sábado, 21 de abril de 2018

Carta a los nicas: Al fin rebalsó el vaso




Queridos amigos nicaragüenses:
Durante años, los Ortega hicieron cuentas alegres que en Nicaragua ya no quedaba ni rastro de oposición. Tenían razón: Vencieron toda la resistencia de las instituciones que supuestamente controlan el poder, y relegaron a los partidos políticos a la irrelevancia. Pudieron instalarse en el poder como pareja feudal, Daniel Ortega casi ausente, su esposa Chayo Murillo ejerciendo el poder.

De repente, cuando nadie lo esperaba, estalló una ola de protestas que obligó a los Ortega a soltar su aparato represivo. Ya son 4 días seguidos que, a pesar de antimotines golpeando a estudiantes y amas de casa y dejar docenas de heridos y 5 muertos, no logran desarmar las protestas. Hicieron un movimiento falso con el Seguro Social, aumentando las cuotas y bajando los servicios – y el vaso
derramó. Y como el régimen ha cerrado todos los canales ‘normales’ e institucionales de oposición y control ciudadano, la protesta inmediatamente se vuelve callejera y violenta. Los jóvenes derrumban y queman los odiosos símbolos de la pareja imperial: las omnipresentes vallas con los pensamientos de Daniel y Chayo y los árboles artificiales de colores que la primera dama mando a instalar en toda la capital. Y como esto es equivalente a sacrilegio, la respuesta de la Policía Sandinista inmediatamente es represiva.

Es una movilización espontánea, sin líderes, sin organización – y el aparato represivo del Estado no sabe cómo enfrentarla sin fuerza letal. Es como echar gasolina al fuego.

No sé en qué va a terminar este enfrentamiento entre ciudadanos y gobierno. Hay quienes sueñan con otra insurrección nicaragüense. Tal vez no va a llegar a esto, seguramente no lograrían derrumbar al gobierno, pero lo que ya está derrumbado es el mitos del sandinismo como movimiento popular y de su control absoluto sobre una ciudadanía impotente.

Lo más seguro es que el régimen del clan Ortega-Murillo, que ha privatizado al Frente Sandinista, va a sobrevivir esta movilización ciudadana. Tienen el aparato, tienen las armas, y tienen la voluntad de usarlas contra su pueblo. Pero de todos modos, estamos viendo el comienzo del fin de este régimen anacrónico.

Una vez que el espíritu salió de la botella, no habrá manera de volver a meterlo. Medio lo lograron luego de la represión contra los campesinos que protestaron contra el proyecto del canal interoceánico y la expropiación de sus tierras, pero luego de esta nueva escalada de represión violenta no hay manera que en Nicaragua no surja una nueva oposición que va a seguir desafiando al sandinismo corrupto.


Enhorabuena.

Los nicas dijeron: Basta. Ya era tiempo que se vuelva a despertar la revolución nicaragüense…

Saludos,


(MAS! / EL DIARIO DE HOY)