lunes, 16 de marzo de 2009

"El caos se está tragando al gobierno de Hugo Chávez"


"Como se le acabó el dinero y merma el respaldo popular, sólo le queda la opción represiva para sostener el Estado autoritario"

El pasado sábado, en su reunión semestral celebrada en La Asunción, la Sociedad Interamericana de Prensa otorgó el Gran Premio Chapultepec al colaborador de El Universal, Asdrúbal Aguiar, por su lucha en la promoción, difusión, afirmación y defensa de la libertad de expresión. Aguiar, quien entre otras muchas funciones fue juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, vuelve a Venezuela luego de varios años de labor académica en Buenos Aires y en su análisis sobre la situación venezolana no duda en afirmar que el control absoluto de los medios de producción en el país "está a la vuelta de la esquina".

-La desaparición progresiva de la propiedad privada, ¿no implica, a la larga, el fin de los medios críticos que viven de la publicidad de las empresas?

-Eso es inevitable, salvo que ocurra un hecho capaz de modificar los acontecimientos porque todo lo que hace Chávez responde a una visión estratégica de largo aliento, donde todos estos acontecimientos están hilvanados y responden a una idea central: el establecimiento de un socialismo marxista decantado, porque él entiende que Venezuela no es la Cuba de los años 50, aun cuando ese siga siendo el modelo. Y eso es tan así, que cuando sale del referendo revocatorio anuncia el nuevo mapa estratégico y en noviembre de 2007 le presenta al país el Plan Nacional Simón Bolívar, el primero de carácter socialista. Por eso la aceleración de los últimos días no responde sólo a la merma de la renta petrolera y al deterioro del respaldo popular, sino a medidas que, como él lo reconoce, fueron elaboradas desde que estaba preso en Yare. Eso implica una nueva estructura de poder, distinta a la concepción republicana que nosotros manejamos. Un gobierno asambleario donde gobiernan todos y no gobierna nadie. De manera que sus relaciones, en lo interno, no son con los poderes públicos y en lo externo tampoco lo son con los palacios presidenciales, sino con un subterráneo de organizaciones sociales alrededor de las cuales cree que puede construir el socialismo del siglo XXI. Ahora, cuando se pasa al ámbito moral uno se encuentra con un obseso creyente en la filosofía del Che Guevara. No hay socialismo sin la creación de un hombre nuevo y eso explica por qué se niega a dialogar con el resto del país.

-Señala que Chávez pretende crear una nueva estructura de poder sobre la base de un gobierno asambleario, donde gobiernan todos y no gobierna nadie. Sin embargo, la tara fundamental que se le enrostra a Chávez, ¿no es su obsesión de mandar sólo él y nadie más que él?

-El objetivo final de Chávez no es distinto al de Castro o al de Pinochet, pero siempre los dictadores buscan una valoración ética justificativa y la de Chávez es la creación de una democracia distinta a la que conocemos, la representativa, donde el pueblo gobierna permanentemente. Como contrapartida, el pueblo se realiza dentro del Estado, de manera que el ciudadano existe para el Estado y no el Estado para el ciudadano.

-Dice que Chávez actúa de acuerdo a un guión previamente establecido que ha venido cumpliendo hasta ahora. De acuerdo con ese libreto, ¿qué viene ahora?

-La transferencia al Estado de los medios de producción, con énfasis en aquellos que de manera directa tocan las necesidades fundamentales del individuo. Es decir, todas las redes relacionadas con la producción, comercialización y consumo de alimentos, así como las vinculadas al ámbito farmacéutico. Eso es una locura cuyo fracaso ya está comprobado, pero el hecho es que se piensa constituir empresas de producción social y se va a tratar de fortalecer el sistema de la propiedad social. Cuando habla de la existencia de algunas industrias de propiedad privada, no se trata sino de un espectro marginal. Así que el avance del Estado hacia el control de los medios de producción y de los mecanismos de intermediación financiera está a la vuelta de la esquina.

-¿Incluye a los medios de comunicación?

