viernes, 29 de julio de 2022

Carta a Josselyn: Te traicionaron. De Paolo Luers

 

Nayib Bukele llegó al poder porque logró engañar a gente como vos. Va a caer por tu generación.

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 30 julio 2022

Vivía una vez, en El Salvador, una muchacha. Su pueblo había sido escenario de la guerra y y de continuos enfrentamientos políticos. Ella, como muchos de su generación, se sentía desconectada, incluso asqueada, de la política. No había conocido la guerra, por lo tanto no sabía valorar la paz - le parecía una palabra vacía, falsa. 

Algo cambió, cuando de la nada, como del cielo, apareció en el escenario una figura joven, un tipo cool, que pareció entender lo que ella y su generación sentían: el aburrimiento y la frustración con la política. El tipo era del FMLN, pero parecía rebelarse contra los dinosaurios que conducían este partido de la insurgencia, de la cual tanto hablaron sus padres, tíos, abuelos. El tipo apareció en su vida a través de las redes sociales. En Facebook, Twitter, Instagram y Youtube, de repente era omnipresente. También lo era en los periódicos tradicionales, donde mucho lo criticaron por sus promesas falsas y su aparente desdén por las reglas de la democracia – pero de esto la muchacha ni cuenta se daba, porque nunca leía periódicos. 


Tenía 21 años y decidió meterse en política – para cambiarla. Por primera vez le parecía posible, porque aquel joven alcalde capitalino se había lanzado a la lucha por la presidencia para cambiar el país. Decidió apoyarlo. No sólo iba a votar por primera vez, sino apoyar su campaña, convencer a otros jóvenes, ponerse una camiseta con este nuevo color cian, que se propagaba en todo el país. 
 

Nayib ganó. Por primera vez hubo en Casa Presidencial un tipo que hablaba como su generación, se vestía como su generación. Qué cool. Se metió con los ricos y poderosos. Qué valiente...


Cuando dos años después, el joven presidente llamó a sus seguidores a elegir a alcaldes y diputados nuevos que lo apoyaran para realmente poder cambiar al país, ella y muchos de su generación lo escucharon. Lograron meter a la alcaldía de su pueblo a un profesor joven, que se ponía la gorra igual que el presidente, hablaba como él, se vestía como él. 


El pueblo donde vivía la muchacha, Suchitoto, había sufrido mucho de la violencia, primero de la guerra, luego de las pandillas. El pueblo vecino, Perulapán, fue uno de los más violentos del país, tal vez del mundo. La violencia parecía un cáncer incurable. Pero con el joven presidente, esto empezó a cambiar. Paró la matanza. Nadie entendió cómo y porqué, pero para ella fue como el primer milagro logrado por el presidente que habían llevado al poder con su voto. Eso la hizo sentirse bien, casi orgullosa. Se sintió parte de algo histórico...


Pero algo pasó que ella -y nadie- entendió. De repente la matanza revivió en todo el país. Y de repente el presidente declaró que el país estaba en una guerra contra las pandillas. La Asamblea decretó un régimen de excepción y miles de soldados y policías comenzaron a peinar pueblo por pueblo, barrio por barrio, cantón por cantón, caserío por caserío para buscar y detener a miles que correspondían al perfil que ellos tenían de los mareros y sus colaboradores: joven y pobre. Se llevaron parejos a pecadores e inocentes... 


Cuando ya habían encarcelado a 40 mil, la muchacha vio como enfrente de los penales miles de madres, novias, esposas, hermanas, abuelas e hijas se concentraron preguntando por sus hijos, padres, esposos, hermanos o nietos. La muchacha sintió que algo se estaba quebrando, y por las fisuras le comenzaron a entrar miedos y dudas. “Estas mujeres son las mismas que las vi movilizarse para apoyar al presidente; son como mi madre – o como yo. ¿Lo que les está pasando me podría pasar a mi?”


Y pasó. Luego de que de su pueblo habían desaparecido en las cárceles docenas de jóvenes de su edad, algunos compañeros de estudio o incluso amigos, un día se llevaron a su hermano. El mundo le cayó encima.


