sábado, 21 de febrero de 2015

Carta a Antonio Ledezma, el alcalde secuestrado de Caracas

Estimado alcalde:
Espero que estés vivo y sano. La última noticia de Caracas este viernes era que todavía estabas desaparecido, luego de que militarmente ocuparon (y destrozaron) tu despacho de Alcalde Mayor de Caracas y te llevaron a punta de fusiles y a golpes. Amigos en Venezuela me dijeron que estabas en la sede de la temible SEBIN, la policía secreta de Maduro, y que ni tu familia ni tus abogados han podido constatar tu situación de salud y jurídica.

Espero que la movilización popular en Venezuela e internacional en todo el mundo consiga pronto tu libertad. Te cuento que el alcalde de la capital de mi país, Norman Quijano, inmediatamente se ha pronunciado exigiendo tu libertad. Igual otros alcaldes del país, académicos y organizaciones ciudadanas. Los únicos que se han solidarizado con Nicolás Maduro son los dirigentes del FMLN, condenando el intento de golpe de Estado que el régimen te acusa haber preparado.

Todos sabemos que los golpes de Estado lo hacen los que tienen las armas, y que en Venezuela los únicos que tienen armas son los militares que están gobernando al país. El pecado tuyo es otro: desde la sociedad civil has exigido la renuncia de Maduro y de los militares del poder. Imperdonable.

El FMLN se solidariza con Maduro, porque mediante ALBA le está financiando sus campañas electorales y sus empresas. El resto de la sociedad salvadoreña, te lo aseguro, está con ustedes: con Leopoldo, con Mario Corina, con Capriles - y con Antonio Ledezma.

Me da risa que a ti te acusen de golpista, cuando de hecho te hicieron golpe de Estado a ti. Fuiste electo libremente Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano de Caracas, derrotando al candidato chavista, y Hugo Chávez y Nicolás Maduro te quitaron casi todas las competencias constitucionales, interviniendo ilegalmente la alcaldía desde el gobierno central.

Yo estuve contigo en agosto del 2009 cundo tú, recién electo alcalde por primera vez, trataste de entregar al Ministerio del Interior tu plan de seguridad pública para la ciudad de Caracas, que a esta altura ya estaba entre las tres ciudades más violentas del mundo – y los únicos funcionarios que te recibieron fueron policías antimotines para cerrarte el paso. En mi reportaje escribí: “Una operación guerrillera: O no te dejan entrar, y te robas cámaras; o entras, y en la salida das declaraciones. Siempre sales ganando. Una acción mediática, pero de serio contenido político: la inseguridad en Caracas…”

Y cuando te pregunté cómo pensabas trabajar, en esta condiciones adversas, como alcalde, tu respuesta fue: “Seguir trabajando con la gente, con las alcaldías que componen el distrito metropolitano, con el gobernador de Miranda. Y seguir exigiendo al gobierno que respete la descentralización y la división de poderes…”

Obviamente nunca respetaron ni la descentralización ni la división de poderes. Hasta llegar al colmo, hace dos días, de secuestrarte de tu despacho a punta de fusiles…  

Me recuerdo de lo que me dijiste cuando por primera vez nos conocimos. Los famosos “colectivos armados” de Chávez habían tirado unas bombas al edificio de Globovisión, que en aquel entonces todavía era un canal independiente y crítico, para intimidar a este medio opositor. Cosa que en el 2009 no lograron, pero con otros ataques violentos y jurídicos lograrían, 4 años después su objetivo: los dueños del canal se cansaron y lo vendieron a un amigo de Chávez y Maduro. Un medio independiente menos.

Aquel día en agosto del 2009 de las bombas en Globovisión, yo llegué de reportero y tú de alcalde. Todo el personal estaba evacuado en el parqueo. Tú agarraste un megáfono y dijiste una frase que se me quedó grabada: “Hagan lo que hagan: bombas, capturas, balazos - las voces críticas nunca se van a apagar. Ni la suya, ni la mía.”

Cumpliste. Por 6 años difíciles, cumpliste. Y aunque estés preso, igual que Leopoldo López, que ya lleva un año encarcelado, las voces críticas, en vez de apagarse, se multiplican.

Animo, alcalde, la razón está de tu lado. Paolo Lüers
(Mas/El Diario de Hoy)