sábado, 17 de diciembre de 2016

Carta a trabajadores y empresarios: No se dejen manipular

Estimados amigos:
Vamos mal en el pleito sobre el salario mínimo. El mínimo que necesitan ganar los trabajadores en las distintas ramas -agricultura, industria, maquila, comercio, servicios- no lo debe dictar el gobierno, sino ustedes: trabajadores y patrones. Es difícil, pero se puede, se hace en muchos países. Es la única manera de evitar que los gobiernos de turno jueguen con los más sentidos intereses de ambos: la necesidad de los trabajadores de un sueldo digno que les permite sostener su familia; y la necesidad de las empresas de ser productivas y rentables.

Precisamente esto está haciendo el gobierno del FMLN. Aprovechando la poca institucionalidad de los sindicatos, lograron manipular la elección de sus representantes en el Consejo del Salario Mínimo. E inmediatamente pusieron a este Consejo manipulado, en el cual ni siquiera como gobierno deberían tener voto, a sacar un acuerdo para aumentar los salarios mínimos a espalda de los empleadores. Resultado: Poner a los dos factores de la productividad del país -trabajadores y empresarios- a pelear entre ellos. Obviamente esto es parte central de su campaña electoral: quitarse la presión de los trabajadores y ponerlos en conflicto con el sector privado.

La exigencia de ustedes, los trabajadores, a que desaparezcan los salarios de hambre, son legítimas. Es un grave error de las gremiales empresariales de defender estos salarios y cerrarse a un aumento. De todos modos, muchas empresas líder pagan mucho más que el salario mínimo miserable.

Pero igual es legítima la preocupación de muchos empleadores, sobre todo los medianos y pequeños en ramas con poca productividad y poca capacidad de inversión, por la rentabilidad de sus empresas y la seguridad de los puestos de trabajo que han creado.

Por esto elevar el salario mínimo tiene que ser resultado de acuerdos entre trabajadores y empresarios, no de imposiciones del gobierno y sus intereses electorales. Los empresarios conocen las necesidades de sus empleados, y los trabajadores entienden perfectamente las limitaciones de sus empresas. De una negociación entre ambos, sin interferencia del gobierno y sobre todo del partido FMLN, tiene que surgir la solución que no pone en peligro la economía familiar de unos, pero tampoco la economía empresarial de los otros.

Pero ambas economías -la familiar de los trabajadores, como la empresarial de los patrones- no dependen solamente de los salario mínimos. Dependen de un montón de cargas que agravan a ambos, trabajadores y empresas: los nuevos impuestos que impusieron los gobiernos del FMLN; los costos de seguridad, debido a que el gobierno no cumple su función de garantizar la paz social; costos adicionales en transporte, salud y educación, porque los servicios públicos no sirven. Las empresas, además, cargan con altísimos costos de energía, debido al fracaso de la política energética de los últimos tres gobiernos.

Juntos empresarios y trabajadores deberían retar al gobierno a reducir estas cargas adicionales, tanto a los trabajadores como a las empresas. Si las empresas no tuvieran que cargar con tanto impuesto, costos de energía tan elevados, y con los inmensos costos directos e indirectos de seguridad, perfectamente podrían pagar salarios más altos sin poner en riesgo su rentabilidad y su capacidad de inversión.

En vez de caer en la trampa del gobierno de querer poner a pelear, de aquí a las elecciones, a los trabajadores contra los empresarios, ambos sectores deberían ponerse acuerdo de cómo obligar al gobierno a crear las condiciones para que nuestra economía, sus empresas y fuerza laboral adquieran más productividad – y en consecuencia mejores empleos con mejores salarios.

Nadie debe estar condenado de vivir con salarios que no cubren la canasta básica. Mucho menos cuando al mismo tiempo tienen que gastar todos los días horas extra en el transporte y dinero extra en la educación, la salud y la seguridad que el gobierno no garantiza. Pero tampoco las empresas más débiles deberían verse obligados a despedir gente o incluso cerrar, por decisiones y condiciones desfavorables que el gobierno impone.

Sólo si trabajadores y empresarios encuentran acuerdos racionales, nuestra economía puede volver a desplegar su potencial. Olvídense del gobierno y de la política y comiencen una concertación directa.

Saludos,

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(MAS!/El Diario de Hoy)

 

viernes, 16 de diciembre de 2016

Columna transversal: Robo es robo

Todo el mundo habla de corrupción. Detrás de la palabra corrupción se esconden todos los delitos donde un funcionario público consigue beneficios personales, aprovechándose de su cargo. La gama de actos de corrupción va de robar dinero del Estado hasta recibir sobornos para favorecer a terceros, o cobrar comisiones sobre contratos del Estado.


Cuando un funcionario se apropia de fondos públicos, los juristas hablan de malversación de fondos o de peculado. Pero estos son términos técnicos y jurídicos para un hecho simple que hay que llamar por su nombre: robo. Si las acusaciones contra Tony Saca y su secretario privado Elmer Charlaix se comprueban, nos seguirán hablando de malversación o peculado, pero de hecho habrán cometido un robo al Estado. O sea, a nosotros. Y así hay que llamarlo.

La otra forma de corrupción que un funcionario puede cometer es apropiarse de fondos de terceros, normalmente de empresas. El funcionario lo puede hacer cobrando comisión sobre un proyecto público. Ahí nos van a hablar de negociación ilícita: Yo te consigo el contrato (para diseñar,  ejecutar o supervisar) un proyecto de construcción, o yo te consigo la concesión de un servicio – y tú me vas a dar a mí un porcentaje del monto que cobrás al Estado. Los juristas van a pelear si este delito es cohecho, tráfico de influencia, negociación ilícita, o la combinación de todos, pero en el fondo siempre es un vil soborno: alguien compra la voluntad del presidente, ministro o funcionario con poder, para beneficiarse del Estado y sus fondos.

Igual es soborno cuando alguien paga al funcionario para que no le sancione, no le investigue, o para que tome ciertas decisiones que le favorecen económicamente. Lean las noticias sobre el caso del exfiscal Luis Martínez, y entenderán qué es soborno… Está acusado de cobrar soborno a Enrique Rais y a Mauricio Funes para manipular la justicia. Y a saber a quiénes más…

En todos estos casos de soborno, el funcionario se enriquece de fondos privados (a menos que el que compra la voluntad del funcionario corrupto es otro funcionario, como en el caso del pago mensual que los presidentes Funes y Sánchez Cerén hicieron llegar al exfiscal Luis Martínez según dijo). Pero aunque el soborno salga del bolsillo privado, siempre hay un daño directo al Estado. Para pagarle a un ministro de Obras Públicas 10 o 15 % de comisión sobre proyectos de construcción, antes tienen que inflar los costos. O cuando sobornan a un funcionario para que no investigue delitos económicos, o para no sancionar empresas que cometieron faltas, el Estado deja de percibir ingresos.

Usualmente el costo colateral de la corrupción es mucho más alto que el costo directo del soborno: El presidente Funes habrá usado tal vez 1 millón de fondos públicos para sobornar al fiscal Luis Martínez para que inicie una persecución jurídica contra la empresa italiana ENEL y contra un grupo de exfuncionarios de ARENA – pero el daño que esto hizo a las finanzas de la CEL, de la GEO y del Estado es mil veces más grande que la suma que Funes ilegalmente y presuntamente pagó a Luis Martínez.

Llegamos al tema de los sobresueldos. Lo que Funes y Sánchez Cerén presuntamente pagaron a Luis Martínez no es sobresueldo. Es un vil soborno. Casa Presidencial no tiene nada que ver con el sueldo de un fiscal (o magistrado, o diputado, o cualquier otro funcionario de un órgano del Estado que por Constitución debe ser independiente del Ejecutivo). Se trata de soborno la compra de voluntad de un funcionario cuyo deber es controlar al gobierno, es un acto anticonstitucional. Igual será si en algún momento se comprobaría que desde los maletines negros de la presidencia se han comprado diputados, con el fin de que abandonen la oposición y voten en favor del gobierno.

El término de sobresueldo solo aplica cuando el que paga el salario de un funcionario paga algo extra. Puede ser una forma de atraer a profesionales que fuera del gobierno ganan más que el salario asignado en el servicio público. Pero puede ser también una forma de comprar silencio y complicidad de un funcionario. En este caso también es soborno.

¿En qué categoría cae la práctica de la Asamblea de otorgar donaciones a fundaciones o asociaciones, de las cuales se benefician ciertos diputados o sus familiares (como en el caso de Guillermo Gallegos), o sus partidos? Puede ser que hubo negociación ilícita, puede ser que hubo financiamiento ilícito de partidos, puede ser que hubo malversación de fondos. Depende de lo que arrojen las investigaciones que deberían hacerse en todos estos casos. Pero no nos dejemos enredar en terminología jurídica: es otra forma de robo y de soborno.

