viernes, 17 de enero de 2025

Carta sobre Trump, Bukele & friends (+capítulo 33 del libro 'DOBLE CARA')

 

"Nuestro ‘philospher king’ Bukele se sentirá como en casa en esta cumbre de autócratas: Trump, Milei, Meloni y Bukele. Su lugar en la cima. Nadie ahí le va a hacer preguntas incómodas sobre el régimen de excepción, el logro de haber convertido El Salvador en el país con el porcentaje más alto de privados de libertad del mundo, tampoco sobre la minería, la falta de transparencia y la corrupción. Será como un juego en casa." 

Publicado en MAS!  y DIARIO DE HOY, Sábado 18 enero 2025

Hay tradiciones tan fuertes que ni siquiera un hombre como Trump puede desechar. Una es que cuando un presidente es juramentado, lo acompañan como testigos todos los expresidentes vivos, incluyendo el presidente saliente. Trump se negóa participar en la inauguración de Joe Biden en 2021, ya que no reconoció su triunfo electoral. Sin embargo,  este año Trump invitó a los cuatro expresidentes Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Joe Biden. Aceptaron. Hasta Hillary Clinton y Kamala Harris, quienes se midieron con Trump en elecciones muy contestadas, van a participar. 


Otra tradición sí se va a romper el 20 de enero: Nunca se ha invitado a jefes de Estado a la inauguración. Trump insistióen rodearse con una selección muy particular de presidentes: Javier Milei de Argentina, Nayib Bukele de El Salvador, Giorgia Meloni de Italia. Las estrellas en el firmamento de la nueva moda autoritaria. También invitó a Víctor Orban, presidente derechista de Hungría, a Xi Jinping, dictador de China. Ambos dijeron que no podían participar, pero mandarán a sus cancilleres. Tampoco podrá viajar a Washington el expresidente Bolsonaro de Brasil, ya que tiene restringida la salida del país por un juicio pendiente. Pero habrá otros participantes de la mini-cumbre de ultraderecha que se armará: Trump invitó a los líderes de varios de partidos de ultraderecha, de Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania y Polonia, pero a ningún jefe de Estado de la Unión Europea, excepto Giorgia Meloni, y tampoco a la presidente de la Comisión Europea Ursula van Leyen.


Todo esto, igual que el tipo de personajes que van a representar el sector privado de Estados Unidos, los nuevos oligarca, dará a la inauguración un marcado carácter ideológico y no institucional – a pesar de la presencia de los expresidentes. Ellos va a tener que tragarse cualquier cantidad de zapos este día...

 

Nuestro ‘philospher king’ Bukele se sentirá como en casa en esta cumbre de autócratas: Trump, Milei, Meloni y Bukele. Su lugar en la cima. Nadie ahí le va a hacer preguntas incómodas sobre el régimen de excepción, el logro de haber convertido El Salvador en el país con el porcentaje más alto de privados de libertad del mundo, tampoco sobre la minería, la falta de transparencia y la corrupción. Será como un juego en casa. 

 

Nuestro país y sus medios se verán inundados de fotos y video de Bukele a la par de sus padrinos. Hab que aguantarlo...

 

Pasamos días en incertidumbre, porque leí varios artículos en los medios estadounidenses que  daban a conocer los nombres de los ilustres invitados de Trump – y en ninguno apareció Bukele. ¿Será que todavía Trump mantiene su acusación hecha en varios eventos de su campaña de que Bukele estaba vaciando sus cárceles de los criminales más violentos, despachándolos a Estados Unidos – y que esta era la receta detrás de su ‘milagro de seguridad’. 

 

Pero hoy salió en el periódico US News un artículo titulado “Bucking Tradition, Trump Invited These Far-Right Leaders to the Inauguration” (Rompiendo con la tradición, Trump invitó a líderes de la ultra-derecha a su inauguración), que pone las cosas claras y a Bukele en el lugar que le corresponde. Es invitado a la cumbre selecta de la extrema derecha.

 

Sólo falta un detalle, que ya me tiene angustiado: ¿Qué tipo de uniforme de fantasía se pondrá nuestro líder para la ocasión? ¿Más cercano a Star Wars o una nueva mezcla de Gadafi y Simón Bolívar?

