martes, 6 de septiembre de 2011

Carta a los lectores que me han mandado cartas a los pandilleros

Estimados amigos:
 
En este espacio publiqué varias cartas que ustedes me han mandado, haciendo eco a mi llamado de expresar su propia experiencia en las comunidades afectadas por el cáncer de la violencia. Estas cartas expresan la frustración de vivir bajo el miedo, y aprovechan la oportunidad de decirles a los pandilleros lo que no les pueden decir en la calle: ustedes no son machos, sino cobardes. No defienden al barrio, sino lo destruyen…

Me parece importante que se exprese el rechazo de la mayoría contra la minoría violenta y su régimen de terror. Es necesario que no nos olvidemos que incluso en los barrios más violentos es una minoría que está delinquiendo, asesinando, extorsionando. El problema es que el miedo y la falta de respaldo efectivo por parte del Estado no permiten que la mayoría se exprese, se movilice y se organice para defender sus barrios.

Esto causa un enorme frustración – y nueva violencia. He recibido docenas de cartas que expresan el odio que nace de la impotencia. Cartas que no voy a publicar, llenas de fantasías de violencia como respuesta a la delincuencia desbordada. Cartas de ciudadanos que no ven otra salida que el exterminio, la limpieza social, la revancha. Gente que extraña la Guardia Nacional, la pena de muerte, los escuadrones de la muerte… Cartas tristes.

A todos que me hicieron llegar estas cartas llenas de odio y fantasías de violencia justiciera, les tengo que decir que su medicina es peor que la enfermedad que quieren combatir. La única cura posible es la ley, el estado de derecho – y la organización ciudadana para exigir que el Estado, el gobierno, la policía, las fiscalía y los jueces hagan valer la ley.

Cualquier otra medicina nos terminará matando, como sociedad. 

Voy a seguir publicando cartas de ciudadanos que quieren expresar su indignación sobre las pandillas que les roban sus barrios, sus calles, sus parques, y sus escuelas, su tranquilidad, su calidad de vida. Pero no las cartas que incitan a más violencia.

Gracias a todos que me han confiado para expresarme sus frustraciones y propuestas respecto a la violencia que viven diariamente. Este periódico está a su disposición.

Saludos, Paolo Lüers

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