La palabra que más suena en el contexto de la corrupción es enriquecimiento ilícito, por una simple razón: la actual lucha contra la corrupción no nace en la fiscalía, sino en la Sección Probidad de la Corte Suprema. Y su vehículo jurídico es la Ley Contra el Enriquecimiento Ilícito. Pero ya sabemos que detrás de este término jurídico siempre hay un robo o un soborno. Repito: Hay que llamar las cosas por su nombre.
(El Diario de Hoy)

jueves, 15 de diciembre de 2016

Carta: Viendo mis fotos de El Mozote, 35 años después

Este texto lo publiqué en facebook hace dos años. Algunas cosas hay que decirlas repetidamente para que no nos olvidemos de dónde venimos para entender qué lejos hemos llegado, a pesar de todo.

Por todas partes en las redes sociales, blogs y otras publicaciones en Internet me encuentro, en estos días, fotos que tomé en diciembre del 1981, en El Mozote en Morazán. Fotos que todavía, 33 años después, me roban el sueño. Recién había salido del Frente Nororiental de Morazán, poco antes del operativo militar que iba a borrar del mapa varios cantones, con casi toda su población. Junto con las primeras noticias de la masacre, recibí la instrucción de llevar, a como diera lugar, a la prensa internacional a El Mozote. Fui a San Salvador para hacer los contactos con los corresponsales internacionales. Nadie daba mucha credibilidad a la denuncia difundida por Radio Venceremos, porque al principio la radio tampoco tuvo reportes muy precisos, ya que su equipo había salido de la zona para evadir el operativo. Mientras yo estuvo en San Salvador tratando de convencer al New York Times y al Washington Post que mandaran a sus reporteros, Santiago y otros de la RV ya se movilizaban de Usulután para el norte de Morazán, y nos reportaron que el Atlacatl  se estaba retirando. Los reporteros no querían pasar por San Salvador, por razones de seguridad, así que había que organizar su entrada a Morazán vía Tegucigalpa.

Llegué a tiempo a Morazán para recibir a los colegas, entre ellos Alma Guillermoprieto del Washington Post, mi amiga Susan Meisalas, quien tomaba fotos para Magnum, y Ray Bonner del New York Times. Los compañeros de la Venceremos habían llegado unos días antes.

La firma del Atlacatl
 Nunca olvidaré el momento que al fin llegamos a El Mozote. En el camino ya habíamos pasado por Arambala, convertido en pueblo fantasma, en ruinas, sin gente. Pero en Arambala no había cadáveres, por lo menos no de humanos. La población había hecho caso a la guerrilla y evacuado sus lugares antes de que llegara el Atlacatl. Al acercarnos a El Mozote, ya vimos el cielo lleno de zopilotes volando en círculos sobre el  poblado. Además ya sabía que ahí habían matado a mucha gente. Sin embargo, ni la información previa, ni los zopilotes me prepararon para lo que encontramos: cadáveres quemados, calcinados, dentro de las casas, la capilla y la mayoría de las casas destruidas. Las pertenencias de las familias regadas alrededor de las casas. En las pocas casas intactas todo parecía indicar que sus habitantes ya iban a regresar: había comida en las cocinas, los juguetes en el suelo, las hamacas tendidas…

Ray Bonner, quien vino a Morazán muy escéptico, pensando que nuestras informaciones sobre la masacre eran propaganda, o por lo menos exageraciones, lloró al ver estas escenas.

la huella del Atlacatl
Para no pensar mucho y no paralizarme, comencé a tomar fotos. Rollos enteros. Las fotos más tristes de mi carrera de reportero. Ya había visto muertos, soldados y guerrilleros caídos, civiles asesinados en los 11 meses de haber llegado a El Salvador. Pero esto en Mozote era otra cosa. Fue este día que me di cuenta que esta guerra iba a durar mucho, que por el momento no había paso atrás en la escalada. Fue este día que dejé de ver esta guerra desde un punto de vista externo, como testigo, como internacionalista, como periodista. Este día en El Mozote la guerra se hizo personal, se hizo mía.

A los días, visitando los otros caseríos donde tuvo lugar la masacre, buscando sobrevivientes y testigos, removiendo escombros, tomamos conciencia del alcance de la masacre. Habían asesinado casi mil civiles. Ahí no hubo combate. Las fuerzas guerrilleras no estaban ni cerca de El Mozote cuando llegó el Atlacatl.

Años después, al jefe del Atlacatl, el coronel Domingo Monterrosa, le llegó la justicia. Cayó en la trampa mortal, llevando en su helicóptero supuestamente al trofeo más grande de su carrera, el transmisor de la Venceremos – pero en verdad la bomba que lo iba a matar. Este día 23 de octubre del 1984, yo logré poner punto final a la historia de la masacre del El Mozote. La guerra, sin embargo, duró otros 7 años más, hasta que el 31 de enero del 1991, en Nueva York, se firmó el cese al fuego.

La paz, la reconstrucción, la reconciliación, la democracia, las nuevas libertades…todo esto me hizo hacer la paz con los recuerdos feos de la guerra, como los del El Mozote. Pero son imborrables. En estos días, cuando veo nuevamente publicadas las fotos que yo mismo tomé, me sirven para tomar conciencia de que venimos de donde asustan, y que a pesar de todas las deficiencias y frustraciones de la postguerra, hemos llegado muy lejos en la construcción de la democracia.


No olvidemos y sigamos adelante…


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(MAS!/El Diario de Hoy)


martes, 13 de diciembre de 2016

Carta a los alcaldes: Les están viendo la cara

Estimados jefes de los gobiernos municipales:
Mucha paciencia han tenido. Tal vez demasiada. Han hecho marchas, publicado protestas, reuniones con Casa Presidencial. Y nada: El gobierno no honra su deber de pagarles la parte de los impuestos mensuales que por ley corresponden a los municipios: el famoso FODES.

Para los que todavía creen en el ‘Plan El Salvador Seguro’: Dejando a los municipios a la deriva, el gobierno del FMLN demuestra que es paja cuando dicen que para construir la paz van a recuperar el territorio. Es pura demagogia cuando dicen que bajo los gobiernos anteriores el Estado ha abandonado los territorios, y que con este fantástico plan el Estado va a regresar a los municipios, a los barrios, a los cantones.

Los territorios son ustedes, los municipios. Y nunca los han tenido tan abandonados como ahora. Este gobierno bota con las nalgas lo que dice construir con las manos. ¿Cómo va a ver Estado en los barrios y los cantones abandonados, precisamente ahí donde el vacío lo han llenado las pandillas, si no hay pisto? ¿Cómo va a haber inclusión social, cómo va a haber prevención, si el gobierno deja a las alcaldías, que representan al estado en el terreno, morir de asfixia financiera? Los únicos que pueden rehacer el tejido social, y con él el Estado ausente, son ustedes, los gobiernos municipales.

Cuando el gobierno habla de recuperar la presencia del Estado en el terreno, habla de unidades militares, fuerzas especiales policiales. Pero ellos van y vienen, así como en la guerra los batallones especiales entraron, quedaron un rato – y se fueron. Los únicos que están ahí siempre, y que podrían implementar un plan de inclusión y prevención si tuvieran fondos, son ustedes. Pero en vez de canalizarles fondos adicionales, de todo lo que recaudan de los impuestos especiales para la implementación del ‘Plan El Salvador Seguro’, les quitan los fondos que por ley les corresponden. Repito: Entiendan, de una vez por todo, que el tal ‘Plan El Salvador Seguro’ es pura paja. Les están viendo la cara, así como hizo Funes, cuando en el 2013 prometió el cielo a los alcaldes de los ‘municipios sin violencia’ – y no soltó nada.

En vez de pagar a ustedes para que hagan prevención, el gobierno invierte todo en la parte represiva del plan. Pero por más unidades especiales que formen y manden de un lado al otro, agarrando bichos y matando pandilleros; por más que inviertan en armamento y vehículos – si nadie hace, de manera sostenida, el arduo trabajo comunitario, en nada van a mejorar la seguridad. Y este trabajo solo ustedes lo pueden hacer, por más papeles que produzcan en el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia y en oficinas gubernamentales…

La presencia del Estado en el terreno no se mide en unidades armadas, se mide en inversión en escuelas, mejoramiento de barrios, creación de oportunidades, centros de salud, disponibilidad de medicamentos.

Ustedes que trabajan con las comunidades, saben esto. Los burócratas y activistas rojos parece que no lo saben. Han apostado de resolver el problema a la fuerza. Difunden todos los días sus partes de guerra. En televisión aparece todos los días el ministro de Seguridad y el director de la PNC, ellos se han convertido en los principales voceros de este gobierno. ¿Pero cuándo salen los encargados de la parte social para hablar de las inversiones en los municipios?

Es la hora de ustedes, alcaldes, concejales, líderes comunitarios. No es suficiente que supliquen al gobierno que les dé el FODES. No son mendigos. Son los únicos que tienen derecho de hablar, en voz alta, de cómo resolver el problema social y delincuencial del país. Tomen el liderazgo, alcaldes de todos los partidos, para cambiar el rumbo que nos lleva al abismo.

