jueves, 9 de enero de 2014

Columna transversal: Los fondos secretos y discrecionales

No sé si es legal o ilegal que un presidente salvadoreño acepte cheques millonarios del gobierno (o gobernante) de otro país, supuestamente para “resolver problemas del país”, pero emitidos al nombre del mandatario y sin nunca entrar a la contabilidad del gobierno. O sea, sin rendición de cuentas.
Si no hay una ley que lo declare ilegal, urge dictarla. De todos modos no es legítimo. Un presidente no puede recibir fondos (de nadie, ni de otros gobiernos, ni de empresarios amigos) que entren a una caja de uso discrecional y sin rendición de cuentas. Esta práctica deja abierto cualquier tipo de abuso. Huele a soborno. Huele a enriquecimiento ilícito. Huele a compra de voluntades.

En el caso de los cheques de Taiwán, hasta ahora no hay ninguna prueba que el presidente Flores se haya enriquecido; ni tampoco de ningún otro uso ilegal de los fondos. La situación inaceptable es que simplemente no sabemos qué pasó con estos fondos, por que no hubo ninguna rendición de cuentas y el uso fue totalmente discrecional y secreto - igual que el uso que los presidentes solían hacer de las partidas secretas, antes de que fueran declaradas inconstitucionales en el 2010. Yo no tengo la capacidad de juzgar si en el período de Paco Flores (o sea, cuando la partida secreta presidencial todavía no había sido declarada inconstitucional) era ilegal incorporar donaciones internacionales a esta partida, sin pasar por los registros formales y mecanismos de control del fondo de la nación.

Es el Fiscal General de la República que va a tener que evaluar si hubo ilegalidades - y luego una corte. Pero de todos modos era ilegítimo y antidemocrático y requiere de transparencia. Igual que requiere de transparencia el uso que los presidentes Saca y Funes han hecho de las frecuentes y millonarias transferencias a Casa Presidencial de las diferentes carteras del estado, sin autorización y control de la Asamblea Legislativa, antes de que esta práctica también fuera declarada inconstitucional por la Sala en el año 2011.

El hecho que la partida secreta y las transferencias a Casa Presidencial fueran declaradas inconstitucionales, no significa que su uso anterior a las sentencias fue un acto ilegal. Pero sí significa que los presidentes están, por lo menos moralmente, obligados a rendir cuentas de todos estos fondos.

Estamos habando de sumas considerables que el presidentes Flores recibió de Taiwán, y de sumas aún mucho más grandes que los presidentes Saca y Funes recibieron mediante las transferencias. En el caso de Saca se calcula que se trata de 219 millones de dólares, sobre los cuales no existe rendición formal de cuentas; en el caso del presidente Funes nadie aún ha calculado el total alcanzado hasta la fecha que la Sala de lo Constitucional, en el año 2011, declaró inconstitucionales estas transferencias sin autorización legislativa.

Los presiente Francisco Flores, Elías Antonio Saca y Mauricio Funes nos deben explicaciones. No podemos seguir aplicando el lema “legal, ilegal, da igual”.
(El Diario de Hoy)