jueves, 17 de julio de 2008

Columna transversal: Viajando se aprende algo

(desde Grossenbrode en el Mar Báltico)

Viajando en Europa, me encuentro con algunas revelaciones sorprendentes, pero confortantes para nosotros que vivimos en América Latina. Por ejemplo que la figura de nuestro Hugo Chávez se queda pálida a la par del cavaliere Silvio Berlusconi. Más exótico, más de opereta, más sinvergüenza que el actual primer ministro italiano no puede ser ningún presidente latinoamericano. Gobierna a puros decretos. Acaba de pasar una ley que le da inmunidad, aunque sea condenado en los numerables juicios que tiene pendiente por corrupción, soborno de testigos, etc. Lo más probable es que un tribunal lo condene a 8 años de cárcel. Y lo seguro es que le vale y seguirá gobernando Italia y conferenciando con los presidentes de las potencias mundiales. El periódico italiano Corriere della Serra, fuera de sospecha de ser un órgano de la izquierda, describe a la Italia de Berlusconi como “un país en camino a convertirse en sultanado, donde el poder ya no emana del pueblo, sino del gobernante.” ¿Ya a nosotros nos da pena Hugo Chávez, nos da miedo la dinastía Kirchner y nos da rabia la pareja Rosario-Daniel?

Otra de las revelaciones europeas que me dan mucho alivio es que en un país tan rico como Alemania los profesionales que manejan BMW, Saab o Mercedes Benz y tienen apartamentos o casas de vacación en la Toscana o en la Costa Brava, comparten la misma angustia social con sus homólogos salvadoreños. Si aquí en Alemania hablan aun más de ‘la crisis’ que en San Salvador, el descontento, el pesimismo y el resentimiento a lo mejor son elementos de la condición humana y no síntomas de una crisis económica real. Podemos seguir durmiendo tranquilos...

Vine a Europa, donde todos mis amigos tienen años de cultivar conciencia ecológica, con cierto miedo: ¿Podré contarles que recién me compré un pick-up de seis cilindros, y que además este vehículo me encanta, y que nuestro segundo carro en la casa no es uno de estos huevitos que casi caminan sin gasolina, sino una camioneta 4x4? Sentí este miedo porque todas las revistas europeas --incluyendo las de automovilismo que antes eran el único reducto donde no penetraba el ‘political correctness’-- te sermonean que este tipo de carros ruinan el medio ambiente y que había que evitar que todos los chinos y hindúes y guanacos del mundo se compren este tipo de carros, porque esto acabaría con el planeta. Cuando llegué a Hamburgo, una metrópolis de 3 millones de habitantes, y vi los miles de carritos tipo Smart, Mini, Vokswagen Lupo y Fiat 50, me quedé definitivamente ahuevado. Para compensar mis pecados en casa y para evitar que alguien me meta en discusiones sobre mi debilidad con carros grandes, me conseguí, para mis viajes en Alemania, un diminuto Kia Picanto.

Pero, ¡qué sorpresa me esperaba en las carreteras, en las famosas autopistas alemanas! Sólo vi a sobrepasarme carrazos grandes, caros y gastones, a velocidades inalcanzables para mi leal pero humilde Picanto. En dos horas de autopista no vi ningún Smart. Lógico, estos carros políticamente correctos son para la ciudad y para la conciencia tranquila. Son el segundo o tercer carro de la familia. Para viajar, el alemán saca del garaje su BMW, su Audi o su Mercedes. Y en el balneario de clase media baja en el Mar Báltico, todo el mundo me miró con lástima bajándome de un Picanto en los parqueos repletos de carros que cuestan lo triple de mi pick-up Frontier y gastan lo doble de gasolina. ¡Y yo teniendo miedo por mis pecados automovilísticos! Si encontrara una camiseta que diga: “Manejo un monster truck. ¡?Y qué?!”, me la compraría y me la pusiera orgullosamente. No la voy a encontrar. Sería políticamente incorrecto...

El otro miedo que traje conmigo ya lo estoy perdiendo. Casi. El miedo de que mis amigos alemanes se den cuenta que ya no soy del Frente. De los pocos alemanes que saben donde en el planeta se encuentra El Salvador, la mayoría me dice: “¡Que bueno que al final ustedes van a ganar, después de tantos sacrificios!” Si ya tengo un carro bueno y un negocio floreciente, y si además publico mis columnas en un periódico de derecha como el Diario de Hoy, ¿para qué voy a tener miedo a confesar que no soy partidario ni del socialismo del siglo 21, ni del sandinismo de Ortega, ni del FMLN de la posguerra, ni de Mauricio Funes? Bueno, tal vez porque esta confesión provoca la pregunta: “Y ahora, ¿cuál es tu proyecto?”, a la que tengo que contestar que quiero ver tomar forma y fuerza en América Latina una idea tan aburrida y poco erótica que la socialdemocracia. Y en este punto mis amigos llegan a la conclusión que este hombre que mandaron a hacer la revolución en América Latina se quedó demasiado tiempo en el trópico. “Sos una ruina tropical”, me dijo un muy querido amigo y compañero de muchas batallas en los 60...

A lo mejor tiene razón. ¿!Y qué!?

Cambio climático como oportunidad

Los efectos del calentamiento climático no se distribuyen equitativamente. Donde se producen más emisiones, menos impacto. Donde menos desarrollo industrial y económico, más impacto. Erosiones, inundaciones, falta de agua potable, huracanes no sólo reducen espacios y oportunidades de supervivencia, sino profundizan los problemas ya existentes. Crece la asimetría entre países favorecidos y desfavorecidos – y al mismo tiempo la brecha entre las capacidades de resolver problemas.

Esto no es aceptable. Tenemos que confrontar los problemas del cambio climático de ora manera, no sólo por razones de justicia, sino sobre todo por razones de nuestra propia identidad.

El primer malentendido es que tenemos que convencer a las élites de los países en desarrollo a asumir otros patrones de actitud y consumo. Otra malentendido reside en la pregunta si tenemos que conceder a los países menos modernizados los mismos derechos de contaminación que antaño tenían los primeros países industrializados – cosa que sólo se dio porque nadie se preocupaba de las contaminaciones. Hoy que sabemos los resultados de tal despreocupación, esta pregunta simplemente es expresión de una idiotez artificial.

La creciente migración de refugiados ecológicos preocupa a la política de seguridad y genera estrategias para la seguridad fronteriza, los cuales requieren de inmensas inversiones de capital y personal. Sería mucho más racional gastar nuestras capacidades intelectuales y financieras no para desarrollar estrategias de exclusión, sino más bien posibilidades de inclusión y participación – lo que de todos modos es indispensable desde el punto de vista de demográfico. ¿Por qué defender el ideal del estado nacional étnicamente homogéneo, cuando este ideal ya se mostró desfasado ente las necesidades de la modernización?

Si concebimos el problema del cambo climático como un problema cultural, inmediatamente tendremos otra perspectiva de las cosas. Problemas ecológicos esencialmente no son problemas de la naturaleza sino problemas de las culturas humanas.

¿Puede una cultura ser exitosa a largo lazo si es basada en el consumo sistemático de los recursos naturales? ¿Puede sobrevivir una cultura que concientemente acepta la exclusión de las siguientes generaciones? ¿Puede una cultura de este tipo servir de modelo para aquellos que necesita incluir para su propia supervivencia?

La traducción del problema climático en una problemática cultural significan una oportunidad real de desarrollo. Para ilustrar esto, tres ejemplos.

Noruega no invierte su ganancia petrolera en proyectos representativos de infraestructura que aumenten el bienestar de sus ciudadanos contemporáneos, sino persigue una estrategia de inversión a largo plazo, que garantiza a las siguientes generaciones gozar el alto nivel de vida del presente y los beneficios de Estado del bienestar social. Las inversiones se hicieron con criterios éticos: Empresas involucradas en la industria armamentista quedan excluidas, por ejemplo. Se invierte en fuentes renovables de energía.

Suiza definió, hace como 20 años, un concepto para el transporte que prioriza el transporte público sobre el individual y garantiza la inclusión de toda la población, incluyendo en las comunidades más remotas, en la red pública de transporte. Suiza tiene hoy la red más estrecha y completa de transporte público del mundo, muy a pesar de sus adversas condiciones geográficas como país montañoso.

Estonia garantiza a sus ciudadanos el derecho constitucional del acceso gratuito a Internet. El abastecimiento total de oportunidades de comunicación no sólo reduce la burocracia y genera potencialidades para formas más directas de democracia, también es fuerza motriz para la modernización.

Son tres ejemplos de sociedades que definen su futuro. No sólo toman decisiones técnicas y de corto plazo, sino sobre qué tipo de sociedad quieren ser: una sociedad comprometida con las siguientes generaciones (Noruega); una sociedad que asegura movilidad (Suiza); una sociedad comunicativa (Estonia).

Ahí hay algo muy significativo para la problemática del clima: La pregunta qué hay que hacer y cómo, no tiene respuesta si antes no contestamos la pregunta cómo queremos vivir.

Un consenso sobre la pregunta si queremos subvencionar el uso de energía fósil o la construcción de un sistema educativo; si priorizamos el financiamiento de la creación de puestos de trabajo en industrias obsoletas o priorizamos el potencial que reside en mejores escuelas – todas esas son preguntas culturales. Si las contestamos, tendremos respuestas parciales a la pregunta fundamental: ¿Qué tipo de comunidad queremos ser?

(Die Welt, Alemania, 13 de julio 2008. Traducido por Paolo Luers. El autor es director de Instituto de Ciencias Culturales en Essen)

Hay que gobernar la globalización

Cuando los retos y los problemas son globales y los instrumentos para resolverlos son, en esencia, nacionales, su solución es inviable. Si añadimos que mientras las grandes finanzas y multinacionales operan en mercados mundiales, los poderes políticos lo hacen en sus respectivas soberanías, el gobierno del interés general está en precario y, en ocasiones, como la actual, se alcanzan situaciones de desorden. Lo estamos viendo con la crisis financiera ocasionada por las primas basura de Estados Unidos; con la subida espectacular de los precios de los alimentos provocada por múltiples factores, entre ellos, la especulación; los efectos de un cambio climático que nadie es capaz de afrontar en coordinación; la crisis de la energía que golpea al conjunto del sistema, o unos flujos migratorios, cuyo origen radica en las brutales diferencias de desarrollo, y ante los que hace frente cada país como puede, en ocasiones, chocando con los derechos humanos.

Sería ingenuo pretender que pudiésemos contar con un "gobierno mundial" democrático. Ni la ONU, el FMI, el Banco Mundial ni la OMC cumplen ese papel, aunque intenten intervenir, a veces de forma equivocada, para paliar los efectos de la carencia de normas con alcance global. Lo que sí sería factible es ir creando grandes áreas de gobernanza democrática, con libertad comercial y cohesión social, que vayan ganando terreno a la selva en que se ha convertido el mundo económico internacional. Parece que se nos ha olvidado que hubo una época en que, a nivel del Estado nación, imperaba el "dejar hacer, dejar pasar, pues el mundo caminaba por sí mismo", y ello condujo a conflictos sociales internos y guerras externas. Se comprendió que era necesaria una cierta dosis de intervención de los poderes públicos para corregir los graves desbarajustes que producía el mercado dejado a su libérrima inclinación. Ese fue el gran pacto social y político de la posguerra europea.

