martes, 3 de junio de 2008

Posmodernidad: el debilitamiento de la verdad

Aparentemente los filósofos tienen la manía de cuestionarlo todo y es que al espíritu filosófico le es inherente una permanente duda, un cuestionamiento crítico de su tiempo, dicho cuestionamiento no puede ser producto de elucubraciones gratuitas, debe partir como dice en los evangelios de escuchar los signos de los tiempos. En este sentido, hacer filosofía es “comprender nuestro tiempo”, siguiendo esta línea voy a comenzar a desarrollar el pensamiento posmoderno siguiendo la línea de Vattimo y su pensamiento débil que deviene al pensamiento de los débiles.

¿Qué significa ser un posmoderno? Posmoderno es alguien que: crítica la sociedad moderna, está indignado con este tiempo de modernidad, cree que la razón moderna se ha quedado corta explicando lo complejo de la realidad, evidencia que ya no se puede creer en ese proyecto unitario de historia, de desarrollo en suma de progreso.

Ya que en la modernidad se ha elevado la racionalidad humana al punto de convertirla en un nuevo Dios, a partir de esto se establece que el Ser y el Pensar son lo mismo, por tanto, en la modernidad Todo es racional, todo obedece a una razón determinada, eso que significa, que la historia también es racional y si es racional que podemos hacer contra ella, absolutamente nada. ¿Qué muestra la historia? Los triunfos ¿Quién escribe la historia? Los vencedores. Entonces ¿Qué vemos? Un paseo triunfal, una linealidad histórica ascendente donde ocurre lo que tiene que ocurrir, y lo que tiene que ocurrir de acuerdo al triunfador es la llegada de la civilización y con ella el desarrollo económico y el progreso de los pueblos, trayendo consigo la libertad y la dignidad de todos los seres humanos.

Esta idea de progreso no es más que un mito de la modernidad, es palpable la miseria y la exclusión que viven millones de Seres Humanos alrededor del mundo que siempre están a la espera de ese por-venir que nunca llega que justamente siempre está por-llegar. ¿Por qué el progreso es tan desechable? Por que el progreso es ideología de olvido porque todo se hace en nombre del progreso, el progreso lo justifica todo, concilia todo. El progreso es un dios que permite todo tipo de muerte en su nombre, por el progreso sacrificamos el presente por el futuro, de forma que no existe el presente es un tiempo vacío al igual que el futuro. Es así que nuestra civilización esta viajando a gran velocidad hacia la nada y a eso le llamamos progreso.

Esa modernidad que potencia el mito del progreso también es desechable, ya que trae consigo un gran peligro, los dualismos, en donde a un polo se le atribuye todas las virtudes y lógicamente el otro se queda con todos los defectos. Siempre es uno el que manda y otros quienes obedecen, por ejemplo: la razón frente a la pasión, la lógica frente a la locura, el orden frente al desorden, la cultura frente a la naturaleza, hombre-mujer, blanco-negro, civilizado-bárbaro, ser-no ser, etc. Estos dualismos que recorren toda la modernidad son los causantes de todos los desastres habidos y por haber.

En estos tiempos de globalización, es mucho más claro que el mito moderno del progreso es un movimiento expansionista de aquellos que están en el poder (hombres y naciones) y cuyo movimiento va recubierto del argumento civilizador. Es decir, hay naciones que se consideran la única civilización posible con un único modelo económico-político (neoliberalismo y democracia) quienes consideran que donde acaban ellos acaba la civilización, el resto es barbarie, de ahí que la expansión se legitima en función de ser los únicos civilizados y se tiene la tarea de civilizar el mundo, de llevar progreso al mundo.