Esta muchacha sos vos, Josselyn. Vimos tu cara decidida y furiosa, cuando marchaste a la cabeza de una multitud de mujeres de todas las edades a Casa Presidencial para exigir la libertad de tu hermano, y ellas la libertad de sus hijos, novios, esposos y nietos. Te escuchamos gritar, a todo pulmón: ¡Justicia!


Días después leímos en los medios y redes sociales que te habías ido del país, porque luego de esta marcha, cuya cara visible fuiste vos, te había caído encima una tormenta de insultos y amenazas. Una de las cuentas de Facebook y Twitter más asquerosa de las muchas, que componen el aparato de propaganda del joven presidente, publicó una foto tuya, hecha hace 10 años, cuando junto con otras bichas estabas posando con la típica seña de los dedos que caracterizaba a los fanáticos del Rock. “Miren a esta marera, métanla presa”. Fue la misma cuenta en Facebook, “Comando Azul”, manejada desde adentro del ministerio de Seguridad, que durante años ha celebrado las ejecuciones de pandilleros.


Fuiste a la fiscalía a pedir ayuda. Nada. Fuiste a ver al alcalde de du pueblo, a quien vos y tus semejantes habían llevado a su cargo. Nada. No fuiste a Casa Presidencial, porque ya te habían mandado al carajo cuando llegaste con la marcha.


Tuviste que salir del país, dejando atrás toda tu vida, sin despedirte de nadie, ni siquiera de tu familia. Sos ahora el símbolo de la decepción con el fraude que hicieron a tu generación. 


Nayib Bukele llegó al poder porque logró engañar a gente como vos. Va a caer por tu generación.

Cuidate mucho y seguí luchando, 







miércoles, 27 de julio de 2022

Carta sobre Bobby Murray, uno de los últimos caballeros. De Paolo Luers

 Bobby no fue un hombre con sed de poder. Los verdaderos caballeros, los hombres decentes, amables y nobles de distinguida educación universal no compiten con los oportunistas y los pícaros por el poder.


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 28 julio 2022

Siempre era un lujo hablar con Bobby Murray. La conversación podía comenzar sobre política, cambiar al arte y terminar sobre negocios. Un hombre con formación universal. ¿Cuántos hay de estos entre los líderes de este país? ¿Cuántos hay que tienen maestrías en economía y en literatura? Y la pregunta que me hago hoy, al enterarme de su muerte: ¿Qué hacemos si se nos acaban los caballeros cómo él.

Porque Roberto Murray Meza, a quien cariñosamente dijimos Bobby o don Bobby, fue un caballero. “Hombre que se comporta con distinción, nobleza y generosidad” es la definición que la Real Academia Española da para esta palabra, que en estos lados y tiempos casi ha caído en desuso, porque cuesta encontrar en la política, en los negocios, en la academia a este tipo de personas.


Muchas veces en las últimas dos décadas, viendo pasar un presidente impresentable tras otro nos surgió la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Bobby hubiera aceptado ser presidente de la República, como en varias ocasiones muchos le pidieron? Bobby siempre estaba consciente -y lo dijo- que su generación tenía una “deuda social histórica” con el país, con los sectores con escaso acceso a la educación, la salud y el empleo digno.

Hoy estamos pagando un horrendo precio porque los gobernantes de nuestro país -y también quienes capitanean la economía- no supieron o no querían abonar al pago de esta deuda. Imaginémonos que en el 1999 hubiera asumido el liderazgo del país Bobby Murray y no Francisco Flores, quien no supo combinar la apertura del país a la modernidad del siglo XXI y de la economía al mercado global con las reformas sociales necesarias para saldar la deuda histórica, que en los Acuerdos de Paz sólo logramos saldar en lo político, pero no en lo social. Estoy seguro que el país se hubiera ahorrado el descenso al populismo y la política mafiosa, que comenzó con Toni Saca y está tocando fondo ahora. Tal vez también se hubiera creado un ambiente político que hubiera permitido una alternancia con la izquierda llegando al poder con alguien como el Dr. Héctor Silva y no con un farsante como Mauricio Funes.


