martes, 11 de septiembre de 2007

EL PRIMER PASO DE UNA CAMINATA ENTRE LA BASURA

Hablar de la basura normalmente es un caos, raros son los ejemplos donde se han hecho bien las cosas. En El Salvador, en particular, es un tema horriblemente tratado; se ha tardado años en que se tomen iniciativas en serio. No faltan las expresiones de los visitantes o de los mismos salvadoreños que se convencen que este es un país sucio, no hay ciudad o pueblo que no tenga las calles inundadas de basura; no es nada extraño ver carros, caros e impecables o destartalados, donde de pronto sale una mano y arroja basura a la calle. No es extraño que las ciudades tengan un mal sistema de colección de la basura, y lo peor es que durante años, desde siempre, existían botadores de basura insalubres, contaminantes y en general un desastre.
Es señal de nuestros tiempos que donde exista una calle existirá un botadero de ripio y de basura, o que muchas casas tengan en la parte de atrás o a veces en el frente un botadero de basura. Es normal ver en las esquinas de San Salvador o cualquier ciudad importante promontorios de basura.

Pues, al fin comenzamos a ver la luz, se está comenzado a cumplir la Ley de Medio Ambiente. Después de ocho años de prorrogas, durante las cuales ninguna fracción de la Asamblea, ningún alcalde y ningún ministro haya hecho ningún avance significativo en la materia, es raro que el motivo de alegría y esperanza sea que por fin se comienza a cumplir con la ley. Pero así son las cosas relacionadas al medio ambiente.

Lo que ha pasado es que, por fin, en El Salvador las alcaldías dejaron de botar la basura en simples botaderos. A partir de ahora lo tendrán que hacer en plantas de procesamiento de desechos sólidos, que no son para nada lo mismo. Esto es un principio para arreglar la cuestión. Las plantas de procesamiento y deposición final son lugares diseñados para que la contaminación que existe en su interior no se expanda al exterior, o si ocurre, sea lo mínimo. Ahora comienza el trabajo de supervisión para asegúranos que la norma se cumpla. Que realmente estas plantas funcionen bien. Ahora comienza también la supervisión a las alcaldías para que cumplan.

Ahora las instituciones y todos tenemos la obligación de seguir cumpliendo con la ley. Lo cual implica que recordemos que este solo es el primer paso. Que las calles siguen estando sucias, que la gente sigue botando basura desde su carro o caminando por la ciudad. Que todavía muchos tendrán la tentación de utilizar los botaderos obsoletos. Así que todavía tenemos mucho trabajo por hacer.

Sobre todo y de inmediato hay que cerrar definitivamente los botadores, para que dejen de ser una fuente de contaminación e insalubridad. Hay que darles un cierre real, estabilizarlos para que no contaminen más. Además quedan temas difíciles de solventar, por ejemplo el transporte de la basura de lugares remotos. ¿Qué pasa con los municipios de Chalatenango o Morazán, donde encontrarán una planta adecuada? Hay que recuperar el plan que tenía el MARN de plantas de transición y ponerlo en vigencia, para que realmente pueda ser una solución real. También hay que darle un mayor impulso al tema del reciclaje y la separación de la basura. Muchos argumentan que esta es una solución de primer mundo y que es irreal para países como El Salvador. Esto no es cierto, hay muchas ciudades latinoamericanas con sistemas ejemplares.

Hay que rentabilizar el negocio de la basura, pera eso necesitamos la separación, solo así podremos tener más industrias y fuentes de financiamiento para las mismas municipalidades. Hay que entender que este asunto del medio ambiente puede ser rentable. Hay que tener imaginación para resolverlo y para que sea una actividad lucrativa. Ciudades como Curitiba financian mucho de la inversión en infraestructura y asuntos sociales a través de programas de reutilización y reciclaje de la basura. Otro tema importante para la separación de basura es que solo así se garantiza la buena utilización de las plantas de deposición final.

Tenemos mucho que trabajar en el tema de la basura, hay muchas responsabilidades compartidas, pero solucionables. El primer paso se ha dado, por fin se comienza a cumplir la ley. Bueno, ahora hay que tratar de solucionar los demás temas que hacen falta. Felicidades a los salvadoreños por este avance, felicidades a las municipalidades por haber dado este paso a pesar de todos los que se opusieron, felicidades al Ministerio de Medio Ambiente por que al fin hubo la suficiente voluntad para no dar más prorrogas y concesiones en este punto. Felicidades a los partidos políticos que, por lo menos en este punto, entienden que no es una cuestión de beneficios para unos u otros, sino para el país. Ojalá podamos seguir caminando por este rumbo. Ojalá no sea un primer paso en vano.