domingo, 21 de julio de 2019

LA POLÍTICA Y EL LÍDER. De Fernando Mires

Fernando Mires, politlogo chileno, catedrático en Alemania

Publicado en LA RUTA, 18 julio 2019 


En política como en otros ámbitos de la vida aparecen cada cierto tiempo relaciones de liderazgo y los grupos, sectores y comunidades que siguen a un determinado líder lo defienden de sus enemigos pues el líder los representa a ellos mismos. Todo líder es un ente representativo y representador a la vez. Cabe, eso sí, hacer la distinción entre un líder no político (religioso, mesiánico, sectario) y un líder político. Pues en tanto líder político -y la política casi por definición vive de la diferencia y de la crítica- ese líder acepta de hecho ser sometido a crítica de parte de sus contrarios e incluso de sus partidarios cuando estos estiman que no los representa o los representa mal. No aceptar esta premisa significa negar las condiciones elementales de la lucha democrática. En política, espacio de confrontaciones, nadie es intocable.


Por esas razones, cuando se critica a la persona de un líder, la crítica va dirigida hacia la política que este representa. O que no representa. No se puede por lo tanto criticar a un líder sin criticar a su política. A la inversa, no se puede criticar a una política sin criticar al, o a sus, líderes. Pretender que un líder se encuentra más allá de la crítica, significaría despolitizar al líder político y en consecuencia, negarlo como tal.


Hay tal vez una diferencia que no está clara: en los movimientos democráticos el líder representa a una política. En los movimientos no- democráticos el líder “es” la política.