"¿Qué diablos les pasa a ustedes, los estudiantes? ¿Cómo les han quebrado la moral? Tiene que ser el miedo. Tiene que ser el Estado de Excepción permanente. Pero sepan una cosa: Si no hacen nada, todo será peor."
El audio: UES.mp3
Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 24 febrero 2024
Lo que pasa con la Universidad de El Salvador es vergonzoso – para el gobierno, que la trata como si fuera su motel; para las autoridades universitarias, por complicidad; para la comunidad universitaria, los en el pasado tan combativos estudiantes y docentes, por no tomar acción.
El gobierno se tomó prestado en 2023, a través del INDES, gran parte del campus y sus edificios, para albergar ahí los deportistas de los Juegos Centroamericanos. Y desde entonces, nunca devolvieron la universidad a sus dueños. La usaron para el evento Miss Universo. La usaron como cuartel general de la mancha cian de Nuevas Ideas durante el fraude electoral, y ahora anunciaron que la necesitan para albergar ciclistas internacionales, que vienen a una competencia. Mañana será otra pendejada ajena a la misión de la universidad...
El que realmente tomó control fue el MOP. Hicieron y deshicieron a su gusto, sin consultar a la Universidad. Y nunca entregaron ni un solo edificio, ni crearon las condiciones para que puedan volver a servir a la única misión que tiene la universidad pública: educar.
Así que resulta que desde que en el año 2020 se suspendieron las clases presenciales, debido a la pandemia, nunca la UES pudo retomar sus clases normales. ¡Son 4 años!
Sólo esto debería haber provocado un conflicto entre la UES y el gobierno. Se esperaría manifiestos, protestas, acusaciones, marchas, huelgas. Nada. Las autoridades han autorizado todos estos abusos del gobierno contra la casa de estudios, de una forma sumisa sin precedentes en la historia de la universidad. Y los estudiantes y docentes, ausentes del campus por la suspensión de clases presenciales, no han movido un dedo para defender su universidad, su patrimonio, su futuro académico y profesional.
Uno de los docentes -un tipo que siempre vi tan orgulloso del pasado combativo de su universidad, del cual fue protagonista- me explicó que la UES tenía las manos atadas, porque no tenía dinero y dependía de la buena voluntad del gobierno de darles el presupuesto.
¡Buena voluntad, su madre! El presupuesto para la UES no depende de buena voluntad de Bukele, es una obligación legal, incluso constitucional del gobierno. De nada sirve “portarse bien” y aguantar sin protesta toda la arrogancia y todos los abusos del gobierno. De todos modos, el gobierno no sólo le robó a la Universidad su campus, le robó 48 millones de dólares de su presupuesto.
Y aun así, ni el rector, ni el Consejo Universitario, ni los sindicatos de trabajadores, ni el gremio de docentes, ni los estudiantes han emprendido la lucha por la existencia y la independencia de la universidad. Y esto después de que el presidente, en su primera campaña presidencial en el 2018 prometió a la comunidad universitaria luchar por un presupuesto digno para la UES. Anunció ponerse a la cabeza de una marcha a la Asamblea para presionar a los diputados a aumentar el presupuesto universitario. Prometió construir varas sedes departamentales para llevar la educación superior a las zonas menos desarrolladas del país.
Por supuesto no cumplió nada de esto. Y no sólo esto, Bukele hizo lo contrario. Dejó que la UES llegue al borde de la iliquidez, dejó que dejara de funcionar, dejó que la educación superior pública entrara en la peor crisis desde las ocupaciones militares de la UES. Y toda la comunidad universitaria lo permitió, por complicidad o por inacción.
Les están robando su educación, su futuro. Y al país, su progreso.
¿Qué diablos les pasa a ustedes, los estudiantes? No los han comprado, porque dinero no dieron a la UES. No los han convencido cumpliendo las promesas que les hicieron. ¿Cómo les han quebrado la moral?
Tiene que ser el miedo. Tiene que ser el Estado de Excepción permanente. Tienen que ser los 70 mil jóvenes encarcelados. Pero sepan una cosa: Si no hacen nada, todo será peor.
Saludos,