La opinión pública los va a apoyar. Saludos,


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(MAS!/El Diario de Hoy)

 

sábado, 10 de diciembre de 2016

Carta a la ‘mesa fiscal’: Aprobar préstamos tiene que ser el último paso y formar parte del presupuesto

Estimados negociadores:
El tema central que tienen sobre la mesa es el presupuesto para el año 2017. Si de esta negociación no sale un presupuesto completo, realista y financiado, cualquier otra cosa que discutan es paja.

Cuando el dinero no alcanza para todo, no se puede establecer un presupuesto sin antes definir las prioridades. Los gastos –y el eventual endeudamiento- tienen que responder a decisiones políticas sobre los problemas prioritarios del país. Si el gobierno tiene mal las prioridades, el presupuesto que presenta lo va a reflejar. Y si el gobierno no tiene los votos necesarios para aprobar el presupuesto y los préstamos necesarios para equilibrarlo, tiene que negociar con la oposición. Y esta negociación, que actualmente se refleja en la ‘mesa fiscal’, no tiene ningún sentido si el gobierno no está dispuesto a discutir y modificar la prioridades.

¿Cómo se construye un presupuesto, no desde la lógica del gobierno, sino desde la lógica democrática-legislativa?

En una columna se ponen todos los gastos e inversiones que se quieren hacer, correspondiendo no simplemente a las prioridades del gobierno de turno y sus intereses políticos-electorales, sino también tomando en cuenta que estas prioridades requieren de mayoría legislativa. Porque no es una cosa simbólica que el final el presupuesto tiene que ser aprobado por la Asamblea. Es real.

De este ejercicio sale una suma X.

En la otra columna se ponen todos los ingresos que el Estado va a percibir el año entrante. Con cálculos realistas que convencen a todos los participantes, por lo menos a una mayoría legislativa.

De este ejercicio sale una suma Y.

En el caso de nuestro país, obviamente la suma X (egresos) va a superar la suma Y (ingresos). Esto es el déficit que hay que cubrir.

Supongamos que se cumplió el primer mandate de la Constitución en materia del presupuesto: que esté completo y verídico.

Entonces, el siguiente paso que manda la Constitución es: equilibrar el presupuesto. Para hacer esto, la ‘mesa fiscal’ tiene que revisar cuáles de esos egresos se pueden eliminar o reducir. Otra vez esto será una discusión sobre prioridades, pero también un ejercicio técnico, o sea una revisión exhaustiva de la eficiencia del Estado.

Una vez agotadas la posibilidades de reducir los egresos, cortando grasa, eliminando gastos superfluos, reduciendo gastos no prioritarios, saldrá una suma X2.

Revisando también las posibilidades de mejorar la eficiencia de la recaudación, o llegando a acuerdos de introducir nuevos impuestos o aumento de los existentes, saldrá una nueva suma Y2 de ingresos.
Seguramente, todavía habrá un déficit, pero será menor. Este déficit hay que cubrirlo con préstamos. Se define el monto del endeudamiento adicional necesario para equilibrar el presupuesto – y ojo: esto forma parte del presupuesto.

Al final se tendrá un presupuesto que refleja prioridades políticas que pueden ser asumidas por una mayoría legislativa calificada, en concreto por 56 diputados, porque el presupuesto incluye endeudamiento. Por esto existe esta ‘mesa fiscal’ entre FMLN y ARENA: para facilitar una mayoría calificada que solo es posible si ambos partidos grandes llegan a un acuerdo.

Además se cumplirá el mandato constitucional que el presupuesto sea equilibrado, aunque con nuevos préstamos; y que sea completo y verídico, no una lista de supuestos, obviaciones y mentiras.

¿Por qué es importante definir, paso por paso, los procedimientos? Porque el gobierno solo quiere que la ‘mesa fiscal’ autorice los préstamos. Pero definir y autorizar préstamos tiene que ser, por lógica, el último paso. Voy a citar nuevamente la comparación genial de mi colega Manuel Hinds: “Primero hay que parar la hemorragia, y al final poner la sangre que sea necesaria. Pregunten a cualquier neurocirujano.” No se puede hacer al revés.

Solo si la ‘mesa fiscal’ opera de esta manera, aplicando criterios políticos (priorización) y técnicos (eficiencia del gasto y de la recaudación), y si además fortalece los mecanismos de control, podemos salir de esta crisis fiscal. Y si esto no sale antes de fin de año, no importa, con tal que salga bien. Lo que no se puede hacer: Aprobar un presupuesto mentiroso con 43 votos, y luego pedir que la oposición aprueba préstamos para equilibrarlo.

Hagan su trabajo, ambos gobierno y oposición. Saludos,


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(MAS!/El Diario de HOY)

 

jueves, 8 de diciembre de 2016

Carta al presidente: Me permito contestarle

Estimado profesor Salvador Sánchez Cerén:
El martes en la noche nos sorprendió con una de sus cadenas nacionales. Siempre cuando la anuncian, uno se pone nervioso, temiendo que usted se va a pronunciar sobre un desastre, o anunciar alguna decisión desastrosa de su gobierno. Porque esto, teóricamente, es la única justificación para decretar cadena nacional: Dar a conocer algo que los ciudadanos necesitamos saber.

Con gran alivio nos dimos cuenta que no había nada nuevo. Sólo la repetición resumida de los discursos de todos sus funcionarios. Y en lo que a desastre se refiere, ya lo conocemos: Es el desastre generalizado, aunque usted hizo todo lo posible para pintarlo de rosa…

Usar la cadena nacional para mentir sobre la realidad del país, es una irresponsabilidad y una falta de respeto al ciudadano. Así como lo es el 90% de la publicidad del gobierno: En vez de proveer al ciudadano de la información necesaria, lo trata de convencer que el país va bien, cuando todas las encuestas indican que los ciudadanos saben que va mal y sin rumbo.
Me voy a tomar la libertad de escoger 5 de sus frases destacadas y contestarlas.
“En comparación al año pasado tendremos una reducción aproximada de mil 200 homicidios.”
Matemáticamente es cierto. No es mentira, pero sí es engaño. Lo cierto es que su gobierno, con sus políticas de Seguridad equivocadas, produjo en el año pasado (2015) un nuevo record de violencia: 6,656 homicidios. Estos fueron 2,744 homicidios más que en el año 2014, cuando usted tomó las riendas del país; y más de 4 mil más que en los años 2012 y 2013. Usted proyecta que este año vamos a cerrar con 5,450 homicidios, y nos quiere vender como éxito que sean 1,200 menos que en el 2015 – pero sin mencionar que todavía son 1,200 más que en cualquier año desde que tenemos estadísticas confiables. Esto se llama engaño, señor presidente.

3

Tuvimos un crecimiento económico de 2.5 por ciento, el más alto en los últimos 16 años.
Falso. El crecimiento de 2.5% de la economía, que usted reclama para el 2016, está por debajo de las cifras de su propio Banco Central de Reserva para el 2005 (3.5%), 2006 (3.9%) y 2007 (3.9%). Esto se llama mentira, señor presidente..
Tenemos inversiones históricas en energía limpia y renovable para acelerar el desarrollo industrial, crear empleo y generar electricidad más barata para las familias y las empresas.
Falso. Su gobierno no ha hecho nada para aumentar nuestra capacidad de generación de energía renovable. Las inversiones en el sector hidroeléctrico son ineficientes y plagados de corrupción. Y el desarrollo de la generación geotérmica se estancó cuando ustedes decidieron sacar del país al socio estratégico de la CEL, la compañía italiana ENEL. Hoy no hay más (ni más barata) generación de energía que cuando usted asumió el gobierno. Esto se llama engaño, señor presidente.
Estamos fortaleciendo la inclusión y la calidad educativa.
Solo le pido estudiar los resultados de la PAES, señor profesor.
“Enfrentamos una grave crisis de liquidez del Estado, generada por las equivocadas acciones del pasado, como la privatización de las pensiones, la corrupción, el endeudamiento irresponsable y la baja recaudación provocada por la evasión y la elusión fiscal.”
Tiene razón en decir que la crisis fiscal es grave. Lo felicito: El primer paso necesario es reconocer el problema. Pero el segundo paso para resolverlo es asumir sus errores. Usted es incapaz de reconocerlos. Prefiere culpar a otros. Y para hacer esto, nuevamente distorsiona los números, igual que en los temas de crecimiento y seguridad. Las pensiones son un problema que hay que resolver – para mejorar los ingresos de los pensionados, pero no para resolver los ingresos del gobierno. Las pensiones no son causantes de la crisis de solvencia de su gobierno. Y la recaudación tributaria, en ambos gobiernos del FMLN, no ha bajado, sino ha aumentado sustancialmente. Enfrentar el peligro de insolvencia pasa por contestar la pregunta que hasta la embajadora de Estados Unidos le hace: ¿Dónde están los miles de millones de dólares adicionales que los gobiernos del FMLN han tenido a su disposición?