Al final del quinquenio de Paco Flores todavía el país no estaba perdido, todavía estábamos a tiempo para hacer las reformas necesarias para abrir el camino a un desarrollo económico y social incluyente. Y nuevamente las miradas de muchos se dirigían a Bobby Murray, quien nuevamente no optó por el poder. Al final, el sucesor de Flores fue Saca, y ARENA comenzó a corromperse, los negocios a prostituirse – y el país a joderse. Todos conocemos el resto de la historia...


Bobby no fue un hombre con sed de poder, que en un país como El Salvador parece requisito indispensable para asumir el liderazgo. Los verdaderos caballeros, los hombres decentes, amables y nobles de distinguida educación universal no compiten con los oportunistas y los pícaros por el poder. Así que, como era su derecho y había que respetarlo, en cada momento crítico cuando le propusieron ponerse a la cabeza del país Bobby se hizo a un lado. 


Sin embargo, nunca se retiró del liderazgo y de la responsabilidad que impone a los hombres. Optó por ejercerlo como empresario, como filántropo, como impulsador de diálogos y catalizador de planes de desarrollo. Lo vimos dirigir empresas como La Constancia y Agrisal, aplicando el concepto de responsabilidad social; a dar rumbo y sentido a instituciones como Fusades, Fundemás y la Fundación Rafael Meza Ayáu. Yo tuve el privilegio de estar a la par de Bobby, cuando puso sus ideas, sus recursos y su liderazgo en función de un proyecto mucho más humilde, pero igual de noble y revolucionario: Sin su iniciativa y apoyo no hubiéramos logrado impulsar el Proyecto La Escalón y organizar a empresarios, comerciantes, residentes y comunidades de esta colonia con el propósito de crear un desarrollo económico, social y urbanístico que incluyera a todos y no dejara afuera a los asentamientos marginales. 


Nunca voy a olvidar el momento cuando nació esta idea. Bobby nos había invitado a conocer la Torre y Plaza Futura, todavía en construcción. Parados en el piso más alto y viendo de esta altura a toda la colonia Escalón, le dije: “Bobby, tenés claro que este mega-proyecto cambiará por siempre el tejido urbano y social de esta hermosa colonia. Puede ser un impacto destructor o un impacto constructivo. Depende del tipo de desarrollo que queramos..”


Inmediatamente cachó la pelota, y al bajar a su oficina en el World Trade Center nació la idea de impulsar el Proyecto Escalón. Bobby Murray puso los recursos, consiguió el apoyo de Fundemás y de la AID, y con él como impulsador logramos desencadenar un modelo novedoso e incluyente de desarrollo comunal. 


Si así hubiéramos logrado, entre todos, conducir el país, hubiéramos saldado, paso por paso, la deuda social histórica – y no estaríamos ahora tocando fondo.


Don Bobby nos va a hacer mucha falta, sin él será aun más difícil la tarea de reconstruir la política y el país.


Saludos a todos que ya extrañamos a Bobby Murray,







lunes, 25 de julio de 2022

Carta a quienes piensan que Nayib Bukele inventó la rueda que mueve la historia. De Paolo Luers

Nayib Bukele, por más dolor de cabeza que nos genere, sólo es una figura secundaria en un drama latinoamericano de muchas facetas. Pobrecito, él realmente cree que inventó la rueda que mueve la historia. 


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 26 julio 2022

Estimados amigos:

Seguidores y detractores de Nayib Bukele, todos padecemos del mismo mal: lo tratamos como si fuera el centro del mundo. No lo es. Ni ha inventado el populismo vulgar, ni es el único que lo aplica en el mundo. 


