miércoles, 11 de diciembre de 2024

Carta con las preguntas que nadie quiere hacer. De Paolo Luers (+ capítulo 22 del libro 'Doble Cara')


"¿Cuáles son las empresas mineras que encargaron a usted abolir la prohibición  de la explotación del oro que, según usted, Dios le puso en nuestras tierras?"

El audio en la voz del autor: PREGUNTAS.mp3

Publicado en MAS!  EL DIARIO DE HOY, jueves 12 diciembre 2024

Preguntas a Nayib Bukele: 

·      ¿Cuáles son las empresas mineras que encargaron a usted abolir la prohibició de la explotación del oro que, según usted, Dios le puso en nuestras tierras?

·      ¿En base de qué estudios usted determina usted la cantidad el oro explotable que Dios le puso? ¿Quiénes hicieron estos estudios?

·      ¿Se han hecho exploraciones en el terreno, aunque son prohibidos por ley?

·      ¿Cómo es su relación con Pacific Rim/Oceana Gold, la compañía que quería explotar el oro en Cabañas?

·      ¿Está usted claro de la confusión que está creando entre trillions (en inglés) y trillones en español? El trillón en español es un millón de millones, en inglés es mil millones. ·

    ¿Ya se mandó a diseñar y confeccionar el uniforme de fantasía que va a vestir en la inauguración de su amigo Trump el 20 de enero en Washington? (Por favor, no nos ponga en ridículo con el disfraz que usó para su entronización.)

 

Al ministro de Cultura:

·      ¿Por qué nadie menciona quiénes se casaron en el Palacio Nacional?

·       ¿Qué relación tienen los novios con la familia Bukele, con el gobierno o con Nuevas Ideas?

·      ¿Cuánto pagaron?

·      ¿Usted alquilaría el Palacio Nacional a Cristosal u otra organización humanitaria que quisiera regalar a los niños víctimas del régimen de excepción una fiesta de fin de año? 

·      ¿Usted sabe que por haber celebrado su boda en un museo nacional, un alto funcionario del gobierno mexicano ha tenido que renunciar?

 

A la directora general del Seguro Social:

·      ¿Nos puede explicar porqué necesita agentes armados cuidando sus hospitales?

·      ¿Es tan mala la situación del Seguro que temen protestas de los médicos, el personal y los usuarios?

·      ¿Cuándo va a pagar lo que debe a los proveedores del ISSS?

·      ¿Cómo piensa resolver la carencia de insumos básicos, por ejemplo guantes a agujas, y también especializados, como placas de radiografía, que afectan la debida atención a los beneficiarios?

 

A Sara Hanna:

·      ¿Todavía está relacionada con la oposición venezolana contra la dictadura de Maduro, mientras en El Salvador estátrabajando para una dictadura nueva?

·      ¿A título de qué está presionando a empresarios a colaborar con las políticas de Bukele?

 

A Félix Ulloa:

·      ¿Por qué cree que nadie hizo caso a tu Conferencia Internacional sobre Estado y Democracia? ¿Tendrá algo que ver con que ya nadie te cree cuando hablas de democracia?

·      ¿Crees en serio que el hecho que te hayan dejado entrar a la celebración de apertura de la Catedral de Notre Dame te vuelve interlocutor de los líderes de Europa?

 

A la Corte de Cuentas:

·      ¿Van a volver abrir el caso de los 130 millones de dólares de Pablo Anliker o ya no hay manera de aplicar la ley a los amigotes del presidente?

 

Al Fondo Monetario Internacional FMI:

·      ¿En serio van a tirarle un salvavidas de 1,400 millones a Nayib Bukele, a pesar de la falta de transparencia; a pesar del Bitcoin; a pesar de la corrupción; y a pesar de que el reajuste fiscal, que ustedes exigen, sólo afecta a la población, pero no al despilfarro del Estado? 

 

Hay preguntas para 10 cartas más. Y nunca hay respuestas.


Saludos, 

* * *
El libro Doble Cara ahora está agotado en las librerías de la  UCA, en el campus y en Cascadas/Soho. Pero será disponible antes de navidad. También lo pueden pedir Amazon.com, o desde México en amazon.com.mx

Ahora puede leer el libro, en tres entregas cada semana, en este blog. Disfrútenlo.






Capítulo 22: El Arambalazo (1985)


Schafik y los demás comandantes de las otras organizaciones guerrilleras se quedan tiempo extra en Morazán. No es tan fácil moverlos de regreso a Chalatenango o Guazapa, o en el caso de Schafik, a Managua. Hay operativos frecuentes y muy móviles en San Miguel, Cabañas, San Vicente, Usulután, Guazapa y Chalatenango. En cambio, Morazán parece un oasis de paz. “Ya nos va a caer el gran cerotazo,” dice Jonás. “Sobre todo con esta bulla que ha hecho tu pinche conferencia de prensa.” ¿Mi conferencia? Pero tiene razón, el impacto mediático ha sido fuerte —y le duele a un gobierno que cuenta al mundo que la guerrilla ya está derrotada...



