martes, 11 de diciembre de 2012

Chávez arregla su casa y su herencia

Ahora, al fin, los venezolanos se dieron cuenta que acaban de reelegir en octubre a un presidente que probablemente no está en condiciones de salud para asumir su cargo o terminar su nuevo mandato.
Durante la campaña electoral antes de las elecciones presidenciales de octubre 2012, su gobierno y su partido hicieron hasta lo imposible para presentar a Hugo Chávez como el hombre que venció el cáncer y tendría toda la capacidad de seguir conduciendo al país. Ahora, a exactamente un mes de la fecha de su juramentación, Chávez tiene que confesar que el cáncer no está vencido, que se tiene que someter de urgencia a otra operación en Cuba, y que no hay manera de saber si el 10 de enero estará en condiciones de juramentarse y asumir su nuevo mandato de seis años. Y de un sólo Chávez ordena su casa antes de someterse a la operación: entroniza como su sucesor a Nicolás Maduro, su canciller y recién nombrado vicepresidente ejecutivo, el hombre de la izquierda civil y pro-cubana dentro del gobernante Partido Socialista Unificado de Venezuela.

En caso que Hugo Chávez no pueda asumir su cargo el 10 de enero, o en caso que luego de asumirla no pueda ejercer la presidencia, la Constitución tiene previsto quién asumiría la presidencia temporal mientras se cumpla el mandato de realizar nuevas elecciones presidenciales. Todo esto es complicado, pero claro – y hasta ahora fuera de discusión. Dependiendo de las circunstancias de la “falta absoluta”, puede ser que asuma la presidencia interina el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, el representante del ala militar en el partido, o el vicepresidente Maduro, el civil.

Pero esto no es importante, porque es temporal. Lo que decidió Hugo Chávez con su discurso en cadena nacional, flanqueado precisamente por ambos: Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, de una vez por todas es la sucesión real en el poder: “Quiero que elijan presidente a Nicolás Maduro.” Punto.

Todo esto no significa que Chávez ya se va a morir. Ni siquiera que su estado de salud se va a empeorar muy rápido. Significa que el líder de la revolución bolivariana y socialista en Venezuela ha decidido que quiere hacer la transición y el traspaso del mando EN VIDA. Con toda razón Chávez teme que, si no lo hace en vida para estar detrás y a la par del sucesor ungido, este no podría aglutinar el apoyo de todos los diferentes grupos que componen el chavismo: los fieles a los cubanos, la izquierda no castrista, los militares, los nuevos empresarios y funcionarios del capitalismo de Estado, los sindicalistas... Ningún potencial sucesor, y tampoco Nicolás Maduro, podría evitar la descomposición del chavismo, si no es con el líder máximo vivo y respaldándolo.

La oposición dice con todo derecho: Si el partido de gobierno se deja, el comandante Chávez puede imponerles a su candidato. Pero nada más. Este candidato se tendrá que medir con el candidato de la oposición, que por el momento se llama Enríquez  Capriles Radonski y que sacó un 44% del voto frente a los 56% de Chávez. Pero Capriles tiene primero que ganar su reelección como gobernador del estado de Miranda. Y la oposición tiene que mostrar primero, el 16 de diciembre en las elecciones de gobernadores, que logra nuevamente convocar a las urnas a los ciudadanos democráticos luego de la frustrada elección presidencial que en octubre perdió contra un Hugo Chávez enfermo.

El contrincante de Capriles en Miranda es Elías Jaua, hasta hace dos meses el poderoso vice-presidente ejecutivo que guió el gobierno a lo largo de la enfermedad y las frecuentes ausencias del presidente Chávez. La primera cosa que Chávez hizo luego de ganar las elecciones fue nombrar vicepresidente a Maduro y mandar a Jaua a competir contra Capriles por la gobernación de Miranda. Muchos lo vieron como un desmontaje de Jaua y el anticipo de la entronización de Maduro como sucesor oficial de Chávez. Porque Elías Jaua, antes de que Chávez lo mandara para perder contra Capriles, fue el más fuerte competidor de Nicolás Maduro por la el liderazgo de la izquierda civil dentro del Chavismo y por la bendición de los hermanos Castro.

Si Capriles le gana a Elías Jaua, que es lo más probable, así como hace 3 años le ganó al entonces gobernador de Miranda y hombre fuerte detrás de Chávez, Diosdado Cabello, se perfila un interesante duelo: Capriles versus Maduro. Si a Chávez le queda suficiente vida y salud para acuerpar y chinear a su heredero, tal vez existirá chavismo sin Chávez. Si no, se fraccionará y morirá con él. 
(El Diario de Hoy)