 

Lo veremos en televisión pronto.

Saludos, 



* * *
El libro Doble Cara está disponible en las librerías de la  UCA, en el campus y en Cascadas/Soho. También lo pueden pedir amazon.com, o desde México en amazon.com.mx y desde Alemania en amazon.de

Ahora puede leer el libro, en tres entregas cada semana, en este blog. Disfrútenlo.








Vamos otra vez a Santa Ana. Esta vez no al cuartel, sino a San Antonio Masahuat, donde tenemos cita con la unidad de Acción Cívica de la Segunda Brigada. Cortesía de la ayudante del coronel, quien organizó que podamos grabar con ellos.

El lugar está lleno de soldados. Reparten medicinas, víveres y cuadernos. Mujeres, niños y viejitos haciendo cola. Pocos hombres y jóvenes. El plato fuerte: la película Rambo. Un soldado que hace las veces de maestro de ceremonia presenta la película: “Rambo es un guerrero para la libertad, como nosotros...”

Cuando ponen la película en su televisor, resulta que es en inglés.


Rambo en San Antonio Masahuat

El público


Uno de los pocos hombres se me acerca y me pregunta: “¿Y usted qué hace aquí?” Lo reconozco, hace unas semanas platiqué con él en un meeting en una cooperativa que grabamos con el equipo de video ‘clandestino’ y donde habló Cirilo. Yo traté de entrevistarlo, pero no quiso. Nadie de los asistentes quiso hablar a cámara. 


La Asamblea con Cirilo

Cirilo


Ahora, en este lugar lleno de soldados, me mira con desconfianza. “Yo trabajando, siempre con las cámaras,” le digo. El hombre mira la credencial que tengo colgada del cuello: COPREFA, Comité de Prensa de la Fuerza Armada. “¿Ahora resulta que usted está con ellos? No entiendo.” 

“Igual que vos, papito, te vi con los compas y ahora te veo con los soldados...”

“Viste,” le digo a Víctor, el camarógrafo puertorriqueño de Nueva York, “por eso la película se llamará Doble Cara. Todo en este país tiene doble cara para sobrevivir...”


        “¿Ahora resulta que usted está con ellos? No entiendo.” 

“Igual que vos, papito, te vi con los compas y ahora te veo con los soldados.”



En el Novo recibo la llamada esperada desde Santa Ana. Es el contacto de Cirilo: “Vamos a celebrar el cumpleaños en la noche del sábado, siempre en la finca de café. ¿Van a llegar?” Es en clave. La traducción: Se activa el plan de filmar un combate desde ambos lados. El equipo de Javier se movilizará con los compas, que se tomarán el puesto militar de Los Naranjos. Con nuestro equipo ‘legal’ llegaríamos al lugar del combate en la madrugada. La cita es en Los Naranjos el próximo sábado. Todo está previamente planificado, sólo habrá que ver si nos funciona la sincronización.

Pasamos la noche en un hotel en Santa Ana y salimos a las 5 de la mañana a Los Naranjos, el pueblo cafetalero en el punto más alto de la ruta de Santa Ana a Sonsonate. Llegamos en media hora, sin problemas. No hay retenes. En la carretera no vemos ningún movimiento de militares. ¿Será que el ataque no se hizo? Si se hizo, ¿cómo es posible que la Brigada de Santa Ana no manda tropas?




Llegamos al lugar. Vemos un montón de gente, incluyendo algunos soldados. Nos bajamos, cámara lista. “¡Somos de la prensa internacional! ¿Qué pasó aquí?” Los soldados tienen cara de asustados. “Hubo un combate toda la noche. Vinieron unos 300 terengos, se tomaron nuestro cuartel, no pudimos hacer nada. Nosotros resistimos un rato, luego nos retiramos. Hay un muerto...”

Viene un sargento. Según él, fueron 450 guerrilleros. “No pudimos contra tantos.”


