. No es compatible con su anuncio populista que sólo él representa “al pueblo”.

La división de poderes. Este principio es el corazón del sistema republicano que El Salvador adoptó consecuentemente con los Acuerdos de Paz. Nuevamente, no funcionó a la perfección, pero antes del surgimiento del populismo autoritario de Bukele y Cía. había disputas sobre el alcance de la independencia del parlamento, de la Corte Suprema, de la Fiscalía, de la Corte de Cuentas y del Tribunal Electoral, pero no había quienes se dedicaran sistemáticamente a erradicar la división de poderes. Hoy estamos ante una sistemática labor de deslegitimar a estas instituciones, siempre cuando cumplen su papel de contrapeso contra el poder ejecutivo. El populismo siempre pretende ganar poder movilizando a las masas contra las instituciones que supuestamente son obstáculos para la labor del líder a favor de “el pueblo”.

El consenso social contra la violencia política y en defensa de la libertad de prensa. Gracias a este consenso social tan fuerte y profundo, forjado en nuestro proceso de paz, somos el único país de la región (junto con Costa Rica) donde durante décadas no ha prosperado la violencia política ni ataques a la libertad de prensa. Hemos tenido cualquier forma de violencia, pero no violencia política ni contra periodistas, como abundan en Honduras, Nicaragua, Guatemala y México. Luego de lo vivido entes y durante la guerra, la sociedad civil entera ha levantado una barrera moral contra ambos flagelos: la violencia política y la restricción de la libertad de expresión y en particular de la prensa. El gobierno actual y los partidos Nuevas Ideas y Gana que lo sostienen, promueven el odio y los resentimientos como arma política y electoral, atacan diariamente a los medios y periodistas independientes.

Una policía civil e institucional. La abolición de los antiguos cuerpos de Seguridad supeditados a la cúpula y doctrinas militares y sus sustitución por una policía civil y obediente al control de la fiscalía y los jueces, fue el logro más audaz de los Acuerdos de Paz, y todos somos testigos de cómo bajo las órdenes de Bukele la PNC se vuelve a militarizar y convertir nuevamente en un instrumento de control político del gobierno.

El muro en honor a las víctimas de la guerra,
Parque Cuscatlán/San Salvador

Estos son los principales logros que la Nación conquistó al decidirse terminar el conflicto armado y a la vez el autoritarismo y transitar a la democracia. Cada uno de estos logros está en grave peligro si Bukele alcanza su meta de tomar control de la Asamblea, y luego del resto de poderes e instituciones, a partir de las elecciones de febrero 2021. Es tarea de todos, no sólo de los partidos de oposición, a defender y perfeccionar el sistema político que surgió de un amplio consenso luego de la guerra.

Defender los Acuerdos de Paz, los compromisos asumidos en ellos, es la única forma de defender nuestros derechos y nuestras libertades. ¿Qué se cree Nayib Bukele para desafiar los Acuerdos de Paz?



viernes, 11 de diciembre de 2020

Carta a Sulen Ayala: Tu lucha. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 12 diciembre 2020

Me gusta la imagen que usaste para mupis y vallas. Bien diseñada, diferente, llamativa. También me parece correcto el mensaje que escogiste: Vas a luchar contra la corrupción. Coincido, la corrupción debería ser el tema central de estas elecciones. Exponiendo la manera mafiosa que este gobierno maneja los fondos públicos, se desarman dos consignas que han sido claves para el ascenso de poder de Bukele: “Devuelvan lo robado” y “Los mismos de siempre”.

Pero fue un error escoger el titular, además en mayúscula: MI LUCHA. Para mí, como antifascista de la generación alemana de la posguerra y post dictadura nazi, esto rompe con un tabú que en mi país de origen tiene un amplísimo acuerdo social y ético: Nunca usar, y mucho menos jugar, con los símbolos del nazismo. Y el título del libro-credo de Adolf Hitler, “Mein Kampf” (Mi Lucha), es uno de los símbolos más representativos, igual que la esvástica. Por tanto, en Alemania un afiche como el tuyo descalificaría a quien lo difunda.

Pero no estamos en Alemania, donde hasta los niños de primaria saben lo que representa las palabras “Mi Lucha”. En El Salvador la mayoría de la gente desconoce a Adolf Hitler y su odioso libro. Pocos saben que ahí expuso todas sus intenciones diabólicas, como la exterminación de los judíos y desatar una guerra. Aquí el uso del título de su libro en comunicación política no apela ni logra movilizar a sentimientos fascistas de la gente, como por ejemplo lo pretende el uso permanente de la frase “nosotros somos el pueblo” de otros candidatos e incluso del presidente. 

Pero sí hubieras tenido que tomar en cuenta que la frase “Mi Lucha” despierta sensibilidades y abre un flanco para malas interpretaciones, como de hecho ya se han expresado, no solo por parte de enemigos de la lucha contra la corrupción actual, sino también por amigos de esta causa. Lo primero (los ataques de los oficialistas) no tiene mucha importancia, pero lo segundo (la molestia entre amigos y aliados) sí hay que tomarlo en serio. 

