martes, 10 de julio de 2007

EL AGUA Y SUCHITOTO. EJEMPLO DE CÓMO NO SE TIENEN QUE HACER LAS COSAS

El problema del agua en El Salvador es serio. Deberíamos de pensar y buscar soluciones importantes, urgentes y bien pensadas. Debe de ser el elemento central de una buena política de desarrollo. La planificación ordenada, principalmente para la utilización sostenible de los recursos naturales, es fundamental para la eficaz utilización del territorio, siendo el agua un elemento central y regulador de los demás recursos. Tenemos que tomar medidas drásticas. Según el Informe de Balance Hídrico de El Salvador, elaborado por el Servicio Nacional de Estudios Territoriales, sólo el 11.7% del agua superficial disponible es ambientalmente adecuada para que en ella exista vida, por tanto sólo ese porcentaje es el que nos puede proveer alimento. También el mismo estudio determinó que sólo el 33% de las aguas superficiales analizadas tiene “potencial de potabilización”, lo cual significa que un 67% de las aguas superficiales del país tienen algún grado de contaminación tal que ya no son potabilizables, ya no son aptas para el consumo humano.

El mismo informe presenta cifras no muy alentadoras al analizar por zonas la cantidad de agua disponible. En el norte, aunque hay una mayor cantidad de precipitación comparado con el resto del país, no es un buen lugar de almacenamiento, por el tipo de suelo. La zona de Sirama (La Unión) y la zona de Metapán son dos zonas con una gran de demanda de agua, ya que la evaporación es mayor que la cantidad de agua que se consume. La única zona buena en la que existen buenas reservas subterráneas es la cordillera volcánica. Esta zona, además de tener una buena precipitación, tiene un buen el potencial de evapotranspiración, pudiendo almacenar mucha agua. En resumidas cuentas, lo que dice el estudio es que los volcanes y los mantos acuíferos asociados a los volcanes son nuestra principal reserva de agua.

El problema en El Salvador es grave, pero no es exclusivo de El Salvador. La crisis de agua a nivel mundial es sería. La desertificación, el cambio climático y los fenómenos como el ENOS (El Niño/Oscilación del Sur y su contrapartida La Niña) contribuyen a agravar este problema. Así que a la hora de plantear soluciones hay que ser creativos, atrevidos y sobre todo hay que disponer de la información científica adecuada. En base al estudio de Balance Hídrico del 2005, es fácil encontrar soluciones o propuestas de solución. En la zona volcánica central debería de cuidar mucho los mantos acuíferos, porque son nuestra reserva principal. En la zona norte se debería de encontrar la manera de retener esa gran cantidad de agua que cae. Ya que no existen condiciones para mantos grandes y estables, habría que pensar en reservorios o alguna otra manera de retener esa agua superficialmente.

Así habría que analizar zona por zona y ejecutar ese plan. Pero este ya existe: Un buen esfuerzo de integrar esas políticas está plasmado en el Plan Nacional de Ordenamiento y Desarrollo Territorial. En este mismo documento se plantea la necesidad de desarrollar polos urbanos fuera de San Salvador capaces de proveer las necesidades de cada una de las regiones. También plantea la necesidad de una descentralización, para que las regiones puedan desarrollarse. Esta regionalización pasa por esfuerzos como el puerto de Cutuco o la longitudinal del norte, pero estos esfuerzos tienen poder limitado si no se combinan con un ordenamiento de las necesidades, demandas y ofertas que se puedan cumplir para cada una de las zonas.

Como un esfuerzo para desarrollar esta regionalización, el gobierno de la República ha propuesto una Ley de descentralización. A mi entender y hasta donde he tenido acceso al anteproyecto de ley, no es una ley de privatización, aunque abre la puerta a que -si la municipalidad así lo desea- puede delegar dichas responsabilidades a privados. He oído quejas de algunos alcaldes que dicen que tendrán que asumir costos para los que no están preparados , por tanto obligatoriamente tendrán que delegar. El anteproyecto de ley dice en su artículo 6 que esa transición tendrá que ser de mutuo acuerdo entre ejecutivo y municipalidad, gradual, y habrá una transición de las capacidades técnicas y financieras. Ahora, habría que ver ya puntualmente en que se traducen estas capacidades. De ahí en adelante no encuentro ni una tan sola referencia textual al agua, aunque se sobreentiende que es una de las posibilidades. Por lo demás parece una ley todavía un poco burocrática e impráctica y habría que profundizar mucho más en ese proceso de descentralización que lo que propone la ley.

Ahora, lo sucedido en Suchitoto es completamente inexplicable. Yo entiendo y comparto el derecho legítimo que tenemos de manifestarnos y expresar nuestra oposición. Yo mismo acabo de expresar mis razones por los que la ley me parece incompleta. También entiendo que, cuando hablamos del agua, los nervios estén a flor de piel. Es claro, y la gente del campo lo sabe mucho más, el agua es uno de los elementos centrales para el desarrollo y la supervivencia de todos nosotros. También saben lo deteriorado que está el recurso, lo poco que llueve o lo mucho que llueve, el mal estado de los ríos, todo esto lo saben. Si a este caldo le agregan el fantasma de la privatización, por su puesto que protestarán, porque saben que las privatizaciones luego acá en El Salvador no se regulan lo suficientemente bien, si no miren lo sucedido en el sistema financiero o con las telecomunicaciones. Entiendo entonces que protestan, entiendo lo delicado del asunto y por su puesto la desconfianza en el gobierno. Lo que no comprendo y rechazo es que haya que recurrir a la violencia para decir lo que uno piensa. Que haya que bloquear las calles para evitar que el presidente hable. Si los que abogan por ser escuchados no dejan que el presidente hable, algo extraño pasa acá.

Los que ponen en riesgo la seguridad del presidente y de la comitiva que le acompañaba, incluidas personas sin cargos públicos y delegaciones internacionales, debían ser detenidos. Los funcionarios de CRIPDES que bloquearon el paso de una patrulla, también tenían que ser detenidos. Aquí y en cualquier lugar del mundo. Y digo y repito que no me simpatiza este gobierno ni esta ley, pero por eso no los puedo apedrear y no les puedo poner en riesgo su seguridad.

Dicho esto, también hay que decir que la actuación de la policía estuvo mal, no había porque actuar con la violencia que lo hicieron, había que controlar la situación firmemente, pero sin violencia. Las imágenes que he visto hacen ver cuestionable la actuación de la policía. También hay que decir que fue una imprudencia y una provocación del gobierno de la república insistir en hacer el acto en Suchitoto, sabiendo perfectamente lo que estaba organizado. Hay que decir también que me ha parecido un total desatino acusar de terrorismo a estas 13 personas detenidas, que merecían ser detenidas, pero terroristas no son.

A final de cuentas esto es una suma de desatino de varias ONG, campesinos (quiero creer que mal informados), manifestantes, policía y gobierno. Cuando sigue siendo una necesitad vital tratar el tema del agua, cuando es una problemática urgente, cuando tenemos soluciones posibles y cuando un mecanismo viable y factible es plantear algún grado de descentralización. Hay que aprender a sumarse cuando las cosas se hacen bien, hay que tratar de enfocarnos en cómo solucionar los problemas, hay que escuchar y ayudar a corregir. Sobre todo porque el problema del agua no se va a ir a ninguna parte, sino que cada vez será mayor.