En efecto, una parte de Europa comprendió que era necesario unirse no sólo para ser relevante en un mundo interdependiente o evitar los desastres de las guerras, sino porque la única manera de gobernar la globalización es por medio de amplias integraciones en base a instituciones democráticas, libertad de factores de producción y cohesión social. Un ejemplo de cómo se puede abordar la gran cuestión de la gobernanza de la globalización en un espacio determinado que comprende ya a 500 millones de personas. Un gobierno todavía incompleto, pues le falta rematar aspectos políticos, pero que supone un éxito sin precedentes.

Ahora bien, la existencia de la Unión Europea no resuelve los problemas de la administración de lo global. Como resulta una peligrosa quimera creer que una superpotencia -Estados Unidos- podía poner orden en este convulso mundo. A lo que ha conducido esta pretensión es a que Estados Unidos se haya transformado de una parte esencial de la solución en una parte del problema general. Hemos asistido, así, al fracaso de la arrogancia de resolver los problemas por vía unilateral, si bien no hemos podido levantar un eficaz sistema multilateral. La conclusión es que la sociedad de la globalización está sin gobierno y, en consecuencia, todo desarreglo, disfunción, especulación, trapacería o violencia puede encontrar su asiento sin mayor impedimento.

Decíamos antes que pretender hoy un gobierno mundial es utópico. Crear espacios concéntricos de gobernanza ordenada que se puedan coordinar para establecer reglas comunes no lo es. La UE tiene, prima facie, una proyección y dos fronteras. La gran proyección de Europa han sido las Américas, la del Norte y la del Sur. Los europeos nos hemos prolongado en el continente americano y se ha creado un área de lenguas, de cultura, de sistemas políticos y valores, en lo esencial, comunes. Sin embargo, la situación económica y social de una de las Américas se ha quedado atrasada. Debería ser del interés de la UE y de Estados Unidos contribuir a corregir esta grave disfunción, en beneficio de los ciudadanos latinoamericanos y de nuestros intereses estratégicos. El método que ha resultado eficaz es conocido. Junto a los acuerdos de libre comercio, son imprescindibles instrumentos de cohesión social como los fondos de convergencia, para facilitar infraestructuras físicas y educativas que permitan un crecimiento sostenido. Únicamente con tratados comerciales bilaterales o colectivos, siempre desiguales, no se garantiza el crecimiento a largo plazo. El problema es que en América Latina no existen los países "contribuyentes netos" que sí existían en Europa y, en consecuencia, la UE, junto con otros actores relevantes, podría convertirse en ese factor exógeno capaz de trasvasar fondos que permitan a esas economías ir convergiendo con las más avanzadas. En el caso de Europa, fue una magnífica operación tanto para los contribuyentes como para los receptores; de lo contrario, pagaremos el precio de la "no cohesión".

España, junto con la UE, debería privilegiar un gran proyecto hacia el continente americano que podría dar, como resultado, la creación de un área euroamericana de democracia, apertura comercial y cohesión social con gran peso en la gobernanza global. Un nuevo consenso entre las dos orillas del Atlántico, basado en intereses y valores comunes que equilibrase el actual deslizamiento del eje de la hegemonía hacia el Pacífico. Un buen momento para lanzar una iniciativa potente sería la presidencia española de la UE. No es, desde luego, fácil, como no lo fue en Europa. Es una cuestión de clarividencia, de voluntad política y de liderazgo.

Pero también tenemos dos fronteras, en el Este y en el Sur. La UE, encabezada por Alemania, ha abordado los problemas del este europeo por medio de la última ampliación y los fondos que empiezan a fluir hacia esos países. En el Sur tenemos el Mediterráneo, y detrás, África. En el Mare Nostrum está en marcha el nuevo impulso al proceso de Barcelona -Unión para el Mediterráneo-, a iniciativa del presidente francés, con la legítima intención de liderar el proceso. El reto es ambicioso y los obstáculos todavía grandes: infraestructuras, medio ambiente, energía, seguridad, etcétera. Los obstáculos: conflicto palestino-israelí, Irak, el Sáhara, la integración de Turquía, Líbano, Siria, etcétera. Todos los grandes problemas europeos tienen aquí su proyección, y Francia ha visto, con razón, que convendría hacer en el Mediterráneo una operación similar a la del Este en otras condiciones. A España le interesa este proceso y debería apostar fuerte, sin olvidar el África subsahariana, que exigiría otro tratamiento.

El fracaso de la última cumbre de la FAO en Roma debería abrirnos los ojos. No se acaba con la destrucción de seres humanos -hambre- y de la naturaleza con conferencias y donaciones. Y menos aún con defensivas "alianza de democracias" que conducirían a nuevos bloques. Hay que aceptar un comercio justo en ambas direcciones; asumir que es necesario trasvasar abundantes fondos de convergencia para el bienestar global y dejar de apoyar a autocracias -con petróleo o sin él-, porque son aliados en no se sabe qué guerra. De lo contrario, me temo que, ante las crecientes migraciones, acabaremos violando los derechos humanos. No es la primera vez en la historia que se puede ser una democracia "hacia dentro" y una dictadura "hacia fuera".

(El País, Madrid)

Cuba, un cambio sin venganza

En la madrugada del 13 de julio de 1989, el general Arnaldo Ochoa, su ayudante el capitán Jorge Martínez, mi padre el coronel Antonio de la Guardia y su subordinado el mayor Amado Padrón fueron abatidos por las balas de un pelotón de fusilamiento cerca de la playa de Baracoa, al oeste de La Habana.

Por no haber denunciado o injuriado a su hermano Antonio, mi tío el general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de prisión. Así concluía la parodia del conocido proceso Ochoa-De la Guardia, en el que, acusados de corrupción y tráfico de drogas, fueron llevados ante los tribunales un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior. Sus "abogados defensores" fueron impuestos por el propio Estado cubano y todos eran oficiales de la Seguridad del Estado. Ninguna prueba material pudo ser mostrada contra los inculpados. En tan sólo un mes -pues mi padre fue detenido el 13 de junio del mismo año- se desarrolló la investigación, el proceso judicial y el cumplimiento de las sentencias.
Dos versiones pueden adelantarse para explicar tanta urgencia. Una: los servicios norteamericanos de lucha contra el tráfico de drogas estaban al tanto de supuestas operaciones de narcotráfico lanzadas desde La Habana, y Fidel Castro, para limpiar su imagen, utilizó a estos oficiales como chivos expiatorios. Otra, la más creíble: estos oficiales cansados de guerrear en distintas latitudes -algunos de ellos acababan de regresar de la guerra de Angola-, bajo la influencia de los aires de perestroika que soplaban desde la Unión Soviética y, sobre todo, ante la permanente crisis de la situación cubana y la ausencia de las libertades más elementales, comenzaron a criticar (esto me consta) en sus círculos más allegados a la dirección del país. Teniendo en cuenta su nivel de responsabilidad militar y temiendo que sus comentarios pudieran llegar a convertirse en una corriente de opinión en el seno de las Fuerzas Armadas, Fidel y Raúl Castro decidieron sacrificarlos.

En todo caso, espero que algún día la historia y una verdadera justicia aclaren lo sucedido. Ahora hay que decir que el proceso Ochoa-De la Guardia fue un episodio más de esta siniestra farsa en la que los cubanos somos víctimas y actores desde hace 49 largos años.

Hoy nuestra responsabilidad está en el futuro. Hoy y mañana pedir venganza sólo puede generar más violencia. Fue pidiendo venganza como comenzó el drama en 1959. ¿O es que acaso se puede olvidar, aunque yo aún no había nacido, a un pueblo fanatizado pidiendo "paredón" para los victimarios del régimen recién derrocado del dictador Batista?No, ni a esa ni a esta Cuba podemos volver ni en sus formas ni en sus métodos.

Hace cerca de un mes, la escritora cubana Zoé Valdés mostraba en su blog el testimonio del suplicio del escritor René Ariza, injustamente encarcelado en Cuba, a partir de 1971, durante ocho años y que murió en el exilio en 1994. El testimonio es conmovedor, pero lo preocupante son las conclusiones de la escritora. Valdés afirma que "todos los militares (cubanos) sin excepción deberían pedir perdón, a coro, en la plaza de la Revolución, y sus hijos deberán callarse para siempre". Aparte de este concepto escalofriante de "justicia" maoísta que la escritora reivindica, en la que unas personas son obligadas a pedir perdón en la plaza pública, asombra el que se permita también exigirnos a los hijos de los militares que callemos para siempre. Yo, por supuesto, no pienso hacerlo.

Parece que la escritora cubana tiene una insaciable necesidad de darse un lustre de anticastrista visceral de toda la vida, luego de haber sido diplomática cubana en París durante los años 80 y alta funcionaria del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). Recientemente publicó en España un ensayo titulado La ficción Fidel en el que, además de comenzar con un "yo acuso" e incluir numerosas exageraciones, falsificaciones y errores históricos, pretende enlodar la memoria de mi padre, que fue fusilado, y de mi tío, condenado a 30 años de reclusión. Por cierto, menciona a este último dos veces como si también hubiera sido ejecutado.

Zoé Valdés, que en su libro llega a caracterizar a los cubanos como "corderos", es emblemática de un sector minoritario de la oposición cubana que, en mi opinión, compromete el futuro de mi país con este tipo de planteamientos. La mayoría de los cubanos, en efecto, simplemente quiere construir un futuro donde todos podamos hablar. Donde los que se fueron antes, los que nos fuimos después y los que se quedaron, todos juntos propongamos una Cuba mejor.

Pienso que el discurso de la venganza, de los ajustes de cuentas y de las falsedades históricas sólo sirve para alimentar a los que desde el poder en La Habana se esfuerzan en frenar la dinámica de cambio que se ha instalado en los cubanos.

Hace ya dos años que Fidel Castro abandonó el poder. Su hermano, el actual presidente Raúl Castro, anunció cambios de concepto y estructurales para enfrentar la aguda crisis económica, política y social que vive Cuba. Por el momento se han visto pocos resultados. Sin negar que la firma por Cuba del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y también el de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas tiene su importancia, así como la tienen algunas de las tibias medidas que ya permiten a los cubanos entrar en los hoteles, comprar un DVD o contratar una línea de telefonía celular. Por lo demás, una necesaria valorización de los salarios también está en curso. ¿Suficiente? Por supuesto que no, pero la existencia de una dinámica de cambio es innegable. No obstante, no puede olvidarse que la liberación de más de 300 prisioneros por delito de opinión es un reclamo urgente.

Sería doloroso que, una vez más, las promesas sean incumplidas y los cubanos pierdan la esperanza. De momento, creo, todos los pasos que se den en el sentido del diálogo político, como lo acaba de hacer la Unión Europea, son positivos, pues alimentan esa dinámica de cambio. Y ojalá la próxima Administración estadounidense siga esa misma senda. Y sobre todo, que los dirigentes cubanos sean, por fin, sensibles a los deseos de su pueblo.