Yo tengo el gusto de conocerte desde hace años, ver cuáles son las luchas que peleaste, entender por qué te metiste en política electoral. Por tanto yo sé, sin duda alguna, que de fascista no tenés nada. Tenés convicciones de derecha que no comparto, pero coincidimos plenamente en la necesidad de enfrentar al autoritarismo y su intención de hacerse del control de la Asamblea, y partir de ahí, de todo el Estado. Coincidimos en priorizar esta lucha encima de cualquier otra que podría dividir la oposición.

Así que la no tan feliz redacción de tus afiches no me causa ninguna sospecha, pero sí me provoca a escribirte esta crítica. Yo te recomendaría que no sigan usando la frase “Mi Lucha”. Puedes decir: “Mi compromiso es luchar contra la corrupción” o algo por el estilo. El mensaje es correcto, aunque hay palabras que los dictadores han hecho suyos y quedan quemadas por siempre.

A vos te han atacado por ser mi amiga, y a mí, por ser amigo tuyo. Sigue siendo un honor.

Saludos,






miércoles, 9 de diciembre de 2020

Carta al comité de aplausos: Están celebrando sin darse cuenta que perdieron. De Paolo Luers

El comisionado Arriaza saliendo del Salón Azul de la Asamblea
luego de su renuncia como viceministro

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 10 diciembre 2020

Ministros, secretarios, y candidatos de Bukele:

Impresionante la ópera bufa que ustedes dieron el miércoles en la Asamblea y en las redes sociales. La plenaria era para decidir el antejuicio sobre quitarle o no el fuero al comisionado Arriaza. Ustedes defendiendo el fuero, para que el comisionado pueda seguir ostentando el cargo de viceministro de Seguridad y para que no tenga que enfrentar la justicia por incumplimiento de deberes; la oposición queriendo quitarle el fuero para separarlo del cargo de viceministro y para que la Fiscalía lo pueda acusar.

El resultado final: Arriaza renuncia al cargo de viceministro, pierde el fuero y será procesado penalmente.

Entonces, ¿quién ganó esta batalla? Ustedes inundaron las redes con el hashtag #JaqueMateAsamblea, felicitando al presidente por una “jugada magistral”. Bueno, jugada sí fue, pero no magistral. Jugada chuca. Así como el presidente nombró a Arriaza viceministro, cometiendo un fraude de ley, así ahora le quitó el cargo y el fuero: ambas veces cometiendo fraude de ley. La primera vez, porque el nombramiento sólo era para blindar a su director de policía con fuero ante el peligro de ser enjuiciado. Además fue un nombramiento de pantalla, ya que Arriaza nunca se desempeñó dirigiendo el viceministerio. De todos modos su nombramiento era un absurdo: como viceministro de Seguridad le tocaría supervisar el trabajo del director de la PNC, o sea supervisarse a él mismo. De paso sea dicho, lo mismo pasa con el director de Centros Penales, Osiris Luna, quien también fue blindado con fuero nombrándolo de pantalla como viceministro de Justicia, supuestamente para supervisar el sistema penitenciario conducido por él mismo. Cosas de Bukele…

La Asamblea cumplió. Le tocó quitarle el fuero a Arriaza para que no siga burlando la justicia con un cargo falso otorgado para protegerlo. Al final no le quitaron el fuero, pero sí lo obligaron a quitárselo él mismo, o más bien al presidente a desaforarlo. Como pasa frecuentemente, algunos diputados de oposición ni cuenta se dieron que habían obtenido una victoria. Ya no están acostumbrados a ganar batallas a Bukele, y cuando lo hacen, ni cuenta se dan y no tienen ánimo de celebrar. Son los diputados que hay que cambiar por caras nuevas más agresivas y menos ahuevadas…

Lo que realmente están celebrando Bukele y los suyos es que el comisionado Arriaza queda al mando de la PNC. Por ahora… Porque el siguiente as es que la Fiscalía va a proceder acusándolo formalmente. ¿Quieren ustedes tener a un director general de la policía acusado penalmente? ¿Cuánto tiempo durará? ¿Se atreverá Arriaza a seguir instrumentalizando la PNC para favorecer a un presidente que actúa como activista jefe de un partido? 

Ustedes dicen que el presidente le puso un “jaque mate” a la Asamblea. O no entienden el ajedrez, o no entienden el poder que tiene el legislativo. O desconocen ambas cosas. Jaque mate es el punto final de un partido de ajedrez. Pero el “caso Arriaza” (que es un “caso PNC” y un “caso Bukele”) no está cerrado. It’s over only when it’s over (se acabó sólo cuando se acabó – y esto es válido para las elecciones igual que para un caso como el de Arriaza). 

