lunes, 25 de enero de 2016

Carta a Francisco Flores: Hang in there! ¡No te rindas! ¡Hacele huevo!

Estimado Paco:
Espero que te recuperés, y plenamente. Te lo deseo, de toda corazón, por el bien tuyo y de tu familia, obviamente, pero también por el bien del país, de la justicia. La gente quiere (y merece) justicia. Y el caso tuyo es emblemático: la primera vez que un expresidente enfrenta la justicia. Casi automáticamente, tu caso se ha convertido en el gran test del sistema: ¿Habrá justicia o habrá impunidad? Y yo agrego otra disyuntiva, que ya también mucha gente siente: ¿Habrá justicia o habrá venganza?

Los que están detrás del juicio paralelo – juicio político y mediático – contra vos, Mauricio Funes y Cia., han tratado, con demasiado éxito, meternos en la cabeza que la única manera de hacer juicio en el caso Flores-Taiwán es tu condena. Pero ya muchos se dieron cuenta que esto no es cierto: Con razón a ‘Su Majestad la Justicia’ siempre la retratan con una venda sobre los ojos; ella es ciega políticamente, y ante ella todos somos iguales. O es así, o no es justicia.


A vos te tienen que vencer en juicio o sobreseerte. Ambos desenlaces son válidos, son justicia. Hay que aplicar justicia a los culpables, pero también a los inocentes. Y el que no ha sido vencido en juicio es inocente. Punto.

En el caso tuyo, luego de todas las campañas políticas y mediáticas de Mauricio Funes, Luis Martínez, Walter Araujo, y muchos (no todos) del FMLN, la justicia nos debe la prueba que está funcionando; que aquí no hay impunidad para los culpables ni venganza  para los inocentes.

Por esto, estimado Paco, no sólo te deseo a vos como persona que logrés salir bien de esta prueba, también lo deseo al país, para que puedas tener el juicio justo que merecés luego de la precondena y, hay que decirlo, el silencio de los cobardes y oportunistas.

Estás en coma, y por suerte no tenés que darte cuenta de la miseria humana que se manifiesta en sectores del país que confunden justicia con venganza. Deseo a tu esposa, tus hijos y a todos tus familiares y amigos que tengan la estoicidad que se necesita para aguantar esto.

Si este derrame cerebral te termina quitando la capacidad de enfrentar tu juicio, quedarías condenado en la opinión pública. Solo un juicio justo y transparente, ante los ojos de toda la sociedad, puede quitarte el estigma que ya lograron pegarte en el juicio mediático. O confirmarlo.

Yo no sé si al fin sos culpable de los delitos que te acusan o no. Hasta ahora no me han convencido las pruebas. En otras publicaciones he dicho que no tengo dudas de tus pecados contra la ética política, por esto ahora tenemos una Ley de Partidos que afortunadamente regula el financiamiento de campañas electorales. Pero por nada me han convencido que te has enriquecido de fondos públicos.
Repito: Deseo que te recuperés plenamente.

Saludos,
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(Mas! / El Diario de Hoy)