Con gusto le escucharemos una cadena nacional cuando se disponga a contestar esta pregunta: ¿Dónde está el pisto? Antes, no. Saludos,


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Vea el discurso completo del presidente

(MAS!/El Diario de Hoy)

 

martes, 6 de diciembre de 2016

Carta a Rodrigo Bolaños: La inclusión no solo es posible, puede ser hasta rentable

Estimado Rodrigo:
Pocas veces en El Salvador se generan buenas noticias o tal vez el problema es que entre tantas noticias malas de corrupción y violencia no nos fijamos en ellas. Por esto las noticias buenas ocupan, tal vez injustamente, tan poco espacio en los medios, incluyendo en estas cartas.

Lo más irónico: De repente desde afuera, desde la distancia, se fijan en algo positivo que nosotros mismos ni siquiera conocemos y apreciamos.

Usted acaba de recibir en Londres el Premio 2016 llamado “Capitalismo Responsable”, otorgado por la organización británica FIRST, una red de líderes empresariales, académicos y políticos europeos que se dedica generar nuevas formas de cooperación entre políticas públicas y estrategias empresariales para resolver problemas que enfrentan nuestras sociedades.

Usted recibió este prestigioso premio por el modelo de inclusión social que ha puesto en marcha en El Salvador en su empresa textil League. Pero nadie recibe este premio solamente por hacer buenas obras. FIRST no busca a empresarios que entiendan la “responsabilidad empresarial” como caridad, donando parte de sus ganancias a proyectos sociales o humanitarios. Buscan a líderes que desarrollen modelos donde la inversión en la solución de los problemas sociales se convierta en factor de éxito empresarial. Esto lo llaman ellos “capitalismo responsable”.

¿Cuál es el modelo de League? La inclusión social como factor de productividad. Lo revolucionario que usted está practicando es bien simple: Si la exclusión social, la marginación, es un factor destructivo para la sociedad, generando inestabilidad social y política, violencia y delincuencia, entonces también lo es para las empresas y su productividad. Esto evidentemente es el caso en El Salvador.

La conclusión que usted sacó también es simple: Tengo que organizar mi empresa y su producción alrededor de la idea central de la inclusión. Suena fácil, pero para ponerlo en práctica requiere de mucha visión, de mucho valor y de mucha creatividad. Requiere, sobre todo, de tomar una decisión: Como empresario no voy a esperar que el Estado resuelva los problemas sociales – incluyendo las de inseguridad – que frenan la productividad en El Salvador. Si el gobierno no tienen políticas que atacan los problemas de exclusión que están generando un clima tan adverso para las inversiones privadas, lo vamos a hacer desde nuestra empresa y su rol en la comunidad.

Usted ha ido, como varios empresarios, al encuentro del gobierno, participa en el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, pero no para esperar que el gobierno cambie sus políticas, sino para exhibir su modelo y exigir que el Estado haga lo suyo. Y si la triste realidad es que el gobierno no lo hace, sino apuesta más bien a estrategias de represión, usted como “capitalista responsable” no se resigna, sino que sigue adelante con su modelo.

¿Cómo funciona el modelo de inclusión social de una fábrica textil salvadoreña como League, que produce uniformes deportivos para cientos de colegios y universidades en Estados Unidos? Reclutar su mano de obra prioritariamente en los sectores más excluidos de las comunidades que rodean su empresa: discapacitados, expandilleros, los famosos “jóvenes en riesgo”, migrantes deportados, miembros de minorías discriminadas en la sociedad por su orientación social. Invertir no solo en su capacitación vocacional, sino sistemáticamente en su educación escolar y hasta universitaria.

¿Qué se logra con esto? La empresa logra una fuerza laboral altamente motivada. Gente que nunca ha tenido oportunidades, se convierten en colaboradores disciplinados y fieles.

¿Qué ganan las comunidades que rodean la empresa? No solo desarrollo económico, sino que baja la tensión social, también la delincuencia y la violencia.

¿Qué gana el país? De repente hay un modelo que fácilmente puede reproducirse en otras empresas. League comprueba que dedicar fondos a la creación de oportunidades, la inclusión social y educación no es un costo extra, sino inversión que mejora la productividad y crea un clima propicio para crecer.

Y todo esto está pasando en el sector industrial salvadoreño, que por las malas prácticas durante el boom de las maquilas tiene una imagen de explotación y de “irresponsabilidad capitalista”.

Otras empresas importantes, como Calvo y Río Grande, están desarrollando modelos parecidos, que tampoco han encontrado la debida atención en la opinión pública y mucho menos en la política. Solo falta que algún día un gobierno detecte el potencial de estos modelos, y de repente tendremos una estrategia integral nacional para enfrentar de verdad, desde sus raíces, el problema de violencia que sufrimos como país.

Gracias, Rodrigo Bolaños, por ser pionero. Gracias por permitirme escribir una buena noticia. Saludos,

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(MAS!/El Diario de Hoy)

sábado, 3 de diciembre de 2016

Carta para ayudar a leer las encuestas: No se depriman, sólo saquen sus conclusiones

Estimados lectores:
Las encuestas siempre nos tiran un montón de datos, números, porcentajes, a ves en formas de curvas, a veces de columnas o cakes partidos. Uno puede perderse en esa jungla.

Aunque en el caso de la encuesta que publica La Prensa Gráfica sobre como los salvadoreños evalúan los 2 años y medio del gobierno de Sánchez Cerén la cosa está bastante clara: ¡Reprobado!, en todas las materias, profesor…

Pero hay detalles que vale la pena resaltar para realmente poder apreciar la clase de desastre que, según de opinión de la gente, es este gobierno.

Hay una gráfica en La Prensa Gráfica que compara cómo los últimos 3 presidentes (Saca, Funes y Sánchez Cerén) han sido evaluados. Resulta que el profesor Sánchez Cerén, a la mitad de su mandato, tiene una aprobación que es abismalmente peor (42.5 % de aprobación) que la de los dos peores presidentes que ha tenido el país: luego de 2 ½ años de gobernar, el hoy preso Tony Saca obtuvo 59%; y el hoy prófugo Mauricio Funes obtuvo 72% de aprobación. Se podría decir que esto convierte al gobierno actual en el peor gobierno de la postguerra… por lo menos en la opinión de los ciudadanos.

Otra gráfica interesante que presenta la encuesta de la LPG nos muestra qué segmentos de la población desaprueban o aprueban mayoritariamente al segundo gobierno del FMLN. Resulta que 

entre los salvadoreños entre 18 y 41 años (o sea, el futuro del país), la mayoría desaprueba al gobierno del FMLN, mientras que los mayores de 42 años, pero sobre todo los mayores de 56 años tienden a aprobarlo. Si desglosamos por clase social, en toda la clase media prevalece la desaprobación, también en la clase baja superior; sólo en la clase baja típica y la baja inferior hay aprobación mayoritaria para el gobierno de Sánchez Cerén. Esto corresponde perfectamente a la diferencia entre zonas rurales (donde hay más aprobación del gobierno) y zonas urbanas donde la gran mayoría le da malas notas.

Lo interesante de este análisis es la coincidencia que tienen los sectores que apoyan al gobierno del FMLN con los sectores que en Estados Unidos votaron por Trump. La única diferencia: en Estados Unidos los populistas se volvieron mayoría, mientras que en El Salvador, luego de 7 años y medio en el poder, la perdieron…

La encuesta evalúa todos las diferentes áreas de la política pública, y en todas la evaluación es negativa. Pero el fracaso principal la gente lo ve en Seguridad, que encabeza la lista de fracasos que los ciudadanos acachan al gobierno del FMLN.

Así que analicemos este punto que para la gente es el más crucial: Seguridad. Ahí la curva del descontento es bien interesante. Desde el inicio del segundo gobierno del FMLN siempre ha sido negativa: comenzó en junio del 2014 con 61.4% de desaprobación, y llegó a finales del 2015 (el año con cifras récord de homicidios) a 69.9%. Lo interesante viene en 2016: Cuando el gobierno declara la guerra abierta a las pandillas, la curva de desaprobación comienza a bajar bastante, o sea la gente le dio el beneficio de la duda al gobierno. Llegó a 59.6% e incluso a sólo 54.8% de desaprobación. Parecía un cambio de tendencia: siempre en lo negativo, pero con tendencia de mejorarse. El problema: Se mejoró la percepción de la gente, pero no la situación de inseguridad real. Y cuando la gente se dio cuenta que estábamos pagando el costo alto de una guerra (en fondos, impuestos, y en muertos), pero la situación real no mejoró por nada, la curva de desaprobación que le dio a la política de Seguridad volvió a ir para arriba, llegando ahora otra vez a una mayoría clara: 71.2% de los salvadoreños dicen que en materia Seguridad el actual gobierno reprobó…

Son muy malas notas para el gobierno. Y lamentablemente corresponden a la triste realidad. Este gobierno no da rumbo al país. Las políticas públicas han fracasado. Y no hay ninguna razón de pensar que en los restantes dos años y medio, que serán electorales, el gobierno logre mejorar.

