jueves, 25 de noviembre de 2010

Carta al Consejo Económico Social

Estimados sindicalistas, empresarios, y académicos que forman parte del Consejo Económico Social del país:

Me encontré una nota en La Prensa Gráfica del día martes 23 de Noviembre, diciendo que “el presidente de la República, Mauricio Funes, reveló ayer que instruyó al secretario técnico de la Presidencia, Alexander Segovia, para que se inicie la discusión del tema de pacto fiscal al interior de esa entidad.

Que raro: Yo no sabía que el Consejo Económico Social era una dependencia de Casa Presidencial que recibía ordenes del mandatario de turno. Inocentemente, yo creía que el tal CES iba a ser “UNA INSTANCIA DE DIALOGO, DE CONCERTACIÓN, EN LA QUE LAS PARTES ACTÚAN EN CONDICIONES DE IGUALDAD; UN ORGANISMO IDÓNEO PARA EL INTERCAMBIO DE OPINIONES Y PROPUESTAS EN FUNCIÓN DEL DESARROLLO NACIONAL.”

Lo creó, porque así lo explicó el presidente en su discurso del 3 de septiembre en el acto celebre de inauguración del CES.

Entonces, ¿cómo es eso que ahora el señor dice sobre el mismo CES: “Es una institución que no ha muerto, está trabajando, y yo le he dado instrucciones al secretario técnico para que comiencen a trabajar ya el tema del pacto fiscal”?

Así lo citan al presidente en la mentada nota de prensa.

¿Y con esto están de acuerdo ustedes, los dirigentes gremiales de los trabajadores y de los empresarios? ¿Y los académicos y rectores de universidades que están ahí para asesorar y aportar? ¿Y el representante de Naciones Unidas que está ahí para mediar? ¿Todos ustedes están de acuerdo que al CES le da instrucciones el presidente de qué y cuándo discutir? No lo puedo creer.

Creo que hace falta una reunión seria de ustedes con el presidente, para que le expliquen qué es un Consejo Económico Social, a diferencia de una secretaría de Casa Presidencial. Tal vez le mandan antes copia de la ley de creación del CES en España, donde dice: “No se prevé la participación de representantes del Gobierno, dado el carácter del Consejo de órgano consultivo del mismo, y la necesidad, por tanto, de garantizar su independencia en la formación y emisión de sus criterios. En razón a esta necesaria autonomía funcional se le dota de amplias facultades de autoorganización.”

Vaya, pero esto es en España, donde ya entendieron que la palabra ‘mandatario’ no viene del verbo ‘mandar’, sino del la palabra ‘mandato’.

Les deseo sabiduría y mucho coraje en su trabajo,

Paolo Lüers

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