jueves, 24 de febrero de 2022

Carta a los residentes y empresarios de la Escalón: La Pedrera es parte de su colonia. De Paolo Luers


Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 24 febrero 2022

Estimados (ex) vecinos:

Me dio gran tristeza y bastante rabia ver las escenas del desalojo de las familias de las comunidades La Pedrera y Nueva Esperanza en la Escalón. Nadie debería perder su casita para hacer espacio a un mercado que nadie necesita. Estoy hablando de las 2 comunidades que están medio escondidas entre las canchas de la Fesfut, la Nunciatura Apostólica y Plaza Futura.

Muchos de ustedes ni las conocen, porque todavía las más de 10 comunidades que comparten terreno con la Escalón no están plenamente integradas y aceptadas como partes de esta colonia pujante.

En el tiempo de La Ventana, en Plaza Palestina, a dos cuadras de la Pedrera, nos hicimos buenos vecinos con los habitantes de esta comunidad. Vecinos que logran ponerse de acuerdo cuando surgen problemas de convivencia. Luego participamos en la fundación de la Asociación Escalón, junto con otras empresas de la colonia, con un objetivo principal: la inclusión de las comunidades al desarrollo económico, social y cultural de la colonia Escalón.

Surgieron proyectos muy exitosos para crear lazos laborales y comerciales entre comunidades y las empresas de la zona. Fundamos una bolsa de trabajo para fomentar que las empresas de La Escalón pudieran contratar a residentes de las comunidades. Con el apoyo de la US-AID, la Fundación Rafael Meza Ayau, el Grupo Agrisal y otras empresas se desarrolló un programa de crear en las comunidades una variedad de mini-empresas familiares, con el propósito que dieran servicios a las empresas, oficinas y residentes de la colonia. Así se construye inclusión social y una cultura de buenos vecinos.

Otro proyecto de la Asociación fue convertir un gran predio baldío a la par de las canchas de fútbol en un centro comunitario, principalmente para las comunidades colindantes. Se consensuó con la alcaldía de Norman Quijano un plan de desarrollo para la zona, dentro de la cual en este terreno se construiría, con apoyo de la Asociación Escalón y sus patrocinadores, una oficina de atención ciudadana, un centro comunal, un puesto policial, una cancha y un parquecito.

Obviamente, la idea de este proyecto nunca fue desalojar a ninguna familia en las comunidades, sino todo lo contrario: incorporarlos al bienestar social de La Escalón.

Pero luego vino Bukele, a la alcaldía y todo se complicó. Bukele inventó la necesidad de usar el terreno para construir un mercado. Se cortó la relación de cooperación entre alcaldía y la organización de los residentes y las empresas. El plan de construir una mercado jamás fue sujeto de una consulta con la colonia, y tampoco fue transparente el proceso de diseño, financiamiento y funcionamiento.

Neto Muyshondt, en vez de abandonar estos planes y regresar a un proyecto conjunto con la colonia, sus organizaciones y comunidades, adoptó el proyecto del mercado Bukele, a pesar de serias dudas sobre su viabilidad y sostenibilidad.

El resultado ahora, ya con el alcalde Durán, quien se ve como heredero de Bukele: el proyecto del mercado no sólo se come el centro de atención ciudadana, la casa comunal y el parquecito, sino una parte de las comunidades colindantes. En vez de incluidas, son desplazadas. Es injusto, arbitrario y asocial.

Para el modelo de la participación, en el cual organizaciones de los ciudadanos, las comunidades y los empresarios de la zona concertan con la alcaldía los proyectos propicios para el desarrollo compartido, el proyecto del marcado y el desalojo de las familias de la Pedrera y la Nueva Esperanza constituyen un retroceso muy lamentable.

Es de esperar que ustedes, los residentes, comercios y empresas de La Escalón, junto con las comunidades, retomen el plan de desarrollo e inclusión social de la colonia y lo defiendan ante un gobierno municipal autoritario y sus intereses mezquinos.

Ya no tengo negocio en La Escalón, pero me siento parte de esta colonia y su gente, tanto de las áreas de oficinas y residencias, como de las comunidades.

Saludos, Paolo Luers