Pero no se deprimen, sólo faltan 909 días… y entre elecciones y elecciones, juicios y juicios, destapes y destapes, pasarán rápido. Saludos,

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(MAS!/El Diario de Hoy)

viernes, 2 de diciembre de 2016

Columna transversal: ¿Hasta dónde queremos llegar?

No tengo respuesta a esta pregunta, pero tampoco podemos dejar de formularla. Política y éticamente es imposible decretar una amnistía. Pero tampoco podemos enjuiciar cientos de funcionarios y exfuncionarios. Muchos de ellos han actuado en una zona gris que durante décadas fue considerada normal. Repito: ¿Hasta dónde queremos llegar?


La lucha contra la corrupción, durante años una exigencia de la sociedad civil sin respuesta en las instituciones del Estado, al fin se está materializando. El Estado ha comenzado a romper con la inercia y la cultura de la impunidad. Apareció, más por accidente que por diseño, una Sala de lo Constitucional independiente. Se comenzó a abrir la Caja de Pandora. Cuando desde las esferas del poder querían callar o desmontar la Sala, desde la sociedad civil no lo permitimos, la defendimos. Se desencadenó una dinámica que empoderó ambos: la Sala y la sociedad civil.

Con una fiscalía y una Corte de Cuentas corruptas, con un gobierno en defensiva, con una oposición tibia y enredada en su pasado, surgió el impulso fuerte de exigir una CICIES como palanca independiente para romper la inacción de las instituciones. Los gobiernos del FMLN vetaron determinantemente esta idea, pero cobró fuerza en la opinión pública, la oposición, la academia, el sector privado, y en la comunidad internacional. Comenzó a cambiar la correlación de fuerza en la Corte Suprema, donde antes estaban aislados los esfuerzos de los magistrados de la Sala de lo Constitucional. Se reactivó la Sección Probidad – y comenzaron las investigaciones contra los expresidentes Funes y Saca por enriquecimiento ilícito.

Al mismo tiempo, la sociedad civil logró obligar a los partidos a desistir de su idea de reelegir al fiscal general Luis Martínez, y se eligió a un nuevo fiscal, con el claro mandato a investigar la corrupción y romper la impunidad. Miles de ciudadanos comenzaron a hacer uso de la Ley de Acceso a la Información Pública. La transparencia, concebida por el gobierno de Funes como una válvula de escape, cobró vida propia y el destape de mucha información antes reservada comenzó a dinamizar las investigaciones de la Sección Probidad y de la Fiscalía General. La embajada de Estados Unidos, que antes había apoyado la idea de una CICIES, aprovechó la elección de un fiscal general nuevo, quien necesitaba apoyo contra las presiones de todos lados, para apadrinar la fiscalía e instalar ahí una especie de CICIES. Sólo que sin la independencia y transparencia de una Comisión Internacional, sino casi de manera conspirativa.

El resultado: Una ola de investigaciones y juicios. Ahora tenemos ya los últimos tres expresidentes acusados de corrupción, uno de ellos preso junto a sus más cercanos colaboradores, el otro exilado en Nicaragua evadiendo la justicia, y el tercero fallecido. En la agenda está investigar a los dos anteriores presidentes, Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol – así que estarían cuestionados todos los presidentes de la postguerra. El último fiscal general es acusado de corrupción y otros delitos, y ya se está hablando de investigar a sus antecesores, así como a exmagistrados de la Corte Suprema. Los casos de varios diputados y exdiputados están al punto de pasar de la Sección Probidad a la fiscalía y a los tribunales civiles y penales. Un magistrado de la Sala de lo Constitucional propone investigar a todos los funcionarios de las distintas administraciones que han recibido sobresueldos. Todo el mundo sabe el sobresueldo para ministros, viceministros y otros altos funcionarios del Ejecutivo, pagado en efectivo, fue una práctica común de todos los gobiernos. Nadie quería pagar el costo político de poner a los funcionarios salarios de mercado, todos prefirieron resolver el problema con sobresueldos.

Y muchos de los voceros de la Sociedad Civil reaccionan como perros de caza: cuando huelen sangre quieren buscar más.

En esta situación hay que preguntar: ¿Hasta dónde queremos llegar?

No tengo respuesta a esta pregunta, pero tampoco podemos dejar de formularla. Política y éticamente es imposible decretar una amnistía. Pero tampoco podemos enjuiciar cientos de funcionarios y exfuncionarios. Muchos de ellos han actuado en una zona gris que durante décadas fue considerada normal. Repito: ¿Hasta dónde queremos llegar?

El resultado de todo esto no puede ser la erradicación de toda confianza en el servicio público y en el sistema político. La meta prioritaria tiene que ser establecer con claridad las reglas y reforzar los mecanismos del control, para que en el presente y futuro no existe impunidad para la corrupción.

¿Cómo se hace esto? Con más transparencia, eliminando las zonas grises de fondos reservados y discrecionales, de sobresueldos, de presupuestos manipulados; establecer mecanismos de control parlamentario y judicial más eficientes; reforzar la independencia de las instituciones que vigilan al poder…

¿Hasta dónde queremos llegar? Tenemos que comenzar a discutirlo y buscar una respuesta que concilia la necesidad de justicia y la necesidad de estabilidad.

(El Diario de Hoy)

jueves, 1 de diciembre de 2016

Carta a los periodistas: Paremos esto antes de que comience

Colegas:
La cuenta de redes sociales “sociedad civil’, uno de los instrumentos cercanos al FMLN y al alcalde Bukele, tiene por misión reproducir cualquier mensaje oficialista, atacar a cualquiera que critique a Bukele, y coordinar la agitación propagandística y la guerra sicológica. El pasado lunes, “sociedad civil” colocó un mensaje en twitter y facebook – y el “shitstorm” comenzó: Docenas de militantes y cientos de trolls con cuentas falsas entraron en acción. El mensaje original todavía no era tan agresivo, fue solamente la señal para desencadenar las amenazas. Decía: “El ‘periodista’ @Cmelendez12 es el encargado por Dutriz para hacer las notas contra @nayibbukele. Basta ver tuits para ver clase de persona.”

La respuesta de la red de “sociedad civil” fue inmediata y brutal: una serie de amenzas abiertas, hasta de muerte, y los más viles insultos a La Prensa Gráfica, El Diario de Hoy, la familia Dutriz… pero sobre todo y de manera muy personal a nuestro colega Cristian Meléndez.


Esto no es nada nuevo. A mi me ha pasado incontables veces. Y ya todos conocemos la campaña que Bukele ha desatado contra los periódicos que se atreven a criticarlo. Primero ordenó, como la fiscalía logró comprobar con ayuda del FBI, a la agencia digital que trabaja para la alcaldía a producir y publicar versiones falsificadas de los sitios web de LPG y EDH. Y cuando primero La Prensa Gráfica y luego la fiscalía investigaron estos ataques, y siempre las prubeas señalaron hacía el alcalde y su staff, comenzó una campaña permanente contra los periódicos, obviamente orquestada desde la alcaldía de San Salvador, y con “sociedad civil” como uno de sus parlantes. Hasta trataron de provocar un boicot de lectores a los periódicos, que a los días tuvieron que abandonar porque nadie les hacía caso.

Todo esto se puede, si no tolerar, aguantar. Así es el clima político en nuestro país, lamentablemente. Yo ni siquiera hubiera llevado estos casos a la fiscalía o las cortes. De hecho, no fui a demandar a nadie, cuando me di cuenta que habían usado mi nombre para inscribir los dominios de web que necesitaban para difundir las falsificaciones de La Prensa Gráfica. Como fueron suficiente estúpidos para pagar los dominios con sus propias tarjetas de crédito, esta trampa no me afectó. ¿Y para qué denunciarlo?

Pero amenazas de muerte contra un colega periodista es otro caso. Ahí pasaron una raya que no hay que permitir que nadie se la pase.

Tenemos cualquier tipo de violencia, y de sobra, pero no tenemos violencia política ni contra periodistas. Nuestra sociedad creó un consenso muy sólido de toda la sociedad, cuando se trataba de terminar la guerra y la dictadura y alcanzar la paz y la democracia, que sigue vigente. Cuando Mario Belloso decidió, en medio de una manifestación de estudiantes, sacar un M16, parapetarse cuidadosamente y matar a sangre fría a dos policías, la sociedad entera levantó su voz y obligó al FMLN de desligarse de la violencia política y este tipo de grupos. Y de hecho, el FMLN los desarticuló.

