lunes, 12 de julio de 2021

Carta a los cubanos: Tienen el derecho de ser libres. De Paolo Luers



 Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 13 julio 2021

Queridos amigos en Cuba:
Ya era tiempo de perder el miedo. Ya era tiempo que ustedes salieran a la calle para pedir libertad. El sueño de la revolución, por la cual uno está dispuesto a sacrificar su libertad y aguantar hambre, ya no existe. Los mismos revolucionarios lo han destruido. Y durante 60 años no solo les han quitado la libertad sino hasta la rebeldía. Me da una gran alegría ver en los videos que nos llegan de Cuba y que demuestran que hay una generación que ha recuperado la rebeldía...

Siempre he amado a los cubanos, su alegría, su generosidad, su música. Muchas veces me tocó ir a Cuba durante nuestra conflicto interno; llevamos nuestros películas documentales de guerra a los festivales de cine de La Habana; mandamos a nuestros heridos en combate a que se curen en Cuba; mandamos a nuestros niños huérfanos a que los cuiden y eduquen en Cuba – y siempre ustedes nos recibieron con amor. No sólo los cuadros del Departamento de América del partido, sino toda la gente, no importando su tendencia política. 

 

Las hijas que luego de la guerra adopté (o más bien que me adoptaron de padre) pasaron su niñez felices en Cuba. Cuando llegaron de regreso en 1992, eran cubanas. Hablaron cubano, bailaron cubano, amaron cubano. Siempre estaré agradecido con los cubanos de haberlas recibido.





Siempre me entristeció ver la falta de libertad y la pobreza de los cubanos. Una sociedad donde los pocos que tienen acceso a dólares viven bien y el resto vive mal, no va hacía el socialismo sino hacia la corrupción y la tiranía. Conocí a muchos revolucionarios cubanos de gran calidad humana – y a otros que se habían convertido en burócratas oportunistas y cínicos. Trabajé con compañeros cineastas del ejército cubano en la producción de una película sobre la guerra en Angola - amistades que me hubiera encantado sostener. Estoy seguro que esta generación de militares cubanos no se hubiera prestado a reprimir a su propio pueblo cuando este se levanta en rebeldía contra la falta de libertad, comida y salud. Quiero pensar que la actual generación de militares tampoco.

 

Quiero pensar también que los miembros de los comités de barrio, en vez de enfrentarse a sus vecinos, se pongan al lado de la nueva rebeldía. Si se quedan solos los rufianos de la policía secreta, no darán abasto para detener esta ola de protestas. 





Los regímenes comunistas en Alemania Oriental, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, muy parecidos al actual cubano, colapsaran ante las movilizaciones pacíficas, masivas y cívicas. La famosa STASI de Alemania Oriental, famosa por el control total sobre la población y por sus cárceles de tortura, no soltó ni un solo tiro a las manifestaciones que cada semana crecieron. 

 

Algo parecido puede pasar en Cuba, si ustedes aprovechan el momento. 

 

Para ayudar al pueblo cubano, el gobierno de Joe Biden debería inmediatamente sustituir el bloqueo económico contra Cuba con una política de asistencia humanitaria. Junto con los países europeos y Canadá, Washington debería ofrecer a los cubanos lo que más les hace falta: comida, medicina, insumos médicos. Y para ofrecerles libertad, que es lo que más necesitan los cubanos, Washington debe proponer a Rusia iniciativas conjuntas de negociación con el gobierno cubano, para facilitar una transición pacífica de la dictadura a la reconstrucción democrática.

 

Lo más importante es evitar que en Cuba haya un baño de sangre. Ante la ola de protestas, revivir la Guerra Fría sería el peor error.

Ánimo, amigos, aguanten y no aflojen. 

Con mucho amor,