Desde hace 18 años vivo en el exilio y mi dolor sigue intacto, pero me esfuerzo por llevarlo con nobleza y dignidad, como tantas otras víctimas. Por eso quiero que en mi país el odio y la intolerancia sean, por fin, solo parte del pasado.

(El País, Madrid)

martes, 15 de julio de 2008

"Chávez comprendió a tiempo que las FARC le restaban"

(entrevista con el director de Tal Cual, de Francisco Tumi Guzmán)

¿Por qué en el continente se siente que la Operación Jaque ha sido no solo una batalla colombiana sino una que involucra a toda Sudamérica?
En cierta forma el conflicto de Colombia tiene un talante internacional mucho mayor que el que tenía, por ejemplo, el levantamiento de Sendero Luminoso en el Perú. En Colombia, otros gobiernos, incluso europeos, han participado en el esfuerzo pacificador, con vistas al canje humanitario de rehenes, de modo que sus características van más allá de lo puramente doméstico. Por eso el conflicto con las FARC está tan internacionalizado.

Me refería a que todo el mundo ha volteado la mirada a Caracas para ver cómo el rescate ha impactado en Hugo Chávez. ¿Comparte usted la idea de que el presidente venezolano quedó en el bando de los perdedores?
No, porque Chávez tuvo el acierto casual --digámoslo así-- de que, poco tiempo después de haber tomado partido por las FARC y llegado, incluso, al extremo de proponer que se les concediera el estatus de beligerante, se desmarcó de ellas y no solo les pidió que liberaran sin condiciones a todos los secuestrados sino que cuestionó la lucha armada y declaró a esta "fuera de orden" --esos fueron los términos que expresó--. Dijo que las FARC estaban históricamente fuera de época. Es decir, se desmarcó de manera muy tajante.

¿Cree que, después de su prolongada ambigüedad frente a las FARC, su desmarque sea creíble?
Eso lleva a una discusión sobre cuáles son sus reales intenciones, pero, en el momento en que lo hizo, tanto el Gobierno de Colombia como otros gobiernos del continente expresaron su satisfacción. Uribe no se puso a pensar cuáles serían las intenciones de Chávez y por qué razón estaría haciendo eso sino que declaró su satisfacción ante aquel gesto. ¿Por qué? Porque obviamente cuando Chávez hace eso, Correa también lo hace, y luego Evo Morales.

Habló hace un momento de las reales intenciones de Chávez. ¿Cuáles son frente a esta nueva situación de las FARC?
Debe de estar pensando mucho sobre esto. Anteriormente había dos factores que podían influir en su ánimo: En primer lugar, él sabe lo que ninguno de nosotros sabe acerca de lo que hay en esa computadora [la del jefe guerrillero 'Raúl Reyes', muerto en territorio ecuatoriano], y entonces, obviamente, hizo un gesto dirigido a tratar de atemperar la conflictividad con el Gobierno de Colombia, para tratar de que esa computadora no siga expulsando documentos comprometedores. Y en segundo lugar, Chávez tiene también que haberse dado cuenta --en un cierto momento-- de que él estaba asociándose con unos perdedores.

¿Desde antes del rescate de los rehenes?
Desde antes del rescate era claro que los de las FARC eran unos perdedores. Perdieron a su líder máximo por muerte natural; antes les habían matado al segundo, 'Raúl Reyes', que era el más activo de la guerrilla en el escenario internacional; luego, uno de los miembros del secretariado fue asesinado por uno de sus escoltas; se entregó una comandante muy conocida junto con un grupo de guerrilleros; el ritmo de entrega a las Fuerzas Armadas llegó a 200 guerrilleros mensuales; las FARC pierden el control territorial cuando las Fuerzas Armadas Colombianas cambian de táctica y salen a disputar el territorio; las han acorralado en la selva, allá en la frontera con ustedes, también en la frontera con el Ecuador.

¿Eran demasiado descrédito para Hugo Chávez?
Chávez percibió que las FARC ya no tienen ninguna popularidad, ni siquiera en Venezuela, entonces, pragmático como es, se las sacudió. Fue incluso más allá de pedir la liberación de los secuestrados; fue hasta el punto de cuestionar la lucha armada. Creo que para Chávez la jugada comenzó a ser obvia cuando se dio cuenta de que para él, más que un activo, como llegó a pensar en un momento, las FARC eran una hipoteca. Tras el éxito de la Operación Jaque, su primera reacción fue de militar: "Me quedé frío". Es decir, sintió asombro ante la perfección de la operación militar. De inmediato felicitó a Uribe y seguramente este domingo, en su programa, hablará sobre esto.

¿Qué le aportaban las FARC antes de que cambiara de opinión?
Él probablemente pensaba antes que las FARC podían formar parte de su esquema continental de lucha contra el imperio, etc., toda esa retórica típica de él, pero a partir de cierto momento aparentemente comienza a comprender que la relación con las FARC no le da nada sino que, más bien, le resta. No olvidemos que en Venezuela estamos en un proceso electoral y que estas elecciones de noviembre de este año son de importancia capital tanto para Chávez como para la oposición.

¿No está minimizando la visión chavista de encabezar un movimiento continental?
Sobre eso también hay que tener claro que se trata de mucho ruido y pocas nueces. La idea de que Chávez puede ser el líder de un bloque continental contra los gringos es una ilusión. Hay mucho ruido, mucha declaración, mucha retórica, pero en la práctica se puede constatar con muchísima facilidad que las agendas políticas de Brasil, de Uruguay, de Chile e incluso de Argentina, con relación a Estados Unidos, no son las de Chávez. Ni de Correa, tampoco. Y, por supuesto, tampoco es la del Perú. De modo que eso que se llama la internacional chavista no va más allá de Bolivia, Nicaragua y Cuba, que son los cuatro países que integran el ALBA.

Junto a opositores internos en cada país, como Humala.
Por supuesto. Hay movimientos en América Latina que responden a Chávez e, incluso, que son financiados por él. Tengo la impresión de que, en general, son los movimientos de ultraizquierda los que se identifican con Chávez. Humala no proviene de la izquierda; es un movimiento muy peculiar, más bien una especie de nacionalismo fascistoide, pero que, a fin de cuentas, se relaciona con Chávez. En términos generales, Chávez tiene eco en la ultraizquierda del continente, que es muy ruidosa, muy activa, pero muy pequeña y se mueve más bien en partes marginales de su respectivo país. Es decir, son fuerzas que en sus propios países tienen poco eco.

¿Qué impacto tendrá la Operación Jaque en la oposición venezolana, de la que usted forma parte?
Yo creo que Chávez viene debilitándose lenta y sostenidamente desde hace algún tiempo. No se está desplomando ni muchísimo menos, pero viene debilitándose. Todavía no sabemos qué efectos han producido en la opinión pública de Venezuela los acontecimientos en Colombia. Chávez ha tenido el acierto de desmarcarse a tiempo y a lo mejor el éxito colombiano no lo afecta tanto. Si hubiera mantenido la postura anterior a su desmarque, probablemente el impacto habría sido devastador. Pero en este momento yo no creo que ese impacto sea devastador. En cualquier caso, ha venido debilitándose progresivamente. Y en este país polarizado, obviamente en la oposición venezolana la Operación Jaque ha producido un efecto de entusiasmo.

¿Cuál cree que sea el efecto en la porción chavista del país?
En el mundo chavista --ya no en Hugo Chávez, sino en el mundo chavista-- ha habido reacciones bastante estúpidas. La televisora del Estado, que está confiscada por el partido de Chávez, ha difundido cosas insólitas, por ejemplo que la operación fue un montaje, que estaba preparada, etc. Ha sido una reacción de despecho y de resuello por la herida que tal vez refleja lo que internamente el movimiento siente. Sin embargo, yo diría que en todo el país, entre los opositores al presidente y los partidarios del presidente, hay una reacción de satisfacción y de disfrute frente a la operación realizada para el rescate de los rehenes, pues, repito, las FARC no tienen ninguna popularidad en Venezuela. Eso explica el desmarque de Chávez.

¿Tiene Álvaro Uribe asegurada la re-reelección si se la propone?
En Colombia hay una situación paradójica: desde un punto de vista popular, Uribe tiene ahora una fuerza enorme. Probablemente, si se llegara a ese supuesto referéndum para decidir si se repite la anterior elección o no, Uribe lo ganaría clamorosamente. Sin embargo, en el mundo político colombiano la idea no goza de simpatía: ni en lo que queda del Partido Liberal, ni en lo que queda del Partido Conservador, ni en las nuevas formaciones políticas.

Eso no le suele interesar mucho a alguien que desea reelegirse.
En Colombia, a diferencia de Venezuela, hay claramente una élite política a la izquierda y a la derecha que no comparte para nada la idea de la re-reelección. La noche que Uribe habló acerca de su enfrentamiento con la Corte Suprema, yo estaba en Bogotá en casa de Belisario Betancourt, que es uribista no reeleccionista y que estaba reunido con cuatro precandidatos del uribismo a la presidencia, pues en el uribismo tampoco tiene simpatía la idea de la reelección.

¿Cómo pueden impedir ellos que Uribe se re-reelija?
Algunos señalaron que ni siquiera el propio Urbe está muy convencido de la bondad de una reelección. Por otro lado, si el problema es la continuidad de la política de Uribe, en su propio entorno hay gente que tiene la absoluta perspectiva de continuarla. De manera que dudo de que la reelección se concrete en Colombia.

Lo que sí es claro es que para las FARC este golpe ha sido casi de muerte.
La operación se llamó Jaque, no Jaque Mate. Las FARC todavía tienen miles de hombres bajo las armas, muchísimo dinero, muchísimos recursos, pero al mismo tiempo están política y militarmente muy golpeadas. Dudo mucho de que tengan capacidad de recuperación militar. En Colombia todo el mundo habla ya, desde antes de este último golpe, del "post conflicto". Dicen que esto puede tardar dos o tres años más.