Hoy a los periodistas y la opinión pública nos toca nuevamente exigir que nadie se pase de la raya que nos separa de la violencia política y contra la libertad de expresión. Así como el FMLN en el 2006 desarticuló la Brigada Limón y otros grupos de choque, ahora hay que exigirle que desarme estructuras que provocan violencia desde las redes sociales. Incluso por su propio interés. Si el entonces alcalde de Mejicanos no hubiera desarmado el monstruo que él ayudó a armar, la Brigada Limón, hoy no sería diputado. Piénselo, alcalde Bukele…

Simplemente solidarizarse con el colega que ahora está el ojo del “shitstorm” no es suficiente. Saludos,


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(MAS! / El Diario de Hoy)

martes, 29 de noviembre de 2016

Carta a los señores del Fomilenio: No se presten a maniobras del gobierno

Estimados amigos:
Tienen razón mis amigos William Pleitez y Bobby Murray, quienes a nombre de la Corporación Fomilenio han puesto en la agenda nacional la urgencia de dar mantenimiento adecuado a nuestra red vial. El actual gobierno ya es el tercero que ha dejado abandonadas las carreteras, porque han usado el FOVIAL, que todos nosotros financiamos cada vez que echamos gasolina, para financiar proyectos que por ley corresponden a Obras Públicas, no al FOVIAL: reconstrucción de carreteras y obras nuevas, incluyendo los pasos a desnivel, túneles, etcétera.

Ustedes, que están a cargo de Fomilenio, deberían seguir presionando al gobierno que se haga cargo del mantenimiento. Pero no deben prestarse a ayudar al gobierno a zamparnos un aumento del impuesto para el FOVIAL de 20 a 37 centavos por galón de gasolina o diesel.

La ley es clara: El impuesto para FOVIAL es exclusivamente para el mantenimiento de la red, no para su renovación, ni mucho menos para proyectos nuevos. Esto es tarea del MOP, y lo tiene que financiar poniendo los costos en el presupuesto nacional. Pero dentro de la política inconstitucional de no poner todos los costos en el presupuesto, los gobiernos de Saca, Funes y Sánchez Cerén han optado por vaciar las cajas del FOVIAL, pagando de este fondo específico las inversiones en nuevas obras. Esto tiene para ellos la ventaja de poder artificialmente reducir el déficit en su presupuesto general, pero con la grave consecuencia que ya no quedan fondos para el mantenimiento. El lamentable estado de las carreteras refleja esta realidad.

La Asamblea, y específicamente la oposición legislativa, debe ver esta problemática en el contexto de sus actuales negociaciones para obligar al gobierno a presentar un presupuesto completo y equilibrado, incluyendo las inversiones del MOP. Aprobarle al gobierno el aumento de 17 centavos por galón para el FOVIAL significaría legitimar otra forma de manipular el presupuesto. Y los voceros del Fomilenio no pueden hacerse cómplices de esta maniobra. Ni tampoco los diputados.

Una vez que las inversiones del MOP ya no se carguen al FOVIAL, se puede hacer, con la ayuda de los expertos de Fomilenio, un análisis de las necesidades de mantenimiento. Y si este análisis llega a la conclusión que hay que ajustar el monto del impuesto del FOVIAL, la Asamblea tendrá que aprobar el aumento que sea necesario para garantizar el mantenimiento adecuado. Pero no para ayudar al gobierno a esconder montos que no quiere incluir en el presupuesto del MOP. Y no serán 17 centavos adicionales por galón, sino tal vez un reajuste de 7 % que plantean los expertos del Fomilenio. Estrictamente para mantenimiento, y ni un centavo más.

La presión del Fomilenio y sus autoridades, que tienen mucho prestigio, tiene que ser sobre el gobierno, para que ordene sus finanzas, y no sobre la Asamblea, para que apruebe nuevas cargas a la población. La imagen de ustedes, acompañando al gobierno cuando solicitaron el aumento del impuesto, se presta a muchos malentendidos.

Atentamente, su amigo

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(MAS!/El Diario de Hoy) 

domingo, 27 de noviembre de 2016

No puedo odiar a Fidel, pero tampoco adularlo

Nunca voy a olvidarme de la manera generosa y cariñosa que Cuba, en plena guerra salvadoreña, recibió a nuestros lisiados de guerra, y les dio atención médica, prótesis, educación y esperanza. Por órdenes directas de Fidel.


Tampoco voy a olvidar que las tres niñas, que luego me adoptarían de padre, luego de haber quedado huérfanas en la guerra salvadoreña, encontraron en Cuba un hogar seguro para superar sus traumas y crecer estudiando. Por órdenes de Fidel. Ellas no serían las mujeres fuertes y seguras que hoy alegran mi vida, si se hubieran tenido que quedar en El Salvador durante la guerra. Pero tampoco si luego del fin de la guerra no hubieran salido de Cuba…

No voy a olvidar con qué apoyo incondicional nos recibieron en Cuba cuando necesitábamos apoyo para terminar nuestros documentales de guerra, y cuando asistimos a los Festivales de La Habana. Santiago Álvarez, el padre del documental cubano, y los colegas de la Televisión cubana y del ECIFAR (Estudios Cinematográficos, de Televisión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias) nos brindaron apoyo moral y técnico, incluso cuando las eminencias del ICAIC (el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos) no quisieron parar bola a estos cineastas-guerrilleros que no correspondimos ni a su estética ni a su discurso revolucionario. Por órdenes de Fidel recibimos todo el apoyo que pedimos – y más: Contra fuerte resistencia de la élite cultural cubana pudimos competir en igualdad de condiciones en los festivales de La Habana y ganar premios para nuestras producciones.

Por esto, sobre todo por la historia de los lisiados y de los cientos de niños acogidos por Cuba, como mis hijas, me es imposible unirme al coro de desprecio a Cuba, que se expresa ahora que murió Fidel. Pero tampoco me puedo unir al otro coro, que endiosa a Fidel Castro. No puedo odiar la revolución cubana, ni puedo continuar viéndola como ejemplo a seguir.

Es difícil no a amar a los cubanos, su alegría, su hospitalidad – su capacidad de subsistir tan parecida a la de los salvadoreños. Pero también es imposible amar las profundas injusticias en el país que prometió el fin de las desigualdades. Ya en los años 80 que frecuentemente viajé a Cuba, era penoso observar la brecha insoportable entre los que tenían acceso a dólares y privilegios, y los que tuvieron que sobrevivir en una miseria generalizada. Como invitados del partido, siempre éramos partícipes de los privilegios. Más difícil aun era observar la falta de libertad, de debate, de pluralismo de pensamiento – y el miedo de la gente de hablar con franqueza. En 1989 estuvo con mis amigos del ECIFAR, militares y cineastas, cuando comenzó el juicio contra el general Arnaldo Ochoa, héroe de la guerrilla, del combate contra la invasión de la Bahía de los Cochinos, y de la guerra de Angola. Fui testigo del terrible impacto que este juicio -y el posterior fusilamiento de Ochoa por supuesto narcotráfico- tuvo entre los militares cubanos. Todos sabían que el apoyo al narcotráfico se había dado por órdenes de los hermanos Casto, y que Ochoa y otros fueron los chivos expiatorios que había que sacrificar. Mis amigos del ECIFAR dejaron de hablar de política – y del futuro. Dejaron de creer en una revolución que estaba comiendo a sus hijos más fieles. Yo también.

Años después observé como un militar golpista llamado Hugo Chávez llegó a la renunión del Foro de Sao Paulo en San Salvador, donde (con toda razón) nadie le quería hacer caso – y como por órdenes de Fidel a este hombre se convirtió en líder y ‘faro’ de la izquierda latinoamericana, corrompiéndola. Vi de cerca en Venezuela como, por órdenes de Fidel, cuadros partidarios, policías y militares cubanos ayudaron a Chávez a desmontar la democracia, las instituciones republicanas, y levantar un régimen represivo.

Fidel no hizo esto por amor al burdo populismo y militarismo de Chávez, sino para garantizar, por unos años más, la sobrevivencia económica de su país. Igual como había hecho antes, convirtiendo su movimiento de rebeldía patriótica y anti dictatorial en un satélite y Cuba en bastión militar de la Unión Soviética – sacrificando la revolución cubana, no por amor al comunismo, sino por cálculos geopolíticos y para no verse obligado a hacer la paz con Estados Unidos. Esta paz de todos modos la hizo, años después, su hermano Raúl, cuando la Unión Soviética ya no existía y Venezuela entró en crisis. Y ahora, inundado de dólares, Cuba se ha convertido en el país con más la desigualdad social del continente – pero hasta ahora sin conceder a la disidencia y la oposición más derechos a organizarse y expresarse.

No tengo razón de alegrarme de la muerte de Fidel, pero sí de la certeza que sin él como guardián del discurso revolucionario, la transición democrática en Cuba será más dinámica, más audaz y más rápida. Y porque así, sin el papa de la fe socialista, tal vez también la izquierda latinoamericana, incluyendo la salvadoreña, se logre liberar de la tutela de un socialismo antidemocrático.

