Con sorprendente y atrevida acrobacia, no sólo lingüística,  sino también política. Escribe el editorialista de Colatino: “El  contubernio o no de la derecha mediática con ciertos voceros de la  derecha política y empresarial, han sembrado en el imaginario colectivo  salvadoreño que la delincuencia común y organizada ha superado la  capacidad del gobierno para afrontarla, lo cual por supuesto, no es  cierto”.
         
          Extravagancia estilística aparte, lo que el editorialista del  Colatino está planteando es claro: No se preocupen, nuestro gobierno  tiene plena capacidad de afrontar la delincuencia. Cualquiera que lo  ponga en duda, difunde mentiras al servicio de la derecha.
         
          En el mundo donde vive el editorialista oficial, el  “contubernio” es cosa seria, es una verdadera orgía con múltiples  participantes. Aparte de los medios y la empresa privada, “el crimen  organizado y común se han unido para hacerle la vida imposible a este  gobierno del cambio, y, esconder con ello, la efectividad de algunos  planes en seguridad del gobierno.” Tono original Colatino.
         
          “En este marco es que se da el repudiable y condenable hecho  del domingo en Mejicanos”, concluye Francisco Valencia.
         
          Entonces, tuvo razón el presidente de la República quien  igualmente interpretó el atentado de Mejicanos como intento de “fuerzas  oscuras” que quieren desestabilizar a su gobierno. El pobre gobierno se  encuentra bajo ataques terroristas. Ergo, hay que solidarizarse con el  gobierno.
         
          ¡Vaya lógica!
         
          Mientras el gobierno y sus editorialistas perciban el atentado  de Mejicanos como parte de un plan de desestabilización al gobierno,  lógicamente van a percibir la cobertura periodística de los eventos y,  sobre todo, cualquier crítica a sus políticas de seguridad, también como  parte de una conspiración para desestabilizar al gobierno. De ahí se  explica que al presidente Funes, siempre cuando se expresa sobre el  tema, lo vemos en defensiva. Lamentablemente, en defensiva.
         
          De ahí también se explica porqué el presidente, haciendo de la  ofensiva la mejor defensa, ataca de manera tan visceral las propuestas  de seguridad elaboradas por ARENA, antes de haberse molestado en  conocerlas. Porque una reunión ya pactada para recibir estos insumos  elaborados por la oposición el señor presidente la mandó a suspender,  con la increíble explicación que no podía recibirlos “porque han  invitado al golpista Micheletti”. “Ya no juego con vos, porque jugaste  con fulano...”
         
          Descalificar de antemano las propuestas o posibles críticas de  la oposición, acusar a los medios de comunicación que no hagan eco a  las “fuerzas oscuras que quieren desestabilizar al gobierno”, no parece  un camino que lleva a crear los acuerdos nacionales que necesitamos para  enfrentar los retos en el área de seguridad pública. El presidente, si  realmente quiera unidad nacional para más que adorno en sus discursos,  tendrá que dejar de imaginarse ataques desestabilizadores contra él y  asumir la responsabilidad de enfrentar los ataques contra los  ciudadanos.
        Y al pobre que le toca escribir editoriales oficialistas habrá  que decir: Cuidado que no escriba nada que contradiga la línea editorial  que adoptó su master cuando a le tocó criticar las políticas de  seguridad pública de anteriores gobiernos.
(El Diario de Hoy)
