martes, 11 de octubre de 2011

Carta al vicepresidente de la República

Estimado Salvador Sánchez Cerén:
 
Nuevamente ha mostrado su valentía ‘revolucionaria’: desafió al presidente de la República, quien dice no permitir que sus ministros y funcionarios se involucren en ‘proselitismo partidario’. Claro, a usted, como es vicepresidente, Funes no lo puede despedir como a los dirigentes de Cambio Democrático. Aunque como ministro de Educación teóricamente sí lo podría sustituir… 

Pero usted, como jefe del partido de gobierno, simplemente lo deja hablar solo al presidente. No sólo fue a la Convención del FMLN, usted juramentó a los candidatos, los comprometió con la cruzada electoral del 2012 y, de un solo, del 2014, para “profundizar los cambios”.

Pero esto no es todo: para restregarle a Funes en la cara quién manda, usted se lleva a la convención del FMLN a todo el equipo de comunicaciones de la vicepresidencia y de Educación - que por supuesto son militantes del partido… 

De paso sea dicho: me gustó la convención del Frente. Al fin alguien en este país habla claro, sin tapujos. Aparte de usted, de esto se encargó Medardo González, quien definió claramente cuáles son los enemigos a derrotar: “La derecha oligárquica representada por ARENA, Fusades, ANEP, y los medios de comunicación…”

Por esto ustedes pelean por unas leyes más restrictivas para la libertad de expresión y de la prensa; por esto ustedes quieren una reforma fiscal que debilite al sector privado; por esto ustedes definen como uno de sus enemigos principales a FUSADES, para que deje de joder tanto con el tema de la transparencia… Mientras ustedes se aferran a la idea que los medios, los empresarios y guardianes de la institucionalidad democrática como FUSADES son instrumentos de “la derecha oligárquica”, todo esto parece congruente…

Es la muestra que ustedes no han salido ni un centímetro de la ideología del ‘Socialismo del Siglo 21’. Es lo mismo que hacen sus compadres Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador: pintar un mundo en blanco y negro, donde los enemigos a derrotar son la prensa, los empresarios, la oposición política…

Lo que no se dan cuenta ustedes es que declarando la guerra a la sociedad civil, se quedarán muy solos. Solos y además mal acompañados…

Esta es la buena noticia.

Saludos, Paolo Lüers
(Más!)