lunes, 7 de abril de 2008

Columna transversal: El “caso Valencia” de parcialidad

Si yo fuera editor de un medio noticioso, no hubiera reproducido la noticia salida en un periódico de Virgin Islands (The Virgin Islands Daily News) y ampliamente circulada en decenas de blogs y cadenas de correos electrónicos de la detención en la isla St. Thomas, U.S. Virgin Islands, de Andrew Parker, hijo de Rodolfo Parker. Nadie –ni el diputado Parker ni el dueño de mi medio- me hubiera tenido que hablar pidiéndome que no saque esta nota. Yo hubiera tomado la decisión, por mis propios criterios éticos y profesionales, de no sacar esta nota, mientras a) no tengo acceso a las fuentes (los acusados, el fiscal, testigos), sino solamente a una nota publicada en un medio local de Virgin Islands; y b) no tengo elementos que me hacen pensar que el padre del acusado, el diputado Parker (o cualquier otro funcionario público de El Salvador en su apoyo) esté haciendo uso indebido de su cargo para influenciar la investigación o la situación legal del acusado.

Nadie, ni en Virgin Islands ni aquí, ha publicado ningún elemento que indique que Rodolfo Parker, más allá de actuar como padre en defensa de su hijo, haya actuado fuera de la ley o abusando de su cargo político para liberar a su hijo de los cargos. Si lo hubiera hecho, y si para esto hubiera pruebas, el asunto se hubiera convertido en noticia. Porque nuestros lectores sí tienen derecho a saber cuando un político abuse de su autoridad o de los privilegios e influencias que le da su cargo. Pero cuando no existe este elemento, la noticia de la captura de tres jóvenes salvadoreños en la Isla Saint Thomas, investigados por la sospecha de haber cometido un asalto sexual, no cabe en el concepto del derecho que tiene el público a ser informado.

Sobre todo cuando los datos disponibles son muy escasos, confusos y contradictorios. Y cuando está en juego el futuro de unos jóvenes que merecen castigo una vez que una corte los encuentre culpable, pero que merecen protección mientras solamente se encuentran acusados y bajo investigación. Protección también de una prensa que quiere usar esta información para atacar a un político que no está siendo acusado de ningún delito. Existe el principio del beneficio de la duda: Nadie es culpable mientras no esté enjuiciado debidamente. Debe ser válido también para los hijos de figuras públicas.

Lo que hace un editor responsable es investigar, recaudar todas las informaciones y versiones. Haciendo esto, un editor se hubiera dado cuenta que el juez federal de St. Thomas iba a decidir, dentro de muy pocos días, sobre mantener o no la orden de captura. Lo que de hecho pasó el miércoles 2 de abril, y fue reportado en el periódico Virgin Islands Daily News el día 4 de abril. Este día el juez federal liberó a Andrew Parker Wein de todos los cargos. Le ordenó quedar disponible en la isla St. Thomas, pero como testigo, no como acusado. Para asegurar su presencia como testigo, el juez exigió a Parker una fianza de 10 mil dólares. Fianza de testigo, no de acusado, existe en Estados Unidos. Una vez que haya presentado su testimonio en una reunión entre fiscales y abogados de defensa (“deposition”), Andrew Parker será libre de salir de la isla – y libre de cargos. Esta es la información más reciente y completa disponible.

Que extraño que esta información, accesible en Internet en la misma fuente donde se originó todo el debate (el periódico Virgin Islands Daily News), no ha sido publicada por los que sí publicaron la noticia de la captura y de la acusación en contra de Andrew Parker. Quiere decir, para los lectores de Colatino, por ejemplo, el estudiante salvadoreño Andrew Parker Wein sigue siendo acusado “de asalto sexual”. Ni hablar de los lectores que confían en los innumerables blogs de la esfera digital ligada al Frente que hicieron su fiesta con el “caso Parker”.

El director del periódico Colatino, en el espacio de debate que compartimos todos los jueves en Canal 33, denunció de parciales a los medios salvadoreños que no habían publicado la noticia de la captura de los tres estudiantes salvadoreños. No sólo de parciales. Francisco Valencia afirmó que esta misma noticia todos los medios grandes la hubieran difundido con lujo de detalle, si uno de los implicados hubiera sido un dirigente de la izquierda.

No se si esto es cierto. Al ser así, merece la misma crítica que hoy se merece Colatino. Tengo que decir al colega Francisco Valencia que el único periódico parcial, en este caso, es el suyo. El Colatino, sin ninguna investigación y sin ni siquiera tomar en cuenta la posibilidad de que la corte podrá suspender, dentro de pocos días, la acusación contra Andrew Parker, se dejó ir con una nota irresponsable. Y por la única razón de querer hacer daño a un dirigente político considerado por el Colatino como adversario político.

Esto queda claro incluso leyendo la nota en el Colatino del 28 de marzo. De los tres acusados, sólo uno, el hijo del diputado Parker, está identificado con nombre y apellido. Los otros dos, que no cometieron el delito de tener un padre que es dirigente político considerado por el periódico Colatino de derecha, tienen el privilegio no de no ser identificados con sus apellidos.

El Colatino, que se declara tan preocupado por la imparcialidad del periodismo, no vio necesidad ninguna de dar seguimiento a la noticia que antes consideraba tan importante que el pueblo tuviera derecho de conocerla. Esto sí es irresponsable y parcial: publicar la acusación, pero no informar que el juez dejó al acusado libre de todos los cargos.

Para colmo, Francisco Valencia citó el “caso Parker” como ejemplo dentro del debate que tuvimos en el Canal 33 sobre el tal “terrorismo mediático” inventado por Hugo Chávez para atacar a los medios que lo critican. Francisco Valencia, el director del Colatino, defendió con vehemencia este término del “terrorismo mediático” – y fue en este contexto que habló de los medios que no habían sacado la noticia sobre la captura del hijo del diputado Parker. Autogol, colega Valencia. Bumerang.

El Faro publicó una nota denunciando el intento del diputado Parker de evitar que la noticia de la captura de su hijo saliera en los medios salvadoreños. ¿Es un enfoque válido? Tal vez no es muy prudente para un dirigente político hacer este tipo de solicitudes. Sin embargo, ¿qué tipo de poder tiene el diputado Parker para chantajear a los medios? ¿Qué represalias puede tomar el secretario general de un partido minoritario para obligar a los medios a hacerle caso? Como padre de un estudiante acusado de un delito grave puede pedir consideración, trato justo, “fairness”. Tiene el derecho de ofrecer la versión del acusado. Puede pedir que esperen hasta que el juez decida si hay cargo o no contra su hijo. No veo ningún abuso de autoridad. Tal vez una imprudencia - pero el verdadero escándalo no es el “caso Parker”, sino el “caso Valencia”.