jueves, 20 de octubre de 2011

Carta al poder judicial

Estimados jueces y magistrados:
Me imagino que han observado atentamente lo que está pasando en Bolivia. El sistema judicial fue incapaz de depurarse por voluntad propia – con el resultado que el partido de Evo Morales, disponiendo de mayoría coyuntural pero abrumadora, hizo cambiar la Constitución y las leyes que rigen el poder judicial. Ahora todos los magistrados de la Corte Suprema y de otras instancias superiores son elegidos por voto popular. Con el argumento que había que erradicar dos vicios: la corrupción y la influencia de los partidos en el nombramiento de los magistrados.

Pero lo que ahora tendrán los bolivianos es peor: ahora es un solo partido, el gobernante Movimiento al Socialismo MAS, que manda en el sistema judicial. Porque los bolivarianos pudieron elegir, pero solo entre candidatos previamente seleccionados por el parlamento, donde el MAS tiene mayoría calificada de dos tercios.

La respuesta de a oposición: llamar al pueblo a votar nulo, en protesta contra este intento de subordinar la justicia al partido oficial.

La respuesta de los votantes en la elecciones de magistrados efectuada el pasado domingo: sólo 40% de los votos son válidos, 49% anularon su voto, y 11% votaron en blanco. O sea, 60% de votos nulos.
Una derrota moral para Evo Morales, pero sobre todo un golpe mortal para el sistema judicial. ¿Porque? Aunque sólo con 40% de votos, los nuevos magistrados van a asumir sus cargos y convertir al sistema judicial en una maquinaria al servicio del partido gobernante. 

Esto pasa cuando el poder judicial no tiene voluntad de depurarse de elementos corruptos y de jueces que ponen intereses partidarios encima de la justicia. Esto destruye la credibilidad de los jueces, y abre el camino para que populistas autoritarios como Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua, Chávez en Venezuela o Rafael Correo en Ecuador agarren la bandera de la depuración y de la justicia popular para destruir la independencia del sistema judicial. 

¿Ustedes dicen que esto no puede pasar en El Salvador, que tenemos una Constitución y leyes que protegen la independencia de los jueces? Pregunten a sus colegas en Bolivia: hace un par de años hubieran dicho exactamente lo mismo: no puede pasar. Y pasó.

Aprendan de la lección de Bolivia. Tomen la depuración del sistema judicial en sus manos, antes de que la hagan quienes quieren deshacerse de la división de poderes y del sistema de pesos y contrapesos que se llama democracia. Lean los señales.

Saludos, Paolo Lüers

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