viernes, 2 de septiembre de 2022

Carta a los presos políticos: Los rostros de la dignidad. De Paolo Luers

 

Hablamos de ustedes, los presos políticos de Nicaragua, porque en este país es tan masivo y sistemático el uso de un sistema de justicia pervertido para reprimir a los opositores – y porque se han publicado sus apariciones ante las cámaras. Pero hablando de ustedes, estamos hablando también de los presos políticos que ya existen en nuestro país.

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 3 septiembre 2022

Estimados amigos:

Aunque no podrán leerla, dedico esta carta a todos los presos políticos de Daniel Ortega. Por año y medio nadie les ha visto las caras, ni siquiera sus familiares. Todos ustedes estaban desaparecidos, invisibilizados, silenciados y maltratados detrás de los muros de la cárcel del Chipote. Pero ahora vimos sus caras. El régimen se vio obligado a presentarlos en una audiencia que no tenía otra razón de ser que mostrar una señal de vida.


Vimos sus caras en unos videos impresionantes difundidos por Carlos Fernando Chamorro, que todo el mundo debería buscar en Youtube. No los dejaron a hablar en esta extraña ‘audiencia’, pero sus caras hablaron. Nos hablaron de lo que han sufrido: desnutrición, enfermedades no atendidas, y a saber qué otros vejámenes, que quedaron marcados en sus rostros demacrados y envejecidos. Pero sus caras y su porte también nos hablaron de dignidad, de resiliencia, de resistencia. 


Vimos mensajes fuertes, opuestos a lo que el régimen quería emitir. Ver a Dora María Tellez, diez años más vieja en un año y medio, pero con la misma mirada desafiante que tuvo cuando comandó la operación guerrillera de rescate del entonces preso político Daniel Ortega, nos confirma (y en muchos casos nos devuelve) la fe en el sentido de la lucha por la libertad y democracia.


El rostro de Ana María Vigil, lleno de profunda tristeza, pero sin resignación, y la cara marcada de Suyen Barahona, que en 444 días de secuestro no ha perdido nada de su belleza – mensajes de que los líderes de la resistencia nicaragüense contra la dictadura no están vencidos. Y así uno tras otro de los presos políticos: un total de 27, entre ellos varios precandidatos a la presidencia, que podrían haber derrotado a Daniel Ortega en la urnas, si no los hubiera encarcelado antes de las elecciones.  





Hablamos de ustedes, los presos políticos de Nicaragua, porque en este país es tan masivo y sistemático el uso de un sistema de justicia pervertido para reprimir a los opositores – y porque se han publicado sus apariciones ante las cámaras. Pero hablando de ustedes, estamos hablando también de los presos políticos que ya existen en nuestro país. Nadie se ha olvidado de la cara de Neto Muyshondt, cuando aprovechó una audiencia para denunciar las torturas que está sufriendo en Mariona. Una cara demacrada, marcada de las huellas de las condiciones de su encierro, llena de desesperación, pero también de rabia.


Tampoco me puedo olvidar de la cara de Raúl Mijango, la última vez que lo vi en una audiencia, antes de que lo devolvieran a Mariona: riéndose para no llorar. Diciéndome: “Nos vemos en 10 años.” 


La gran mayoría en El Salvador no cree que tenemos presos políticos. No lo quiere creer. Pero existen, subsisten, olvidados por muchos, recordados por pocos. ¿Quién sabe adónde tienen encerrado y cómo le va al tuitero que encarcelaron, porque publicó fotos del hermano del presidente en una playa, rodeado por efectivos del Batallón Presidencial? Y quién sabe cuántos más hay...


Tampoco se puede hablar solo de los presos políticos, cuando entre los 50 mil arrestados bajo el régimen de excepción hay miles de inocentes que no han tenido el derecho de defenderse. Decenas de ellos han muerto en los penales, sin que exista una investigación de las causas de su muerte. 


Ustedes, los ‘presos de conciencia’, como los llaman en Nicaragua, entienden perfectamente cómo comienzan las persecuciones y las suspensiones de los derechos humanos y ciudadanos. En El Salvador estamos en este comienzo, y ustedes son los ejemplos de lo que sigue si no se detiene a tiempo la dictadura.


Con profundo respeto les manda saludos desde El Salvador, 







miércoles, 31 de agosto de 2022

Carta a los que tienen dudas: La reelección es inconstitucional. De Paolo Luers

El problema obviamente no es la viabilidad. Todo es viable cuando existe un poder total. El problema que no puede resolver ni la Sala, ni el Tribunal Electoral, ni la Asamblea, es la legitimidad. 

