"Un fiscal o un juez puede decretar que una investigación sea 'reservada', pero esto tal vez tendrá validez para que ustedes no puedan hablar con a prensa. Pero negar al ciudadano, al cual están allanado la casa y decomisando objetos, negarle el derecho de saber de qué se trata, es inconstitucional. Ahí no existe ‘información reservada’."
"Bajo el pretexto de alguna investigación, por cierto no definida, robar a un periodista información sobre sus fuentes para afectar su trabajo protegido por la Constitución, es un delito."
El audio en la voz del autor: CATEOS.mp3
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 7 diciembre 2024
Una escena que ya casi parece normal en El Salvador: Llegan unos policías fuertemente armados alrededor de la medianoche, acompañados de un fiscal, catean tu casa, enseñan de lejos lo que dicen que es una orden de allanamiento, y decomisan tus celulares, computadoras, discos duros externos, USB y archivos.
Tu preguntas: “¿Por qué me decomisan mis cosas?”
Te contestan: “Esta investigación está bajo reserva.”
Tu preguntas: “De qué investigación se trata, contra quién?”
Te contestan: “Esto es información reservada.”
Tu preguntas: “¿Quien firmó esta orden de allanamiento?”
Te contestan: “Información reservada.”
Tu dices: “Soy periodista. En estos archivos tengo información reservada que puede poner en peligro a mis colegas o fuentes.”
Te contestan: “No importa. Tenemos órdenes.”
Más o menos esto es lo que pasó en la madrugada de jueves 7 de diciembre en la casa que comparte la periodista Mónica Rodríguez con su pareja. Mónica es periodista especializada en temas del medio ambiente – tema caliente, desde que Nayib Bukele anunció que va a abolir la ley que prohíbe la minería de oro.
Más o menos a la misma hora, lo mismo pasó al diseñador gráfico Carlos Najarro, quien bajo el seudónimo Temple of Evil publica en sus redes sociales memes muy críticos con las políticas de Nayib Bukele. Casi todos sus memes se hacen virales por su sarcasmo y su diseño creativo.
Algo parecido pasó, en la siguiente noche, al sindicalista Héctor Rodríguez, dirigente del Movimientos de Trabajadores Despedidos MTD, que organiza la lucha de los trabajadores públicos despedidos por el gobierno. En este caso no entraron a la casa, pero la tenían asediada por horas. Extraña coincidencia que la periodista Mónica Rodríguez, ex empleada del Canal 12 y despedida con la llegada del gobierno Bukele, es vicepresidenta del MTD.
Sólo que yo no creo en coincidencias....
En estos operativos (igual que el allanamiento de la casa de Rubén Zamora y el intento de su captura en noviembre pasado; igual que en innumerables casos que desconocemos, porque la gente tiene miedo de denunciarlos), los policías involucrados sabían perfectamente que actuaron fuera de la ley. Y los fiscales sabían además que decomisar los archivos de trabajo de periodistas es un atentado a la libertad de prensa.
¿Entonces, por qué lo hicieron, sabiendo que es ilegal? Esta es la gran pregunta que hay que hacer a todos ustedes. Más bien, esta es la pregunta que cada uno de ustedes se tiene que hacer. El hecho que las órdenes vengan de muy arriba, no es pretexto. Tampoco el hecho que les digan que no se preocupen, que tienen el respaldo de las altas jerarquías.
Un fiscal o un juez puede decretar que una investigación sea “reservada”, pero esto tal vez tendrá validez para que ustedes no puedan hablar con a prensa. Pero negar al ciudadano, al cual están allanado la casa y decomisando objetos, negarle el derecho de saber de qué se trata, es inconstitucional. Ahí no existe ‘información reservada’.
Bajo el pretexto de alguna investigación, por cierto no definida, robar a un periodista información sobre sus fuentes para afectar su trabajo protegido por la Constitución, es un delito.
