sábado, 12 de noviembre de 2011

Carta a Mauricio Funes

Excelentísimo señor presidente:
Entiendo su terrible dilema: Al fin se abrió la posibilidad de hacer los cambios necesarios en el gabinete de seguridad, pero ahora vienen las presiones del partido, de sus socios en Washington, de la actual cúpula de la PNC... ¿Cómo quedar bien con todos? ¿A quién hacer caso? 

Mi consejo: No hay manera de quedar bien con todos, así que mejor ni lo intente. Sólo tiene que quedar bien con la gente que necesita seguridad. 

¿El FMLN insiste que en un ministro de sus filas? Okay, nombre a Gerson Martínez o Oscar Ortiz, que son hombres con criterio de independencia, capacidad de mando, y principios. ¿Que el FMLN quiere imponer a Benito Lara? No importa, no pueden objetar a estos dos veteranos...

¿Que no le aceptan el cargo? Déles manos libres para poner orden – y lo van a aceptar. Quíteles encima a Hato Hasbún, deje a su nuevo ministro el mando y la coordinación del gabinete de seguridad.
¿Sabe cuál sería la gran ventaja? Sólo un hombre de izquierda, con fuertes raíces en el partido, puede reordenar y reconstruir la estructura de mando en la PNC. Sólo un hombre con credenciales de izquierda puede tomar las decisiones necesarias para deshacer la argolla partidaria que está paralizando y desnaturalizando al cuerpo policial. Sólo un ministro de este tipo puede volver a incluir en las cadenas de mando a los comisionados y mandos que bajo la dirección equivocada de Manuel Melgar han sido marginados, sólo por el hecho de no provenir de las filas guerrilleras.

Para facilitar esto, déle a su nuevo ministro el derecho de nombrar a alguien como Jorge Meléndez director de la PNC, alguien que sepa despertar de nuevo la mística en la policía, alguien que sepa parar las intrigas y los pleitos ideológicos. 

Eleve a Douglas Moreno, el director de Centros Penales (y la mejor pieza de su actual gabinete de seguridad), a viceministro, con las manos libres para realizar sus planes de reforma profunda del sistema carcelario.

Quítele al ministro de Defensa los amarres que no le han permitido convertir la intervención de la Fuerza Armada en eficiencia de la lucha contra las pandillas. Y nombre un director del Organismo de Inteligencia del Estado que ponga la inteligencia en función de la estrategia contra el crimen organizado, en vez de andar vigilando a los opositores políticos a su gobierno. Si no se le ocurre nadie para este cargo, en una carta privada le puede mandar cinco nombres idóneos...

Disculpe que le mande asesoría no deseada, pero alguien le tiene que hablar claro.

Saludos, Paolo Lüers
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