jueves, 16 de septiembre de 2010

Carta a los próceres de la patria

Estimados caballeros:

Nuevamente, como cada año, celebramos nuestra independencia, de la cual ustedes fueron los arquitectos.

Aunque hoy tenemos un partido en el gobierno que habla de “la verdadera independencia” que, según ellos, la vamos a conquistar cuando lleguemos al socialismo. Hablan de la “verdadera patria, la patria grande de América Latina”. La misma de la cual habla el coronel teniente Hugo Chávez, quien sueña con intronizarse como el comandante en jefe de esta nueva superpotencia antiimperialista.

Ustedes lucharon contra los intentos de sustituir el dominio colonial por la anección a un nuevo imperio,en aquel entonces el mexicano. Hoy hay fuerzas políticas, en toda América Latina y también en El Salvador, que quieren redefinir la independencia que ustedes conquistaron, en favor de una “Alianza Bolivariana de Los Pueblos”, por supuesto conducida por Venezuela. Este sería empeñar la independencia.

Este año, los actos conmemorativos de la indpendencia ueron presididos por un gobernmante que dice no estar de acuerdo con los sueños imperiales de Hugo Chávez, pero que también habla de “la patria grande” y que también quiere redefinir el concepto de la independencia. Lo que hasta ahora era un contrato social entre todos sobre el carácter republicano del país y las libertades que esto significa defender, este presidente y su partido de gobierno lo quieren llenar con sus contenidos partidarios, hablando de su agenda del cambio y transformaciones sociales.

Cada uno, inluyendo el ciudadano presidente, tiene el derecho de promover los cambios y revoluciones que quiera. Lo que no tiene derecho el presidente es confundir su agenda personal y política con el concepto unificador de la independencia y de la república. El cambio de nuestro modelo económico y social es el proyecto político del presidente Funes y su partido. Con esta bandera ganaron las elecciones y comenzaron a gobernar.

Pero la independencia y la república no son conceptos no de un partido, ni de un gobierno, ni siquiera del Estado, sino de la nación. Es el legado de ustedes que da coherencia a la nación, a pesar y encima de todas la diferencias políticas. Ningún presidente puede arrogarse el derecho de redefinir este pacto y actuar como si “la verdadera” independencia comienza con su llegada al poder.

Nos comprometemos antes ustedes de no permitirlo.

Con todo respeo, Paolo Lüers

(Más!)