domingo, 11 de abril de 2010

No hay atajos a la unidad

El problema de la derecha salvadoreña no es que haya una lucha entre ARENA y GANA. El problema es que no están peleando con suficiente claridad y con todas las cartas sobre la mesa.

El problema es que no se atreven a entrar de verdad en una lucha de ideas. El problema no es la falta de unidad, sino la falta de claridad y de definiciones ideológicas.

El problema de ARENA no es que se esté desprendiendo de sus elementos corruptos, sino que no está separándose con el mismo rigor de las ideas y formas de hacer política que han sido el caldo de cultivo de estos elementos corruptos.

El camino de ARENA no puede ser resolver las diferencias para volver a sumar ARENA y GANA y así asegurar la unidad de la derecha, sino asegurar la vigencia política y ética de la derecha completando la limpieza de la casa expulsando de sus filas y de sus mentes las concepciones erróneas y perversas de una derecha populista.

Sin una autocrítica audaz y radical, y sin una nueva definición política inequívoca como partido liberal y reformista, ARENA no podrá recuperar su credibilidad ni generar la capacidad de atraer a la siguiente generación de luchadores por la libertad y por el progreso que quieren asumir el país, pero no están dispuestos a asumir las formas perversas de hacer política que observan en los partidos.

Partidos por definición corruptos como PCN y GANA de todas formas no son alternativas para esta generación que ahora se empieza a hacer sentir en el debate sobre el rumbo del país. Lo lógico para esos jóvenes sería acercarse o incluso tomarse a ARENA y/o el PDC–pero alguien en estos partidos tiene que abrir las puertas (para sacar a los corruptos y para que entre gente que quieren recuperar la ética como elemento de la política)– y las ventanas, para que salgan los tufos a componendas y corrupción y entren aires frescos de crítica, debate, pluralismo y transparencia). ARENA por lo menos ya ha empezado este proceso de catarsis, aunque todavía carece de audacia y radicalidad.

Los que se preocupen de la actual debilidad de la oposición, que no se equivoquen: No hay que presionar a ARENA y GANA que bajen el tono de su enfrentamiento y que busquen conciliación y unidad. A lo contrario, hay que presionarlos que profundicen la lucha, dejando absolutamente claro su posiciones ideológicas y políticas y sus propuestas concretas.

Hay que provocar que ARENA de verdad rompa, no sólo con el ex presidente Saca y su grupo, sino con una parte de su trayectoria: la represión, el menosprecio a la institucionalidad, el populismo, el caudillismo. Todo esto tiene raíces en la historia de ARENA, de otra manera hubiera sido imposible el fenómeno Tony Saca.

De nada sirve lamentar la división de la derecha. Lo que necesitamos no es más unidad, sino más claridad. Si sobre la base de la claridad y del debate abierto en algún momento surge un nuevo liderazgo y un nuevo ideario capaces de crear unidad, bienvenido sea. No hay atajos a la unidad, tiene que pasar por el proceso doloroso de la lucha de ideas y de la lucha contra la corrupción y la demagogia. A esta altura, pedir reconciliación para conjuntamente enfrentar al FMLN, es privar a la oposición de la oportunidad de depurarse y reinventarse.

(El Diario de Hoy)