¿Qué va a ocurrir primero en el continente: el desmantelamiento final de las FARC o el triunfo de la oposición venezolana?
Un triunfo de la oposición venezolana estaría planteado para las elecciones presidenciales del 2012. De modo que pueden ser procesos que coincidan en el tiempo.

viernes, 11 de julio de 2008

Think small

Economists used to tell governments to fix their policies. Now they tell them to fix their institutions. Their new reform agenda covers a long list of objectives, including reducing corruption, improving the rule of law, increasing the accountability and effectiveness of public institutions, and enhancing the access and voice of citizens. Real and sustainable change is supposedly possible only by transforming the "rules of the game" - the manner in which governments operate and relate to the private sector.
Good governance is, of course, essential insofar as it provides households with greater clarity and investors with greater assurance that they can secure a return on their efforts. Placing emphasis on governance also has the apparent virtue of helping to shift the focus of reform toward inherently desirable objectives. Traditional recommendations like free trade, competitive exchange rates and sound fiscal policy are worthwhile only to the extent that they achieve other desirable objectives, such as faster economic growth, lower poverty and improved equity.
By contrast, the intrinsic importance of the rule of law, transparency, voice, accountability or effective government is obvious. We might even say that good governance is development itself.
Unfortunately, much of the discussion surrounding governance reforms fails to make a distinction between governance-as-an-end and governance-as-a means. The result is muddled thinking and inappropriate strategies for reform.
Economists and aid agencies would be more useful if they turned their attention to what one might call "governance writ small." This requires moving away from the broad governance agenda and focusing on reforms of specific institutions in order to target binding constraints on growth.
Poor countries suffer from a multitude of growth constraints, and effective reforms address the most binding among them. Poor governance may, in general, be the binding constraint in Zimbabwe and a few other countries, but it was not in China, Vietnam, or Cambodia - countries that are growing rapidly despite poor governance - and it most surely is not in Ethiopia, South Africa, El Salvador, Mexico or Brazil.
As a rule, broad governance reform is neither necessary nor sufficient for growth. It is not necessary, because what really works in practice is removing successive binding constraints, whether they are supply incentives in agriculture, infrastructure bottlenecks, or high credit costs. It is not sufficient, because sustaining the fruits of governance reform without accompanying growth is difficult. As desirable as the rule of law and similar reforms may be in the long run and for development in general, they rarely deserve priority as part of a growth strategy.
Governance writ small focuses instead on those institutional arrangements that can best relax the constraints on growth. Suppose, for example, that we identify macroeconomic instability as the binding constraint in a particular economy. In a previous era, an economic adviser might have recommended specific fiscal and monetary policies - a reduction in fiscal expenditures or a ceiling on credit - geared at restoring macroeconomic balances.
Today, that adviser would supplement these recommendations with others that are much more institutional in nature and fundamentally about governance. So he or she might advocate making the central bank independent in order to reduce political meddling, and changing the framework for managing fiscal policy - setting up fiscal rules, for example, or allowing only an up-or-down legislative vote on budget proposals.
Macroeconomic policy is an area in which economists have done a lot of thinking about institutional prerequisites. The same is true in a few other areas, such as education policy and telecoms regulation.
But in other areas, such as trade, employment or industrial policies, prevailing thinking is either naive or non-existent. That is a pity, because economists' understanding of the substantive issues, professional obsession with incentives and attention to unanticipated consequences give them a natural advantage in designing institutional arrangements to further the objectives in question while minimising behavioral distortions.
Designing appropriate institutional arrangements also requires both local knowledge and creativity. What works in one setting is unlikely to work in another.
While import liberalisation works fine for integrating with the world economy when import-competing interests are not powerful and the currency is unlikely to become overvalued, export subsidies or special economic zones will work far better in other circumstances. Similarly, central bank independence may be a great idea when monetary instability is the binding constraint, but it will backfire where the real challenge is poor competitiveness.
Unfortunately, the type of institutional reform promoted by, among others, the World Bank, IMF, and the World Trade Organization is biased toward a best-practice model, which presumes that a set of universally-appropriate institutional arrangements can be determined and views convergence towards them as being inherently desirable. But best-practice institutions are, by definition, non-contextual and cannot take local complications into account. Insofar as they narrow rather than expand the menu of available institutional choices, they serve the cause of good governance badly.
Good governance is good in and of itself. It can also be good for growth when it is targeted at binding constraints. Too much focus on broad issues, such as rule of law and accountability, runs the risk that policymakers will end up tilting at windmills while overlooking the particular governance challenges most closely linked to economic growth.

(Publicado en The Guardian, 23 de mayo 2008)

Canciones confiscadas

Carlos Mejía Godoy, el más célebre de los cantautores nicaragüenses, ha decidido prohibir que sus canciones sirvan a la propaganda oficial en los actos públicos del Gobierno que presiden Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, y ha dirigido una carta a esta última donde hace valer esta prohibición al amparo de sus derechos legales, que se hallan bajo la custodia de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de España.

Sus razones son simples, y así dice: "En el contexto dramático que vive nuestro pueblo, amenazado nuevamente con otra dictadura familiar, réplica sórdida de la tiranía de los Somoza, no puedo permitir que las canciones, inspiradas precisamente en el sacrificio e inmolación de miles de hermanos nicaragüenses, sirvan de fondo musical, para continuar -desde las tarimas enfloradas- la tragicomedia más vergonzosa de los últimos años".

No puede haber otra ofensa más grave para el matrimonio Ortega, dueño absoluto del poder, que el cantor mismo de la revolución les niegue su música, y al mismo tiempo les niegue la condición de revolucionarios que cada día proclaman en sus dilatados discursos. Y ha sido claro en decir que no quiere dinero, porque su música no está en venta para propaganda oficial. Solamente quiere que no se use.

Y entonces, una tempestad de vituperios se ha desatado en su contra en los medios de comunicación bajo control del Gobierno, y se repiten las acusaciones de treinta años atrás de los voceros de la dictadura de Somoza, cuando las creaciones de Carlos abrían el camino de la insurrección popular, la de plagiario la de menor tamaño. Y hay quienes exigen que su música sea expropiada por vía de un decreto presidencial, como si se tratara de una hacienda de ganado, de un banco, o de una fábrica de productos lácteos.

Las respuestas de arriba, envueltas en edulcorada cursilería, no esconden la justificación a la atrocidad de demandar la confiscación de la obra artística del compositor, formada por más de doscientas canciones; así se lee en un escrito de unos de los allegados del matrimonio Ortega, el comandante Tomás Borge, antiguo ministro del Interior: "Es mi opinión que la formalidad legal, la cual puede dar origen a una demanda -respaldada por la sociedad de autores españoles- no debe obligarnos a renunciar a esa obra que, quiérase o no, pertenece a la sangre de los caídos, tan respetada por los centenares de miles de nicaragüenses integrantes del FSLN, a quienes se les pretende callar y olvidarse de esas canciones revolucionarias".

Esta vieja concepción atrabiliaria, de que los creadores individuales no son dueños del fruto de su talento, sino que lo es el pueblo que inspiró con sus gestas al artista (y aquí debe leerse por pueblo un partido político), parecería inofensiva hoy en día, cuando los partidos únicos, dueños del pensamiento único, han venido siendo despojados en todas partes de sus viejas majestades.

Pero no en Nicaragua, donde la historia parece retroceder a los oscuros ámbitos del monopolio del poder que también quiere imponerse sobre las mentes, sobre la manera de sentir y de pensar, y sobre la imaginación. La señora Murillo no deja dudas de esa voluntad que quiere dominarlo todo, cuando dice, al referirse a la demanda de Carlos: "En la vida hay cosas que no nos pertenecen personalmente. Que no tienen dueño. Que no son de propiedad, ni particular ni privada. Los muertos, por ejemplo. La esperanza colectiva, la creación colectiva, el dolor colectivo. Los triunfos colectivos".

El viejo peso de lo colectivo. Y en la inmovilidad histórica que el poder total demanda, todo se congela. Los muertos, por ejemplo, que de esta manera también resultan confiscados. La gesta de la revolución que mi generación hizo partió de la honda convicción en unos valores éticos que representaban el desapego a los bienes materiales, la solidaridad ilimitada con los demás, y un sentimiento de compasión por los más humildes, para crear un mundo diferente, de justicia y equidad. Y todo eso hacía que la vida propia no fuera sino un instrumento para conseguir ese nuevo mundo, con lo que a la hora del triunfo sobre la dictadura de Somoza, quienes llegaron a las tribunas fueron sobrevivientes, convencidos de que nunca terminarían de pagar su deuda con los muertos.

Pero hoy, los papeles se han trocado de manera dramática, y de aquella gesta, que es la que precisamente Carlos Mejía Godoy ilumina en sus canciones, sólo quedan las bambalinas y los telones desgarrados, el escenario comido por la polilla. Los muertos que fueron a morir por aquella causa despertarían hoy asombrados de lo que es el nuevo escenario de poder, que representa todo lo contrario de lo que aquellas canciones exaltan. Y sobre esas canciones, lo que se quiere imponer es el viejo sello ya sin tinta de lo colectivo: esperanza colectiva, creación colectiva, dolor colectivo, triunfo colectivo, toda una fantasmagoría que se agita en contorsiones patéticas, desprovistas sus figuras de sustancia, y de sentido ético. Es otra vez la épica de los héroes convertida en comedia de esperpentos, y que si en algún lugar permanece íntegra es en la música de Mejía Godoy.

Este concepto de que el pueblo, visto como una totalidad unánime en la abstracción, se encarna en el partido total, lo dice sin ocultamientos la señora Murillo: "El canto de Carlos, a pesar de él mismo, seguirá siendo del Frente. Del Frente Sandinista que hizo la Revolución, y que desde esa lucha mítica, los inspiró y dictó. Del Frente Sandinista, que seguirá, además, revolucionando la historia". Razones más que suficientes para confiscar el patrimonio creativo de un artista, en nombre de un partido al que se le da el papel imposible de dueño de la historia, y el más imposible aún de seguirla revolucionando.

(Publicado en El País, el 5 de julio 2008)

Comienza la posguerra en Colombia

Hace seis años éramos pocos quienes creíamos que se podía derrotar a las FARC. Esa discusión ha concluido y ahora el debate es sobre los problemas de la posguerra, que no serán ni pocos, ni fáciles de resolver. La desarticulación y derrota del más grande ejército del narcotráfico de Latinoamérica dejará daños que es necesario prever y enfrentar. Fue la cocaína lo que acabó con la guerrilla más antigua del continente, porque fue ésta la que le llevó a retar al Estado colombiano. Antes de eso, FARC y Estado convivieron en una guerra que fue largamente irrelevante.

Las FARC desperdiciaron la oportunidad de negociar, pese a que recibieron grandes concesiones territoriales y extendido reconocimiento político. En aquel momento, el Estado colombiano estaba desprestigiado por la corrupción del narcotráfico y deslegitimado por las violaciones a los derechos humanos. La política del presidente Pastrana con la que parecía "poner la otra mejilla" sirvió después para darle plena legitimidad al uso de la fuerza mediante el plan de seguridad democrática del presidente Uribe. Detrás de las banderas pacifistas que emergieron cuando la fuerza se convirtió en el recurso principal, no había sólo buenas intenciones, sino también pretensiones de legitimar al narcoterrorismo.

En Colombia fue necesario darle una oportunidad a la guerra. La paz negociada debe ser siempre el propósito fundamental en un conflicto, pero, en algunas ocasiones, pretenderla a toda costa puede significar la prolongación de la guerra.

Las fuerzas militares de Colombia saben ahora de las FARC, más que las FARC mismas. La exitosa operación de rescate se montó a partir de la pérdida total de mando y control por parte de la dirigencia narcoguerrillera. El rescate confirma que buena parte de los combatientes están abandonados y dejados a su suerte. Colombia tiene ya más de 40.000 excombatientes desmovilizados y cientos se rinden mensualmente. Otros miles, incluidos algunos dirigentes de las FARC, están dispersos en Colombia o en campamentos ubicados en países vecinos como Venezuela y Ecuador. Los peligros potenciales de fuerzas desmovilizadas y desarticuladas son ahora mayores que los que representa la guerra misma. No hubo batalla final y difícilmente habrá una rendición negociada formal y nacional, lo más probable serán acuerdos con grupos dispersos.

