jueves, 9 de septiembre de 2010

Carta al cura de las pandillas

Padre Antonio Rodríguez:

En medio del clima de terror en nuestras calles, del paro de transporte “decretado” por la pandilla 18, de atentados a radiopatrullas y buses, usted se ha hecho vocero de las pandilleros exigiendo al gobierno que de negocio con ellos una tregua. Nos dice: lo único que quieren los jóvenes es que el presidente vete la Ley Antipandillas y que de más derechos a los pandilleros encarcelados. El gobierno hace estas pequeñas concesiones y se termina el paro al transporte...

Desde meses usted anda jodiendo con esta idea. “El Padre Antonio, inclusive, cree que el diálogo con los pandilleros y mareros sería una buena oportunidad para ponerle fin a la violencia social generada por ellos”, escribió el CoLatino en su editorial del 10 de marzo de 2010, justificando la publicación, en sus páginas, de comunicados “reivindicativos” de las pandillas MS y 18.

Hoy aparece usted en el Canal 21: ¡un cura hecho vocero de las pandillas! De paso sea dicho: No es casualidad que es el mismo canal de televisión que tomó la decisión de prestar su pantalla a unos pandilleros encapuchados de la MS.

¿Qué nos quieren meter en la cabeza, señor cura? Que estamos en una guerra civil donde, igual que en la verdadera guerra civil que tuvimos en los 80, hay unos insurgentes con una causa válida para darles espacio en los medios y para negociar la paz con ellos. Esto es el mensaje del Canal 21, del CoLatino, de los abogados de FESPAD, de la MS, de la 18, de algunos personeros del gobierno... y ¡ahora de un cura!

Sólo falta que vengan los cancilleres de Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia para ofrecerse de mediadores...

Está equivocado, padre, y haciendo un gran daño a la iglesia y al país. Nos quieren pintar a los pandilleros como víctimas, a los cuales hay que rescatarlos. Quieren terminar de desarmar al Estado frente al crimen organizado.

¿Cómo puede un cura ser parte de esta locura?

Paolo Lüers

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