domingo, 10 de octubre de 2021

“Sociópatas obsesionados con el poder destruyen el sistema liberal” - Columna Transversal de Paolo Luers

 Publicado en EL DIARIO DE HOY, lunes 11 octubre 2021

"Grupos, comunidades e incluso naciones enteras pueden desarrollar cultos a la persona y caer en ideologías que están chocando con la realidad. Son sistemas que ya no se pueden corregir sin auto destruirse." JONATHAN RAUCH 



Lo que cito en el título de esta columna es una de las advertencias centrales del escritor y politólogo estadounidense Jonathan Rauch. La encontré en un extenso ensayo que Rauch publicó en el semanario alemáDer Spiegel, bajo el título “Si todos que le rodean están coincidiendo con usted, algo hizo mal.” Es un fascinante estudio sobre los peligros que la desinformación sistemática y masiva constituye para la democracia. Me tomo la libertad de reproducir en esta columna las tesis más importantes de Rauch y agregar algunos comentarios sobre su relevancia para la crisis política en El Salvador.


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"Estamos perdiendo la capacidad de distinguir entre verdad y mentira, o ya ni siquiera creemos que existe esta diferencia. Vemos en muchos países cómo los refinados  instrumentos de la moderna guerra de desinformación son utilizados para dividir, para desorientar y para desmoralizar."


"La amenaza proviene de dos direcciones. De una cultura de troles que propaga desinformación y realidades alternativas. Y de la Cancel Culture, que quiere imponer conformidad y excluir opiniones diferentes. Una apuesta al caos y la confusión, la otra a producir presión social y adaptación. Ambas, la cultura de troles y la Cancel Culture, apuestan a la guerra por el control de la información. Ambas culturas saben explotar nuestras debilidades humanas. Creemos lo que nos parece conveniente y convincente, y buscamos las pruebas y argumentos para defender nuestras posiciones. Si un grupo se define por sus convicciones compartidas, se vuelve difícil rechazar una opinión compartida por este grupo. El grupo se encarga de pensar por nosotros."

"Grupos, comunidades e incluso naciones enteras pueden desarrollar cultos a la persona y caer en ideologías que están chocando con la realidad. Son sistemas que ya no se pueden corregir sin auto destruirse. Piensen en la Alemania nazi o la Unión Soviética."


Quiero poner énfasis en la frase arriba citada: Son sistemas que ya no se pueden corregir sin auto destruirseCoincide con la convicción a la cual muchos hemos llegado en El Salvador: el régimen que está construyendo Bukele no es reformable. Tiene que caer y ser sustituido por un sistema democrático y pluralista.

 

La cultura mediática del clic

 

"Esperábamos que la tecnología digital iba a ampliar y profundizar el mercado de las ideas. Más teorías, más pensadores que las examinan, más conocimiento. Pero todo el sistema fue optimizado para crear una audiencia ávida a reaccionar a las informaciones, pero de una forma que volvía irrelevante si las informaciones eran verídicas. Las métricas, los algoritmos y los instrumentos de optimización son sensibles a la popularidad de los contenidos, pero indiferentes a la verdad. Están programados exclusivamente para generar clics."


"Una tecnología informática, que produce resultados correctos y erróneos y no puede ver la diferencia, no sirve. El modelo de negocio de los medios digitales es una carrera por la atención. Así es que la cultura mediática del ‘clickbait’ (anzuelos de clics), los activistas y los centros estatales de troles nos nutren diariamente con indignación, apoyados por software que registra cada clic. Un sistema de este tipo nos puede obstaculizar la comunicación con personas que no comparten nuestra manera de ver la realidad. Facebook, por ejemplo, no sólo es una plataforma, también es una comunidad. Y las comunidades implosionan cuando los sociópatas andan sueltos."


Estas son observaciones que tenemos que tienen que tomar muy en cuenta en los medios independientes salvadoreños, si quieren enfrentarse exitosamente a la maquinaria propagandística de desinformación del gobierno. No podemos simplemente seguir haciendo lo mismo. Si no logramos desarrollar conceptos de comunicación igual de eficientes que el aparato de desinformación, pero anclados en la realidad y la ética, vamos a perder esta batalla.


Jonathan Rauch y su mas reciente libro 

El sociópata 

 

"El sociópata es alguien que no acepta normas sociales. Violaciones de reglas pueden ser útiles, porque la innovación de la economía, la política o las artes necesita que se desafíen los límites. Pero el desprecio sistemático a las normas lleva a la destrucción del sistema social pacífico - especialmente del sistema liberal, que depende de que todos respetemos las mismas reglas." 


"Sociópatas obsesionados con el poder muchas veces han destruido sistemas liberales. Con el inicio del siglo 21, las tecnologías digitales y las redes sociales han producido un sinnúmero de enjambres anónimos - y desde el momento que resultaron vinculados a actores estatales autoritarios, ganó importancia una forma impenetrable y intimidante de la desinformación digital. Propaganda es la influencia sobre la opinión pública sin ninguna consideración con la verdad, muchos veces (pero no siempre) por parte de operadores estatales. La desinformación es guerra sicológica. El objetivo: desmoralizar, desincentivar, aislar e intimidar. Los ataques se dirigen al espacio comunicativo entero. Steve Bannon, por un tiempo el estratega principal de Trump, dijo: 'La verdadera oposición son los medios de comunicación. Y la manera de enfrentarlo es: llenar el ambiento con mierda'.”


"La censura tradicional parte de que la información es escasa y por tanto su difusión al público puede ser bloqueada o limitada. En la era digital, las informaciones sobran. Lo que escasea es la atención. Entonces, ¿por qué no bloquear la atención en vez de la información? Se inunda el espacio con distracciones y basura y se logra cansar la atención y abrumar al público."


"Autócratas pueden usar medios estatales para hacer a la gente creer que su líder goza de amplio apoyo y que muy pocos disienten con él. Los propagandistas digitales pueden usar algoritmos de refuerzo y cuentas anónimas para hacer aparentar un pequeño núcleo de activistas anti vacuna como una corriente grande y respetable. El resto se cree en minoría y llega a la conclusión que sus opiniones han perdido terreno. Por más que se sientan en minoría, más grande la presión de adaptarse."


"¿Cómo nos podemos defender de estos mecanismos? Apostando a diversidad intelectual. Hay que incluir una gran variedad de puntos de vista. Incluso los que nos acomodan. Si todos que están en nuestros alrededor estamos coincidiendo en todo, algo hicimos mal."


Me llama la atención la receta que recomienda Jonathan Rauch: Apostar a la diversidad. Nuestra gran ventaja reside en la diversidad de quienes se están uniendo a enfrentarse a un régimen, que vía la propaganda quiere crear uniformidad. Lo que estamos defendiendo es el pluralismo, la sustancia de la democracia.