La consigna que inventaron los sandinistas cuando vencieron a la guardia somocista, puede ser de gran utilidad para los militares colombianos: "Implacables en el combate, generosos en la victoria".

Colombia y los países vecinos se enfrentarán ahora a los problemas de una violencia fragmentada delictiva que se potenciará por el narcotráfico. Se acabó el juego de apoyos a una supuesta "violencia revolucionaria"; los campamentos guerrilleros en Venezuela y Ecuador son ahora un peligro para esos países: si no los desarman y someten a sus jefes pronto tendrán una gran plaga de narcotráfico y secuestro. En Venezuela especialmente el narcotráfico ha echado raíces; si su Gobierno no toma en serio el problema, pronto tendrá su propia guerra.
Siempre fue posible derrotar a las FARC, a los paramilitares e incluso a los grandes carteles. Los efectos violentos del narcotráfico se los puede reducir significativamente con el dominio territorial del Estado, pero derrotar a la droga no es posible. Ésta responde a poderosas fuerzas de mercado que están globalizadas desde hace mucho tiempo.

El ex presidente César Gaviria, hablando de los peligros de la posguerra en El Salvador, me dijo en una ocasión: "La violencia una vez echa raíces, cobra vida propia". Colombia necesita reconstruir su infraestructura moral para desenraizar una violencia que se le volvió cultural. Esto nunca se entendió en El Salvador, por eso la violencia renació de forma brutal con las pandillas y la polarización política se impuso sobre la reconciliación. El Salvador es ahora un ejemplo de acuerdo de paz exitoso, con fracaso en el manejo de la posguerra. Colombia tiene, además de la política de seguridad democrática, un extraordinario arsenal de ideas sobre la reconstrucción cívica y la solidaridad, que han sido aplicadas por los últimos y actuales gobiernos de Bogotá y Medellín. Son todas estas experiencias las que pueden permitirle construir Estado y ciudadanía para tener una posguerra exitosa.

Es falso que la victoria en Colombia se deba a consejos norteamericanos; el fracaso de éstos en Irak lo comprueba. Los colombianos construyeron su propia política resultado de haber sufrido de forma continúa todas las violencias posibles: guerras entre sus políticos, brutalidad del Estado, paramilitarismo, poderosos carteles, guerrillas y narcoguerrillas. Es en realidad un país que tiene mucho que enseñar y que está demostrando que, sin pretender llegar al cielo, se puede salir del infierno.

(Publicado en El Pais, el 9 de julio 2008)

SEXTA COLUMNA: ¿QUÉ SIGNIFICA SER COOPERATIVISTA EN EL SALVADOR DE HOY?

Es probable que no se falte a la verdad histórica al afirmar que en El Salvador, el cooperativismo ha estado presente desde finales del siglo antepasado. Hacia los años 20 del siglo anterior, ya se mencionaban las cooperativas de suministros o provisión de materias primas, mediante las que se beneficiaban las personas dedicadas a la industria artesanal de la sastrería, el calzado, los sombreros y los textiles, por lo menos. Posteriormente, a mediados del siglo pasado, surgieron las primeras cooperativas de financiamiento, que facilitaban el crédito a los agricultores dedicados a la siembra y recolección de granos básicos, tabaco, café, caña de azúcar, y hortalizas, entre otros cultivos. Un poco después, se constituyeron otras cooperativas para comercializar determinados productos, o para obtener determinados servicios en condiciones económicas convenientes y, de esa manera beneficiar a sus integrantes para que pudieran competir con otros agentes económicos en el mercado nacional e internacional de bienes y servicios. Este fue el caso de los caficultores asociados a las cooperativas beneficiadoras, comercializadoras y exportadoras del café.

Desde la época en que surgieron las primeras cooperativas impulsadas por los primeros cooperativistas en Europa (Inglaterra y Alemania), se trató de que las personas naturales, individualmente consideradas, dedicadas a la producción de algún bien o servicio para ofrecerlo en el mercado, se unieran voluntariamente para constituir una empresa de propiedad común, por medio de la cual potenciar su capacidad productiva y su productividad. Se trató de que por medio de la cooperación se obtuviera, en condiciones sustancialmente favorables, aquél componente de la actividad económica del que carecían o con el que contaban de manera insuficiente, llámese éste materias primas o insumos productivos, materiales, dinero o capital de trabajo, medios de mercadeo y publicidad, servicios de control interno, servicios de capacitación, transporte, servicios básicos o de apoyo a la producción, etc. La cooperativa es un medio para poder obtener aquello que más cuesta conseguir en forma individual, o lo que no se puede cubrir con medios propios, y de esa manera sostener la actividad económica y productiva de cada quien.

Ciertamente, al remitirse a la definición internacionalmente aceptada sobre lo que significa el término Cooperativa, se puede entender que se trata de una asociación autónoma de personas, unidas voluntariamente, para enfrentar necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales que les son comunes, a través de una empresa de propiedad conjunta, democráticamente administrada o controlada.

Con base en los razonamientos anteriores, es posible expresar categóricamente que el cooperativismo no es una manifestación de filantropía o beneficencia o algo ajeno al contexto económico predominante, sino que es fundamentalmente una forma alternativa de organización económica a disposición de los individuos, mujeres y hombres, que conforman determinada sociedad, para que ejerzan su libertad, su solidaridad y promuevan la equidad, en un sustrato de responsabilidad al mismo tiempo individual que colectiva.

Por ello, en el ámbito del mercado, las y los cooperativistas tienen que competir valiéndose de sus empresas cooperativas, con los demás inversionistas, pequeños, medianos y grandes que operan de manera individual o asociativa, mediante sociedades colectivas, comanditarias, de responsabilidad limitada, o por medio de sociedades anónimas. Esto significa que todas las cooperativas de base, en su carácter de empresas que funcionan dentro del mercado de bienes y servicios, son sustancialmente diferentes de las asociaciones gremiales, clubes sociales, asociaciones mutuales, organizaciones de servicio a la comunidad, asociaciones de desarrollo local, agrupaciones de género, asociaciones de consumidores, grupos solidarios de esfuerzo propio y ayuda mutua, etc., y también son diferentes desde su esencia, de los colectivos de producción paraestatales que existen en algunos países socialistas u otros pocos. Por tanto, no se les debe confundir con ninguna de esas formas bajo ningún motivo, ya se trate de “estirar” el concepto de solidaridad o proclamar que son asociaciones (¿civiles?) sin fines de lucro, pues se estaría desnaturalizando a las cooperativas de raíz. Las cooperativas tienen su propia naturaleza e identidad.

En El Salvador de hoy, las y los cooperativistas tienen como tarea pendiente la construcción de un sistema cooperativo, moderno, identificado claramente, localizado, e integrado funcional, sectorial, nacional e internacionalmente. Esta sería la mejor manera de garantizar diversos beneficios legítimos a sus asociadas y asociados, a través de las operaciones de la empresa de propiedad común, con apego y respeto a los principios y valores cooperativos, así como a las correspondientes normas jurídicas del Estado salvadoreño y de las propias asociaciones. Como entidades productivas, las empresas cooperativas deberían estar comprometidas con el desarrollo humano, económico, social y cultural del país.

En conclusión, ser cooperativista hoy en El Salvador, significa comprender que voluntariamente se forma parte de una asociación de personas que es propietaria de una empresa, por medio de la cual es posible alcanzar sus objetivos básicamente económicos, y asumir responsablemente el ejercicio de la libertad individual practicando la solidaridad, que debe ser recíproca. Ser cooperativista hoy en El Salvador significa tener conciencia ciudadana, poner en práctica sus derechos y deberes económicos proactivamente, autoayudarse y autoeducarse dentro del cooperativismo empresarial moderno y, de esa manera, contribuir para hacer realidad la democracia económica en el país.

miércoles, 9 de julio de 2008

¡Hagamos algo con la basura!

No es fácil ni agradable escribir sobre este tema. No hay una manera educada de decirlo. Lo hemos repetido infinidad de veces y no cambia. Es un problema de consecuencias graves; es responsable directo de enfermedades y muertes. Simplemente no puede continuar sin solución. Sobre todo nadie asume responsabilidad sobre el grave problema de la basura, y es que es responsabilidad de nosotros los ciudadanos, es responsabilidad de las alcaldías, de la empresa privada y del gobierno central.

Como individuos, somos un desastre en El Salvador, por más que lo pienso y le doy vueltas, simplemente lo que me parece es que no queremos a nuestro país, nos importa poco, nos faltamos el respeto a nosotros mismos. Son tantas las imágenes de gente tirando basura en todas partes. Siempre me acordaré de la imagen de un Mercedes Benz regresando de Guatemala, que lo primero que hace al entrar a El Salvador es abrir la ventana y tirar una bolsa de churros. Así como se ven las manos desde los buses que tiran la bolsa de gaseosa. O el tipo que a la par del basurero del parque tira al suelo el papel de propaganda. O unos amigos en Suchitoto, donde tiene uno de los mejores sistemas de recolección de basura, que prefieren tirarla a la quebrada de atrás de su casa. Y así puedo seguir, los ejemplos son muchos y simplemente no se puede seguir así, está en nosotros cambiar, no llegará nadie, no se limpiará solo, nosotros lo tendremos que hacer, por nuestra salud y por nuestras vidas.

Las alcaldías, unas mejor otras peor, pero en general casi ninguna tiene un buen sistema de recolección, mucho menos digamos de limpieza de los espacios públicos. Es increíble, ¿Cuántos no han tratado de encontrar basureros en la vía pública? Es una misión imposible. Pero aun así no justifica tirar la basura a la calle, eso es una pura idiotez, es que no hay otra palabra para decirlo. Las alcaldías pudieran tener programas interesantes de reciclaje y reutilización, no es muy complicado, no se necesita demasiado dinero. Los alcaldes y candidatos a alcaldes nos deberían presentar propuestas interesantes para solucionar este problema, de momento no se ve nada. Lo más curioso del asunto es que en el mismo redondel donde estuvieron haciendo el show por los símbolos patrios, donde aparecían banderas de todos colores, al final quedo una bandera que está bonita, pero eso no soluciona nada. Debajo de ese redondel, cuando estuvieron haciendo las obras para evitar las inundaciones, encontraron un triciclo, una bicicleta y una lavadora. ¿Qué alguien me explique como llega una lavadora debajo de un redondel? ¿Qué me expliquen como van a servir los drenajes si tiramos lavadoras a las quebradas? Imposible. Ese sería un proyecto municipal interesante, eso si sería hacer ciudadanía, que nuestros alcaldes y candidatos promuevan la limpieza y le faciliten a los ciudadanos soluciones.

