sábado, 14 de enero de 2012

Carta a los partidos




Carta a los partidos:

Estimados amigos:

Es imposible convencer a un chucho que por más que mee a un poste nunca será suyo, y que cualquier otro perro le va a orinar igual...

Tal vez sea igual con ciertos partidos que no pueden superar su instinto primitivo de marcar territorio mediante la pinta & pega.

Lo de los chuchos y los postes obviamente es irracional. Es puro instinto animal. En cambio, de partidos políticos y candidatos a alcalde o diputado se puede esperar cierta racionalidad. La racionalidad dice que forrando todos los postes de la bandera de un partido o pintarlos todos de rojo, anaranjado, azul, verde o tricolor no atrae ni un sólo voto.

Si embargo, algunos partidos lo siguen haciendo. Si no es para conseguir votos, ¿para qué lo siguen haciendo? Tiene que ser algo más que el puro instinto animal que hace al chucho mear, todos los días de nuevo, en todos los postes y árboles de su barrio.

¿Será que la insistencia de forrar los postes de la ciudad con banderas partidarias tiene más en común con la cultura de las pandillas que con los instintos animales? Los pandilleros marcan su territorio con los graffitis en las paredes, y el mensaje es muy claro: “Aquí mandamos nosotros; aquí no vale otra ley que la que nosotros imponemos; y quien no la respeta muere...”

A esto se parece la actitud de algunos líderes locales del FMLN de declarar “territorio liberado” sus municipios, donde no pueden entrar los adversarios. Y si entran, que aguanten las pedradas. Y si a pedradas no entienden, tal vez a balazo...

La única manera de evitar la violencia en las campañas electorales es una ley clara y estricta que prohíba la pinta y pega. Con sanciones penales para los activistas y multas sensibles para los partidos. Punto.

Mientras esta ley no existe, los alcaldes van a tener que aplicar sus ordenanzas, y los agentes del CAM se van a exponer a un dilema injusto: o salen golpeados o salen enjuiciados por golpear a algún activista...

El problema es: Los únicos que pueden hacer esta ley son ustedes, los partidos. Y si no son capaces de llagar a acuerdos de auto-regulación, ¿cómo llegan a consensuar una ley? A menos que al fin la racionalidad se imponga sobre los instintos de chucho y la cultura marera...

Saludos, Paolo Lüers
(Más!, El Diario de Hoy)