Un ejemplo: La Ley de Radio y Televisión de Bavaria, uno de los 16 estados que conforman la República Federal de Alemania, establece que en el Consejo de Radiodifusión que controla los canales de televisión pública y las radios públicas "los representantes del Gobierno y de la Legislatura no superarán un tercio de sus miembros".
El principio de la televisión pública es: El Estado financia los medios, pero en cuanto a su control administrativo y editorial las instancias estatales (Ejecutivo, Parlamento) se limitan a tener una participación minoritaria en la entidad rectora. Con este principio de autonomía son concebidos todos los canales públicos prestigiosos del mundo: BBC, Televisión Española, Radio Netherland, Deutsche Welle, ARD y ZDF en Alemania.
Cualquier otra forma de concebir los medios estatales, sin esta autonomía administrativa y editorial y sin el mandato legal a la pluralidad, en vez de aportar a la democratización y la vigencia de las libertades de expresión y de información, lleva a lo contrario. Los ejemplos son más que conocidos: Radio Habana, la televisión cubana, los canales estatales en Venezuela, Telesur… e incluso la triste historia de Canal 10 y Radio Nacional bajo el control de los gobiernos de ARENA y ahora del FMLN.
La falta de autonomía no sólo genera falta de credibilidad, sino al mismo tiempo una terrible e insufrible falta de creatividad y calidad profesional.
¿Está el Gobierno de Funes y el FMLN dispuesto a ceder el control de los medios estatales? ¿Está el Gobierno dispuesto a aumentar su inversión en estos medios, pero al mismo tiempo aceptar una ley que le quite el poder sobre ellos y lo entrega a un Consejo autónomo, plural? Si es así, bienvenida sea la iniciativa del secretario de comunicaciones David Rivas, y los medios de comunicación, los gremios de periodistas, las escuelas de periodismo, los gremios laborales y empresariales, vamos a apoyar este proyecto y participar activamente en su concreción. Pero si no es así (si quieren crear medios públicos que nacen de la fusión entre los medios estatales y las radios comunitarias, apostando a una concepción ideologizada), todos nos vamos a oponer, no vamos a permitir que fondos públicos sean destinados a este fin.
¿Cómo puede el Gobierno mostrar que su concepto de medios públicos es democrático y plural? Muy simple: que por decreto presidencial crea un Consejo de Radiodifusión plural y autónomo con la tarea de preparar la Ley de Medios Públicos, el esquema de programación y de financiamiento para la futura Radio Nacional y Televisión Nacional, el estatuto de autonomía… Un medio público confiable no nace del Gobierno, sino de la sociedad.
Si el Gobierno delega la creación de esta ley y de los futuros medios públicos a un Consejo, en cual tendrá participación, pero no control; en el cual estarán representados directores de medios comerciales, empresarios y sindicalistas, los partidos según su representación en la Asamblea, la academia, las iglesias principales del país, entonces se vuelve realista el sueño de una televisión pública autónoma, profesional, comprometida con el pluralismo y la libertad de expresión.
Para aclarar el concepto, me permito nuevamente citar de la Ley de Radio y Televisión de Alemania:
Sobre la línea editorial: "En todos los temas de interés público se tendrán en cuenta las diferentes opiniones en la programación global de manera equitativa y adecuada".
Sobre propaganda electoral: "Se concederá un espacio de emisión adecuado a todos los partidos que participen en las contiendas electorales".
Sobre libertad de expresión: "Los empleados de la Radio y Televisión Pública no podrán reflejar en los programas producidos los intereses unilaterales de un partido ni de intereses sectoriales. Sin embargo, podrán manifestar en columnas propias y programas de opinión su opinión personal".
(El Diario de Hoy)