Hace un rato recibí la llamada de mi esposa que estaba inmersa en una trabazón en la zona del redondel de la calle al puerto, cerca de la Utila, un viejo camión -–con placas nuevas, por supuesto, —había volcado y derramado un aceite que dificultaba la circulación. Yo no pude llegar al redondel Masferrer a media mañana debido a otro accidente que bloqueaba el paso.
Fue necesario que transcurrieran veintiséis meses de su gestión para que al actual ministro de obras públicas anunciara que se necesitan en el gran san Salvador, alrededor de dieciséis pasos a desnivel para paliar el problema de tráfico.
Cualquier Ingeniero Civil con una mínima preparación puede darse cuenta que el tráfico local no es un problema periférico sino radial por lo que la solución debe enmarcarse en esa línea.
Pero el ministro encargado… no es Ingeniero Civil, vaya paradoja.
Se habla de que el FOVIAL ya no tiene recursos para afrontar el mantenimiento vial para el cual fue creado. La apertura de nuevas carreteras y el mantener las actuales ha sobrepasado las capacidades del fondo. Ojalá que no le vayan a decir al MOP que ya no siga pavimentando nuevas vías – todavía hay cerca de quince municipios que no tienen accesos pavimentados y cerca de ocho mil kilómetros de calles vecinales y vías secundarias que son de pura tierra--, porque no pueden brindarles el mantenimiento respectivo.
Cuando transite por la recién recarpeteada avenida Jerusalén—hace menos de seis meses—, fíjese que ya presenta problemas de “ahuellamiento “y pérdidas de agregado al presentar una superficie que ya tiene poros, pequeños huecos que, después de este invierno, se convertirán en hoyos. Pero en el país se continúa diseñando las mezclas asfálticas con un método que viene desde los años treinta y que no resuelve temas tan importantes como la afinidad del bitumen con los agregados pétreos, el efecto de las lluvias y las reacciones termodinámicas del pavimento a los drásticos cambios de temperatura del medio, lo que ocasiona un temprano mantenimiento, así no hay FOVIAL en el mundo que resista esa carga financiera.
Pero las autoridades encargadas…no tienen ni idea, ni del problema y lo que es peor, de la solución.
Se aprueba una ley del tabaco en la Asamblea dizque para proteger la salud de los no fumadores y vemos en las calles automotores, con placas nuevas, emitiendo nubes de humo negro mortalmente tóxico para todos. No me explico como a un amigo le negaron las placas porque no encendía las luces de un freno y el VMT le otorgue placas a estos contaminadores ambulantes sin exigirles ninguna solución, otra paradoja.
Todos los problemas tienen solución pero, se necesita que las autoridades tengan el conocimiento técnico para resolverlos; no podemos seguir nombrando a personas en cargos públicos sólo porque políticamente son confiables, hay que poner a los que saben y así veremos cómo se da un verdadero cambio en este nuestro querido terruño.
(José Mario Olmedo Baratta es ingeniero civil y ha sido funcionario del MOP)