Para nosotros en el campamento de la Venceremos, esta situación es ganancia: Schafik, pero también el comandante Leo de la RN, quien ha venido desde Guazapa, y Facundo Guardado de las FPL, quien vino desde Chalatenango, son grandes conversadores. Sobre todo el “Viejo Simón”, como llaman a Schafik. Le encanta sentarse en la noche en la cocina con Santiago, Marvin, Maravilla y conmigo, con un café y hablar de historia, contar anécdotas, retratar personajes que ha conocido en Praga o Moscú. Casi nunca hablamos con él de política de esta forma encajonada en que se habla en las reuniones políticas. El viejo sabe que con muchas de sus posiciones no coincidimos —y parece importarle un comino. A veces Luisa se une a la tertulia —cosa que no le gusta para nada a Joaquín, quien detesta las conversaciones, las anécdotas, los chambres. A veces aparece a las 10 de la noche, con cara de pocos amigos, para recoger a Luisa. Ella se ríe de esto, igual que nosotros...


Luisa, conversando

Por razones que no nos explican, pero que se supone que tienen que ver con informes de inteligencia y del monitoreo permanente de la comunicación radial militar, abandonamos nuestro campamento de Pueblo Viejo, en los cafetales de Perquín, y trasladamos todo el circo al todavía abandonado pueblo de Arambala. Se instalan varios campamentos en la orilla del pueblo. Arambala, destruida y despoblada en el operativo militar que en diciembre del 1981 terminó en la masacre de El Mozote, todavía es un lugar fantasma. Sólo la iglesia con su campanario y algunas casas están de pie, barrios enteros están casi recuperados por la naturaleza. 


El campamento de la radio está en la salida a Joateca y El Mozote; la comandancia se ha instalado a unos 300 metros. Cada uno con su fuerza de seguridad. Además hay otras estructuras repartidas en el pueblo, y fuerza combativa concentrada en el cerro Pericón arriba del pueblo. Todos estamos en alerta máxima, esperando el operativo.

Hay órdenes de no  andar  paseando  en  el  pueblo —de todos modos no hay nada que hacer en un lugar tan desolado. Ni tienda hay. Está prohibido colgar ropa donde le dé el sol. Lógico, si le da el sol, es visible desde el aire. Y cada operativo comienza con el patrullaje aéreo. En este estado de alerta máxima, todos tienen que tener listos sus chunches para salir de inmediato. Para la Venceremos, es un huevo mayor. Todos los días hay que instalar y desinstalar los equipos...

Cabal, primero pasa una avioneta. Una sola vez, no regresa para confirmar lo que en la primera pasada pensaron haber visto. La gran interrogante: ¿Vieron algo? ¿Saben que aquí están los campamentos de la Venceremos y de la Comandancia? ¿Saben que Schafik todavía está aquí? ¿Vendrá la Fuerza Aérea para bombardear y para llevar tropas helitransportadas?

Las respuestas a estas preguntas son casi inmediatas. Primero aparece “la avispita”, un helicóptero súper ágil que puede meterse entre árboles o en las quebradas. Luego bombas lanzadas del avión Push and Pull. Luego, el C47 que va bien arriba y coordina el operativo. Después, helicópteros artillados que lanzan cohetes y tiran ráfagas de ametralladora, y las A37, que vienen en picada ametrallando.

Parece que no tienen ubicaciones exactas. Tiran para ver quien se mueve. Los de la Radio nos movilizamos, como está planificado, dentro de una quebrada, que tiene abundante vegetación de los dos lados. Es como un túnel. Estoy seguro que no nos pueden ver. Tenemos dos helicópteros encima, tanteando. De vez en cuando tiran sus cohetes a la loca, porque no saben dónde estamos. Una serie de cohetes corta el bosquecito de bambú que tenemos a un lado. También tiran con su ametralladora. Santiago camina más adelante en la quebrada, y de repente se cae. No tiene nada, ni sangre ni herida visible, pero dice que algo le pegó en la espalda. Dos compas lo llevan medio caminando, medio arrastrándolo. Directamente detrás de mí escucho un grito, me volteo y veo a un compa boca abajo en el agua. El agua que corre hacia mí es roja. Creo que es Julio “Perico”. Aparecen con una camilla y se lo llevan, pero parece muerto. Corro a todo pulmón por la quebrada, me tropiezo con piedras, me caigo, me levanto, sigo. Veo adelante la boca de una bóveda. Debe ser el paso de la quebrada debajo de la calle de Arambala a Joateca. Entro y me tiro al suelo. Sigo escuchando el helicóptero, pero aquí no me puede ni ver, ni disparar, ni matar.