Los Naranjos


Vamos a la casa cuartel. Está destruida. Según los soldados les dispararon con lanzagranadas RPG. Entrevisto a un señor que se identifica como vecino de la casa cuartel. Me da otra versión: “Llegaron como a medianoche. Hubo un gran tiroteo. Los soldados se corrieron rápido. Luego los muchachos cruzaron la calle y se metieron a la finca enfrente. Hubo unos bombazos, y ya... Se fueron rapidito.” Y su señora agrega: “Hubo un muchacho alto chele, con una cámara, sólo mas chiquita que la que ustedes andan...” 

“¿Cuántos guerrilleros andaban?”

“Poquitos. Tal vez unos 20...”




Como a las 6 de la mañana entra al pueblo una compañía de refuerzo. Subieron a pata desde Juayúa. O sea, no vinieron con intención de chocar con los atacantes, sino para llegar después. Hablo con el teniente al mando. “Aquí casi nunca chocamos. Ellos tampoco buscan enfrentamientos. Llegan, asaltan una posición pequeña y se retiran. Es más propaganda que otra cosa...” Si supiera este oficial que en este caso el ataque estaba planificado para ser filmado... 


Los refuerzos de Juayua

Sube una camioneta por la carretera de Santa Ana. Se baja un hombre y llama al teniente, como si fuera su empleado. A gritos le “pide” que lo acompañe, que hay un problema en su finca. Los soldados se desplazan hacia al otro lado de la carretera. Les seguimos. Entramos en una finca, luego en el jardín de una casona. Ahí está parqueada la camioneta. Nos recibe el dueño: “¡Vengan, tomen fotos de esta barbaridad!”

Entramos a la casona. Unas muchachas en uniforme de domésticas, llorando. Resulta que los compas tiraron un cohetazo, que cayó y explotó en el baño adjunto al dormitorio principal. “Por suerte no estábamos, nos quedamos en nuestra casa en Santa Ana. Imagínense mi esposa dormida aquí y cae este bombazo...”



Siguiente entrega, martes 21 enero 2025:

Capítulo 34: Doble Cara 5 / SICAFE 

miércoles, 15 de enero de 2025

Carta a Nayib Bukele: ¿Cuál es su odio con el Hospital Rosales? De Paolo Luers. (+capítulo 32 del libro 'DOBLE CARA')

 

"La destrucción arbitraria del centenario conjunto arquitectónico del Rosales es parte de su lucha contra el gremio de Salud, que le ha ofrecido resistencia, más que cualquier otro gremio profesional. Hay que quitarle su bastión simbólico que es el Hospital Rosales."


Publicado en MAS!  y DIARIO DE HOY, JUEVES 16 enero 2025

Vamos a tratar a descifrar porqué usted trata con tanto desprecio al Rosales. 

El Rosales tiene historia, expresa historia. Fue fundado por José Rosales, militar, hombre de negocios, senador, quien por unos días ejerció el poder ejecutivo como Tercer Designado Presidencial. Asumió y entregó el poder en una fase de transformación del país. Me imagino que este mal ejemplo no le gustan usted, quien violó la Constitución para permanecer en el poder.

 

Al final de su vida, José Rosales hizo otra cosa que representa un antecedente peligroso desde el punto de vista de cualquier gobernante corrupto: Donó su fortuna personal para construir el Hospital, que luego se llamaría Rosales en su honor.

 

¿Será esta la razón por la cual usted ha ordenado que comiencen a demoler el edificio centenario, construido por una compañía belga con una estructura de metal? ¿Le molesta este joya arquitectónica, que se encuentra bajo protección como Monumento Nacional por Decreto Legislativo n.o 166 del 10 de enero de 1989? Ya están desmantlando la estructura metálica, que durante 100 años ha resistido terremotos y incendios. Incluso la capilla del Rosales no se escapará.

 

Pienso que hay otros motivos que a usted le hacen odiar el Hospital Rosales. Es una institución de excelencia y servicio, cuyo personal médico y de enfermería tiene una tradición de dignidad, deber a la comunidad y organización como pocas instituciones estatales. Usted ha hecho su marcha al poder total subyugando institución tras institución, y en ninguna ha encontrado resistencia como en el sector Salud - y muy en particular, en el personal del Rosales y en sus sindicatos.

