lunes, 25 de julio de 2022

Carta a quienes piensan que Nayib Bukele inventó la rueda que mueve la historia. De Paolo Luers

Nayib Bukele, por más dolor de cabeza que nos genere, sólo es una figura secundaria en un drama latinoamericano de muchas facetas. Pobrecito, él realmente cree que inventó la rueda que mueve la historia. 


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 26 julio 2022

Estimados amigos:

Seguidores y detractores de Nayib Bukele, todos padecemos del mismo mal: lo tratamos como si fuera el centro del mundo. No lo es. Ni ha inventado el populismo vulgar, ni es el único que lo aplica en el mundo. 


Miremos hacía México, donde gobierna el señor Andrés Manuel López Obrador -para amigos y enemigos AMLO- con un partido, que se llama Morena, cuyo nombre completo “Movimiento de Regeneración Nacional” es suficiente para indicar que se trata de una secta. En el lenguaje de AMLO y sus feligreses, el destino de México no está regido por un gobierno, como en cualquier otro país, sino por “La Cuarta Transformación”, con Mayúsculas - y reducida a la letanía ritual como la “4T”. Aleluya. 


Veamos el más reciente paso de esta “cuarta transformación”: Estaba en problemas su proyecto insigne, la construcción del “Tren Maya”, que atraviesa la selva tropical de la península Yucatán – para facilitar el acceso de los turistas a los grandes resorts de lujo en las playas del Caribe. Varios amparos, solicitados por habitantes de esta reserva natural y por organizaciones de protección al medio ambiente, estaban paralizando este mega-proyecto del presidente. Y como éste no ha logrado, como lo hizo Bukele en El Salvador, el control del sistema judicial, ni una mayoría legislativa tan aplastante para cambiar la Constitución, encontró una solución que incluso para un gobernante populista es novedosa: declaró, por decreto presidencial, asunto de Seguridad Nacional la construcción del “Tren Maya”. Punto. Contra la Seguridad Nacional ya no valen sentencias judiciales.


Es interesante la justificación que dio, en una de sus misas que cada mañana celebra en el Palacio Nacional (las llaman “las mañaneras”): Es un asunto de Seguridad Nacional, porque una potencia extranjera está interviniendo. ¿Cómo?, le preguntaron los periodistas. Financiando organizaciones ecológicas, que quieren boicotear el proyecto. ¿Cuál potencia? Estados Unidos.


Ojalá que con esto no esté AMLO dando mal consejo a Nayib Bukele, quien no puede descartar que todavía exista algún juez neciamente independiente que acepte demandas ciudadanas contra sus mega-proyectos insignes: Bitcoin City, el Aeropuerto Internacional La Unión, y el Tren del Pacífico. 


Veamos ahora en Honduras el resurgimiento del clan Zelaya, que se presenta al mundo como resurgimiento de la independencia nacional. No gobierna la mujer presidente, sino su esposo Mel y su movimiento con el significativo nombre “Libre”. No es casualidad que esta pareja también llore por una intervención extranjera – no porque Estados se haya llevado al expresidente Juan Orlando Hernández para enjuiciarlo en Nueva York, sino porque en la Lista Engel salen figuras claves de su círculo interno de poder. Bueno, lo mismo que pasó a Nayib Bukele – sólo que él se quedó callado y puso a protestar y llorar a sus marionetas en la Asamblea Legislativa.


No es un invento de Bukele construirse enemigos contra los cuales puede llamar al pueblo a unirse detrás de él. Para AMLO son “los conservadores” – y siempre Estados Unidos. Para los Zelaya, “los poderes fácticos” - y siempre Estados Unidos. Para Bukele y Nuevas Ideas, “los mismos de siempre: Arena y el FMLN” - y siempre Estados Unidos.


Brasil es un caso digno de estudiar: Ahí compiten por el poder dos versiones diferentes del populismo, una de ultraderecha, la del actual presidente Bolsonaro, y la otra de izquierda, de Lula quien quiere sustituirlo. Por más que se ataquen mutuamente, les une el enemigo común: Estados Unidos.


En Chile, los adeptos del populismo de derecha e izquierda están en una extraña competencia: unos quieren tomar control del recién electo gobierno de izquierda de Gabriel Boris, un hombre necio en insistir en una izquierda pura y no populista – y los otros, de derecha, por no dejar gobernar a Boric. Algo parecido se aproxima en Colombia, donde eligieron a un presidente de izquierda que enfrentará dos luchas: contra el populismo militarista de Uribe y contra la izquierda chavista. 


Nayib Bukele, por más dolor de cabeza que nos genere, sólo es una figura secundaria en un drama latinoamericano de muchas facetas. Pobrecito, él realmente cree que inventó la rueda que mueve la historia. 


Lean sobre lo que está pasando en el continente y el mundo, y se van a relajar: Lo que sufrimos no es una plaga de Dios para El Salvador


Saludos,