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 1 septiembre 2022

Estimados amigos: 

Está bueno que surja una discusión pública sobre el tema de la reelección presidencial. El partido oficialista Nuevas Ideas ya está en plena campaña. No para la candidatura de Nayib Bukele, porque este aún no ha declarado formalmente su intención de correr de nuevo en el 2024. Es una campaña en pro de la reelección, que obviamente es necesaria porque la gente sabe que la Constitución determinantemente la prohíbe.

Los que promueven la reelección de Nayib Bukele se cobijan en una resolución de la Sala de lo Constitucional,que ellos mismos la instalaron inconstitucionalmente, precisamente para este efecto: abrir el camino para la concentración total del poder en manos del presidente y para su permanencia en el poder.

Desde el punto de vista de la constitucionalidad, esta resolución es inválida, porque la Sala que la emitió es inválida. Por tanto, la reelección presidencial sigue siendo inconstitucional, así como la Carta Magna lo define con total claridad. Incluso, la Constitución no permite que los artículos que prohíben la reelección sean reformados. No los pueden reformar el Legislativo, ni una Asamblea Constituyente, ni un plebiscito, y ciertamente no una Sala ilegítima.

Hasta ahí el problema de la constitucionalidad. Teóricamente no puede haber discusión sobre el hecho de que la reelección es ilegal. Pero otra cosa es la viabilidad. El presidente, controlando los otros dos órganos del Estado, el Legislativo y el Judicial, ha creado una realidad fáctica, en la cual todo es viable, sea o no constitucional.

En esta realidad fáctica, la reelección presidencial es viable y si Nayib Bukele así lo decide, se va a postular como candidato para el 2024. Y no hay institución estatal que se lo vaya a impedir, por la simple razón de que ya no hay instituciones independientes.

Es por esta viabilidad que Moisés Urbina, en su entrevista Frente a Frente del día miércoles 31 de agosto, preguntó al abogado Francisco Bertrand Galindo. Y por supuesto, conociendo bien la diferencia entre el orden constitucional y la realidad fáctica, Bertrand Galindo respondió: Sí es viable.

Bailan de alegría los promotores de la reelección. El Diario El Salvador, voz oficial de Casa Presidencial, celebra en su portada: “Respaldo Legal a la Reelección”. Pero el doctor Bertrand Galindo no ha dicho que la reelección sea legal. Ha dicho que es viable, porque la Sala ha abierto este camino. Y aunque muchos no lo quieren escuchar, Francisco Bertrand tiene razón. Es viable. El régimen ha consumado hechos que vuelven viable una reelección de Bukele, aunque la Constitución lo prohíbe.

Esto es lo que hace una dictadura o un ‘régimen de facto’: crear una realidad institucional y una correlación de fuerzas que le permite concentrar y perpetuar el poder, diga lo que diga la Constitución. Lo ha hecho la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, y se lo ha copiado el régimen mafioso de Juan Orlando Hernández en Honduras. Con una simple resolución de su Sala Constitucional corrupta de que el presidente tiene el derecho ciudadano de postularse nuevamente a la presidencia y que “los artículos de la Constitución que lo prohíben no son aplicables”, se abrió el camino a su reelección.

Si fue viable en Nicaragua, ¿por qué no será viable en El Salvador? Daniel Ortega ya fue reelecto tres veces, ¿¡y qué!? Nayib Bukele es mucho más joven y popular, ¿cuál será el problema?

El problema obviamente no es la viabilidad. Todo es viable cuando existe un poder total. El problema que no puede resolver ni la Sala, ni el Tribunal Electoral, ni la Asamblea, es la legitimidad. Daniel Ortega la perdió, aunque sostiene el poder. JOH la perdió, logró un segundo mandato, y ahora está preso.

De este problema de legitimidad no van a salir interpretando como ‘apoyo legal’ cuando los analistas describen el triste orden fáctico que han impuesto al país.

No se dejen confundir. La reelección presidencial tal vez será realidad, pero seguirá siendo inconstitucional. Saludos,





martes, 30 de agosto de 2022

Falsas expectativas. Columna Transversal de Paolo Luers

La transición democrática de los años 90 no ha producido los milagros que mucha gente esperaba. Es que las cosas no se dan por milagros. Hubo reconstrucción, hubo crecimiento económico, menos pobreza, pero las expectativas eran mucho más altas: equidad social, salud y educación para todos. Pero estos son logros que no se producen por Acuerdos de Paz, ni por liderazgos sabios – se producen por participación política de todos. 

