martes, 11 de enero de 2022

Carta sobre dos fechas claves: 10 y 16 de enero. De Paolo Luers


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Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 11 enero 2022

Estimados amigos:

Escribo esta carta el 10 de enero 2022. Este mismo día, hace 41 años, llegué a El Salvador. Fue el día que comenzó la guerra, con la ofensiva guerrillera del 10 de enero del 1981. Yo vine para observar, con ojos y mente de periodista, pero la historia no me permitió quedarme de observador. El conflicto me absorbió, me hizo parte. No lo sabía, pero este día 10 de enero iba a cambiar mi vida. Igual que al país. Cosa que me une a esta mi segunda patria…

Para mí, el 10 de enero, cuando comenzaron a hablar las armas, tiene una fecha gemela: el 16 de enero, cuando en el año 1992 el país puso fin a este capítulo tan duro de su historia y silenció las armas. Ninguna de las dos fechas tiene sentido sin la otra.

Foto / AFP-Francisco Campos

Tiene razón Bukele cuando dice que el 16 de enero de 1992 se hizo un pacto. Pero resulta que él no entiende el contenido de este pacto. El 16 de enero de 1992 el país hizo un pacto de abandonar la guerra, el militarismo, el autoritarismo, la represión, la persecución política. El pacto era muy simple, y todos los que habíamos combatido de uno y del otro lado, lo entendimos perfectamente: la guerrilla entrega las armas y se vuelve fuerza política, dentro de un sistema democrático con reglas que todos vamos a respetar; por su parte, los militares abandonan la política, dejan de meterse en ella, y en cambio se quedan con las armas, pero sólo para proteger la soberanía del país, ya nunca para proteger a los poderosos y sus privilegios. La violencia revolucionaria como método para llegar al poder quedó abolida igual que la violencia represiva para preservar el poder. Este es el espíritu del 16 de enero, y sólo por haber llegado a este entendimiento nacional me atrevo a conmemorar también al 10 de enero. No celebro el inicio de la guerra, sino el inicio del largo camino a la paz.

Reflexionando hoy sobre todo esto, 41 años después de aquel 10 de enero y 30 años después de aquel 16 de enero, me doy cuenta que la historia ha hecho un círculo absurdo: Hoy, en enero 2022, lastimosamente estamos más cerca del 10 de enero, día que simbolizó el cierre de los espacios políticos, que del 16 de enero, cuando se abrió una nueva era que puso al centro la política, el diálogo, la tolerancia, el respeto a la diversidad y al pluralismo, y la construcción de entendimientos capaces de hacer avanzar al país.

Por esto es tan importante que este 16 de enero, a 30 años de los Acuerdos de Paz, nos unamos todos los demócratas, sin distinción de colores políticos, para asumir nuevamente el espíritu de la paz. El gobierno y todos los que lo apoyan no solo han perdido este espíritu, sino que se dedican a erradicarlo de la conciencia colectiva del país. Pero es imposible erradicar de El Salvador el amor a la paz, a la convivencia pacífica, a la unidad. Esto nos toca demostrar el domingo 16 de enero 2022 en las calles de San Salvador.

Nos vemos en la Plaza Barrios, donde hace 30 años bailamos al son de Fiebre Amarrilla y Alux Nahual, dando la bienvenida a la paz. Nunca olvidaré la emoción que todos sentimos cuando escuchamos la versión rock del “Himno a la Alegría” de Ludwig van Beethoven. ¿Cómo no vamos a luchar para recuperar este sentido de unidad y paz?

Saludos, Paolo Luers

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