jueves, 28 de mayo de 2009

Carta a Tony Saca, presidente de la República



Estimado Tony:

me ahorro las formalidades, porque así me dijiste cuando me invitaste a tu quinta: “Nada de ‘señor presidente’, soy Tony... y quiero hablar con vos para ver porqué me estás criticando tanto.”

Ahora, a la hora de despedirme de vos como presidente, lo que más me viene a la mente es esto: Me va hacer falta un presidente que, cuando lo criticás en público, te habla para invitarte un trago y a hablar ‘a calzón quitado’.

El siguiente presidente tendrá otras cualidades, pero esta virtud la vamos a extrañar en Casa Presidencial todos los que nos dedicamos al ejercicio de la crítica pública: la cualidad tuya de no resentir ni las puteadas.

Yo, un escribano ni siquiera salvadoreño, te había dicho cualquier cosa en tu cara: te dije ‘monseñor Saca’ y al arzobispo ‘presidente Sáenz Lacalle’, porque permitiste que la iglesia se metiera en asuntos del Estado. Te dije que ARENA, bajo tu dirección, se ha vuelto obsoleta. Te dije que parecías candidato a alcalde capitalino, tanto que te metiste en la campaña. Te dije que si no limpiabas la casa, otros iban a encargarse de hacerlo y sacarte...

Y vos, en vez de echarme la cruz, me invitaste a hablar, sólo poniendo una condición: “Me decís las babosadas en la cara, ¡nada de cortesía!”

Nunca me hablaste para reclamar o para intimidar. Siempre fue para decir: ‘Me jodiste, pero en algo tendrás razón...’

Si un presidente tan conflictivo, tan criticado, tan cuestionado, no mueve un dedo para restringir la libertad de expresión, sienta un antecedente, por el cual vamos a medir a quienes lleguen a Casa Presidencial.

En otro medio, con más espacio, trataré hacer un balance de lo bueno, lo malo y lo feo que hiciste como presidente.

Nos vemos, Paolo Lüers

(Publicado en Más!)