Publicado en EL DIARIO DE HOY, miércoles 31 de agosto 2022

Siempre me irritó el hecho de que donde más surgió el neonazismo en Alemania fue en la parte oriental, donde hasta el 1990 gobernaron los comunistas. Es ahí donde la ultraderecha logró porcentajes de más de 20 % en las elecciones regionales, cuando en la parte Occidental no pasó de 10 %. No logré entender este fenómeno. En una plática con analistas políticos alemanes, algunos de ellos protagonistas de los movimientos ciudadanos que a finales de los años 80 habían logrado colapsar la dictadura comunista en Alemania Oriental, les hice esta pregunta: ¿por qué en Oriente?

Surgieron varias hipótesis. La más compartida: como Alemania Oriental, al terminar la dictadura nazi, inmediatamente se instaló otra, impuesta por los soviéticos, nunca se vivió una fase de reflexión histórica, de análisis autocrítico, porque nunca hubo una democracia que lo permitiera. La otra hipótesis que surgió, no excluyente con la primera: Cuando colapsó el régimen comunista, dejó un vacío ideológico, una cansancio con la política, una tendencia de anti política – producto de la excesiva politización, impuesta por el partido y sus tentáculos en toda la sociedad.

“Y donde se da este tipo de vacío, siempre lo tiende a llenar el populismo irracional, anti político”, concluyó un amigo mío, quien ha sido uno de los más lúcidos protagonistas de la oposición democrática en Alemania Oriental. “Esto es lo que pasó con el surgimiento de la nueva ultraderecha, que es anti partidos, anti integración europea, anti política – y profundamente anti democrática".

Todo esto me parecía cierto, tenía lógica histórica. Pero aun no me dio la plena explicación del porqué del surgimiento de un rechazo tan profundo y amplio de la política y de las instituciones democráticas. “Disculpen que lo diga, pero su análisis es muy poco autocrítico. No puede haber sido solo la culpa de los regímenes dictatoriales anteriores. Insisto en esta discusión, porque necesito entender lo que está pasando en El Salvador, donde todo lo conquistado en una guerra civil, en los Acuerdos de Paz y 30 años de transición democrática se fue al carajo, y una gran mayoría ahora está contenta con un caudillo de nuevo estilo que en dos años ha desmontado el Estado de Derecho”.

Tomó la palabra otro hombre de larga trayectoria de resistencia, primero contra el nazismo, luego contra la dictadura comunista: "Falta un elemento clave, que es que despertamos muchísimo más expectativas que luego pudimos cumplir. El exceso de expectativas, y en muchos sentidos su falsedad, son factores claves para el cansancio y rechazo a la democracia. Esta es la explicación del surgimiento de una derecha populista en Alemania Oriental".

Al final de la discusión queda claro que las malditas expectativas falsas son las que provocan la frustración masiva con la democracia que no cumple con estas expectativas y abre el camino a los movimientos populistas de carácter autoritario. En Alemania Oriental hubo una sucesión de expectativas falsas: la del nazismo que prometió ganar la guerra y convertir Alemania en la dueña del mundo; las expectativas comunistas de una democracia popular; y las expectativas provocadas por la caída del muro en 1989, de conquistar la libertad y todos los milagros del capitalismo. Las dos expectativas -la nazi y la comunista- fracasaron. Y la unificación con la rica Alemania Occidental produjo cambios positivos, libertades, y facilitadas de consumo – pero no los milagros esperados. La experiencia de mucha gente: Ahora tenemos libertades democráticas, pero nuestra economía colapsó y la nueva crece muy lenta. Y la gran sorpresa: el orden capitalista me da de comer, pero contiene muchas injusticias que requieren que otra vez me meta en luchas sociales y políticas - pero nosotros estamos cansados de tanta política. Mejor dejo que se hagan cargo los que prometen orden, bienestar y nuevas glorias. El círculo vicioso de las expectativas.

Es exactamente lo que está pasando en El Salvador. La transición democrática de los años 90 no ha producido los milagros que mucha gente esperaba. Es que las cosas no se dan por milagros. Hubo reconstrucción, hubo crecimiento económico, menos pobreza, pero las expectativas eran mucho más altas: equidad social, salud y educación para todos. Pero estos son logros que no se producen por Acuerdos de Paz, ni por liderazgos sabios – se producen por participación política de todos. No se producen en un país, donde la generación de la guerra está cansada de luchar, pero tampoco se retira del poder; donde la generación de los hijos asqueada de la política que en el tiempo de sus padres ha producido tanto dolor; y donde la generación de los nietos es indiferente a la política, porque ha visto a sus abuelos matarse mutuamente y sus padres administrando las insuficiencias, sin luchar para superarlas.

