miércoles, 21 de diciembre de 2011

La trampa


La trampa

Es un precedente positivo que El Faro, en un editorial, reconoció que ha “fallado en la aplicación del proceso editorial exigente, que somete la información a rigurosos procesos de verificación”, cuando acusó a una serie de empresas, con nombre y apellido y montos millonarios, de evasión de impuestos.

Es más que saludable que El Faro haya pedido disculpas a sus lectores y a las empresas acusadas sin sustento. Nuestros medios casi nunca practican esta buena costumbre.

Pero la autocrítica de El Faro se queda corta, por lo menos la pública. No se atrevió a recoger a cabalidad todo el análisis crítico que internamente se discutió a raíz de la publicación sobre los supuestos ‘evasores’.

Dice el editorial: “Ahora que la presidenta de la Comisión de Hacienda proporcionaba esta lista, parecía una información de gran valor.” Es difícil imaginarse que los periodistas de El Faro sean tan ingenuos como para creer que en medio del encendido debate nacional y legislativo sobre el aumento de los impuestos la diputada Lorena Peña actuaba de buena fe. Es difícil imaginarse que los colegas de El Faro sean tan ingenuos para creer que la condición de presidente de la Comisión legislativa de la ‘fuente’ era garantía de autenticidad.

Precisamente por que la ‘información’ provenía de la diputada Lorena Peña del FMLN,  o sea de una fuente interesada y beligerante, había que sospechar del valor de esta ‘información’. Ahí el problema de fondo es -y esto reconocen en privado periodistas de El Faro, pero no el editorial de retractación- que también El Faro, igual que la ‘fuente’, actuaba como protagonista en la batalla en favor del aumento de los impuestos. Sólo bastaba haber visto a Carlos Dada en las dos noches de periodistas de Nacho Castillo para darse cuenta de esto.

Al Faro le hizo trampa su deseo que la acusación de evasión sea cierta. Y su otro deseo que se haga ‘justicia’: que al fin paguen los que (según su visión del mundo) se han negado a pagar. O sea, el deseo que se aprueba la reforma fiscal planteado precisamente en estos términos por el presidente su partido FMLN.

Nosotros los periodistas tenemos que tener mucho cuidado para no caer en las trampas que nos hacen nuestros prejuicios. Por que de repente cae, aunque sea de una fuente que normalmente la vemos con la debida sospecha, una ‘información’ (un documento filtrado, por ejemplo...) que nos cae como anillo al dedo, porque supuestamente nos confirma lo que siempre pensábamos y nunca pudimos comprobar. Es precisamente lo que pasó a los colegas de El Faro.

No sometieron a un proceso de verificación la supuesta ‘información proveniente de Hacienda’ que les sirvió en bandeja de plata Lorena Pena, porque de antemano estaban predispuestos a darle credibilidad. No por el alto cargo público que ostenta la ‘fuente’, sino por sus propios prejuicios.

De esta manera periodistas tan inteligentes como los de El Faro, con bastante experiencia en técnicas de investigación, pasaron por alto ‘el proceso riguroso de verificación’. En este caso, ni siquiera hubieran tenido que hacer una gran investigación consultando expertos en materia tributaria. Sólo un simple examen de lógica hubiera bastado para darse cuenta que esta lista y sus números no podían provenir de un documento oficial de Hacienda. Publicaron, como ‘prueba; de evasión, un cuadro que obviamente fue fabricado con el sólo propósito de ver a qué medio enganchaban para publicarlo y así promover la campaña ideológica contra la empresa privada que se oponía al aumento de los impuestos.

En otra circunstancia, sin un paquete tributaria que en la Asamblea y en la opinión pública corría peligro de ser rechazado, El Faro no hubiera caído en esta trampa. Lorena Peña les entregó el listado en el momento adecuado, sabiendo que periodistas prejuiciados en medios como Colatino y El Faro sólo estaban esperando ‘la prueba’ para dejarse ir con la denuncia de evasión justo cuando el partido oficial y su presidente la necesitaban: horas antes de la plenaria decisiva.

Falta hacer dos reflexiones finales. Una en forma de pregunta: ¿Quién fabricó la prueba falsa? ¿Alguien en Hacienda para enganchar a Lorena Peña para que ella le tirara la cáscara en que se deslizara El Faro? ¿O fue fabricada en la fracción del FMLN, con una pequeña ayuda de ‘alguien’ en Hacienda que proporcionaba los nombres de las empresas y los números incompletos? De todas formas, alguien -o en Hacienda o en la Asamblea, o en ambos- hizo mal uso de información confidencial para manipular la opinión pública. Alguien debería responder por este abuso de su cargo estatal.

La otra reflexión es necesaria para que los demás periodistas y medios no pensemos que salimos limpios de este fango. El hecho que los demás medios, que también recibieron la famosa lista de Lorena Peña, no cayeron en la trampa es en sí ningún mérito: Me atrevo a decir que no fue porque aplicaron correctamente examinando la ‘prueba’ y llegaron a la conclusión que era falsa. Era más bien porque de todas forma no tocan temas tan delicados como la posible evasión de impuestos o posibles arreglos entre ministros de Hacienda y ciertas empresas. ¿Que tal si El Diario de Hoy, en vez de simplemente ignorar la lista que recibió de Lorena Peña, hubiera salido con una nota que somete a un examen crítico los datos filtrados. En vez de hacerse los suizos, sólo porque el tema ‘evasión’ es un terreno minado que mejor no hay que tocarlo, los demás medios hubieran podido salir con notas investigativas relatando cómo Hacienda y FMLN usan el tema evasión para manipular la opinión pública, con el único fin de que se aprueba el aumento de impuestos.
(El Diario de Hoy)