Santiago (Carlos Consalvi) y Padre Rogelio Ponseele

Al rato la bóveda se llena. Están Santiago, el padre Rogelio, y unos 10 compas más. No sabemos qué se han hecho los demás. No veo a Maravilla ni a Letty ni a Ana Lidia. Y sobre todo, la gran pregunta: ¿Cómo saldremos de aquí y para dónde? No podemos agarrar la calle a Joateca mientras acechan los helicópteros. Un compa sale de la bóveda para explorar y nos informa que los helicópteros se han levantado a alturas más seguras, porque desde una altura más arriba en la calle a Joateca y desde el campanario de la iglesia reciben fuego de ametralladoras y fusiles. Desde dos alturas enfrentadas los tienen en fuego cruzado. Estos helicópteros son blindados de abajo, pero vulnerables al fuego lateral. Por eso se levantaron. Por el momento no constituyen amenaza para nosotros en nuestra bóveda.


El camino debajo del cual está la bóveda


Me siento a la par de Rogelio. “Sea honesto, Rogelio: ¿Si ahora alguien te ofrece un fusil, lo agarrarías para defenderte?” 

“No seas ridículo, Paolo, ni yo ni vos vamos a salir de esto defendiéndonos con fusiles. Yo me mantengo así, desarmado, confiando en Dios y en la capacidad de los compas...” Tiene razón, me siento ridículo con mi M-16, escondido en una bóveda debajo de una calle, sabiendo que arriba van los helicópteros listos para matarnos en cuanto nos movamos.

Del cerro Pericón se escuchan tiroteos nutridos y otros helicópteros. Se supone que ahí está la ruta de retirada de la gente de la Comandancia. Una brigadista examina a Santiago, y resulta que le cayó una esquirla minúscula, pero el otro compa está muerto. Los pocos combatientes en nuestro grupo se reúnen para ver opciones de cómo salir de este lugar. Yo lo que quiero es quedarme aquí, en la cobertura segura de la bóveda, donde nadie me puede ver.

Por el momento, la orden es que nadie se mueva. De acuerdo, compas. El compa que a cada rato sale a explorar, de repente viene con la noticia que hay una flotilla de más de 10 helicópteros de transporte acercándose. El helitransportado. Esta es la mala noticia. La buena es que no hallan dónde aterrizar. El único lugar idóneo es la cancha del pueblo, pero para aterrizar ahí tendrán primero que desalojar o matar al compa que está en el campanario y que puede abarcar con su ametralladora toda la cancha. Por lo tanto, los helicópteros de ataque que teníamos encima, se desplazan al pueblo y comienzan a tirarle con todo al campanario.



Fuego antiaéreo

Un compa dice: Este es el momento para salir y alejarnos calle arriba. Los helicópteros están ocupados con el campanario. No podemos quedarnos, porque una vez que logren desembarcar sus tropas, esta bóveda, que ahora nos sirve de refugio, se convertirá en una trampa.

Suena lógico. Pero hay otra lógica sicológica que nos dice: si salimos de esta bóveda, nos matan. Al fin los compas deciden esperar a ver qué pasa con el desembarco —y sobre todo, esperar la tormenta que en estos días cae todas las tardes. “Sólo comienza a llover y nos vamos...”

El cielo nos salva. Al rato comienza, no una lluvia, sino una gran tormenta. El cielo se oscurece, caen chorros de agua, y el viento sopla fuerte. El compa que está arriba en la calle nos grita: “¡Los helicópteros se van a la mierda! No pudieron desembarcar bajo el fuego permanente desde el campanario —y hoy bajo la tormenta, mucho menos...”

Salimos en fila india, manteniendo distancias. Ya no escucho ningún helicóptero ni bombazos, solo los truenos y la lluvia. Nunca estuve tan agradecido por una tormenta. Encontramos otros grupos y algunos mandos que andan radistas. Ya comienzan a coordinar la salida. Vamos dirección a calle Negra y Perquín. Ya es noche cuando agarramos un camino todo quebrado hacía Jocoaitique, evitando la calle principal. Cuando llegamos a calle Negra, ya está claro que no hay tropas enemigas en la zona, y agarramos hacia nuestro campamento en Pueblo Viejo, que dejamos abandonado hace pocos días. Ya hay algunos informes: Con todo este desmadre, tuvimos pocas bajas. La comandancia logró evacuar Arambala subiendo al Pericón, a Schafik lo llevaron en una mula, todos están bien. La radio está intacta, Santiago está en el hospital móvil. Este día entra en la narrativa guerrillera como el “Arambalazo”, y su héroe principal es el compa Isra, que desde el campanario no permitió que aterrizaran los helicópteros con sus tropas. El campanario, de milagro, sobrevivió.


La siguiente entrega, sábado 14 diciembre:

Capítulo 23: Chernóbil (abril/mayo 1986)