Tampoco la empresa privada promueve grandes cosas y eso que se pudieran beneficiar de programas de reciclaje, hace cosas tan tibias y ocultas que también parece una misión imposible encontrarlas y hacer uso de ellas. Más de alguno habrá tenido la iniciativa de reciclar en sus casa, ¿alguien sabe donde ir a dejar latas? ¿Quién recicla papel? ¿Quién recicla vidrio?, por favor si alguien sabe que lo comunique. En Siguiente Página estaremos felices de promover soluciones que promuevan el reciclaje, haremos toda la propaganda necesaria para que se utilicen, y que las empresas sean publicitadas como es necesario. Porque si las empresas existen y no hay manera de encontrarlas, digo pues, para que existan, cuál es el beneficio de tener un programa de reciclaje si nadie sabe de él.

Las empresas producen basura, ¿Cuál de las empresas donde ustedes trabajan recicla el papel? Con cosas pequeñas como esta podemos tener un El Salvador más limpio. No inundado. Un El Salvador del que podamos sentirnos orgullosos. Así las alcaldías con sus escasos recursos se pueden centrar en solucionar el problema de la basura que no puede ser reciclada.

El gobierno central también tiene una gran responsabilidad. Celebramos el cumplimiento de la ley de medio ambiente y el cierre de los botaderos, pero ahora nos enteramos que solo dos de los diez rellenos aprobados cumplen con la normativa. Era de esperarse, el cierre solo era el primer paso, ahora hay que hacer cumplir la ley. El Ministerio de Medio Ambiente necesita tener colmillos, necesita tener recursos, necesita poder ejercer su papel. No necesita más documentos y más consultorías, necesita solucionar los problemas. Necesita poder ejercer la función por la cual fue creado. El Ministerio de Turismos tuvo una buena iniciativa, pero como casi todas las cosas que produce Turismo, no tiene eco en el gobierno. Son los únicos que trataron de promover una campaña para que la gente no botara basura, una bolsa de gaseosa en el suelo un turista menos ese era el mensaje. Para mi aunque bueno, débil, se necesita gritar más. El Ministerio de Obras Públicas, cada vez que hay un desastre, le hecha la culpa a la basura de las quebradas. Pues necesita más que quejarse, es un ministerio con mucho dinero, pues debería de invertir parte de ese dinero para solucionar el problema de las quebradas. Ya que sus obras no funcionan a menos que estén limpias, pues debería de pensarse en soluciones para que estén limpias. Sino cada vez que llueva nos seguiremos inundando y más vidas se seguirán perdiendo.

Y es que en este tema de la basura, no vale solo educar, aunque esta es una parte, hay que actuar. Hace poco SalvaNATURA una ONG conservacionista, organizo un encuentro de niños en el “relleno sanitario” de San Francisco Menendez, lo cual en principio está bonito, es un aporte la educación ambiental. Pero el “relleno” sale señalado en el informe de la comisión especial de la asamblea por no cumplir con la ley, ¿no sería mejor ayudar a que ese relleno funcione que estar paseando niños por ahí?

Bueno muchísimo camino hace falta por recorrer, para contribuir hay que seguir dando pasos, por ejemplo, si saben de alguna empresa que realice reciclaje, alguna alcaldía haciendo una buena labor de recolección o reciclaje o alguna iniciativa ciudadana por favor comuníquese a siguientepagina@gmail.com y trataremos de elaborar una guía de soluciones para que en su hogar se produzca menos basura y tenga soluciones factible para contribuir a este gran problema de nuestro país. Necesitamos sentirnos orgullos de nuestro país, comencemos haciéndolo un país limpio.

SOBRE LA NECESIDAD DE UNA INFORMACIÓN EQUILIBRADA Y SIN SESGO

Por Javier Bernal

El día domingo 29 de junio del presente año, el señor Grabiel Trillos, gerente editorial de LA PRENSA GRÁFICA, escribió un artículo titulado “Lujos y dudas de los alcaldes petroleros”, el cual evidencia la intención del periodista de crear una imagen negativa de Alba Petróleos de El Salvador, S.E.M. de C.V., mediante aseveraciones, que no corresponden con la verdad.

El 10 de enero de 2006 se constituyó la Asociación Intermunicipal Energía para El Salvador (ENEPASA), la cual esta conformada por al menos 40 municipalidades, y que surge como una iniciativa para buscar soluciones a la crisis del combustible en el país. El Código Municipal establece en el artículo 12, que los municipios pueden asociarse con otras municipalidades a fin de crear entidades… empresas de servicios municipales o de aprovechamiento… para la realización de determinados fines municipales.

¿Cuáles son esos fines municipales? Podría decirse que todos aquellos establecidos en el artículo 4 del Código Municipal, entre los cuales se encuentra: “Contratar y concurrir a constituir sociedades para la prestación de servicios públicos locales o intermunicipales, o para cualquier otro fin lícito”. En ese sentido, ENEPASA junto con PDV Caribe S.A., creó la Sociedad Alba Petróleos de El Salvador, S.E.M. de C.V., de conformidad con la Ley sobre Constitución de Sociedades por Acciones de Economía Mixta, la cual permite para el caso, que esta asociación de municipalidades con personalidad jurídica propia, pueda asociarse y constituir una sociedad, la cual posee un fin lícito, y con la que se pretende brindar soluciones a la crisis nacional de combustible. Es decir, que no queda ninguna duda de que la creación de la entidad ha sido de conformidad al ordenamiento jurídico vigente.

Es interesante ver como el periodista asevera que “Alba petróleos” no beneficia a los municipios miembros de ENEPASA, sino que según manifiesta textualmente: “Se benefician los alcaldes y el FMLN”; no solamente lo hace sin ninguna base que lo sustente, sino que pretende trasladar a la población la imagen que los alcaldes se benefician de manera directa y personal de las utilidades que pueda generar la entidad, y su partido.

Por otra parte, señala que los alcaldes se dedican a ser empresarios, aún cuando no fueron elegidos para realizar dicha función; sin embargo, se hace necesario aclarar que los alcaldes, para la constitución de alba petróleos, no actúan en su carácter particular, sino en su carácter de representante legal del municipio, y tanto el pacto social de constitución de la sociedad, como la Ley sobre Constitución de Sociedades por Acciones de Economía Mixta, otorgan el derecho de participar en la administración de la sociedad, para garantizar el buen manejo de los fondos aportados, y con lo cual no se ejerce una doble función como lo señala, sino como representante de los intereses del municipio.

Finalmente, como se indicó al inicio de este trabajo, la intención del Señor Trillos es construir un imaginario dentro de la población de que quién sale beneficiado con Alba Petroleos, S.E.M. de C.V. no es la población de los municipios socios, sino la persona del alcalde y la de su partido, lo cual ratifica lo que la población ya sabe, y es que algunos periodistas o medios, no informan de manera objetiva al conjunto de los ciudadanos, sino que anteponen sus inclinaciones ideológicas, su conveniencia al momento de ejercer la función periodística, soslayando la ética y el profesionalismo que debe caracterizar al periodista en su noble función. Así como el derecho de los ciudadanos, las ciudadanas y del conjunto de la sociedad como tal, a estar informados por medios veraces y objetivos.

Ingrid Betancourt: "Sin FARC no hay Uribe"

Hay mucha gente que está sorprendida por sus declaraciones al ser liberada, sobre todo por sus elogios al presidente de Colombia, Álvaro Uribe. ¿En qué ha cambiado su visión de Colombia en estos seis años?
Yo pienso que, primero, al César lo que es del César. A Uribe hay que reconocerle lo que ha hecho por Colombia. Pero desde un punto de vista ya analítico, el problema sigue siendo el mismo en el sentido de que entre Uribe y yo hay una diferencia fundamental y es que Uribe concibe el problema colombiano como una crisis de violencia, de seguridad, y esa crisis de seguridad, esa violencia es la que produce un malestar social. Yo pienso al revés. Yo pienso que es porque hay un malestar social que hay violencia. Esas interpretaciones diferentes hacen que las políticas para atacar el problema se piensen de manera diferente.

¿Uribe debe buscar un tercer mandato?
Yo no sé si deba. Eso está en su cabeza. Él verá qué hace. Yo siempre he creído que la constancia de las políticas de gobierno son necesarias para ver resultados. Entonces, el hecho de que haya habido un segundo mandato hoy está recogiendo el fruto de esa continuidad. Si los colombianos quieren darle un tercer mandato al presidente Uribe pues que se lo den, si consideran que ésa es la mejor opción.

Pero hay quienes dicen que eso podría ser un problema para la democracia, que en definitiva la transformación del país dependa de un sólo hombre.
No, yo creo que no. Creo que hay hombres de generaciones, hay líderes que pueden marcar la historia. Yo pienso que desde el momento que sea democrático y de que los colombianos tengan siempre la posibilidad de retirar su apoyo cuando sientan que es necesario. Y quiero decir una cosa. Hoy en día todo el mundo dice: "Reelección de Uribe". Si hay un tercer mandato y la posibilidad de que él se presente, y puede que no lo reelijan. Es decir, nada está dicho. Entonces, dejemos que los colombianos tengan la oportunidad de decir qué quieren.

¿Qué opina del escándalo de la "parapolítica"?
Eso es grave. Es grave, es profundo, pero es necesario. Yo creo que la justicia ha hecho un trabajo extraordinario en una situación muy complicada porque obviamente tocar la "parapolítica" es tocar los cimientos del apoyo al presidente Uribe a nivel político. Tranquilamente hay que decirlo. Todo el mundo lo sabe. En Colombia se sabe. Eso no quiere decir que estemos diciendo que el presidente Uribe sea paramilitar. No. Pero el hecho es que sí hay una sensibilidad ideológica que hace que los que están a la derecha, y en particular en la extrema derecha, los paramilitares, le dieron el apoyo a Uribe. Entonces, claro, el presidente hoy se encuentra con un Congreso diezmado, sin gente, es decir, vacío, porque todos los que eran paramilitares, que eran la mayoría, que eran los que lo habían apoyado, están en la cárcel.

¿Cree que ha reaccionado bien Uribe ante ese problema?
Yo pienso que puede ser más sereno. Yo creo que hay que tener más serenidad. Y sobre todo pienso que él puede darse el lujo, y en eso pienso que es algo que tiene que ir buscando, de mantener serenidad aún cuando él pueda sentir que lo están atacando.

¿Está bien la idea de Uribe de impulsar un referéndum para definir la legitimidad de la reelección del presidente?
Eso no cambia nada. El presidente puede inventarse 800 referéndums y puede que los colombianos lo vuelvan a elegir 30 veces y que pidan que lo vuelvan a votar. Pero la justicia tiene que seguir su curso.

Según las encuestas, usted es uno de los políticos de Colombia con mayor popularidad. ¿No es un estímulo para considerar su candidatura presidencial?
Es un estímulo para servir a la gente que uno necesita que esté ahí, hablando por ellos. Me irrita un poquito que me pregunten la cuestión esta de la presidencia porque es como si yo saliera con ansias de conquistar la presidencia de la república. No.

