viernes, 17 de octubre de 2014

Carta a Ada Michelle Guzmán Sigüenza

Guardé en mis archivos una carta que no me atreví a publicar. La única en más de cinco años de dedicarme a este oficio de escribir cartas. No contando los borradores que me salieron mal o que descarté porque no estaba seguro de los hechos mencionados. Pero este escrito descartado no fue un borrador, fue una carta terminada, bien hecha, me encantaba, y la iba a publicar martes 17 de marzo de 2013 - pero al fin temí que podía ser percibida como si tocaba un asunto demasiado personal y privado… Por esto no la publiqué.
Busqué la carta en mis archivos, cuando leí que Mauricio Funes culpaba a la oposición y a los medios de comunicación del fracaso de su matrimonio con Vanda Pignato. Demasiado descaro. La leí nuevamente, y me di cuenta de que fue un error no haberla publicado en su tiempo. Otra vez se me confirma una regla que ya aprendí de niño: No hay que ahuevarse nunca. Y otra que aprendí en mis días de aprendiz de escritor: La peor censura es la autocensura.

En misión en Los Angeles, con su estilista
Estimada Michi:
Reciba los más cordiales saludos de este servidor de tragos. Como no tengo otra forma de comunicarme directamente con usted, lo hago de esta forma un poco inusual. Vaya a disculpar también que me dirijo a usted con su sobrenombre, pero tome en cuenta que este nombre ya forma parte integral de nuestro lenguaje popular...

Solo quería recordarle que su pasaporte diplomático Número D005383, emitido el 6 de diciembre del año 2011, vence el 5 de diciembre del año en curso.

Como todos sabemos que usted viaja frecuentemente al exterior en importantes misiones del Estado, por favor tenga el cuidado de renovar a tiempo este documento que la acredita como servidora pública. Usted ya sabe los mecanismos que tiene que usar para que le salga sin ningún problema ni atraso - no tienen que ser muy formales ni necesariamente en horas de oficina.

Digo a tiempo porque algunos países no permiten la entrada a su territorio con pasaportes que no tengan validez de más de seis meses. No vaya ser que alguna diligencia importante para nuestra nación se quede frustrada solo porque usted no haya renovado a tiempo su pasaporte diplomático.
Le deseo el mayor de los éxitos en sus delicadas misiones.

Sin más que agregar, se despide Paolo Lüers 
(Mas!/El Diario de Hoy)