 

Ya mostró como le gustan los hospitales con su Hospital Nacional, que construyó en la Feria: Ahí no existe ni tradición, ni sindicato, ni solidaridad, ni voces que se opongan a la total falta de transparencia. Así será en el nuevo Hospital que tomará el lugar del Rosales, pero sin su tradición y excelencia. Y ciertamente sin sindicatos...

 

A la par del viejo, están construyendo el nuevo Hospital Rosales, aunque dudo que al final se llamará así. Cuando esté listo el nuevo hospital (lo han prometido año por año, pero nunca cumplieron, a pesar de que usted heredó en el 2019 el proyecto completo, con todo el financiamiento...), no quiere que quede parado a la par el centenario Hospital Rosales, con todo su bagaje histórico y simbólico que lo incomoda. No tiene uso para monumentos que no se dejan incorporar en sus espectáculos, como lo hizo con el Palacio Nacional, convirtiéndolo en el escaparate de su poder.

 

La destrucción arbitraria del centenario conjunto arquitectónico del Rosales es parte de su lucha contra el gremio de Salud, que le ha ofrecido resistencia, más que cualquier otro gremio profesional. Hay que quitarle su bastión simbólico que es el Hospital Rosales.

 

Otro ejemplo de decisiones presidenciales surgidas de impulsos del ego.

Saludos, 





 

* * *
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En la comandancia del cuartel de la Segunda Brigada en Santa Ana nos recibe una mujer que porta su uniforme con gran elegancia. Nos sirve café mientras esperamos al coronel. Cuando este entra, nos saluda con gran cordialidad y poca formalidad. En la entrevista que grabo con él no dice nada de relevancia, pero la cosa se vuelve interesante cuando hablamos fuera de cámara. Dice que militarmente la guerrilla no es amenaza en la zona occidental, pero que desde la llegada de una fuerza del ERP, que vino de Morazán al mando de un tal Cirilo, las unidades guerrilleras se dedican a un intenso trabajo político. El ejército sabe que en el volcán hay un campamento donde “desfilan los sindicalistas y estudiantes de Santa Ana”, y que en la zona del río Lempa hay un intenso trabajo con organizaciones campesinas y cooperativistas. 


Cirilo

“Mientras no se ponen ofensivos, no voy a lanzar grandes operativos contra ellos. No quiero convertir Occidente en zona de combate.” 

“¿Y el Estado Mayor está de acuerdo con esto?” 

“No sé. No lo he discutido con San Salvador”

Antes de que yo tenga chance de preguntarle por el enfrentamiento en el cual murió nuestra camarógrafa, el coronel me saca el tema. Me cuenta de la emboscada a una columna guerrillera, la cual dejó abandonada a una mujer muerta con una cámara y material grabado en su mochila. “Es un material bien interesante, como si quisieran hacer un reportaje sobre su trabajo en Occidente.” Hmmm...

Y al rato dice: “Si está interesado en tener unas copias, mañana se las podría tener, si pasa luego del almuerzo.” 

“Como no. Gracias.” 

Saliendo en el carro, mis colegas me tratan de convencer de que no regrese al cuartel, que es una trampa, que el tipo sabe algo. Pero no me puedo resistir. Me intriga ver el material de Victoria, y también la personalidad del coronel.


Cuartel de la Segunda Brigada de Infantería Santa Ana


El día siguiente voy nuevamente a Santa Ana, pero solo.

Cuando me llevan al despacho del comandante, ya está montado el equipo para revisar los tapes. “Los vi hoy en la mañana. El más interesante es este que tenía en su cámara.”

Se me congela el cuerpo y el cerebro. ¿Victoria habrá grabado su propia muerte? Pero resulta que es peor. Se ve unas tomas de una asamblea de los compas con unos campesinos, mucho discurso repetitivo, nada nuevo. Corte. Luego se enciende nuevamente la cámara, con unos movimientos locos, y con las voces de los soldados. “¿No sabés manejar esta babosada? ¡Graba a la terenga!” Al rato el tipo medio logra controlar la cámara. La imagen entra en foco. Se ve el cuerpo y luego la cara de Victoria. Se ve la herida en el pecho. La sangre derramada que hace negra la tierra. Los soldados jodiendo...