Ningún funcionario o agente del Estado tiene que cumplir órdenes que violan la ley. Estoy consciente que a pesar de esto, les pueden hacer la vida imposible si no cumplen estas órdenes. Así funciona en una dictadura. Pero tengan claro que cumpliendo órdenes ilegales ustedes se hacen cómplices. Aparte de cargar con la consciencia, podrán enfrentar consecuencias penales cuando, en algún momento, la justicia recupere su independencia.
Piénsenlo bien, señores agentes policiales o fiscales.
Saludos,
Vamos de campamento en campamento con el ‘cine móvil Venceremos’. Llevamos el monitor, la planta de generación eléctrica, la gasolina, los casetes, y el monitor —todo en el lomo. Hay bastantes compas que en su vida no han visto televisión o una película. Mucho menos una donde aparecen ellos mismos, o gente que conocen.
Cada noche pasamos una o dos películas: La Decisión de Vencer, que muestra la vida en los primeros campamentos en el 1980. Carta de Morazán, que demuestra los combates del 1982. Tiempo de Audacia, que es un mosaico de imágenes y escenas que explican, sin ningún rollo sobreimpuesto, la situación del país y la intervención norteamericana. Videos sobre las Comunidades Eclesiales de Base, sobre la Comisión de Derechos Humanos, sobre la Universidad, sobre armamento popular...
Nuestras películas, para muchos, son emocionantes, porque detectan en ellas a un montón de compas caídos. “Esta película es muy triste, llena de muertos,” es un comentario común. Pero al mismo tiempo les encanta. Luego comentan sobre los compañeros caídos o vivos que aparecieron en la película —y sobre sus hazañas. Morazán está lleno de historias sobre batallas, matanzas, victorias y derrotas. Lleno de héroes y lleno de víctimas, y cada uno con su historia mil veces contada...
Uno de los videos que más les fascina a los compas es uno del movimiento guerrillero colombiano M19. Registra una asamblea, en un campamento en la profundidad de la selva colombiana, y un discurso de Jaime Bateman, el comandante en jefe de este grupo guerrillero, conocido por sus acciones audaces. Hay una escena donde Bateman grita: “¿Están orgullosos de ser guerrilleros?” Y todos los combatientes se levantan, y con el puño o el fusil en alto, gritan: “¡Sí!”
Jaime Bateman |
Bateman se queda un rato callado y luego dice: “Esto es nuestro problema. Por eso no llegamos a ninguna parte. ¿Cómo van a estar contentos de andar aquí en la jungla comiendo mierda? Este romanticismo no nos lleva a nada. El revolucionario debe estar ansioso de ir a la ciudad a enfrentarse al enemigo, no a cazar monos aquí en la selva.” Y se arma una discusión sobre lo que significa ser guerrillero. Según Bateman, no es un fin, es un método para cambiar el país. Al final pregunta nuevamente: “¿Están dispuestos de ir a la ciudad y enfrentarse al enemigo?”
“¡Sí!”
“¿Están dispuestos a dejar las armas para estudiar y hacerse maestros, médicos, ingenieros, agrónomos?”
“¡Sí!”, contestan todos.
Jaime Bateman es entrevistado en la jungla colombiana |
También llevamos el cine a los pueblos. Vamos con una unidad militar y con todos los chunches, invitamos a toda la población a la plaza o al patio de una escuela. Mostramos nuestras películas. Aquí la reacción es diferente. Nunca sé si realmente les gusta participar en estos actos, o si sólo asisten por que se sienten obligados. Trato de evitar que las películas sean acompañados de grandes discursos, pero cuesta convencer a los compas. Algunos están entrenados a arengar y sermonear a la gente, y no quieren desaprovechar las oportunidades de explicar la situación política y ‘la lucha’.
Yo quiero algo diferente. Quiero sentir si nuestro discurso cinematográfico, si esta nueva forma de comunicar, no sólo funciona en círculos intelectuales y ante audiencias de antemano convencidas, sino también aquí, con gente sencilla. Mi experiencia con nuestro cine móvil en los pueblos de Morazán es que nuestra películas funcionan.
La siguiente entrega, sábado 7 diciembre:
Capítulo 21: La Comandancia General (1985)