martes, 15 de noviembre de 2011

Carta al nuevo ministro de Seguridad

Estimado desconocido:
Espero que hoy martes 15 de noviembre, el presidente ya haya nombrado a su nuevo ministro de Seguridad, poniendo fin a una semana de vacío, especulaciones, presiones y conspiraciones.

Espero también que su nombramiento venga acompañado de una reestructuración de todo el gabinete de seguridad, y de un plan integral del combate a la delincuencia.

Le aseguro que si es así, usted podrá contar con el apoyo de este creador de opinión, y probablemente de todos los sectores de nuestro país.

Seguramente usted, al aceptar el cargo, le expuso al presidente la necesidad que lo deje trabajar sin amarres partidarios, con las manos libres para implementar las medidas necesarias sin pensar en campañas electorales. 

Uno de los problemas principales que usted va a tener que resolver es la profunda división, desconfianza y desmotivación dentro de la PNC. Otro, la falta de una definición clara del rol de la Fuerza Armada. Los decretos ejecutivos emitidos para incluir a la Fuerza Armada en la lucha contra la delincuencia, están hechas con las patas, y usted tendrá que convencer al presidente que los haga de nuevo, pero esta vez con claridad y audacia.

De usted esperamos un discurso claro que deje de contraponer prevención con represión, mano dura con mano amiga. Necesitamos ambas manos, y sobre todo que la mano derecha sepa lo que está hacienda la otra, y viceversa. Por esto necesitamos un ministro de seguridad con la competencia y la autoridad necesarias que puede poner en marcha programas de prevención en coordinación con la estrategia de recuperar el control de territorios. Y que no tiene que pedir permiso a nadie, ni a la primera dama, ni a ningún secretario presidencial...

Si usted es del FMLN, use su influencia para desarmar las células partidarias en la policía y para convencer al partido que su éxito no se mide por la cantidad de unidades que controle en la PNC sino por la cantidad de colonias que se vuelvan seguras.

En algún momento pensábamos que la experiencia combativa y de inteligencia acumulada en la guerrilla, combinada con las capacidades de la PNC y de la Fuerza Armada, serían suficientes para desarmar a las pandillas y el crimen organizado. ¿Que tal si usted logre esta combinación en función de la seguridad de todos?

Le deseo mucho suerte, porque si usted tiene éxito, todos salimos bien.

Paolo Lüers
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