Aparte del capítulo judicial-penal que apenas comenzará, está la facultad que tiene la Asamblea de interpelar al director general de la policía, interrogarlo sobre los diferentes delitos que probablemente ha cometido (9 de febrero, disturbios en Nejapa y contra el Tribunal TSE, desobediencia a instrucciones de la fiscalía y de la Asamblea), y solicitar al presidente removerlo de su cargo como director general de la PNC. Ustedes tal vez no lo sepan, y sus asesores jurídicos seguramente no se les advirtieron, pero cuando se trata de funcionarios que dirigen la Seguridad Pública, este recomendable sería vinculante para el presidente. Tendrá que removerlo.

Entonces, con el peón Arriaza condenado o removido de la PNC, ¿a quién se le hará jaque mate”, a la Asamblea o al presidente?

Saludos, 





martes, 8 de diciembre de 2020

Carta a Héctor Silva: Tenés mi voto. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 8 diciembre 2020

Hola Héctor:

Aunque critiqué a tu abuelo, cuando entró en el gobierno de Funes, y aunque él se enojó por mi insistencia de que lo más honorable para la izquierda democrática era quedarse en la oposición, porque “el cambio” iba a resultar un engaño, nunca dejamos de ser amigos. Ni siquiera cuando organicé (exitosamente) la iniciativa de quitar la famosa “hora seca” que él había decretado para la medianoche. Los buenos amigos se critican y contra critican y, al ser necesario, en público. Siempre lo apoyé con ganas: como candidato a alcalde, como alcalde, cuando peleó la candidatura presidencial y el rumbo del Frente, cuando corrió como “tercera fuerza”…

¿Cómo no voy apoyar a un Héctor Silva que se lanza de candidato a alcalde capitalino? Sobre todo cuando sé que con 24 años te metiste a la aventura de fundar un partido con otros soñadores irreverentes, precisamente cuando la palabra partido se había vuelto mala palabra y la anti política celebraba triunfos, sobre todo en tu generación. ¿Cómo no apoyar a un bicho que va contra corriente y dice: Yo me hago cargo de cambiar la política, a recuperar la ética, la racionalidad y la empatía social en el servicio público?

Vos sabés igual que yo que no vas a ganar la silla de alcalde, por lo menos no en esta elección del 2021. Tampoco vas a perder. Vas a ganar experiencia, te vas a dar a conocer y respetar, y vas a entrar en el Concejo. Para entrar, se necesita unos 5 o 6 mil votos, y no tengo duda que vas a tener mucho más. Pero sobre todo, te vas a ver muy bien enfrentándote desde abajo a dos candidatos que sin sonrojarse hacen uso electoral de poderosos aparatos y abundantes recursos del Estado: uno desde la alcaldía capitalina que preside, el otro desde el gobierno central que lo respalda.

Será como David contra Goliat, solo que hay dos Goliat que pelean el poder en San Salvador. Sea quien sea quien gane el cargo, vos ganarás la batalla ética. En este campo ninguno de los dos compite, porque simplemente no es su cancha. La ética en la política no les interesa, para ellos es hasta un contrasentido. Les interesa el poder. Compiten en otros campos, donde vos sos un don nadie: en recursos, incluyendo los estatales, que se canalizarán a sus campañas, a su imagen; en capacidad de saturar las redes con propaganda; en aparatos partidarios bien aceitados…

Me encanta que ante el empate que hay entre los dos Goliat, veremos a un Davidsito compitiendo con transparencia, con sinceridad, con entusiasmo y creatividad juvenil. Alguien que se pone en el centro de su campañita la ética, la transparencia, la empatía con los marginados. Mucho piensan que competir cuando no se puede ganar es una pérdida de tiempo y un ejercicio de ingenuidad. Están equivocados, Héctor, y espero que nunca te dejés desmotivar por su escepticismo, que en última instancia refleja una concepción cínica y oportunista de la política. Tu estás apenas iniciando un proyecto político, y competir en esta primera carrera bien, de manera limpia y con conceptos políticos y éticos claros será el fundamento para construir el futuro tuyo, de tu partido y del país.

Así que no les tengás miedo a los dos Goliat, ni tampoco consideración. Mario Durán es un lugarteniente de Nayib Bukele, y como tal administraría la alcaldía como capataz al servicio de su amo. Neto Muyshondt es un político muy pragmático, quien se ha plegado a la forma de Bukele de hacer política centrada en una persona y priorizando la lógica de la propaganda y la imagen del funcionario encima de la lógica de construir desarrollo local. Ninguno va a competir donde vos sos fuerte y vas a crecer: en el lado ético de la política y del servicio público. Ellos no pueden hablar de transparencia y rendición de cuentas, tú sí. Ellos no pueden hablar de poner el interés de los ciudadanos, las comunidades y los barrios encima del interés personal y partidario, vos sí.

Si me preguntás, prefiero que Muyshondt derrote a Durán, porque un triunfo del último sería un paso más para Bukele al control total del Estado. Sin embargo, mi voto y apoyo serán para vos, porque urge comenzar a construir una alternativa que en un futuro cercano pueda sacarnos de la crisis de legitimidad de la política.

Voy a observar tu campaña con cariño, pero también con distancia crítica. 

Saludos,