Las expectativas pueden matar la democracia, si son exageradas o no van a acompañadas de la capacidad de volverlas realidad, paso a paso, con paciencia y creatividad. Irónicamente las frustraciones que provienen de expectativas falsas tienden a producir regímenes que en vez de ser realistas y reformistas son demagógicos y nuevamente ofrecen expectativas falsas. Este círculo vicioso es lo que tememos que romper, con propuesta políticas racionales y realistas; con liderazgos aterrizados, no con líderes visionarios. 




lunes, 29 de agosto de 2022

Carta al Comité de Regularización: Su mandato es la autonomía del fútbol. De Paolo Luers


A los hombres valientes que ha aceptado el reto de defender la autonomía del fútbol y abrirle camino a futuros triunfos hay que felicitarlos y apoyarlos, porque van a encontrar obstáculos en el camino y van a tener que pelear con poderes formales y fácticos. 



Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 30 agosto 2022 


Estimados amigos:


La FIFA ha hecho lo correcto: No reconoció el Comité Regulador que el gobierno quiso imponer a la FESFUT y al fútbol nacional, e instaló un Comité autónomo, compuesto por profesionales independientes, honrados y capaces. La FIFA, en la conferencia de prensa de este lunes, también hizo bien en recalcar, con toda la claridad, que rechaza todas las intervenciones indebidas “de terceros”, que han llevado a la crisis actual del fútbol. El Comité, que ha inciado su trabajo este lunes, tendrá un mandato prioritario: consolidar y defender su autonomía frente al gobierno y al INDES – aparte de la tarea de inmediatamente reactivar el fútbol en todos sus niveles.

 

Parecen fuera de contexto las declaraciones que Yamil Bukele, el hermano del presidente y dirigente del Instituto Nacional de Deporte INDES, dio al sólo conocerse la instalación del Comité de Regularización: “El INDES está listo de otorgar a los miembros del Comité sus credenciales”, dijo. Es un intento de salvar la cara, aunque todo el mundo sabe que el hombre ha perdido la batalla por someter el fútbol al control del gobierno.

 

Los miembros del Comité Regulador no necesitan que les otorgue credenciales el señor Yamil Bukele. Sus credenciales son su comprobada capacidad de actuar con independencia y profesionalismo – y la confianza que les ha expresado la FIFA. Llama la atención, de manera inesperadamente positiva, que la FIFA para esta misión haya escogido personas que no provienen de las estructuras del fútbol que se trata de auditar y reformar de fondo. El grupo escogido proviene de la masa crítica de la Sociedad Civil. Ver a un profesional como Humberto Saenz Marinero asumir la misión de reformar el fútbol salvadoreño, es una señal que da mucha confianza a este proceso. Su independencia del gobierno es más que comprobada por el liderazgo que ha ejercido en los gremios de abogados y en Acción Ciudadana. Igual comprobada es su competencia presofesional, especialmente  para resolución de conflictos y problemas delicados: Humberto Saenz es especialista en la mediación de conflictos comerciales internacionales y ha puesto esta vocación en función de los intereses nacionales representando a El Salvador exitosamente en varios litigios internacionales.


Yamil Bukele va a tener que entender -y luego aceptar, aunque le cueste- que para llegar a una armonía entre los estatutos de la FESFUT y la Ley de Deporte tendrá que impulsar una reforma de esta ley, eliminando las partes que chocan con la autonomía del fútbol y las reglas de la FIFA. El hecho de ser presidente del INDES y hermano del presidente no le otorga el derecho de mandar sobre las federaciones deportivas.

 

El deporte es demasiado importante como para dejarlo en manos del gobierno – cualquier gobierno. Las dictaduras de los más variados colores han tratado de poner el deporte en función de su gloria – y los resultados siempre han sido dañinos para el deporte, el doping institucionalizado incluido.

 

A los hombres valientes que ha aceptado el reto de defender la autonomía del fútbol y abrirle camino a futuros triunfos hay que felicitarlos y apoyarlos, porque van a encontrar obstáculos en el camino y van a tener que pelear con poderes formales y fácticos. 

 

Ustedes no van a trabajar en contra de nadie, sino en pro del deporte.

 

Les deseo mucho éxito,