Miremos hacía México, donde gobierna el señor Andrés Manuel López Obrador -para amigos y enemigos AMLO- con un partido, que se llama Morena, cuyo nombre completo “Movimiento de Regeneración Nacional” es suficiente para indicar que se trata de una secta. En el lenguaje de AMLO y sus feligreses, el destino de México no está regido por un gobierno, como en cualquier otro país, sino por “La Cuarta Transformación”, con Mayúsculas - y reducida a la letanía ritual como la “4T”. Aleluya. 


Veamos el más reciente paso de esta “cuarta transformación”: Estaba en problemas su proyecto insigne, la construcción del “Tren Maya”, que atraviesa la selva tropical de la península Yucatán – para facilitar el acceso de los turistas a los grandes resorts de lujo en las playas del Caribe. Varios amparos, solicitados por habitantes de esta reserva natural y por organizaciones de protección al medio ambiente, estaban paralizando este mega-proyecto del presidente. Y como éste no ha logrado, como lo hizo Bukele en El Salvador, el control del sistema judicial, ni una mayoría legislativa tan aplastante para cambiar la Constitución, encontró una solución que incluso para un gobernante populista es novedosa: declaró, por decreto presidencial, asunto de Seguridad Nacional la construcción del “Tren Maya”. Punto. Contra la Seguridad Nacional ya no valen sentencias judiciales.


Es interesante la justificación que dio, en una de sus misas que cada mañana celebra en el Palacio Nacional (las llaman “las mañaneras”): Es un asunto de Seguridad Nacional, porque una potencia extranjera está interviniendo. ¿Cómo?, le preguntaron los periodistas. Financiando organizaciones ecológicas, que quieren boicotear el proyecto. ¿Cuál potencia? Estados Unidos.


Ojalá que con esto no esté AMLO dando mal consejo a Nayib Bukele, quien no puede descartar que todavía exista algún juez neciamente independiente que acepte demandas ciudadanas contra sus mega-proyectos insignes: Bitcoin City, el Aeropuerto Internacional La Unión, y el Tren del Pacífico. 


Veamos ahora en Honduras el resurgimiento del clan Zelaya, que se presenta al mundo como resurgimiento de la independencia nacional. No gobierna la mujer presidente, sino su esposo Mel y su movimiento con el significativo nombre “Libre”. No es casualidad que esta pareja también llore por una intervención extranjera – no porque Estados se haya llevado al expresidente Juan Orlando Hernández para enjuiciarlo en Nueva York, sino porque en la Lista Engel salen figuras claves de su círculo interno de poder. Bueno, lo mismo que pasó a Nayib Bukele – sólo que él se quedó callado y puso a protestar y llorar a sus marionetas en la Asamblea Legislativa.


No es un invento de Bukele construirse enemigos contra los cuales puede llamar al pueblo a unirse detrás de él. Para AMLO son “los conservadores” – y siempre Estados Unidos. Para los Zelaya, “los poderes fácticos” - y siempre Estados Unidos. Para Bukele y Nuevas Ideas, “los mismos de siempre: Arena y el FMLN” - y siempre Estados Unidos.


Brasil es un caso digno de estudiar: Ahí compiten por el poder dos versiones diferentes del populismo, una de ultraderecha, la del actual presidente Bolsonaro, y la otra de izquierda, de Lula quien quiere sustituirlo. Por más que se ataquen mutuamente, les une el enemigo común: Estados Unidos.


En Chile, los adeptos del populismo de derecha e izquierda están en una extraña competencia: unos quieren tomar control del recién electo gobierno de izquierda de Gabriel Boris, un hombre necio en insistir en una izquierda pura y no populista – y los otros, de derecha, por no dejar gobernar a Boric. Algo parecido se aproxima en Colombia, donde eligieron a un presidente de izquierda que enfrentará dos luchas: contra el populismo militarista de Uribe y contra la izquierda chavista. 


Nayib Bukele, por más dolor de cabeza que nos genere, sólo es una figura secundaria en un drama latinoamericano de muchas facetas. Pobrecito, él realmente cree que inventó la rueda que mueve la historia. 


Lean sobre lo que está pasando en el continente y el mundo, y se van a relajar: Lo que sufrimos no es una plaga de Dios para El Salvador


Saludos,