sábado, 18 de abril de 2009

Responsabilidad conjunta


En cafetines, gimnasios, entrevistas matutinas, la plática va sobre si el gobierno entrante será del FMLN o de Mauricio Funes; si en el gobierno mandará la Comisión Política del partido o el presidente; cuántos ministerios tendrá el FMLN y cuántos tendrán los Amigos de Mauricio; etcétera, etcétera.

Ya no aguanto escuchar esta paja.

Independientemente de cómo se reparten los ministerios y las autónomas, tendremos un gobierno del FMLN presidido por el señor Mauricio Funes, ex-periodista, y el señor Salvador Sánchez Cerén, ex-comandante guerrillero. Por esto votó el 52% de los que participaron en las elecciones. Nadie les preguntó si querían que gobernara el FMLN o Funes. Los electores tenían solamente dos opciones: marcar la bandera de tricolor, para que siga gobernando ARENA; o marcar la bandera roja, para que asuma el gobierno el FMLN. Todo lo demás es paja.

La mayoría votó por la bandera del FMLN, por el programa de gobierno elaborado por el FMLN, por la fórmula presidencial presentada por el FMLN. Votaron por el paquete FMLN-Funes.

La contradicciones dentro del partido, entre el partido y su fórmula, dentro de la fórmula, entre el partido y sus aliados – son reales, pero son problemas internos de ellos que tienen que superar o administrar para poder gobernar. La ciudadanía no tiene parte en este forcejeo. La ciudadanía eligió un gobierno. Punto.

El doble discurso, antes estrategia de campaña, hoy se sigue empleando e incluso perfeccionando para generar gobernabilidad y para evitar una oposición unida. Para que el lenguaje ‘moderado’ de Funes sorprenda y tenga impacto, necesariamente hay que mantener el lenguaje radical del partido. Para que Funes sea percibido como la última línea de defensa contra los partidarios de los modelos de Cuba y Venezuela y contra políticas anti-empresariales, hay que mantener vivo el debate sobre quién va a mandar, quién va a definir las políticas del Estado...

Lo que el presidente electo dice a la empresa privada, a los partidos de oposición, a Obama, a los gobiernos de izquierda democrática, a los profesionales, a los medios es básicamente lo siguiente: “En la medida que ustedes me apoyen, o por lo menos me den tregua, voy a tener independencia del partido y de Hugo Chávez.”

Y el eco se escucha en todas partes: Darle agua y tiempo a Funes, ¿no será esa la mejor manera de debilitar al FMLN? Es absurdo, pero se escucha en todas partes. ¿Cómo debilitar al partido de gobierno apoyando al gobierno?

Cuidado: No estoy diciendo que o hay que apoyar las políticas del gobierno del Frente que sean racionales, resultado de consensos, y que sirven para enfrentar la crisis económica o para fortalecer la institucionalidad. Hay que hacerlo de todas formas, pero sin la ilusión de apoyando a Funes se debilita al Frente, o que se aporte a transformar al Frente en un partido moderado, confiable y democrático.

Los apoyos que el gobierno entrante del FMLN necesita de empresarios, medios y partidos opositores hay que negociarlos, consiguiendo garantías y compromisos en materia de institucionalidad, libertad de expresión, reformas políticas. Debilitar al FMLN en su capacidad de imponer políticas anti-democráticas, formas de ‘democracia directa’, etc. no funciona confiando en la buena voluntad y la vocación democrática de Mauricio Funes, sino mediante el ejercicio de oposición constructiva y concertación.

El partido FMLN y el presidente Funes tendrán responsabilidad conjunta sobre todos los aciertos y errores del gobierno y su partido. Ya gobernando no se vale el juego de apariencias. Son un sólo gobierno y partido de gobierno y como tales serán evaluados.

Funes será responsable de todo lo que el partido haga en los próximos años, dentro y fuera del ejecutivo, dentro y fuera de la Asamblea, dentro y fuera de las instituciones, dentro y fuera de sus alcaldías. Incluyendo de lo que haga en la calle. Y el FMLN será responsable de todo lo que el gobierno haga o deje de hacer en los próximos cinco años, no sólo de los ministerios dirigidos por militantes.

(Publicado en El Diario de Hoy/Observadores)