Con esto se resalta uno de los dualismos anteriormente mencionados; el civilizado frente al bárbaro (primitivo o subdesarrollado), el primero tiene las virtudes, es el que manda y tiene que convertir al segundo. Es claro que se encumbra la particular de un pueblo y se lo pone como universal, este proceso automáticamente deviene en tragedia. Ya que universalizar es un término envenenado, porque al decir lo que es bueno para mí es bueno para todo el género humano, masacra y elimina todo aquello que no cabe en ese concepto universal, es un término hegemónico. Entre más nos universalizamos más etéreos nos volvemos.

Este proceso de dominio universalizador (globalización) trae consigo de una manera explícita y muchas veces implícitamente una clara metafísica del ser. Donde se considera que todo lo que es, es uno, es bueno, es verdadero y es bello, estos son los llamados principios primeros del Ser, por tanto, se busca dominar el Ser (Todo), a partir de los principios fundamentales o estructuras estables del Ser. Ante esto reacciona fuertemente Vattimo y surge el pensamiento débil que es un fuerte camino de debilitamiento para la emancipación.

¿Qué significa este fuerte camino de debilitamiento para la emancipación? Pues para lograr el acto de liberación de la Persona Humana accediendo a un estado de autonomía, se debe debilitar cada uno de los principios primeros hasta poder establecer que no hay estructuras estables del Ser, que no hay principios fundamentales, es decir, el debilitamiento es un cuestionamiento crítico de cada uno de los trascendentales del Ser, es justamente lo que hemos hecho al principio del artículo al cuestionar ese progreso, que se considera un progreso único, bueno, verdadero e incluso bello de la modernidad y convertirlo en una fábula, en algo irreal, en un mito. Entonces se ha debilitado la relación establecida entre el Ser y el Pensar, se ha debilitado el Pensar y el Ser mismo, a partir de cuestionar sus principios fundamentales y no considerarlos más los soportes del Ser.

¿Dónde radica la importancia de debilitar al Ser? Para contestar la pregunta tenemos que decir que la verdad del conocimiento se funda en lo que se conoce como la verdad ontológica, que es la verdad del ser. ¿Cuál es la verdad del Ser? que el ser es, que más verdad que eso, así inherente al concepto de Ser tenemos el concepto de lo verdadero, pero si ya establecimos que lo verdadero no es más un soporte del Ser, entonces el concepto de verdad que tenemos hasta el momento ha sufrido un debilitamiento, se ha debilitado el concepto de verdad que se ha tenido en la tradición filosófica desde los griegos.

Hay que aclarar que esto no nos conduce a una negación de la verdad ni mucho menos. Nos lleva a un nuevo planteamiento de la verdad, ya no se plantea como aquella correspondencia que se establece en la relación sujeto-objeto. Sino más bien se plantea la verdad independiente y autónoma de esa relación dual (sujeto-objeto), como aletheia, como algo que está ahí en espera de ser desvelado, descubierto, de esta manera es el hombre quien va en busca del desvelamiento de la verdad a partir del debilitamiento de las estructuras que la cubren, que no podemos llegar a esa verdad por un camino unitario sino desde la multiplicidad y más aún es una verdad que no podemos poseer sino que nos posee.

Este debilitamiento de la verdad, es decir, este cuestionamiento crítico de esos argumentos que se nos imponen como verdaderos, por ejemplo, que se necesita un crecimiento económico para llegar al progreso, que el desarrollo es el fin de la humanidad, o como dice D. Elías Antonio Saca (En su mensaje a la nación tras su cuarto año de gobierno) “los gobiernos no podemos olvidar en ningún momento que la libertar y la solidaridad son las dos caras inseparables de la paz y trampolines de progreso”, etc., está verdad oficial hay que boicotearla para debilitarla. Hay que aclarar que cuando se habla de la verdad oficial no se está haciendo referencia solamente a esa verdad establecida por un gobierno de facto sino a toda aquella verdad con pretensión de ser única, universalizable, totalitaria.

Así, al debilitar esa verdad oficial, surge la Verdad, justamente en esa negación, en esa sustracción de sí misma, en ese silencio, en esa escucha de lo que no se dice.