viernes, 16 de septiembre de 2022

CARTA A JUAN ORLANDO BUKELE. De Paolo Luers

 

Teóricamente, el ministro de Defensa, o el director de la PNC, o el fiscal general -o todos juntos- deberían haber efectuado su arresto, al sólo concluirse la cadena nacional, aplicando estos hermosos artículos 87 y 88, que realmente convierten en República a El Salvador.

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 17 septiembre 2022

Ciudadano presidente JOB:


¿A quién quería impresionar con el anuncio oficial de su candidatura para reelegirse en el 2024? Todos sabíamos que esta era su intención desde que asumió la presidencia en el 2019. Todos ya sabíamos que la Constitución le vale madre. 


Así que su anuncio no cambia nada. Sigue siendo el problema principal del país y la tarea pendiente de la Sociedad Civil construir una alternativa política real y unitaria. Lo único que usted cambió con su ansiedad de proclamarse dueño de la presidencia y del país es que ahora ha dado a la oposición dispersa una bandera unitaria con gran simbolismo: la bandera de la lucha contra la reelección, o sea contra la demolición definitiva de la Constitución y del orden republicano. 


Los gobernantes que no tienen noción de historia son peligrosos – pero también son autodestructivos, porque no tienen capacidad de aprender de la historia. El hondureño Juan Orlando Hernández es el ejemplo más reciente de esto: Cantóvictoria, cuando con apoyo de una Corte Suprema corrupta logró imponer su reelección inconstitucional – y mire cómo terminó: está preso, humillado, y entra a la historia de su país como el gobernante que permitió el regreso al poder de Manuel Zelaya y su clan...


Usted, luego de la borrachera del poder, iría por el mismo camino: el país. que usted destrozó moral, política y fiscalmente para afianzar su poder, en algún momento lo humillará, como hizo Honduras con Juan Orlando Hernández.  


Así que, ciudadano Juan Orlando Bukele, le felicito por su logro de conseguir que toda la élite política de su régimen le haya aplaudido de pie la noche del 15 de septiembre. 


No hay nada más que decir sobre el tema de la reelección, que usted decidió poner en la agenda nacional. Todo está dicho en la Constitución, la cual es la cristalización del largo proceso de maduración de la democracia en El Salvador.

Art. 75.- Pierden los derechos de ciudadano: 
4o.- Los que suscriban actas, proclamas o adhesiones para promover o apoyar la reelección o la continuación del Presidente de la Republica, o empleen medios directos encaminados a ese fin; 

Art. 88.- La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la Republica es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecidos. La violación de esta norma obliga a la insurrección. 

Art. 152.- No podrán ser candidatos a Presidente de la Republica: 
1o.- El que haya desempeñado la Presidencia de la Republica por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del periodo presidencial; 

Pero el artículo de nuestra Constitución que más relevancia tiene, a partir de su anuncio de postularse nuevamente como candidato a la presidencia, es el siguiente, que nos otorga el derecho -y muchos dicen, el deber- a la insurrección:

Art. 87.- Se reconoce el derecho del pueblo a la insurrección, para el solo objeto de restablecer el orden constitucional alterado por la transgresión de las normas relativas a la forma de gobierno o al sistema político establecidos, o por graves violaciones a los derechos consagrados en esta Constitución. 

Teóricamente, el ministro de Defensa, o el director de la PNC, o el fiscal general -o todos juntos- deberían haber efectuado, la misma noche del 15 de septiembre, al concluirse su cadena nacional, su arresto, aplicando estos hermosos artículos 87 y 88, que realmente convierten en República a El Salvador.

Ya sabemos que no lo hicieron y no lo harán. Estaban en Casa Presidencial aplaudiéndole. Los hace igual de responsables ante la historia y ante la justicia como usted.

Sin más que agregar,