No sé si es cierto que el coronel me está observando. Me siento como en una prueba. ¿Estoy mostrando emociones? ¿Es normal no mostrar emociones? ¿Cuál es la cara que me toca poner para que el hombre no pueda leer mi mente, o mi corazón dolido?

“Qué terrible,” digo. “Demasiados muertos en este país, coronel.” 

“Tiene razón. Me duele ver a esta chava,” dice el coronel.

Me informa que en dos horas puedo retirar las copias, incluyendo lo que acabo de ver. “Tal vez le sirva para su película. Cuídese.” ¿Cuándo le dije que estábamos haciendo una película? Que yo sepa hablamos de reportajes para la ABC...

Me acompaña al parqueo. Cuando estamos solos, sin nadie que nos pueda escuchar, me dice: “Saludos a Mena Sandoval.” Me hago el tonto: “¿A quién?” 


Capitán del Ejército Mena Sandoval,
comandante del ERP 'Manolo'

“Estoy seguro de que como periodista lo conoce, hablo del excapitán de esta Brigada, Francisco Mena Sandoval, hoy comandante del ERP en Morazán. Fuimos compañeros de graduación...”

El tipo me tiene confundido. Debería tener cuidado. Pero quiero creer en la palabra del coronel. A las dos horas, regreso al cuartel, y la ayudante me entrega las copias. “Cuídese mucho, señor.”


Siguiente entrega, sábado 18 enero 2025:

Capítulo 33: Doble Cara 4 / Los Naranjos 

 

lunes, 13 de enero de 2025

Bertha Deleón, una mujer perseguida que no se rinde. De Paolo Luers. (+capítulo 31 del libro 'DOBLE CARA')

"Dos hombres que odian a las mujeres fuertes e independientes se han unido para destruir a Bertha María Deleón: su resentido ex esposo Roberto Carlos Navas Portillo y Nayib Bukele, presidente de la República. Han instrumentalizado la justicia para destruir a una mujer que se niega a someterse al hombre y al poder."

Hoy no hay audio, el autor es afónico

Publicado en MAS!  y DIARIO DE HOY, martes 14 enero 2025

Presto el espacio de esta carta a mi amiga Bertha María Deleón, para exponer el agresivo acoso del que está sujeta por parte de un exesposo obsesivo y vengativo y de las autoridades judiciales salvadoreñas. Esta mujer se tiene que defender, y la única defensa es la denuncia pública que valientemente hace.

 ***

“Hoy recibí en mi domicilio de la CDMX, esta cita de la embajada de El Salvador en Ciudad de México. Para notificarme de proceso penal que ventilan en mi contra en el Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador. Por supuesto NO asistiré y no me voy a someter a ningún proceso legal sin Garantías Judiciales mínimas.

 

 

Tengo estatus de protección y residencia permanente aquí en México desde hace 3 años y medidas de protección de la @CIDH vigentes. 

Sin embargo, lo EXPONGO PÚBLICAMENTE porque esto es una muestra más de ACOSO y VIOLENCIA por parte del Estado Salvadoreño y del padre de mis hijos ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO.

Esta alianza amenaza mi libertad, mi integridad personal y mi vida. Hasta la fecha he permitido que el padre de mis hijos venga a visitar a mi hija cada dos meses y tenga comunicación con ella casi a diario a través de un iPad que él le ha proporcionado y de la cual tiene absoluto control. También, de buena fe, y en respeto del derecho de mi hija a tener comunicación con su padre, le di mi dirección y hasta lo he recibido en mi casa en condiciones de respeto y tolerancia.

Aprovechándose de esa situación y de manera cobarde como siempre actúa, ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO ha proporcionado mi dirección privada a las autoridades salvadoreñas, con el fin de continuar con los procesos penales que ha iniciado en mi contra en El Salvador.