Pero es natural en el sentido de que usted es política y la aspiración, el honor mayor para un político es ser presidente de su país...
Sí, de acuerdo. Pero yo soy una política diferente. Me parece que la presidencia está muy bien si uno puede ayudar, pero uno puede ayudar de otras manera. Y hay otros sitios, otros espacios desde los cuales uno puede ayudar. Si uno ve que definitivamente, el sitio para uno mover las cosas es la presidencia, muy bien. Pero yo pienso que desde el cautiverio se hicieron cosas muy importantes. Pienso, por ejemplo, que los colombianos han cambiado su actitud frente al secuestro, al drama de los colombianos. Mucho más, hoy en día los colombianos salen a marchar, dejaron la indiferencia, son más tolerantes. Todo ese proceso creo que es parte de lo que nosotros desde el cautiverio ayudamos a impulsar. Simplemente con nuestro dolor. El ejemplo hace mucho. No necesita uno que lo elijan presidente de la república.

¿De qué depende su decisión en definitiva?
De lo que Dios quiera. Y cuando digo eso suena muy así, pero no. La verdad es que pienso que los espacios se tiene que abrir naturalmente. Si yo veo en algún momento que es bueno para Colombia que yo esté ahí, lo estaré. En este momento no veo la necesidad de estar ahí, peleándome a codos. Lo que está haciendo Uribe está bien. No es el único que lo puede hacer y puede haber otros que lo hagan mejor.

¿Aceptaría un cargo en el gobierno de Uribe?
Sería un poquito limitante. Pienso que termina uno como poniéndose un bozal. A mí me gusta mucho mi independencia. No quiero decirle que no, porque uno nunca sabe. De pronto hay alguna causa extraordinaria que uno quiera defender y no sé. Pero, en este momento, pienso en la posibilidad de coger temas específicos y tratar de sacarlos adelante, desde la plataforma del micrófono que usted me está poniendo.

¿Las FARC son un grupo "narcoterrorista", como define el gobierno?
Eso no lo dice el gobierno; lo dicen las acciones que hacen.

¿Hay que seguir atacando a las FARC como hace Uribe o hay que negociar con ellos?
La negociación hay que buscarla como prioridad, pero la presión militar hay que mantenerla, porque las FARC nunca van a negociar mientras piensen que tienen una opción militar para conquistar el poder. Entonces, la presión militar es para hacerles entender que ésa es una utopía que nunca van a lograr. Es necesario para que se sienten a dialogar. Y pienso que tiene que haber un cambio dentro del Estado, el gobierno y Uribe en particular, del vocabulario que se utiliza.

¿Apoyó el bombardeo en Ecuador que mató a "Raúl Reyes"?
Sí. Si Colombia tiene la certeza de que las FARC están en otro país y en ese país no hay la posibilidad de que se cumpla con lo que se debe hacer -que es parar esa presencia ahí- pues creo que al final de cuentas sí. Obviamente, lo ideal hubiera sido que se hubiera contado con el gobierno de Correa, que se le hubiera advertido, que hubiera sido una operación conjunta, pero muchas veces lo que sucede es que no hay confianza entre los mandatarios. Entonces, por eso es tan importante que se creen vínculos de confianza y hermandad para que ese tipo de operaciones se hagan no contra el otro, sino con el otro.

Es difícil crear vínculos de confianza en este momento, sobre todo después de las acusaciones que ha habido de ambos lados. ¿Qué opina de los ordenadores de Raúl Reyes que muestran contactos y apoyos, según Colombia, a las FARC por parte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y del presidente de Ecuador, Rafael Correa?
Me tiene sin cuidado. Me parece que ese es un tema secundario que no debería ni siquiera ser discutido en público.

Pero ¿no le parece que es grave si es cierto que hay un gobierno de otro país que apoya a una organización "narcoterrorista", como usted define a las FARC?
Me parece que son más importantes las vidas humanas de los secuestrados que están en la selva y, por lo tanto, a mí no me importa que Chávez tenga contacto con las FARC, si ese contacto con las FARC hace que Chávez tenga influencia sobre ellos y que a través de esa influencia pueda convencerlos de liberar a mis compañeros. Lo único que yo sí le pido a Chávez y a Correa es que entiendan que los cambios en Colombia se tienen que hacer por la vía democrática y que ellos tienen que contar con el presidente de Colombia. Y créame que yo no voté por Uribe no solamente porque estaba secuestrada sino porque no hubiera votado por él porque yo soy de otro pensamiento político. Pero lo que sí me parece es que Uribe, que uno lo quiera o que no lo quiera, es el único vocero legal de los colombianos.

¿Estuvo bien Uribe al cesar la mediación de Chávez cuando lo hizo diciendo que Chávez había pasado el límite?
No, yo creo que no. (También) lo que estuvo muy mal fue que Chávez se hubiera puesto a vociferar y a utilizar un vocabulario que después cerró la posibilidad de cualquier tipo de comunicación con Uribe. Creo que en eso, Chávez se equivocó. Pero yo creo que Uribe no debió suspender la mediación de Chávez porque estuvo a punto de coronar. En ese sentido, ahí yo pienso que Uribe no pensó en la vida de los secuestrados. Tuvo suerte porque ahora logró sacarnos a nosotros y lo hizo de una manera extraordinaria. Qué bien. Pero quedan otros y, de todas maneras, vamos a seguir necesitando a Chávez y entonces necesitamos que esos puentes se vuelvan a hacer.

¿Le parece que Colombia está aislada en la región?
Yo pienso que Colombia está aislada en la región. Es así. Tiene, de pronto, a Alan García en el Perú, pero definitivamente sí. Pero, bueno, son puentes que se tienen que tender y los demás países de la región tienen que entender que esa es la opción que ha escogido Colombia.
Hay veces que Colombia va en contravía de los demás países de América Latina porque la situación de Colombia es diferente a la de todos los demás. El único país que todavía tiene guerrilla es Colombia y por eso es que estamos en la extrema derecha. Quienes han hecho elegir a Uribe son las FARC. Si no hubiera FARC, no habría Uribe. Los colombianos votan por Uribe porque están hasta la coronilla de las FARC.

¿Se puede dejar de lado la posibilidad que se haya pagado a algún miembro de las FARC, del grupo que los custodiaba, para su liberación?
Para "Gafas" (uno de los miembros de las FARC que lideraba su custodia) estoy segura que no, porque yo lo conocía de manera íntima, y por la expresión en su cara -estaba tan humillado y asustado- yo sé que él estaba sorprendido. A la captura de los otros no la pude ver, pero después vi el video por televisión, y se ve cuando son capturados, tienen la cabeza baja, es difícil pensar que ellos sabrían algo... El alma humana es difícil de entender y no pondría las manos en el fuego por eso. Sí por "Gafas", pero no por los otros. Realmente creo que los militares colombianos que hicieron el trabajo sí arriesgaron sus vidas. Si no lo hubiesen hecho, la alegría que expresaron no podría haber sido la que compartí con ellos.

¿Y qué de la posibilidad de que se haya pagado a un alto miembro de las FARC?
Eso es posible, es posible. Pero eso no quita el riesgo que las tropas en el campo, si hubiesen pensado que había un problema, podrían haber reaccionado. Había 60 guardias armados alrededor nuestro. Cualquier cosa que hubiese salido mal, estaríamos todos muertos.

¿Cómo se define usted ideológicamente hoy?
Yo siempre seré de izquierda. Pero no es una izquierda tontarrona ni ingenua. Es decir, yo creo que uno tiene que estar donde la gente sufre, donde uno puede hacer la diferencia. A mí me parece, por la ejemplo, que las FARC no son de izquierda. A mí me parece que son la extrema derecha de alguna izquierda de otro tiempo prehistórico. Pero de izquierda no son. Para acceder a la presidencia de Colombia usted tendría que renunciar a la ciudadanía francesa.

¿Estaría dispuesta a hacerlo teniendo en cuenta la pasión que usted expresa por Francia?
Va a tocar hacer una reforma constitucional... (risas).

(Publicado por BBC Mundo)

lunes, 7 de julio de 2008

The appetite for biofuel starves the poor

Benjamin Senauer, The Gardian, July 3, 2008

The evidence linking biofuel production to rising food prices can't be ignored. Between the start of 2002 and early 2008, basic global food commodity prices rose by 220%. The global production of biofuels - ethanol and bodiesel - rose from less than 8m gallons in 2004 to an estimated 18m gallons in 2008. The most rapid increase has been in the production of ethanol derived from corn in the US: rising from about 3.5m gallons in 2004 to an estimated 9m in 2008. This year ethanol production is forecast to consume 30% or more of 2008's entire US corn crop.

Because of the surging price of agricultural commodities, Josette Sheeran, the executive director of the World Food Program, has warned that a "tsunami of hunger" is sweeping through the poorer countries of the world. Robert Zoellick, the president of the World Bank, has said that as many as 100 million people in the world have been forced into poverty and hunger because of the dramatic increase in food prices. These are people who live on the equivalent of less than $1 a day and whose households spend 70% or more of their meagre budgets on basic food staples. A debate is raging over the role biofuels, especially corn-based ethanol, have played in increasing food prices, and hence in the rising number of people going hungry.

Ed Schafer, the US Secretary of Agriculture, has said that biofuels account for only a few percent of the rise in the price of food, an estimate that would seem unbelievably low. One of the most reliable independent estimates comes from the International Food Policy Research Institute (IFPRI). IFPRI maintains the most sophisticated model of global agricultural commodity supply and utilization, referred to by the acronym Impact. Based on that model, IFPRI estimates that 30% of the increase in the prices of the major grains is due to biofuels. And now we learn that the World Bank's own unpublished forecasts suggest that biofuels have forced global food prices up by 75%.

The increasing US output of ethanol, by raising the price of corn, pulls land from the production of other crops and leads to substitutions elsewhere, so more wheat and other grains may be used to feed livestock. Moreover, for many countries food price inflation is so high that it has become a serious political problem. There have been food riots and protests in over 15 developing countries. A number of major food-producing countries have restricted their agricultural exports in an attempt to hold down the increase in domestic prices. India and Vietnam, usually major rice exporters, have cut off exports, thus reducing the global supply and pushing rice prices through the roof on world markets.

Grains are the staple food of most people in the developing world, although which particular cereal depends on the region. We can combine IFPRI's estimate that biofuels account for 30% of the rise in grain prices and the World Bank president's figure of 100 million more hungry people due to higher food prices. This combination suggests that biofuels are responsible for 30 million more people going hungry in the world. The IFPRI model also allows us to estimate the number of malnourished children less than age five under various conditions. Based on the model there are some 2.4 million more malnourished pre-schoolers in the developing countries in 2008 due to the impact of biofuels. Current research, that I and colleagues are working on, suggests that 390,000 additional children under the age of five will die because of this increase in malnutrition due to biofuels. If current biofuel development trends continue, child deaths will rise to 475,000, almost one-half million by 2010. If the leaked World Bank figures are more accurate, then that figure could be even higher.

Oxfam has called for a moratorium on biofuel mandates, and an end to subsidies - under the latest US farm bill the ethanol subsidy is 45 cents per gallon. Even the International Monetary Fund calls for a re-examination of these subsidies. The biofuel policies of the presumptive candidates for the US presidency have received little attention so far. However, both Barack Obama and John McCain need to re-examine their positions in light of the devastating impact biofuels are having on global hunger.