-Él considera que los medios han estado al servicio del capitalismo y de la desinformación. Habla de una información de Estado que se forma dentro de un pensamiento único, el revolucionario. En su Plan Nacional de Desarrollo afirma que se debe ser tolerante, menos con quienes promuevan las injusticias, valga decir, con los contrarrevolucionarios. No se trata sólo del cierre de medios, como ocurrió con RCTV, sino que con sus recursos económicos se ha hecho del aparataje comunicacional, creando nuevos medios o comprando aquellos que estaban en manos del sector privado.

Lo cierto es que no ha engañado a nadie y siempre fue claro al afirmar hacia dónde iba.

-Pero luego de diez años tampoco ha podido cumplir su objetivo sino a medias y con muchas dificultades.

-Porque medio país ha permanecido invulnerable e impenetrable ante las tentaciones de la corrupción y a todo el proceso de horadación mental generado por la única obra tangible de este Gobierno: la publicidad.

-El avance del proyecto ha sido posible porque Chávez ha contado con recursos extraordinarios. ¿Podrá seguir avanzando en medio de una crisis económica?

-Siempre he sido un crítico del modelo caritativo de Chávez. Las misiones, a las cuales algunos políticos de oposición temen cuestionar, son la expresión más acabada del fracaso en materia de gestión pública porque se trata de una medicina de emergencia que nunca pudo ir más allá. Pero eso llegó atado con el arraigado mito de El Dorado. El venezolano cree que Venezuela es el país más rico del mundo y como la mayoría no llega a serlo, entonces considera que "alguien me está robando". Así surge la figura del gendarme, el vengador que viene a devolverte lo que te robaron. Dentro de esta lógica, Chávez reafirma las dos grandes taras que cruzan nuestra historia: los mitos de El Dorado y del gendarme necesario. Pero ciertamente se le acabó el dinero y ya no puede financiar una revolución en los términos en que lo hacía. De manera que no tiene otra opción, sino la represión para el sostenimiento del Estado autoritario. ¿Será por esto que asumió el control directo del estamento militar? El modelo cubano operó en medio de grandes carestías, pero habiendo desarrollado un aparato autoritario fuerte y eficiente.

-¿No tenía ya, de hecho, el control del aparato militar?

-El control de un aparato militar punitivo es eficiente dentro de estructuras sociales que se amolden a los requerimientos del Estado policial. El problema está en que Chávez tiene dificultades para ejercer esa autoridad de policía porque ha transformado el país en un gran caos. El ha dicho que el 27F surgieron leyes inherentes al caos y ciertamente cuando vas creando situaciones caóticas, en diferentes sitios a la vez, automáticamente se genera un caos. Sólo que cuando se institucionaliza el caos éste termina llevándose por delante al propio generador del caos.

-¿Qué necesidad tiene de generar caos cuando todo gobierno lo que quiere es orden?

-Porque tiene una visión rupturista. No es un dictador militar tradicional que llegó a poner orden. Muchos sectores de clase media y alta votaron por él, en 1998, pensando en Pérez Jiménez o en Pinochet. Y se equivocaron. Él lo que vino fue a &

-Subvertir el orden&

-A subvertir el orden cuando dice, desde su toma de posesión, que quien roba lo hace por necesidad social. Ahí están las consecuencias. Cuando se sobrepasa la cifra de 14 mil homicidios anuales estás ante un caos institucional que se ha tragado a la República.

-¿No son esas características de una revolución?

-Porque en definitiva la revolución viene a destruir y a eso es que ha venido él. Sólo que no ha podido porque ha sido tal el caos y la corrupción, que no ha avanzado en la institucionalización de esos paradigmas en los que él teóricamente creía. Entonces el caos y el tremedal se lo están tragando. Está llegando al momento de la verdad de un modelo impulsado sobre la base de los recursos, que recibe un frenazo, porque se acabaron.

-¿Se quiebra la continuidad establecida en su guía de navegación?

-Tengo la impresión de que se hace inviable. Él puede tener reservas que le permitirán estirar la arruga hasta 2009. Si dedica el dinero que le queda para reactivar la economía, no lo habrá para las misiones y mucha gente no seguirá acompañando a la revolución. Y, si hace lo contrario, no habrá reactivación de la economía en un país que lo importa todo.

(El Universal, Carácas)