(El Diario de Hoy) 


 

jueves, 24 de noviembre de 2016

Telegramas urgentes a figuras e instituciones públicas: A ver quién se anima a contestar

Diputados: Elegir magistrados de Corte de Cuentas cercanos al PCN no es buena idea. Ya sabemos como trabajan.

Embajadores:
En vez de inspeccionar un sitio de construcción en el penal Izalco, pidan visitar un penal donde pueden hablar con internos, p.ej. ejemplo Quezaltepeque. Pregunten por tuberculosis.

Alcalde Bukele:
¿Cómo se les ocurrió comprar los dominios para las clonaciones de LPG bajo mi nombre y pagarlos con su propia tarjeta de crédito?

Oscar Ortiz:
¿Quién en CAPRES tiene formación suficiente para conocer la palabra ‘Némesis’, pero no suficiente para conocer sus significados: venganza o enemigo invencible?

ARENA:
¿El partido y su fracción va a respaldar la iniciativa de René Portillo Cuadra de penalizar la manipulación del presupuesto?

Mauricio Interiano:
¿Vas a defender a las diputadas que no votaron por los 550 millones – o vas a defender el derecho del jefe de fracción de imponer como votar?

Fiscal General:
¿Por qué aun no ha emitido orden de captura contra Mauricio Funes? ¿Sólo porque ya se ausentó?

Hato Hasbún:
¿Dónde estás? De todos los temas que durante años hablaste diariamente, ahora sólo escuchamos a Oscar Ortiz.

General Atilio Benítez
: Le recomiendo que, al solo tener la votación de la Asamblea a su favor, renuncie al fuero y defienda su honor ante la corte. Lo apoyaría.

Diputado Gallegos:
Sólo creería en su nuevo discurso conciliador, si públicamente renunciara a postulados que ha defendido durante años: la pena de muerte y el derecho de tomar la justicia en sus manos. Ya llegó al cargo, haga un Trump…

Prensa Gráfica:
Cuidadito que no vaya crear su propio ‘némesis’. Estas batallas, como la que ustedes tienen contra Bukele, o las ganan, o habrán hecho invencible al adversario. Vea Trump.

Gerson Martínez:
A nombre de todos los que amamos el arte, le rogamos que deje de aprovechar su cargo para imponer sus gustos cursi. O instala un comisión de expertos independientes, o deje de poner monumentos.

Secretaria de Cultura de la Presidencia:
¿Cuándo va a cumplir la promesa de exhibir las obras de la “Ultima Cena”, censuradas el año pasado? ¿O hay un veto definitivo de CAPRES?

Casa Presidencial:
¿Qué pasa con el nieto del presidente y su salida de parranda nocturna, que terminó con un ciudadano muerto y la fuga del lugar del accidente? ¿El presidente va a mantener silencio?

Saludos a todos,


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(MAS!/El Diario de Hoy)


martes, 22 de noviembre de 2016

Carta a ARENA: Hagan lo correcto, sin dejarse chantajear por nadie

Estimados areneros:
Voy a retomar unas palabras que les dije en cartas anteriores. El 29 de octubre, saliendo de viaje, les escribí: “Espero que los diputados no le den ningún cheque en blanco al gobierno; o sea, ningún préstamo sin que el gobierno corrija el presupuesto para el 2017 y firme con el FMI los compromisos adquiridos en la negociación.” Al regresar me di cuenta que exactamente esto pasó: un salvataje sin garantías de nada. Ustedes le aprobaron al gobierno 550 millones de dólares, pero el presupuesto para el 2017 no está corregido para responder al mandato constitucional. Ustedes dieron votos para una Ley de Responsabilidad Fiscal que, según los expertos de su propio partido, no tiene dientes. Se inyectó sangre, pero no lograron parar la hemorragia.

Al solo regresar al país y sin todavía poder entender bien lo que había pasado, les escribí en la carta del 15 de noviembre: “Como oposición tienen la obligación de evitar que el gobierno lleve al país al impago – pero no de ayudarle al gobierno a esconder datos y seguir mintiendo a la ciudadanía. Esto sería complicidad. En estas negociaciones fiscales no puede haber compromiso de confidencialidad con el gobierno que vaya encima del compromiso de transparencia que ustedes tienen con los ciudadanos.” Ahora, una semana después me doy cuenta que no hay transparencia sobre cómo se llegó al acuerdo sobre los 550 millones. O sea, nadie entiendo cómo ARENA, que tuvo el sartén por el mango, al fin se dejó torcer el brazo. Tuve que armar el rompecabezas arrancándoles confidencias a varios de los actores y expertos involucrados.

No tiene sentido derramar lágrimas sobre leche derramada. La negociación no ha terminado, y si ustedes están dispuestos a hacer un análisis crítico (y autocrítico), lo que no se logró en la primera ronda se puede arreglar en las siguientes.

Para lograr esto, hay algunos pasos lógicos que tienen que dar.
  • Cambiar su el equipo de negociación y no permitir nunca que uno de sus negociadores vaya sólo a una bilateral a Casa Presidencial.
  • Ahora que el gobierno está urgido que se elijan los magistrados de la Corte de Cuentas, aprovechar esta situación e insistan que se seleccionen exclusivamente profesionales idóneos e independientes. Si el FMLN no accede a esto, que se olvide a cobrar el cheque de los 550 millones..
  • Poner como condición para cualquier acuerdo futuro que primero se haga una reforma a la recién aprobada Ley de Responsabilidad Fiscal, poniéndole los dientes necesarios. La otra vía sería poner los dientes que faltan directamente al Código Penal. Si el presidente veta esta reforma, no habrá acuerdo.
  • Una vez que se tiene una legislación con sólidos dientes penales, se resuelve el problema con el presupuesto 2017. El mismo gobierno lo va a retirar y rehacer el presupuesto, como la Constitución manda – para evitarse consecuencias legales.
  • Poner como segundo candado un acuerdo vinculante con el Fondo Monetario Internacional.
  • Involucrar a los diputados y la opinión pública en cada paso de la negociación. Escuchen a su propia gente y sus amigos. Todos sabemos que en la última votación, si no hubiera sido por presión de la jefatura, mucho más que 3 diputados se hubieran negado a ratificar el acuerdo de la mesa fiscal.
  • Insistir en que el gobierno conteste la pregunta de Manuel Hinds: ¿Dónde está el pisto, que al gobierno entró por recaudación y préstamos?
Una vez que están los 4 candados (una Corte de Cuentas independiente, acuerdo con el FMI, Ley con dientes, y transparencia hacía la sociedad), y sólo entonces, la mesa estará nivelada y se podrá discutir la esencia del asunto: ¿Cómo parar la hemorragia?

Una vez que se tenga los candados y esté parada la hemorragia, hay que ponerle al paciente la sangre que sea necesaria. Antes, no tiene sentido. Cualquier neurocirujano les puede explicar esto.

Les deseo la paciencia, la sabiduría y el coraje de hacer lo correcto, sin dejarse chantajear por el gobierno y por su propios miedos a las encuestas. Saludos,


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(MAS!/El Diario de Hoy)

 

sábado, 19 de noviembre de 2016

Columna Transversal: ¿Cuál cultura popular?

No tengo idea cómo en la Secretaría de Cultura (o directamente en Casa Presidencial) definieron el término “música popular”, cuando decidieron que a esta rama iba a corresponder el “Premio Nacional de Cultura 2016”. No creo que pensaron en Josse Lora o en los Hermanos Flores, aunque definitivamente producen música más popular que todos los grupos de música de protesta juntos.

Parece que este premio 2016 fue convocado a la medida para “Yolocamba I Ta”, el grupo que lo recibió de manos del presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, en una ceremonia en Casa Presidencial, el pasado 14 de noviembre. Fue un asunto familiar: “Yolocamba I Ta”, fundado en 1975, fue el embajador oficial de la Fuerzas Populares de Liberación (FPL), organización guerrillera comandada desde 1983 por Salvador Sánchez Cerén. Darles un premio a los Yolocamba no es un pecado, son buenos músicos y excelentes personas, lo que molesta es cómo juegan con la “música popular”. Hay una tradición de música popular, y hay grupos que la mantienen viva, pero no han sido tomados en cuenta.