Benjamin Senauer is a professor of applied economics at the University of Minnesota.

ACTIVISTAS COMUNITARIOS Y LA POLÍTICA

El trece de Enero y de Febrero de dos mil uno, dos terremotos sacudieron el territorio centroamericano, ocasionando el mayor efecto de destrucción en El Salvador. Miles de familias perdieron sus vidas y sus hogares durante esos dos trágicos fenómenos naturales.

A raíz de esa emergencia nacional, varios voluntarios comunitarios fuimos convocados a la casa del altruista Francisco Castro en la ciudad de Fairfax, Virginia, para organizar un plan de ayuda entre las diferentes organizaciones que liderábamos.

Como resultado de esa histórica reunión de la diáspora en el área metropolitana de Washington DC, resultó la fundación de las Comunidades Unidas Salvadoreñas (CUS).

El trabajo organizado de los voluntarios, concluyó con la recaudación de casi medio millón de dólares, con los cuales se construyeron casas para centenares de familias de pocos recursos económicos en las partes más remotas del país, quienes no recibieron ningún tipo de ayuda del gobierno liderado por el partido ARENA o por las alcaldías gobernadas por el FMLN, PDC, PCN o por organismos internacionales.

Por primera vez grupos comunitarios con diferentes tendencias políticas habíamos trabajado juntos para asistir a nuestros compatriotas. Mientras se cargaban los camiones con materiales de construcción para enviarlos a El Salvador, la mano izquierda junto con su convicción ideológica estrechó armoniosamente la mano derecha de su opositor ideológico, mezclando entre sí el sudor de ambos para identificarlos por lo que verdaderamente son: Hermanos.

A partir de esa actividad el liderazgo voluntario generó la atención de los representantes políticos del país; en los próximos meses recibiríamos visitas de miembros del gabinete de gobierno, de diputados de todas las fracciones políticas, de organizaciones internacionales en USA y de ONG’s salvadoreñas.

El propósito de estas visitas era abrir puertas de colaboración, con lo que se dio origen al fenómeno que luego seria identificado como “ Las Remesas Productivas” y que se multiplicaría por toda la nación estadounidense y Europa, adonde reside casi la totalidad de la diáspora.

El liderazgo en Washington DC ha sido el mejor organizado en toda la nación estadounidense y el de mayor impacto político debido a ser los pioneros en la participación política en elecciones políticas, ya que algunos de esos voluntarios, ahora ocupan posiciones en gobiernos locales y estatales como los son Walter Tejada, Víctor Ramírez y Ana Sol Gutiérrez, entre otros.

Durante los años que han transcurrido desde esa histórica reunión en Fairfax, los voluntarios comunitarios nos hemos mantenido activos colaborando en diferentes proyectos, pero a la vez nos hemos educado en política, la cual esta siempre ligada a las acciones que realizamos por el bienestar de nuestro país.

Hemos conocido de cerca la hipocresía que rebalsa en cinismo de funcionarios de gobierno de ARENA, así como, del FMLN quienes viciosamente han polarizado nuestra sociedad para conquistar sus ambiciones de poder.

Algunos amigos que en un momento fueron fieles patrocinadores del partido ARENA, ahora se han convertido en miembros del movimiento “Amigos de Mauricio”, en apoyo al candidato presidencial por el FMLN, debido a la manera como el gobierno ha menospreciado sus capacidades de liderazgo para contribuir al bienestar de la República.

Otros que simpatizaban con el FMLN han dejado de hacerlo debido a la manera antidemocrática e intolerante con la que la máxima dirección del partido promueve entre la militancia su línea de políticas publicas, basando su estrategia revanchista en crear desordenes públicos y demostrar odio e insulto hacia sus opositores.

Muchos mas formamos parte del grupo sin afiliación o simpatía hacia ningún partido político. Somos quienes creemos en el centro político y el desarrollo de nuestro propio proyecto.

El pueblo salvadoreño, así como, los pueblos de Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, se encuentra en un momento critico de su democracia, los activistas comunitarios salvadoreños en Estados Unidos estamos cerradamente ligados a la política y es imperativo que nos mantengamos así para influir en los cambios que consoliden la democracia y fortalezcan los principios de libertad y justicia que se encuentran amenazados por la influencia de las extremas políticas.

Ambiciono a que después de las elecciones de Marzo próximo en mi país, sea quien sea el ganador, este asuma el histórico reto de reunificar al pueblo, que ahora esta dividido y enfrentado, para que juntos como hermanos estrechemos ambas manos sin ideología y con el sudor del esfuerzo construyamos una nación que sea próspera y ecuánime.

De tarimas, socialismo y elecciones

Pareciera que la clase política de los dirigentes del gobierno actual, en su pensamiento económico, a mi modo de entender, por sus intervenciones en discursos, comparecencias, anuncios en tarima florales o leen textos y otros del mismo contenido, en distintos lugares del país, los nuevos jefes del sandinismo están preocupados por las políticas neoliberales del imperio norteamericano, y las combaten por la vía del socialismo del siglo XXI por medios de decretos; tal es el caso del Comandante de la Revolución y Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

El presidente Ortega en sus actos públicos, ya sea en un barrio o plazas de municipios, llama a superar la crisis económica, a abolir la pobreza a cero, el hambre a cero y todo lo que termina en cero.

La presencia política de Daniel Ortega al proclamar la vía al socialismo del siglo XXI, en sustitución del neoliberalismo para terminar con la pobreza, el cree que está resolviendo el problema de la miseria, esa es su gran equivocación; Daniel Ortega debe saber que no se pone fin a esos fenómenos con proclamas, manifiestos, o lo que es lo mismo, lo que le llaman socialismo del siglo XXI.

Todos estos anuncios no son más que reacciones de ideas que ya pasaron por el filtro de la historia. Ahora lo que se necesita descubrir es ese nuevo sistema con nuevas ideas, nuevos proyectos, y no expresar un modelo idílico que a veces se convierte inconscientemente en reaccionario.

Varios presidentes de Sudamérica han soñado en que la próxima independencia sea contra el imperialismo y en primer lugar el norteamericano; así se aprecia una nueva época de revolución, iniciándose con la renovación del socialismo del siglo XXI.

Esta doctrina la comparten varios gobernantes de América del Sur, en donde cada uno de ellos la aplica a su propio criterio; no obstante, no todos coinciden en la gestación de esa doctrina. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es el portavoz de esa nueva revolución.

En esta concepción, cuando levantamos la cabeza para pensar sobre los sistemas económicos a construirse, en primer lugar, hay que identificar el nuevo régimen a crear, en este caso el socialismo.

La organización de la sociedad para concebir la existencia del régimen socialista debe, en primer lugar, reconocer el mundo en toda sus implicaciones dentro del marco de la globalización: ejemplo, el desarrollo del conocimiento técnico y científico en relación al progreso económico y comercial del mundo en vista al socialismo, con el afán de cambiar las grandes trasnacionales en trasnacionales socialistas.

En lo político y jurídico significa para Nicaragua el fin del segundo imperio somocista, representado y apoyado bajo el manto de la “reconciliación y arriba los pobres del mundo”, consignas que dejaron de ser revolucionarias para convertirse en reaccionarias en los portavoces de los dirigentes del partido Frente Sandinista, y que aún subsisten bajo las viejas formas tiránicas del pasado poder dictatorial.

A partir del triunfó y revolución del 19 de julio de 1979, el Frente Sandinista convirtió el sistema socialista en religión, sin destruir poco o nada del viejo régimen somocista y digo nada porque las condiciones del sistema político quedaron intactas, y sus estructuras estatales aún se conservan.

Cuando Daniel Ortega tomó su segundo mandato en enero de 2007, se creía que nacía una nueva oportunidad de organizar una nueva sociedad con el conjunto de los que participaron en las elecciones de 2006, y sobre todos aquellos militantes del Frente que de una u otra manera habían abandonado al Secretario General de dicha agrupación, es decir, el Frente por encima de la personalidad de Daniel.

Y el Frente ofreció un programa electoral de gran contenido social. Por lo menos en aquellos días de la toma de posición así se interpretaba. Se creía en la ingobernabilidad de los gobiernos anteriores por la aplicación del Consenso de Washington, políticas neoliberales en la cual el nuevo gobernante atacaba. Pero la realidad funcionó de otra manera. La segunda oportunidad de lo que se podría llamar la segunda nueva era sandinista a través de DOS, las reivindicaciones sociales y políticas del segundo mandato sandinista se perdieron. Traicionó su propio proyecto.

Sin embargo, la segunda oportunidad se erigió en castigar a sus opositores del pasado revolucionario del 80 que le hicieron caer del trono en 1990, y éste no se hizo esperar cuando asumió el gobierno; DOS se alzó en contra de los que ya no podían gobernar por haber hundido al país por las políticas neoliberales, según él.

Fue el primer error político de su administración en su inicio como gobernante. Y además fustigó a sus amigos de lucha valiéndose del poder.

jueves, 3 de julio de 2008

Columna transversal: La libertad de Ingrid Betancourt - certificado de defunción de las FARC

La mejor noticia del año: la liberación de Ingrid Betancourt. No sólo por el hecho de su libertad, también por el cómo. Ingrid, desde hace años, es persona símbolo de la dignidad humana frente a la violencia política. Ahora --con las imágenes y palabras de esta mujer libre, viva y rebelde-- este símbolo cobra fuerza invencible. Para Colombia, para la paz de Colombia, para el mundo.

El cómo de su liberación simboliza la rendición de las FARC. Una guerrilla vive por su creatividad, su audacia, su inteligencia, su superioridad moral. Sin esto, no vive, por más dinero y armas que tenga.

El operativo “jaque” de la liberación de los 15 rehenes lleva este nombre con pleno derecho: pone en jaque a las FARC, mostrando al mundo que la inteligencia, la creatividad, la audacia ya no asisten a la guerrilla, sino a las fuerzas de seguridad del Estado colombiano. Esto equivale a una sentencia de muerte a las FARC. Dejan, definitivamente, a ser guerrilla. Derrotados por las armas de la guerrilla – moral y creatividad.

El golpe realmente demoledor para las FARC --más que el mero hecho de la liberación de los rehenes-- es el carácter no violento del operativo de rescate. Y el golpe final a esta ex-guerrilla es lo que dijo Ingrid Betancourt en sus primeras declaraciones: que exige a las FARC a no ajusticiar a los guerrilleros al cargo de su cautiverio por haberse dejado engañar por el ejército.

Ojala que la agonía de las FARC no sea larga. Todavía representa un gran potencial de violencia. Tienen recursos de sus negocios con los narcos. Tienen apoyo --aunque a partir de hoy seguramente menos-- de dos países vecinos. Suficiente para alargar la agonía y volverla violenta. No suficiente para sobrevivir.

Puede ser un golpe fatal también para Hugo Chávez. Ya no puede jugar y mercadear con la vida de los rehenes.

Ya hablan de Ingrid Betancourt, la candidata. Sería un sueño para Colombia y para América Latina. Tendría todo el derecho de retirarse de la política. Pero también todo derecho de continuar con lo que su secuestro interrumpió.