Roberto Carlos
Navas Portillo
Esta es la segunda vez que ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO, abusa de la información privada a la que tiene acceso como padre de mi hija, para usar instituciones para ejercer violencia contra nosotras. La primera vez fue el 4 de mayo de 2022, cuando dio nuestra dirección a la INTERPOL para que nos detuvieran, mintiendo a las autoridades, sosteniendo que no tenia comunicación con nuestra hija.

Ya estoy HARTA de permanecer callada y seguir permitiendo visitas, llamadas a mi hija a libre demanda. Aún y cuando se ha negado a pagar la cuota de escolaridad mensual que le he requerido, y a pesar de su holgada condición económica solo ha aceptado pagar la escuela  cada dos meses.

Señalo y denuncio aquí y ante las autoridades mexicanas, que sigo recibiendo violencia de género por parte del Estado Salvadoreño y del padre de mis hijos, y voy a tomar medidas legales al respecto. No habrá más visitas ni contactos telefónicos que las que el juzgado de lo familiar ordene.

Hago público también que en mi ausencia, y por proceso penal promovido por el padre de mis hijos, fui condenada a 2 años de prisión, por supuesto MALTRATO INFANTIL, y el Estado de El Salvador ha solicitado que INTERPOL me detenga nuevamente.

Responsabilizo directamente a ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO, de lo que pueda pasarme, ha demostrado ser un hombre obsesivo, lleno de odio y resentimiento, que no le importa usar a nuestros propios hijos para destruirme. Temo por mi vida y por mi libertad y voy a buscar formas de protegerme.”

 ***

Hasta aquí las palabras de Bertha María Deleón. Expresan cansancio, hartazgo, ira - y disposición de luchar contra tanto acoso y tanta persecución. Y de luchar por la felicidad de su hija.


Bertha es el típico caso de una perseguida política, que se ha visto obligada a salir de su patria y vivir en el exilio. Es también el típico caso de una mujer que está pagando este precio porque se puso públicamente en contra del presidente Bukele. Al inicio de su presidencia fue su abogada penal. Pero cuando vio la verdadera cara del hombre, la cara autoritaria, la cara de desprecio a la Constitución, luego de su toma militar de la Asamblea para forzar la mano del Órgano Legislativo, no solo se desvinculó de él, si se convirtió en  una de la voces más críticas contra su manera de gobernar y manipular las instituciones.

 

Dos hombres que odian a las mujeres fuertes e independientes se han unido para destruir a Bertha María Deleón: su resentido ex esposo Roberto Carlos Navas Portillo y Nayib Bukele, presidente de la República. Han instrumentalizado la justicia para destruir a una mujer que se niega a someterse al hombre y al poder.


Es una situación inaceptable, donde está de por medio una niña de 9 años, al la cual su madre no ha negado el contacto con su padre. Y así le pagó su generosidad y su respeto al derecho de su hija de tener contacto con su padre. 

 

La justicia debe parar la persecución contra Bertha María Deleón y las instancias internacionales le deben brindar protección.







 

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Luego de instalar a nuestro equipo de filmación en los campamentos guerrilleros (a Victoria con la fuerza de las FPL en la zona de Masahuat y a Javier con la fuerza del ERP, comandada por Cirilo, entre Guarnecia y Las Pavas, a la orilla del Lempa); y luego de planificar con los mandos el trabajo de filmación ‘clandestina’ y de afinar la comunicación con los otros equipos de filmación que trabajarían desde la capital de manera ‘legal’, me toca regresar a San Salvador para recibir el otro crew, que viene desde Nueva York. 



Cirilo me da un grupo de 5 combatientes para escoltarme hasta la carretera Metapán-Santa Ana. Llegamos al Lempa solo para darnos cuenta que había crecido peligrosamente. En el intento de cruzarlo, casi se nos ahoga el jefe de la escuadra. Como soy el único que sabe nadar, me toca rescatarlo, y perdemos su fusil y una de mis cámaras. Regresamos al campamento. El día siguiente cruzamos sin problema en un vado más seguro y llegamos a la carretera tipo 2 de la mañana. “Nosotros no podemos amanecer aquí, compa. Te toca quedarte solo. Quedate escondido en este montecito. Al solo amanecer, tipo 5 de la mañana, bajan los primeros pickups. Salís a la carretera cuando ves al primero, lo parás y agarrás viaje para Santa Ana. Te lleva a la terminal. Cuidate mucho...”

