martes, 17 de abril de 2012

Carta al congresista James McGovern

Dear Jim:

En 2009 publiqué una carta dirigida a vos, criticándote fuertemente por tu intervención en los asuntos internos de El Salvador, sobre todo en el sistema de justicia. Hasta te hice bromas pesadas (“me alegra mucho que la oficina de turismo de aventura de nuestro gobierno haya logrado incluirte en el programa de visitas a Verapaz”), cuando fuiste con el ministro de Obras Públicas a patinar sobre lodo en esta población destruida por los derrumbes.

Luego pensé que esta carta era de mal gusto. Incluso lo expresé en público, cuando el mes pasado me preguntaron si me arrepentía de alguna de mis 500 cartas publicadas:
“De la carta al congresista Jim McGovern. Lo insulté por intervenir en el debate interno nuestro de manera mal informada, o más bien informado por el FMLN. No fue justo, porque es un buen hombre con un gran corazón.”


En los años 80, cuando eras asistente del congresista Moakley, te conocí como alguien que valientemente luchó contra las permanentes intervenciones del gobierno de Reagan en Centroamérica.

Ahora me tengo que arrepentir de mi arrepentimiento. Volviste a hacer lo mismo: intervenir con prepotencia y torpeza, o sea mal informado.

La semana pasada te tocó dar una ponencia en una universidad norteamericana en homenaje a los 20 años de nuestros Acuerdos de Paz. Y nuevamente hablaste en este tono insoportable de gobernador. Dijiste al presidente Funes qué tipo de magistrados tiene que proponer a la Asamblea, sin saber (o sin que te importe) que aquí no le toca al presidente proponer a los magistrados; y que en Estados Unidos, donde los nombra el presidente, siempre escoge partidarios del presidente...

Pero la metida de pata más seria es tu sermón sobre las pandillas: “El Salvador no puede contentarse con una tregua que reduce la tasa de homicidios. Debe aprovechar este espacio para desarmar y desmantelar las estructuras criminales y las pandillas. Y tiene que tomar este paso inmediatamente, no se puede posponer”.

Vaya, profesor, le pregunto: ¿Y acaso en Estados Unidos han desmantelado la mafia, los carteles de droga y las pandillas, p.ej. la MS y la 18? ¿Por que no sermonea al FBI y al LAPD, antes de decirnos a nosotros lo que tenemos que hacer?

Hoy sí se me acabaron el respeto y el cariño que te cogí cuando fuiste adversario de la intervención norteamericana en El Salvador.

Paolo Lüers
(Más!/EDH)