Sebastián Chicas, fundador y sobreviviente del grupo “Torogoces de Morazán” también ha sido candidato para el premio. Él nunca se hizo ilusiones de poder recibir este premio (y los 5 mil dólares que vienen con él), “porque no soy del partido.” Sebastián, campesino del Norte de Morazán, fue guerrillero en las filas del ERP. El grupo fue fundado por activistas campesinos y milicianos, quienes luego de la ofensiva del 10 de enero 1981 pasaron a los campamentos guerrilleros, con sus instrumentos y con sus fusiles.
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Yolocamba I Ta recibiendo el Premio Nacional de Cultura 2016

A diferencia de Yolocamba, Sebastián y los Torogoces no surgieron como una sucursal de la trova, ni de la música de protesta suramericana. Los Torogoces no escribieron canciones para protestar, sino para poner la pista de sonido a las luchas campesinas y guerrilleras de Morazán, y su música se deriva de los pulúm pulúm de los cantones y de los corridos mexicanos. Si Casa Presidencial y su Secretaría de Cultura querían premiar la música popular, el candidato lógico no era Yolocamba I Ta, sino un grupo como los Torogoces, que mantiene viva y actualizada la música popular en el territorio. Y si además, como gobierno de izquierda, querían honrar la música que nace de la lucha popular y guerrillera, también el candidato lógico era Sebastián el Torogoz.
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Sebastián El Torogoz

Pero, como dice Sebastián con su típica picardía (y alguna resignación): “Tenemos el pecado de ser del ERP. Bueno, en Casa Presidencial esto parece pecado, para mi es un orgullo. Y no creás que estoy ahuevado o resentido, a mi de mejores fiestas me han corrido, solo porque no me pliego a la línea de nadie…”.

Claro, para Sebastián y su familia, y su vida en Jocoaitique, los 5 mil dólares del premio hubieran hecho una gran diferencia, precisamente para poder seguir promoviendo la música popular: “Hubiera comprado un pick up para poder movilizar a los bichos y sus instrumentos, porque la paila que ando ya no aguanta, y pudiéramos agarrar más compromisos para tocar”. Sebastián vive de la agricultura, pero con sus hijos, sobrinos y vecinos ha mantenido vivo el nombre y el repertorio de los Torogoces de Morazán, retomando siempre temas actuales. Más por terquedad y amor al arte que por negocio…
Según Sebastián, por lo menos en Morazán no se ha sentido que los dos gobiernos de izquierda hayan apoyado la cultura popular. “Tal vez en la capital, pero hasta Morazán no ha llegado nada”.

Pero el jurado instalado por Secultura no tomó en cuenta a los grupos auténticamente populares. Dieron el premio y los 5 mil dólares a un grupo más cercano (geográfica y políticamente) al poder. Con Sebastián hubieran corrido riesgos, porque el hombre sigue siendo un rebelde, un campesino terco, un tipo auténtico e irreverente. Como muchos del ERP, fue un tipo disciplinado durante la guerra, pero al solo suscribirse la paz, dejó de permitir que algún comandante o dirigente o partido le diga qué cantar y qué pensar.

Parece que el gobierno del FMLN, igual que los anteriores, le tiene miedo a los auténticos artistas populares que no pasan por el filtro partidario.

Nota aclaratoria: Este artículo no es una crítica a los músicos de Yolocamba I Ta, es una crítica a los que administran, desde el partido y el gobierno, la cultura.
 (El Diario de Hoy)

 

Carta al gabinete de Seguridad: Venganza y justicia son incompatibles

Estimados señores funcionarios:
Sigue corriendo la sangre. 43 policías y 21 soldados han muerto este año en el enfrentamiento entre la fuerza pública y las pandillas. De los policías, militares y pandilleros muertos, unos han caído en situaciones de enfrentamiento y muchos (de ambos bandos) han sido ejecutados. Desde la implementación de las ‘medidas extraordinarias’ se ha activado una cadena de venganza que, al no pararse, va a erosionar el Estado de Derecho.

La policía y el ejército no solo tienen el derecho, tienen el deber de responder a cualquier ataque a sus miembros. Pero las autoridades tienen que responder dentro de la ley y el absoluto respeto a los Derechos Humanos. La respuesta al crimen tiene que ser la consecuente aplicación de la justicia, nunca la venganza al margen de la ley y nunca la represión indiscriminada.

En este sentido, la reacción de las autoridades al reciente asesinato de un subinspector de la PNC y su hijo en Quezaltepeque fue peligrosa. Sin haber tenido tiempo de investigar el hecho, ustedes ordenaron el mismo día el traslado de 30 pandilleros que guardaban prisión en los penales de Ciudad Barrios e Izalco al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. Esto podría ser una medida adecuada dentro de las facultades legales, si fuera resultado de una investigación que arroja pruebas. Pero obviamente no es así. El fiscal general simplemente declaró, el mismo día del hecho, que la orden provino de estos dos penales “a voz viva”. Esto es risible: si hubiera pruebas de que internos trasladaron órdenes de atentar contra policías a gritos de una sección del penal a otra, las autoridades hubieran tenido que tomar medidas preventivas. Es obvio que FGR y PNC simplemente decidieron tomar medidas de represalia ejemplarizantes contra la pandilla que ellos asumen cometió el ataque al subinspector y su familia.

Lo más grave es que inmediatamente las más altas autoridades dieron declaraciones públicas resaltando el carácter vengativo de las medidas. El vicepresidente Óscar Ortiz, quien por lo menos nominalmente coordina el área de Seguridad, dijo que los 30 trasladados, acusados de haber ordenado el ataque, “no tienen derecho a ver el sol ni la sombra”. El ministro de Seguridad, Mauricio Landaverde, no se quedó atrás: “A partir de este día quedan sometidos al aislamiento total y no tendrán derecho a la hora de sol”. Y Rodil Hernández, director general de Centros Penales, dijo que los acusados “no merecen ningún tipo de atención del sistema.” 

Se entiende que estas son palabras fuertes para mostrar a los miembros de la policía que sus jefes los están defendiendo, pero evidentemente salen del marco de la ley. No apuntan a la aplicación de la ley, sino a medidas ejemplarizantes fuera de la ley. La situación en los seis penales para pandilleros ya ha sido clasificada por la Sala de lo Constitucional como inconstitucional y el régimen especial establecido por el Gobierno ha sido denunciado por la Procuradora de Defensa de los Derecho Humanos como parecido a “centros de torturas de épocas pasadas; se supone que eso ya está superado, se supone que lo de Hitler ya está superado.” 

La PDDH denunció que con sus ‘medidas especiales’ el Gobierno decidió negar a los internos la atención médica incluso en casos graves y el Programa Nacional de Tuberculosis del Ministerio de Salud ya está activando un plan de emergencia, porque entre la población interna en los seis penales afectados por el régimen especial los casos de tuberculosis se ha aumentado en un 100% a partir de la vigencia de las ‘medidas extraordinarias’ de aislamiento, debido al encierro total, la falta de aire fresco y exposición al sol. Esto constituye una epidemia que puede poner en peligro la salud de la población en general.

En este contexto, las declaraciones de Ortiz, Landaverde y Rodil Hernández son irresponsables y atentan contra el Estado de Derecho que pretenden proteger.

El fiscal general no se queda atrás y amenaza, de manera peligrosamente generalizada, con persecución criminal y cárcel a los abogados que asumen la asistencia legal de pandilleros. Las máximas autoridades del Estado no pueden incurrir en este tipo de amenazas. Su respuesta a los crímenes cometidos contra policías tiene que ser mejor inteligencia, mejor investigación y no represalias sumarias y medidas vengativas fuera de la ley.

Si la respuesta del Estado consiste en incrementar la presión extralegal contra los internos y sus abogados, en estrategias diseñadas a causar más bajas fatales a las pandillas, incluyendo ejecuciones, entramos en una espiral de venganza destructiva para nuestro orden jurídico. Inmediatamente después de las amenazas por parte del vicepresidente, del fiscal y de los responsables de Seguridad, apareció en las redes sociales un comunicado de un autollamado “Grupo de Exterminio de El Salvador (GDEDES)”, anunciando que “dará orden de asesinar a pandilleros y sus familiares. Si quieren guerra, guerra van a tener”. 

Y entonces, ¿quién va a parar esta guerra de todos contra todos?

Muchos de ustedes van a interpretar mis palabras como defensa de los pandilleros, pero se trata de defender el Estado de Derecho contra los criminales, pero también contra los que pretenden defenderlo con más crímenes.

Ustedes tienen la responsabilidad legal y moral de reducir la violencia y tomar medidas para parar la espiral de venganza. Como funcionarios, no pueden ser parte de ella. De igual forma, hay que hacer un llamado a las pandillas a cumplir lo que han prometido reiteradamente a la nación: abstenerse de cualquier acción que aumente la violencia. Si no, no tendrán a nadie que defienda los derechos humanos de su gente en los penales y de sus familias en las comunidades.

Escribo estas palabras con mucha preocupación,


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Posdata:
Cuando fue escrita esta carta, todavia el gabinete de Seguridad, encabezado por el vicepresidente Oscar Ortiz no había presentado su nuevo plan para reaccionar a los recientes asesinatos de policías. Por tanto no tenía idea que este plan se iba a llamar ‘Plan Némesis’. Némesis fue la diosa griega de le venganza
Némesis tambien fue la diosa de la ‘justicia retributiva’, o sea luchaba contra las fortunas mal habidas de los gobernantes. Pero si el gabinete de Seguridad  hubiera  enfocado en esta última atribucion de la diosa Némesis, hubieron llamado ‘Plan Némesis’ el operativo contra los ex-presidentes Funes ys Saca…
P.L.


(MAS!/El Diario de Hoy)