Me quedo solo a la orilla de la carretera, ya con ropa y zapatos civiles. Escucho las voces de los guardias, que patrullan la línea del tren, que cruza la carretera un poco más arriba. Estoy cagado de frío... y de miedo. ¿Qué hago si deciden patrullar la carretera? ¿Qué pasa si al pickup lo paran en un retén? ¿Cómo explico de dónde aparecí a esta hora, en medio de la nada?

Salto a la carretera cuando veo el primer pickup. No para. Acelera cuando me ve. Ya está aclarando, mejor regreso a mi escondite. El segundo vehículo para. La cama del pickup está llena de gente. Me subo. Todo el mundo me está mirando. Un señor se quita su sombrero y me lo pone, sin palabras. Nadie habla. Nadie pregunta. A unos kilómetros, cerca de Cutumay, el señor del sombrero me agarra del hombro y me hace agachar. Claro, soy el más alto de todos. Un elefante blanco, visible para cualquiera que nos ve pasar. Pasamos el primer retén. No nos paran. Al rato me dan señas de volver a pararme. Así pasamos tres retenes, incluso uno donde nos paran y platican con el motorista. No registran a la gente en la cama, donde me hago lo más enano posible...

Al entrar a Santa Ana, el señor del sombrero me pregunta: “¿Adónde va usted?” 

“A la terminal, para agarrar el bus a San Salvador.” 

“No puede bajarse en la terminal, hay mucha vigilancia, y si le ven bajarse del pickup, lo van a interrogar.” 

“¿Y entonces, cómo hago?” 

“Le voy avisar donde bajar. Camine una cuadra para la derecha y va a encontrar un taxi. Vaya a la terminal en taxi, y nadie le va a preguntar nada.”

Al rato el señor avisa al motorista que pare. Le doy su sombrero y me bajo. Llego a una esquina donde hay dos taxis. “Lléveme a la terminal, porfa.” 

“Pero queda a sólo dos cuadras...” 

“Igual, lléveme, no quiero caminar.” 

“Ahh, entiendo. Súbase.”

Me pregunto: ¿Qué entiende? ¿Entiende que yo no puedo llamar la atención? ¿Qué diablos han entendido los hombres y las mujeres que anduvieron conmigo en el pickup y que cada vez que nos acercamos a un retén, hicieron una rueda para esconderme? ¿Entendieron de dónde vine en la madrugada en una zona, donde ni siquiera hay casas cerca? No sé. Nadie habló. Tampoco el taxista. Me lleva a la terminal. Me bajo. Veo soldados y policías. Me ven bajarme del taxi, les parece normal, no me dicen nada. Me subo al bus y una hora más tarde estoy en San Salvador, tomo otro taxi al Hotel Novo, donde ya me están esperando el camarógrafo de Nueva York, la productora y mi sonidista de Hollywood. “Welcome to beautiful El Salvador! Mañana vamos a Santa Ana, tengo arreglado una entrevista con el comandante de la Segunda Brigada.”

Esta misma noche escucho en la radio que cerca de Masahuat hubo un enfrentamiento y murió una mujer, a la cual los soldados encontraron una mochila con una cámara de video y varios casetes. ¡Mierda, es Victoria! ¿Por qué permití que fuera con los compañeros de las FPL, cuando el plan había sido que se quedara con Cirilo y Javier? Con Cirilo hicimos todo un plan de seguridad para nuestro equipo. Yo sé lo yuca que es andar como periodista o incluso filmando en situaciones de combate, si no tenés a un combatiente entrenado para cuidarte...


Ileana Montalvo

Iliana, la productora cubana de New York, pregunta: “¿Siempre vamos al cuartel de Santa Ana? Tal vez mejor no.” 

“Al revés, con más razón vamos a Santa Ana, para ver qué pasó.”

 



Siguiente entrega, jueves 16 enero 2025

Capítulo 32: Doble Cara 3 / Segunda Brigada